Daniel:

Hoy con lagrimas en los ojos te escribo esta carta… no sé realmente donde estés, ni que haya pasado contigo.  Solo sé que  tú que estas enclaustrado en el cielo de mi corazón  esta carta es para ti. Tú que me envuelves de vida y eres como la flor celeste que necesito en mi alma para poder vivir

Quererte como yo te quiero es algo que me trastorna, que desquita mis sentidos pues nada hay más que quiera o disfrute de ti, de tu esencia, de tu pasión. Todo el día te pienso, te quiero, te amo, tal vez eres esa obsesión que me atrapa y desquita

Todo tu cuerpo; dulce, atlético y varonil  es una pasión sorprendente que todo lo desenvuelve, todo lo desquita….  Embriagas de placer y de una dulce sensación de bienestar cada vez que te estoy amando.

Tú eres la espiral hecho hombre, eres la esencia rica en virtudes y pasión fuerte y divinal, no solo de amarte está mi vida, sino en todo lo que tenga que ver con tu designio de hombre talentoso, dulce y tierno, férreo y fuerte

Desgraciadamente nuestra  historia de amor ya termino:

¿Por qué?

Porque con lo que vi ayer nuestra Historia se fue al ocaso del infinito:

¿recuerdas?

Golpes, sangre, dolor, lagrimas, una fuerte y sucia pelea se torna en el antro, disputas como un desarmado contra Sergio mi amigo, ya no son solo tú y el, están mezclados en una pelea sin tregua, sin escrúpulos, se golpean a todo lo que dan… desafortunadamente tu con tus técnica de guerra, dominas la situación rápido. Se unen a la pelea grupal, yo corro y me escondo en las mesas… mis lagrimas no pueden terminar de salir.

Los agentes de seguridad a duras penas te logran sacar del establecimiento, al ser tú el iniciador y el único que no puede calmarse te sacan y te abandonan ahí a tu suerte. Estas como loco, ido, gritas y gritas sin parar… me da tanta pena verte así, quiero llorar, me duele en lo más profundo de mi corazón, no eres ni la sombra de mi amigo, pareces un fantasma carcomido por las heridas de guerra. No queda nada de ti, no logro descubrir al muchacho del que me enamore… me quiero ir del lugar… quiero huir y dejarte solo, pero… no tengo corazón para dejarte abandonado a tu suerte. Te observo en la lejanía, delgaducho, con grandes ojeras, desaliñado, sucio, pero sobre todo con el alma rota y el espíritu quebrado

Tu en realidad no eres culpable de lo que te ha pasado, fue el destino y tu padrastro quien al tener tu custodia y no quererte como es debido, a la menor oportunidad que tuvo t aventó a la guerra, vaya manera de hacerte hombre,  ¡vaya manera  de hacerte daño!

Las palabras melancólicas salen a relucir las  bombas cayendo por todas partes, los muertos escapando a la vida y la vida perdiéndose en olas de sangre… si como olvidarlo las metralletas disparando, las balas entrando en la blanda carne, incrustándose en los huesos…

Los gritos nunca pudieron ser más desgarradores.  Solo los escuadrones de soldados sabían lo que era, resistir en medio de drogas, tal vez la mariguana, después la cocaína, y terminamos con las de laboratorio…

Tu virginidad se destruyo, porque ser virgen es también la pureza de de tus pensamientos de tus sentimientos, viste la muerte y la tuviste cerca… el infierno tomo tu mano y casi le besas los labios. Tus sentimientos se despedazaron en tu primera batalla, tu inocencia se perdió con tu primer asesinato ¿acaso te diste cuenta quien fue el primero? O ¿solo viste la primer docena en medio del centenar de soldados que estaban luchando contra tu batallón?

Gracias a dios sobreviviste y estas aquí, no como lo que yo quisiera, pero si entero y vivo, me propongo a ya nunca darte la espalda, estaré contigo siempre que tú quieras

… te observo semí oculta detrás de un árbol hasta que veo que te tranquilizas, te sientas en la banqueta, recargando tu cabeza en tus rodillas, lloras, te lamentas…

Ya no puedo aguantar más, corro a tu lado y te abrazo, te aferras a mi cuerpo como si no tuvieras nada más en el mundo.

