miprimita.com

Las Mamás del colegio (01: La Señora Mery)

en No Consentido

LAS MAMAS DEL COLEGIO (01)

LA SEÑORA MERY

Ninguna de las innumerables personas que cada día transitaban por las aceras de aquella calle - casi era una avenida que discurria por dos de los más escogidos barrios de la ciudad - podia imaginar la indignidad y miseria humana que se escondia destrás de las paredes y fachada de aquel edificio formidable de estilo de principios del siglo XX , una bonita arquitectura a base de ladrillo.

El edificio en cuestión , cuatro alas en torno a un patio central, estaba acompañado de otros dos edificios enormes y de numerosos campos de deporte y una piscina, dotación difícil de encontrar en los mejores colegios de élite. Y sin embargo no eran muchachos de acomodadas familias quienes allí se educaban sino huérfanos a los que antes de cumplir los 10 años la vida les arrebato a sus padres. Estos padres pertenecían a un cuerpo militar y, puesto que las pensiones de las viudas eran exiguas , ese cuerpo había fundado esta institución para amparar a los huérfanos.

Sin embargo en la época en que yo estuve en él dejaba mucho que desear y se nos trataba más como si fuese un correccional , aunque la mayor parte de los muchachos éramos nobles y solo esperabamos un poco de afecto. En aquella maldita espiral de sufrimientos y humillación había alguien que sufría más que nosotros: las madres que de una u otra forma entraban en relación con el colegio; bien porque trabajaban en el comedor, costurero o limpiando , bien porque acudían al centro a visitar a sus hijos o por algo relacionado con ellos, generalmente por algún asunto disciplinario.

 

Por un asunto de ese tipo acudió a la capital aquella señora que a mis 14 años despertaba en mí unas tremendas sensaciones. Era sábado y yo había salido del colegio para pasar el día con mi madre, mi madre había buscado trabajo en la capital para poder estar cerca de mí, y residía en una especie de pensión o residencia habilitada para familias de militares ya que no tenía dinero para poder comprarse un piso, en el comedor de esa residencia es donde conocía a la señora Mery , un lujo de mujer que destilaba esencia de hembra en cada una de sus voluptuosas formas.

 

La señora Mery era rubia y desplegaba su abundante cabellera sostenida por sabe Dios que cantidad de laca como si fuese una leona. Era el marco perfecto para aquellos ojazos verde esmeralda , aquellos labios, rojos, carnosos, delicados, escuetos como boquita de piñón y aquella nariz ligeramente respingona , aristocratica.

La arquitectura de sus 1,70 era pura voluptuosidad y morbo, hermosos senos , casi excesivos y unas piernas que nacían de unas exuberantes caderas , espléndidas nalgas que se adelgazaban armoniosamente para terminar en unos finísimos tobillos . Sus manos blancas como su delicada piel, de largos dedos y uñas largas muy cuidadas.

Creo que es la mujer a cuya imagen abré dedicado más pajas, en aquellos largos años de internado y aún después.

Ese cuerpo se hacía evidente por la forma en que vestía: elegante, lejos del recato y tambíen del mal gusto. Era una mezcla de insinuación y coquetería natural, no rebuscada.

Por que pese a lo que muchos hombres pudieran pensar ( creo que todos lo que la veían) aquella real hembra de 35 años desde el fallecimiento de su marido no había querido ni buscado otro hombre, se había acostumbrado a la cómoda vida de viuda de provincias, que con su pequeña pensión y algunos ingresos que obtenía trabajando en una tienda de modas de una amiga, tenía para vivir desahogadamente con su pequeña hija, darse algún caprichito y salir de vez en cuando con sus amigas. A sus dos mellizos de 15 años se los mantenían en el colegio y solo tenía que gastar algo en los tres meses de vacaciones que pasaban con ella.

 

Pero las cosas parecían ponerse mal para ella y así se lo contaba a mi madre aquel sábado comiendo en la residencia:

Ay Maite , con lo tranquila que yo estaba y cómo se me va a complicar la vida por estos dos hijos míos. Con lo bien que estaba todo así.

Y la verdad es que como luego le fue contando a mi madre se le complicaron bastante las cosas.

- No te preocupes Mery - le dijo mi madre- ya verás como el director al final no los expulsa.

