CAMINANDO EN LAS NUBES

CAPITULO 4: ESPINAS Y ESPERANZAS

Danael camina triste y meditabundo por las calles, sin mucho dinero y con el alma entristecida

-¡Como cambia el tiempo, Cómo cambian las cosas!

De estar hace un día tan emocionado, en solo segundos a más no poder siente que el mundo se le derrumba bajo sus pies. Desde que Constanza llevo las flores, las caras de los dos enamorados se tornaron largas y frustradas.

Esas flores fueron una tortura para el pobre corazón de Danael, miraba con atención cada color, cada petalo, creía percibir su aroma, la belleza y espíritu de cada una de ellas. Mientras mas veía las flores en la sala, mas a disgusto se sentía, sintió que la perdía ¿acaso alguna vez la tuvo?

Aunque notó el descontento y el rechazo de Reyna por las flores, no pudo evitar sentir que tiene competencia, que alguien va detrás de ella, y lo peor es que los recursos de Danael son pocos para darle a su amada la vida que él quisiera, ¡Que ella se merece!

Camina mientras hace rodar con sus pies alguna piedrecilla que se encuentra en su camino ¿Qué hacer? ¿Cómo actuar?, los ojos de Reyna permanecen clavados en su mente, esa desesperanza por la imposición de su padre. No comprende como es que solo por ser hombre, por ser su padre, pueda dominar su voluntad y su futuro.

Se habla de libertades, y sin embargo no le da ninguna a su hija, la sobreprotege, inconscientemente la manipula, Ve la afección de su pie, como algo grave y un gran impedimento, para que ella se desenvuelva

-De alguna manera debo estar con ella, ¡tengo que ayudarla!... Mañana intentaré Hablar con Rafael,- Suspira- Tengo que hacer algo por estar con ella

Trata de pensar en Reyna, trata de analizar la psicología de Rafael.

Mientras tanto Reyna sola en  su cuarto después de llorar un rato, se pone muy meditabunda, leyendo tan hermoso poema que la hace estremecer, lagrimear…. Es muy dulce, muy romántico, le habla de un gran sentimiento de amistad, de una entrega…  que paree como si fuera de amor, pero la llama “amiga”

Pasan los minutos y ella piensa mucho mas en el poema de su maestro que en las flores de Santiago

No pueden dejar de pensar uno en el otro…. Pasan los minutos y se van quedando dormidos, son diferentes clases sociales, diferentes casas, pero su corazón parece que es uno mismo

Por fin llega la mañana, esta otra vez con Reyna, estudian aparentemente lo mejor que pueden, él le da alguna lección de historia, de matemáticas, pero ni ella se concentra, ni él hace mucho por explicar. Es como si un velo negro ensombreciera la mirada de los dos.

Pero la pesadez del ambiente es interrumpida por la llegada de la mucama:

-Señorita Reyna me dijo su padre que Santiago la visitara hoy al atardecer-

La chica hace un gesto como si con ello se le fuera la vida, instintivamente voltea a ver a Danael, como suplicando ayuda

-Matilde- habla Danael sin apenas pensar- Reyna justo me estaba diciendo de lo mal que se encuentra, tal vez no se encuentra en condiciones.

-Señorita- Dice Matilde nerviosa- Ya sabe como es su padre- No le gustan las negativas, y peor cuando se trata de algo tan importante como es su futuro.

-No puedo- exclama débilmente la muchacha

Cuando se quedan solos, Reyna toma el brazo de Danael, y afligida implora:

-Danael, ayudame

-Hare lo mejor que pueda – le dice tranquilizándola

Sin pensarlo dos veces, va el profesor a buscar al empresario; preocupado a sabiendas, de que su trabajo esta en peligro. Pero el empresario en cuanto capto a donde iba la información. Con una mirada fría y desposta, le hizo saber que no quería saber nada de nada.

Sin embargo, el profesor con la facilidad que tiene del habla y conocimiento de ciencias sociales.  Trató de razonar con Rafael, pero el empresario no solo seguía en su punto sino que cada vez se mostraba más molesto y reacio a seguir hablando.  “la prudencia es la llave de todo” se dice para si mismo. “Además aun no hay ningún compromiso ni nada. ¡Aun!

Cuando el maestro regresa Reyna lo mira ansiosa.

-Danael, no quiero ver a Santiago- Y lo toma de las manos- Tú eres inteligente, eres mi maestro, eres mi amigo, por favor haz algo para que no lo vea- Dice mientras sus ojos cristalinos derraman una lágrima, Danael la seca con dulzura Y solo le dice:

-Tranquila,  yo te ayudare como pueda

-Pero ¿Cómo?- Se lo pregunta él mismo- No tengo los recursos económicos, para pedirle que sea mi novia, no puedo razonar con Rafael. Y me arriesgo a perder el empleo y a ya no verla, y lo que seria peor y sin posibilidades de ayudarla…

Pasaron las horas y Danael por casualidades del destino, vuelve a encontrarse con Rafael, sus intentos, vuelven a ser los mismos, la diplomacia de parte del maestro y la testarudez e ideas “convencionales” del patrón

Llega el atardecer, la cita con el nuevo “amigo de Reyna”, ella lo espera en el jardín mientras platica  con Julieta  su hermana , quien la mira con comprensión, pero nada pueden hacer según ellas, la dos están seguras de que lo que busca su padre es el matrimonio con Santiago.

-¿Cómo quisiera que también me repudiara por mi pie Santiago- dice con tristeza

-No digas eso hermanita, que tu eres buena y vales mucho

-Dime como puedo evitar este compromiso, Incluso Danael quiso hablar con mi padre y él se opuso completamente

-¿Danael te quiere mucho verdad?