• Desahógate, nada malo te pasara, estás  conmigo…

Los minutos pasan mientras te hablo, trato de animarte de que mis palabras sean un bálsamo para tu personas… te miro a los ojos y tu entre sollozos me reclamas que te abandone, que te iba a  dejar por otro… tus palabras se confunden con tus pensamientos, ya me hablas de la guerra, ya me hablas de nosotros, mencionas incoherencias, fantasía, realidad, todo sale de tu garganta mientras abrazado a mi vas recuperando la cordura

Los minutos siguen pasando el torrencial de acero que cubría tu cuerpo se desmorona por fin ya te veo como un chico normal, anda vamos a tu casa

• No por favor, quiero durar toda la noche contigo, quiero platicar y sentir que estás conmigo
• Ya es muy tarde
• Por favor quédate conmigo, te respetare, no hare nada que tú quieras

Miro tu cara  inquieta, tu ser que busca tu tranquilidad… Definitivamente no me puedo negar, no hay nada que pueda negarte pues mi corazón y mi vida están a tu lado, desde que tenía 10 años te conocí  y no creo que te deje de amar nunca, tienes mi corazón y mi vida, solo que en estos momento lo tengo resguardado para que no me lo destroces, acaso serias capaz?

Vamos caminando a tu casa, silenciosos, no hay nada que decir, o por lo menos no  hay nada que mi corazón quiera decirte, tu vas cabizbajo, silencioso, quien sabe que guerra interior está en tu caso. Por fin llegamos, con una gran caballerosidad me abres la puerta y me dejas entrar… hay un olor fétido dentro hasta cuesta respirar, veo ropa en desorden, restos de comida rápida tirada por todas partes…

A pesar del frio que hace abro las ventanas para permitir que circule el aire, volteo a verte y te muestras cabizbajo, tal vez se lo avergonzado que estas por como encontré tu vivienda, miro con mucho cuidado los hematomas que tienes, algunas heridas hay por ahí, así que de inmediato, voy a tu botiquín, saco alcohol y algodón y procedo a curarte las heridas, tu mirada luce triste, vacía, tu respiración es un tanto agitada

• ¡Perdóname!- me dices de pronto- no sabía lo que hacía, últimamente no sé lo que hago-
• Ya no te das cuenta de nada, has perdido el rumbo, necesitas ayuda profesional
• Te necesito a ti
• No, necesitas a un psiquiatra…
• Nooooo- me interrumpes- no estoy loco, no lo estoy- grita s y quieres ponerte histérico-
• Tranquilo, cálmate, te aplaco con un beso, te calmas y me correspondes con desesperación con anhelos escondidos y suplicantes

De pronto la calma se rompe al sonar tu teléfono, no hacemos caso y seguimos con el beso… se oye la contestadora que dice:

• Daniel contéstame por favor, te he estado buscando todo el día, es un asunto muy grave e importante, se te requiere de nuevo en el campo de batalla….

Otra vez te derrumbas, otra vez te veo convertido en un niño, hecho un ovillo te recuestas en el suelo y estas llore y llore, las heridas que te dejo la guerra son muy profundas… lloro solo de verte, me abrazo a ti en el suelo y rápido buscas mis brazos, me besas y abrazas con profundidad… lloramos los dos y te digo

• No vayas por favor, no quiero perderte.
• no, no iré, solo por favor quédate siempre conmigo, casémonos... se mi esposa, se mi vida
• No puedo, no así como estas, no tienes control de tus emociones o sentimientos
• ………. Yo…..
• No digas nada, ni quieras gritarme que  yo lo se
• Pero yo no estoy loco, no me pasa nada
• Necesitas un psiquiatra, medicamentos y…
• ¡¡QUE NO ESTOY LOCO!!

Pierdes completamente el  control, avientas cosas, golpeas la pared, gritas y lloras… me asusta verte de esa manera, me aterra mejor dicho, corro hacia la puerta y quiero abrirla, pero tú me alcanzas y la cierras, me tomas fuertemente entre tus brazos y pretendes besarme

• No por favor, no lo hagas- te grito, pero tú no me oyes- tranquilo por favor- ¡te lo suplico!- parece sigues sin escucharme
• Tranquila, solo te quiero abrazar, solo quiero darte cariño
• …………

Saco fuerza de no sé dónde y me libero de tus brazos, parece que no puedes reaccionas, quieres abrazarme de nuevo, pero logro zafarme y corro, alcanzo a ver la botella de alcohol con la que te estaba curando, la agarro y te la logro aventar a los ojos, te dejo ciego por unos momentos… aúllas de dolor, manoteas y te mueves por todos lados,  asustada y temiendo por mi misma con la misma botella te golpeo la cabeza quebrándola.

Tú caes al piso, mientras que los trozos de vidrio caen por todas partes, estas inerte, no veo ningún movimiento tuyo… un arroyo de sangre comienza a correr por tu cabeza…. Mis nervios   estallan, corro saliéndome de tu casa lo más rápido que puedo…

No puedo dejar de llorar, estoy inconsolable  pido a dios que estés bien, y que te proteja, pero resuelta estoy a no verte NUNCA MAS……………….

¿Fin?