Esa era la cuestión Rafa y Manolo iban a ser expulsados del colegio

 

. Aquellos dos hermanos un curso mayores que yo eran dos tipos de cuidado, creo que en seis años que llevábamos en el colegio, no había un sábado o domingo que hubiera estado castigado en el estudio que no los hubiera visto a ellos. Broncas con los demás, abuso a los pequeños y ahora parece que la cosa era de pornografía y drogas, en la España de 1974 y en un colegio de hijos de militar. Don José el director , hombre recto y católico, estaba dispuesto a eliminar las manzanas podridas, según le habían dicho a ella al escribirle y citarla. La verdad es que D. José al final sentía lástima de las pobres madres y lo que quería es que los muchachos al ver la situación cogieran miedo y cambiaran su conducta, pero no pensaba expulsarlos de verdad. Aunque eso la pobre señora Mery no lo sabía.

Los que si lo sabían eran D. Manuel y D. Eladio, secretarios del colegio , que tenían el cargo por recomendación a pesar de ser dos inútiles cerca de la jubilación que solo pensaban en sus vinos, sus cafelitos, su quiniela y pajearse o irse de putas cuando de tarde en tarde lograban esconder algún dinero a sus esposas. Eran el arquetipo del viejo verde. La quiniela les unía a Rogelio (Roge), un alumno mayor del colegio que tenía una pierna raquítica y paralizada, por lo que estaba empezando a hacer la sustitución en la centralita telefónica del colegio los fines de semana, para luego quedarse fijo. Roge estaba muy salido , siempre llevaba una revista porno en su carpeta y presumia con razón de tener una polla inmensa . Si les tocara la quiniela estaría siempre follando con putas, les decía a D. Manuel y Eladio. Estos dos desgraciados eran muy delgados, pero sus vergas cuando se conseguian excitar pasmaban, sobre todo la de D.Eladio, gorda ,con una cabeza exagerada . Cuando iba de putas ( 2 veces al año) le gustaba hacerles daño y elegía a las que no podían negarse a nada.

 

Ese sábado después de comer Mery se acercó al colegio para hablar con el director, no lo conocía ya que desde que metió en el colegio a los hijos no había venido nunca a la capital, pues lo chicos iban de vacaciones en el tren acompañados por un alumno mayor de su misma ciudad.

Al llegar a la portería le dijeron que preguntara en secretaría si aquella tarde vendría el director. Cuando vio aquel pedazo de mujer a D. Eladio se le saltaban los ojos; si dejar de mirar sus pechos le dijo a Mery que el director llamaría a las cinco y se le indicaría su presencia. Y así lo hacía D. José, si no había asunto se quedaba en casa . Como eran las cuatro preguntó si podía llamar por teléfono y se le indicó la centralita. Con una erección descomunal Roge le indicó un telefono para su conferencia y sin apartar su vista del culo de esa hembra intentaba meter la clavija en el sitio adecuado.

La Señora Mery desahogó su tensión contándole a su hermana la situación, insistiendo en el problema económico que se le vendría si tenía que llevar a casa a los dos mellizos. Roge que no dejaba de tocarse el bulto mientras la desnudaba con la imaginación, tuvo una diabólica iluminación o le vino a la mente algo que había leido en alguna novela erótica: Tal vez aquella mujer estuviera dispuesta a cualquier cosa con tal de no ver su apacible vida complicada.

Sonriendo babosamente se levantó , arrastrando su raquitica pierna y sus 99 kilos, se acercó a Ella y le dijo: -siga hablando tranquilamente señora que esta conferencia la paga dirección, yo voy un momento a portería.

Ayudándose de su muleta subió las escaleras hasta secretaria y les soltó a los secretarios : - Tios , creo que a esa tía nos la podíamos tirar si nos lo montamos bien.

Que cabrón, ya me ha dicho Eladio como esta esa yegua – sonrio D. Manuel- pero no nos ha tocado todavía la quiniela.

Vamos a ver – continuo Roge- dentro de 10 minutos llama D. José y Eladio le dice que no hay nada , se despiden hasta el lunes, y en ese momento tu Manuel eres el nuevo director. Le decimos a esa tia que el director viene y a las cinco y media la recibes en el despacho de dirección .

Claro - dijo D.Eladio- y nosotros que sabemos que no los van a expulsar le hacemos creer que depende de nostros.

Exacto tios -dijo con ansiedad Roge- si os espabiláis tendremos la mas dócil puta sin habernos tocado la quiniela.

