Sobrenatural: LA MUJER DE HIELO

Hoy es un día algo extraño, se siente en el ambiente. Es viernes en la noche y contra su costumbre Carlos el Joven hematólogo, no sale a divertirse, hoy no tiene ganas, hoy le paso algo raro, desde que llego esa muestra de sangre, señales especiales en ella creyó ver; Algo le llamo la atención, algo lo hizo quererse quedar…. Quiere saber más de esa muestra en particular. Se quedó en su laboratorio, hasta largas horas de la noche. Investigando esa muestra, sin saber porque tiene tantas ganas de saber de ello, él siempre ha sido muy meticuloso, pero hoy trata de ser mas.

No lo alcanza a comprender en su totalidad, pero esa sangre es como si algo tuviera de atrayente. Le cautiva, le gusta. Es una sangre que se ve más densa, el comportamiento de las células las ve bastante inestables. Pero mientras la analiza en lugar de respuesta mas preguntas tiene; El cansancio lo alcanzó, por más qué se esforzó, ningún dato en concreto pudo sacar. Cuando vislumbró que por el momento nada más podía investigar, decidió parar, al menos eso le pareció de lo más sensato. Así que a pesar de la tormenta, tomó su carro decide ir hasta su pequeño departamento.

Maneja con dificultad, La noche se apodera con superioridad de las tinieblas, todo es denso y oscuro… ya es media noche y aparece hay un apagón a causa de la tormenta eléctrica, Carlos se ve obligado a encender en lo mas alto las luces de su automóvil, corre lo mas rápido que puede… no se explica porque pero siente una extraña mirada, detiene su coche, voltea a todos lados y no ve nada, mira por los espejos y nada logra percibir, aunque de pronto un suave olor a rosas le llega. Se sorprende, no hay razón aparente para ese aroma… pero comienza a sentir frio…

El joven científico ya se encuentra cerca de la zona habitacional que le corresponde, reina una oscuridad imperiosa, la tormenta deja caer el agua con toda su fuerza… El agua tiene completamente empapado a Carlos quien corre conforme puede; su carro se le quedo atascado a causa de la tormenta. Camina presuroso, los rayos siguen disparándose. Solo los relámpagos eventuales iluminan su camino. Los rayos descargan toda su furia… siente que alguien lo persigue, voltea pero no logra ver a nadie, “serán lo nervios” se dice a si mismo

Carlos siente temblar su cuerpo, los huesos le duelen, mientras que a cabeza quiere sucumbir por el cansancio; A lo lejos cree escuchar una melodía, suave y cálida, a la vez triste y tierna. Nada de esto le parece normal, aun esta lejos de su casa para caminar bajo la tormenta… Cree que será mejor guarecerse en un callejón cercano; así al menos ya no se mojara… se interna, camina poco a poco, tratando de adivinar que es lo que hay enfrente, pues no logra ver nada...  La mirada aun la siente, pero ya no esta con miedo, el frio poco a poco comienza a desaparecer

Unos ojos lo vigilan, alguien se le acerca por detrás, lo sigue silencioso, mientras mas se interna en el callejón, mas cerca siente esa presencia… De pronto el ambiente cambia para Carlos, un olor a rosas parece que le llega de pronto, un aire fresco lo comienza a embelesar, la melodía se hace un poco mas fuerte. Extrañamente ya no siente frio, Se comienza a relajar, olvida la tormenta, ya no hay nada que le preocupe. Siente que alguien lo toca por detrás, se voltea y ante la inmensa oscuridad, cree vislumbrar la figura de una mujer, alta y delgada, la intenta ver bien, pero no puede saber por la oscuridad exactamente quien es.

Truena el cielo, un relámpago ilumina todo, mira de nuevo a la mujer, sus facciones son finas y ojos grandes, en ese segundo lo ojos de ella brillaron. Su piel es muy pálida y con los cabellos por debajo de la cintura. En ese segundo de luz trata de ver su cara, la mira, al menos lo que cree o alcanza a distinguir… una música cree oír. En ese momento ya o le importa ni lo cansado ni los dolores. Todo le parece aterradoramente celestial, los ojos de la chica brillan como diamantes, él no puede dejar de mirarla, ella se le acerca mas, casi puede sentir su aliento, si es que tiene aliento… ella toma su mano, su piel es fría, no siente su pulso, no percibe ninguna vibración en ella, pero le gusta, le encanta lo que le hace sentir

La cabeza de Carlos da vueltas, en ese momento no le importa nada más que le pueda pasar. Se deja embriagar por ella, por la música que oye, el aroma de rosas que no deja de acariciar sus sentidos…. Pero sobre todo la presencia de ella, quien aun toma su mano y le dice algunas palabras que no comprende pero cada vez lo hechizan más.

De improviso acerca sus labios a los de él, un gran beso le da, uno frio que parece hacerlo temblar, la abraza y su cuerpo es frio como un tempano de hielo, pero a la ves siente su piel tan suave y tercia, que siente es a una princesa a quien esta besando… pero ningún latido siente “¿Que es lo que esta pasando?” parece preguntarse, pero mientras mas la siente, menos le importa lo que sucede.

De pronto junto a él, se enciende una luz, la mira con detenimiento y es la llama de una gran antorcha….. 

