ODA ACRÓSTICO
(Composición poética dedicada al pene, llamado pingo en mi tierra)
Palanca frágil y potente, capaz de mover mundos y movilizar pendones. Jabalina, espada y lanza magistralmente esgrimida por Eros desde lo profundo de los ancestros. Grito de guerra que se erige en el fragor del combate y extraña espina que subyuga. Dominus magnum.
Invocación de insolencia e inmoralidad
perfectas. Sensaciones que solo existen en la memoria de la sangre, que surgen
de lo antiguo, desde el momento mismo de la creación, del barro inicial. Adán y
el Paraíso. Estás y solo te basta con estar; apendículo grácil y cavernoso que
se ofrece abierta y libremente a todos los frutos, en todos los tiempos y en
todas memorias de la especie.
Ningún prejuicio ha logrado acallarte
a lo largo de los siglos y ninguna campaña moralina ha conseguido negar la
verdad evidente de tu existencia. Te basta ser. A tu alrededor se pliegan y
destraban las obstrucciones, abriéndose a tu paso. No hubo religión que no te
condenara y no hubo santo que no te alimentara aunque con pasiones trastornadas.
Ganaste en el lado de la vida la
presencia permanente y la virtud de subyugar imponente, a propios y extraños,
haciéndote amar aún en el desamor. Amo del averno y del cielo. Amo del infierno
que lleva al cielo. Mágico artificio que se enciende y eleva severo y rígido:
vencedor de toda oposición. Transmutación singular de caverna seca y estéril en
lanza titánica y vital, apasionada. Me arrodillo ante ti y te alabo
Onán aprendió a acunarte entre sus dedos. Eva se singularizó y se hizo mujer aprendiendo tu fuerza en sus entrañas, te entregó su sexo y saboreó las mieles de tus jugos. Otros se particularizaron rindiéndose ante ti, Imperator de la carne, y, por toda ofrenda, se convidaron al otro en horas de solitarios placeres y caricias interminables entregando sus desembocaduras negras (sexo universal) para recibirte, mecerte cual cuna, gozar tus estocadas y tu riada. Ellos / ellas entonan esta
ODA AL PINGO (pene)