 

Roge volvió a la centralita y al acercarse a la señora Mery, esta no pudo dejar de notar la evidencia del terrible bulto que aquel muchachote tenía entre las piernas y eso la hizo ponerse nerviosa y sofocada.

Espere un ratito señora que ahora viene D. José y la recibe.

A los veinte minutos sono el telefono y Roge le indicó que subiera a dirección.

D. Eladio llamaba a porteria : - Bueno Luis hasta el lunes, ya dejamos nosotros todo cerrado y en orden no hace falta que subas.

Pase Señora, D.José la espera.

Cuando D. Manuel la vio entendió que con cerrar los ojos y recordar lo que iban a hacer a aquella hembra tendría erecciones cojonudas para follarse a su vieja mujer los proximos 20 años; dependía de su habilidad y la de Eladio.

Empezó poniendo el asunto tan mal que a Mery se le saltaron las lágrímas y aquí entró Eladio pintando la dramática situación de la mujer para ablandar al supuesto director , consiguiendo el efecto de acongojar más a Mery.

Y entonces vino la frase fatal que denotaba su desesperación : - Por favor D. José es que no hay nada que esta pobre madre pueda hacer, no ve que se me viene el cielo abajo.

- Vamos a ver señora- dijo Eladio - D. José tiene una linea de actuación de muchos años que ahora quedaría rota , yo mismo en la reunion del consejo escolar tendría que apoyarlo fuertemente, pero para eso tendríamos que tener una compensación.

No se como podría compensarles - sollozaba Mery - pero si puedo hacer algo diganmelo.

Mira Bonita - Mery quedó atónita ante las palabras de D.Eladio- tu sabes que las mujeres perdis las ganas de follar antes que los hombres, mi mujer y la de D. José ya no tienen ganas casi nunca , pero nosotros si. Esa es la única compensación que nos puede interesar , hacerte nuestra este fin de semana.

La señora Mery agachó la cabeza y dijo: - Hagan conmigo lo que quieran.

D. Manuel dejó de ser el recto director y mostró su veradera naturaleza:

- Que puta eres, seguro que allí sin tus niños te lo montas bien y te llevas a la cama buenos maromos por eso no quieres que que te los mandemos para allá.

D.Eladio empezó a dirigir la función y la Señora Mery ejecutó dócilmente todas sus indicaciones, mientras oía las groserías que tanto uno como el otro le decían, conforme la voluptuosa y espectacular anatomia de aquella hembra aparecía ante sus ojos.

Después de quitarse su abrigo comenzó a desabrocharse la blusa mostrando sus blancas carnes , sus tremendos pechos que que parecía que iban a rebentar el sujetador, y aquellos brazos torneados que tenía fuera de si a aquellos dos degenerados.

- Ahora la falda, zorra. Y Mery la desabrochó deslizándola hacia abajo y sacándola por debajo de sus zapatos. Cuando se agachó la vista de sus senos apretados en el sujetador hizo gruñiar aquellas fieras excitadas por la vista de sus nalgas y sus muslazos . Ver aquellas piernotas enfundadas en delicadas medias que Mery sujetaba con un ligero, y realzadas por la forma que adquirían al calzar tacones de 10 cms., era el más potente afrodisiaco .

- Ahora date un paseo, potra , que queremos ver esas carnes en movimiento. Y Mery comenzo a andar por el despacho. Al girarse en su particular desfile reparó por primera vez en aquellas dos piltrafas que sentados en sus butacas se la comían con los ojos. Estaban desnudos con solo los calcetines , flacuchos, blancos pero con las vergas a reventar, la de D, Manuel normal la de D. Eladio desproporcionada para lo canijo que era, con una tremanda cabezota morada. Mery temblaba, no era una hembra lujuriosa, había cumplido bien con su marido, pero en los 7 años que llevaba viuda no había sentido la comezón de la carne. Aquellas tremendas pollas le daban miedo.

- Quitate el sostén y las bragas, puta . Mery se lo quitó, tapándose los senos con las manos en un gesto de pudor instintivo, para luego bajarlas dejando ver aquellos rosados pezones apuntados. – Que pedazo de tetas Eladio, que cena nos vamos a dar. Las manos se movían frenéticas sobre las vergas. – Vamos a ver ese chochito . Y calléndosele los lagrimones Mery dejó a la vista de aquellos salidos aquel frondoso bosque de pelo. Eladio agitado: - Ahora date otra vuelta pero andando muy deprisa, que se te agiten bien las nalgas. Y aquellas carnes comenzaron a moverse con una voluptuosidad que provocaba el delirio.