Mira a todos lados y ya no está en el callejón, parecen unos grandes pasillos, parece que camina por… ¿un castillo? De paredes azules, de pisos blancos, en donde si se mira claramente distingue su reflejo.  Ella le susurra algunas palabras y lo guía por una serie de intrincados pasajes y túneles, no puede alcanzar a ver alguna habitación. ¡todo lo siente tan extraño! Pero a la vez lo mira tan familiar…  De vez en vez ella se voltea y le besa los labios. Le acaricia la cara y lo abraza con una fuerza que aunque furtiva le quita el aliento

Ahora ya la puede mirar bien, su cabello es blanco, ondulado, lo trae suelto y por debajo de la cintura, en su cabeza tiene una diadema dorada que en la frente lleva lo que parece ser un rubí, pero lo que mas le llama la atención son sus ojos, grandes, expresivos. Parece que a través de ella quiere decirle tantas cosas; de un color miel, que cuando ella lo mira parecen brillar como perlas, mas su mirada es triste…

Él, extasiado quisiera  acercarse a ella y ofrecerle lo que tiene… siguen caminando y de pronto se detienen en una puerta, ella la abre y entran a lo que se ve es una espaciosa habitación, al fondo se ve una gran cama, esta hecha de oro, las sabanas son de un color azul celeste, esta bordada con flores blancas, y el aroma es muy, muy tenue  entran, ella se vuelve a verlo, y de pronto u mirada le suplica por un beso, él se acerca y la besa tiernamente, pero pronto ese beso le desata una pasión.

Los cabellos de ella parecen cobrar vida, pero es el viento quien mueve su grácil cabellera, se acercan lentamente a la cama, y él siente que en ese momento se rendirá ante ella. Su ropa desaparece, la ve tan blanca, tan pálida y sin embargo tan apetecible. Sus labios son suaves y carnosos, de un color azul que lo invitan a besarlos una y otra vez.

-¿Por qué eres tan blanca?

-Porque estoy hecha de hielo, mi corazón es de cristal y no puedo escapar… pero no preguntes, nada mas te puedo decir-

-Pero…-

-¡Calla! No hagas que todo desaparezca-

Carlos comprende es mejor no decir nada ¡prefiere sentir! Cierra los ojos mientras su ropa desaparece, su piel se estremece ante sus labios atrevidos y apasionados, las manos de ella siguen por su cuerpo, las uñas lo rosan dejando escapar hilos de sangre, su lengua hace desaparecer los hilos

La fuerza de él, estruja su cuerpo, todo a su alrededor parece lleno de magia, de una música que lo hace estar sumergido en un sueño, parece que oye un órgano,, es como si estuviera muy lejano, como si la melodía se perdiera en la distancia.

Su ropa interior es vencida ante las fascinaciones de ella, la melodía sigue, el órgano los acompaña… la cama de esa habitación es clandestina, es un mudo testigo de sueños y deseos. Se llena de ruidos de ella, de exclamación de él… la energía sigue fluyendo, él a veces cree se queda sin fuerzas, ella de pronto se ve mas fuerte y mas hábil… Pero los besos, siguen…  Carlos no quiere parar, ¡Siente cada vez mas deseos de ella! Las caricias continúan…..  Y por enésima vez Carlos siente los labios de ella sobre su cuello, siente sus dientes y su tibia sangre fluir por su piel y ser ¿atraída? Hacia ella

La erección de él no puede ser más fuerte, los espasmos se acercan. Siente Salir su sangre, se dispersa su energía, su semen vuela y sus ojos se van cerrando. Carlos se queda quieto, la melodía cesa, Carlos ya no se puede mover

Todo de pronto desaparece… el tiempo se mueve lentamente y Carlos despierta, mira a todos lados, no ve a la mujer, no ve el castillo, ya no siente el frio embriagante

Solo… solo, está en su cuarto, desnudo, con la cabeza a punto de explotar. ¡Pero los recuerdos son tan nítidos y reales! Despierta, se siente sin energías, mira para todos lados, siente… quiere… desea... Redescubrir su sueño, esas imágenes taladran su cabeza, pero voltea como si por magia descubriera de nuevo todo, pero… No ve nada fuera de lugar, se levanta como puede, se mira en el espejo, no hay huellas de nada, no hay marcas de lo que soñó……….. 

¿Todo fue acaso un sueño? Mira a un lado de su mesa de estudio y mira, una rosa blanca, él está seguro que nunca estuvo ahí, la mira con extrañeza, ahí un papel escrito y con letras doradas dice “Nerea”

-¿y esa palabra? ¿Y ese nombre? Acaso así se llamara ella?

Instintivamente mira hacia el cielo, y el azul lo hacen recordar a la extraña mujer con la que compartió su sangre y su semen… sus dos líquidos, tan vitales y tan necesarios

De pronto su atención la fija de nuevo en la flor y al olerla, cree escuchar de nuevo la música de aquel órgano, su aroma taladra su sentidos de nuevo.. Ahora ya no esta seguro de nada

-¡como quisiera verla de nuevo! Aunque…. Con ello… se me vaya… la vida- Es lo único que atina a decir Carlos, mira instintivamente de nuevo al  cielo,

A lo lejos la música de un órgano deja de sonar y la mirada triste de una mujer parece brillar

-Discúlpame por robarte tu vitalidad de esta manera, es la única manera en como puedo sobrevivir