- mira la cabrona , seguro que que todos los día le abres las piernas a alguno y duermes calentita,

- Manolo esta es de las que se dan buenos restregones en el baile , vamos a calentarla.

Y los dos se avalazaron hacía ella. D. Eladio por delante y D. Manuel por detrás .

Eladio buscó su hermosa boca mordiendo, chupando aquellos labios , metiendole la lengua , mientras ella lo que percibía es una sensación desagradable acompañada del picor que le producía aquel bigotillo ridículo. La manos de D. Eladio amasaban, apretaban con furia sus nalgas y sus muslos . D. Manuel se afanaba intentando encerrar en sus huesudas manos aquellos turgentes senos, pero no daba abasto , se desbordaban y el apretaba lastimando a la pobre Señora Mary que ahogada solo decía: Por favor, ya basta. Los dos restregaban sus vergas contra los muslos y nalgas, sintiendo la caricia de aquella piel suave. La besuqueaban y mordían mientras se afanaban en el magreo, aquella tensión lasciva las hacía sudar.

Vamos al sofá Manolo. Y aquel sofá en el que tantas veces habíamos aguantado acojonados las reprimendas del director , se convirtió en el potro de tortura para la Sra Mery.

Nos la repartiremos como buenos hermanos. Y se sentaron uno a cada lado.

Vamos a ver que se esconde entre esos pelos, golfa. Los dedos amarillentos de aquellos dos sátiros exploraron lo más íntimo de la viuda descubriendo aquellos plieges carnosos , rosados casi vírgenes. Los dedos se movían torpemente para luego introducirse , los dos iniciaron un frenético mete-saca de dos dedos juntos, que hizo gritar a Mery : No me hagan eso por favor.

Pero ellos seguían, mientras uno le metía los dedos el otro se recreaba en el muslo que le correspondía , apretándolo con fuerza en su cara interna.

Cuando se cansaron de tocarle el coño dirigieron su furia a las tetas. – Ahora cariño nos vas a coger con esa manitas nuestras pollas y nos las vas a pajear con delicadeza. Y los dos creyeron volverse locos cuando aquellas manos finas, alargadas se cerraron sobre sus pijas, no era una paja era una caricia suave, de lo contrario se hubieran corrido al minuto. La brusquedad en el trato que ellos daban a los pechos era directamente proporcional . Los estrujaban , los mordían , los pellizcaban y de vez en cuando, poniendo la palma de la mano debajo, los sopesaban y sonriéndose le decían :

- Luego te llevamos a Cuba, reina.

Disfrutaron un buen rato de aquellos hermosos y abundantes senos.

 

Manolo ya veras como va a resultar una buena mamona, ponte de rodillas y bésame los huevos viudita. Ella se postró y comenzó a besárselos sintiendo que le daba un vuelco el estómago. D. Eladio estaba loco mirando aquella boquita roja, carnosa . Si hubiera sabido que nunca su difunto marido le había pedido tal cosa a Mery le hubiera dado un infarto. Siguiendo las ordenes que le daba el sátiro le cogio la polla con su delicada mano y comenzó a chupar, como si de un chupa-chups se tratara, aquella cabezota morada que a duras penas le cabía en su boca , luego el cogio su cabeza y comenzó a follarle la boca hasta que sus labios tocaban sus pelotas, mientras ella casi se ahogaba y se esforzaba en masajearle la polla y los huevos. D, Manuel colocado detrás seguía magreando sus tetas. Después de un rato , para no correrse pronto, intercambiaron las posiciones. Eladio repartía sus atenciones entre las tetas y su conchita. Poco a poco la mamá se iba calentado a pesar del dolor que sentía en sus pechos y la humillación que sufría.

D. Manuel no se contenía ya :- Eladio vamos a clavársela que está deseándolo la putona esta. – Sí, te vamos a preñar, pero no te preocupes que le hacemos sitio en el colegio al niño. Pusieron los tres cojines del sofá sobre la alfombra del despacho, Manuel se sentó en el suelo y puso sobre si su cabeza ligeramente levantada para que pudiera ver lo que le hacia Eladio, mientras la tocaba la cara los hombros y las tetas con fruición. Mery , totalmente espatarrada, con los ojos abiertos como platos observaba la descomunal tranca que la iba a penetrar. Eladio apoyó la cabeza de su pijota en su coño y empujó. La viuda sintió dolor, eran muchos años sin haber recibido verga, meneaba su cabellera rubia con desesperación, pero el viejo la seguía clavando hasta

los huevos, se recreó mirando aquellos ojazos verdes espantados, aquella boca abierta y comenzó a bombear, los jugos de la mama y su liquido preseminal facilitaron el camino y la penetración se hizo furiosa. –Noooo, gritaba en un espasmo de placer la viuda, aquel tremendo orgasmo delataba que había perdido cualquier tipo de control, y ella desearía que no fuera así. – Dale Eladio que la vas a volver loca. Eladio le daba con fuerza excitado por el temblor de sus carnes en cada arremetida. Se aferró a sus tetas gruñendo como una bestia cuando sintió que se venía llenándola con su leche.

Se dejó caer sobre ella , la beso en la boca y un poco después se echo a un lado y dijo: A ver como te portas Manolo. D.Manuel se colocó, la clavó y la bombeó a placer. La mamá les dio la satisfacción de tener otro orgasmo, aquella hembra aullando y retorciéndose de gusto.

 

Estaban agotados aquellos viejos sátiros, la sesión superaba en mucho el tiempo y las sensaciones que un rato con una puta les había proporcionado, de hecho no tenía nada que ver. La miraban satisfechos , ella quería creer que tal vez eso y el cansancio los haría dejarla marchar. El sopor en que quedó se rompió con los golpes que sintió en la puerta de la secretaría. Eladio miró y tras el cristal traslucido adivinó la muleta de Roge. Iba a decirles que les traía unos bocadillos y unas botellitas de cerveza, pero la vista de aquella hembra tirada en el suelo lo hizo salir de sí. Si dejar de mirarla se quitó el Jersey y la camisa. Desde el suelo ella veía una mole cuadrada, bastante peluda, con unos tremendos brazos, fruto del continuo esfuerzo con las muletas. Roge se sentó en el sofá y consciente de que los otros le dejaban el campo libre comenzó a disfrutar de la mamá. Le ordenó que lo desvistiera, sabiendo que cuando le quitara su calzoncillo quedaría aterrorizada, su polla superaba en presencia y vitalidad a la de D. Eladio.

 

Sentada a su lado le cogió la polla y se la acarició mientras el magreaba a la viuda, la mordía, la pellizcaba , la mamaba las tetas, disfrutando de ese espléndido cuerpo. Ella miraba su tremenda garrota casi más gorda que su raquítica pierna.

Luego la tumbo en los cojines y la alfombra para hacer realidad una de su fantasías: follar una buenas tetas. A pesar del grosor de la verga , los senos abrazaron con holgura aquella bestia, sujetados por aquellas finas y cuidadas manos. La caricia de la suave piel, el volumen de los senos y aquellos dedos largos, era algo que nunca aquel muchachote de 17 años hubiera pensado disfrutar salvo en sus sueños. Comenzó a moverse disfrutando de la situación. Aquella cabellera, aquella carita y las caras de satiros de los dos viejos. – Lo único que le falta a esta yegua es tener leche en las tetas, a ver si la preño y al año que viene nos la da.

Mery se sobresaltó, no había sentido ese miedo a quedar embarazada al ser follada por los viejos, pero ese peligro se le hizo patente ante las embestidas de Roge, que había puesto a trabajar a sus compañeros en la entrepierna de Mery, - calentármela bien mamones. Lo hicieron tan bien que volvieron a sentir el aullido de la viuda en su nuevo orgasmo. Roge decidió clavarla , le miró el culo y se percató de que por ahí no habían entrado, pero prefirió dejarlo para más tarde cuando su verga necesitara más estímulo (así pensaba él que todavía no conocía su capacidad de recuperación, lo iba a descubrir pronto). La puso a cuatro patas indicando que se la chupara a los otros y comenzó a metersela. El chocho de la mamá aunque lubricado aún sufría por la dilatación que le producía encajar aquella polla tan gruesa, ella gemía y suplicaba que despacio, pero Roge aferrado a sus nalgas la bombeaba vertiginosamente, a ratos se inclinaba y estrujaba sus tetas apartando las manos de los dos viejos que entretenían con ellas mientras se la mamaba. Al fin apoyando su cara sobre su espalda y abriendo la boca como un idiota, pego un berrido y se corrió, acallando el gemido de la viuda que había alcanzado su enésimo orgasmo. – Nos vas a poner la polla perdida, so zorra, de tanto correrte, le grito D. Eladio.

 

Decidieron darse un respiro para recuperar fuerzas, los viejos sabían que tenían que reservarse. Comieron los bocadillos que trajo Roge y tomaron sus cervecitas, mientras obligaron a Mery a pasearse contoneándose , masturbarse y tocarse las tetas, hasta pasado un rato después de comer. Entonces Roge decidió que era el momento de cogérsela por el culo. Inició el calentamiento echándola bocabajo en el suelo, se tiró sobre ella y comenzó a restregar su polla contra sus nalgas , mientras amasaba sus senos. Luego el se tumbó boca arriba y ella de rodillas entre sus piernas comenzó a chupársela sintiendo las manos de los dos secretarios que recorrían sus nalgas y el interior de sus muslos, sin olvidarse de sus pechos. Cada poco el cabrón de Roge les hacía una seña para que la pellizcaran o le dieran un apretón y ella se quejara con la boca llena de verga.

Cuando sintió bien dura su tranca la hizo cambiar de postura en plan 69 para lamerla el coño y el agujero del culo explorandoló con sus dedos. Cuando hubo lubricado su agujerito con los jugos de su chocha ordenó a los otros que la pusieran en cunclillas de cara a él, apoyando su culo sobre la punta de la verga y sujetándola uno de cada lado para ayudarla a subir y bajar.

 

Desde el suelo con la cabeza apoyada en los cogines le dijo a la viuda que se dejara caer el culo sobre el , cuando el glande comenzó a entrar Mery quiso alzarse pero la sujetaron los viejos, Roge movió la pelvis y entro un poco más. Mery aullaba con desesperación, aquello la rompía, la quemaba. Cuando la tuvo toda dentro sintió como Roge empujaba para arriba y los viejos agarrándola de los brazos la hacián subir y bajar . Disfrutaban viendo como su carnes, sus tetas, su nalgas rebotaban, temblaban , a la vez que la boquita carnosa se abría y gemía de dolor. La corrida abrasó sus entrañas y Roge volvió a sonreir con la boca abierta y la cara de idiota.

Ahora vosotros mientras me limpia la polla esta puta. La mamá puesta a cuatro patas entre las piernas de Roge, comenzo a mamársela mientras D. Manuel se la clavaba por el culo y cuando terminó este se colocó D. Eladio volviendo a destrozárselo.

Para excitarse aquellos viejos y dar cumplimiento a las perversiones de Roge, le hicieron de todo, penetraciones dobles : - ¿Quién te lo hace mejor? Por el culo y el coño a la vez Roge-Eladio, Roge-Manuel, Eladio- Manuel.

Luego le empezaron a meter la mano en la chocha primero dos dedos, luego tres y así hasta la mano entera. Primero la de los viejos y luego la manota de Roge.

El sádico de D. Eladio tuvo una idea.: meterle el pie atrofiado. La abrieron la piernas y Roge de pie apoyó su pierna atrofiada y comenzó a meterla hasta enterrar su pie malogrado.

Cuando descansaban siempre se tumbaba alguno encima de ella hasta que se durmieron,

Cuando despertaron el domingo Roge salío sigilosamente de los despachos y fue a por algo de comer y beber, a ella le trajo chocolate y churros para que recuperara energías.

Luego explotaron el morbo bailando con ella, desnuda o semidesnuda, magreándola a placer y follándosela , aunque el que realmente remataba era lógicamente Roge.

A las ocho un rato antes de acabar el cine del colegio, sabiendo que nadie transitaba por los pasillos del colegio, salieron . Primero ella que no veía el momento de llegar a la residencia , mientras resonaban las palabras del "Director" y el secretario en su cabeza,

-"Señora por esta vez pase, pero si sus hijos no cambian se los mandaré a casa". Ellos saludaron ufanos al bedel de la puerta y se fueron a cenar con sus viejas para celebrarlo.

Rogelio caminó hacia la sala de cine y se sentó al lado de su amigo Pototo, - Pero tío donde has estado, te has perdido una de las mejores pelis que han echado este año.

Vale tio, pues luego me la cuentas.

 

 

ESTE PRIMER RELATO QUE PUBLICO SE LO DEDICO A TODOS USTEDES QUE ME HACEIS PASAR TAN BUENOS RATOS. De un modo especial recuerdo a Marcel Milord, Rocio, G.Becker y Ludo Mentis.

 

Mi e.mail: besarion@mixmail.com