-Ay hermanita si supieras que feliz la pase en su casa

-¡no digas! Alguien puede oírte

Reyna se puso tensa…..

-Recuerda que las paredes oyen, solo podemos hablar de nuestras cosas en privado

-¡Julieta no quiero ver a Santiago! No me gusta como me ve cuando estamos juntos

-Acaso es lujuria o algo deshonesto- se alarma la hermana

-No… Nadie me mira de esa manera… todos me miran como un ente extraño. Nade puede mirarme con cariño y devoción- dice Reyna muy triste

-Danael si… No recuerdas como platicó contigo, como te mira, y como bailó contigo, y sobre como te cuida, como te ayudaba a caminar, tu misma me lo dijiste el otro día

-¡OH!- se ruboriza la hermana como me sostuvo en sus brazos cuando me caí, y su manera de masajearme el pie………

La platica de las dos hermanas sigue, sin que ninguna se de cuenta que a unos cuantos metros, alguien se aleja presuroso para no ser oído.  

De pronto va llegando Santiago, quien saluda a las muchachas cortésmente

Los tres comienzan a platicar, se notaba que la platica es forzada, Reyna se muestra lo mas indiferente y hasta aun poco reacia en la conversación. Santiago no da ninguna muestra de incomodidad, se nota un muchacho educado, pero poco complaciente con las damas. Se le nota soberbio y egoísta. No es un hombre feo, pero hay algo en su mirada que Reyna lo siente detestable.  Eso si durante toda la platica… nadie olvida sonreír

Pasan los ratos y los tres dan un paseo por el parque, Santiago disimuladamente mira como Reyna da los pasos, un gesto de curiosidad morbosa y extrañeza sale, pero la joven se da cuenta y no puede evitar sentirse mal.

“Danael nunca me miraría así” piensa

Dentro de sus nervios la muchacha tropieza, y cae, Santiago la ayuda a levantarse mientras le dice: -Ten más cuidado, debes aprender a caminar mejor.

-Fue sin querer- se queja ella- Mi pie no me respondió

-No me extraña- dice él con nepotismo- Al igual que tampoco me sorprende no tengas muchos pretendientes

Julieta y Reyna oyen eso y sienten un gran odio hacia el arrogante joven de cabellos rizados.

Reyna ofendida, da la media vuelta y camina lo más rápido que puede, el joven la sigue y le dice:

-No te molestes, solo dije la verdad, estas mal de un pie y eso te hace ser tan diferente, nadie puede mirarte de otra manera

La joven lo mira con lágrimas en los ojos y se deja caer sobre una banca cercana y llora

Julieta la abraza y le dice completamente irritada:

-Hazme el favor de irte de esta casa- casi le grita

-Ten cuidado de como me hablas, soy un invitado de tu padre

-¡Pero mio no!- Se rebela Julieta- NO quiero pensar lo que te dirá mi padre cuando le diga como la trataste de mal

-Yo no la trate mal….- titubea el chico- Solo dije la verdad

Julieta lo ignora y solo se concentra en su hermana, el muchacho se va serio sin decir nada más, a lejos se encuentra a Rafael y cambia unas breves palabras con él.

A la mañana siguiente Danael va con la esperanza de encontrar a su alumna con buenas noticias y la encuentra más decaída y triste que nunca. Le cuesta mucho hacerla recuperar la sonrisa, le cuenta algunos chistes para ello, después de que se da cuenta de lo que pasó, siente que la antipatía a su rival de amores crece ¡Como si pudiera más!

La semana transcurre con la misma rutina aparentemente de siempre, Santiago ya no ha hecho por presentarse otra vez a la casa de las muchachas. Danael ha enfocado todos sus esfuerzos en cambiar el modo de ver la vida en Reyna, quiere darle confianza y que confíe mas en si misma, le ha dedicado un par de poemas, han hablado de grandes filósofos, incluso le ha ayudado a caminar con los mismos ejercicios que hizo en su casa. Después de un par de días parece que los esfuerzos del maestro fructifican de nuevo.   Pero maestro y alumna no dejan de decirse palabras especiales, él le ha dedicado otro poma, y un día le regalo una flor blanca como símbolo de una gran pureza. Por fin parece que Reyna esta olvidando los desplantes de Santiago, otra vez esta más que feliz

Por su parte Constanza se ha dado cuenta del cambio de actitud de su hija, sabe la cercanía de su hija con el profesor. Solo lo ve llegar y su sonrisa se ilumina… “Esas miradas no me engañan” se dice para si misma “Se nota que Danael realmente puede ayudar a mi hija”

Esa tarde mientras comen solos Constanza y Rafael, pues Julieta salió con Octavio y Reyna prefirió estudiar, la señora aprovechó para habar con su esposo:

-¿Qué opinas de Danael?

-Es un maestro como cualquier otro ¿Por qué? ¿Le has visto algo malo? Porque a mi no me gustó nada que el otro día se viera en la plaza con mi hija, tanta alegría de ese día le puede hacer mal para su salud.

-YO pienso que la esta ayudando más que cualquier maestro, le esta dando clases de superación, la hace que confíe mas en si misma

-Lo que le puede hacer mejor a Reyna es casarse con un hombre rico, que le de todos los lujos y comodidades que le haga no sentirse mal por lo de su pie

-Yo creo que para eso no se necesita mucho dinero, sino alguien que la haga ver de manera diferente las cosas… Ese puede ser Danael

Rafael la mira intrigado- ¡Quieres decir que ese maestro, puede darle la felicidad requerida a mi hija? NO tiene dinero, No recuerdas el lugar donde vive?

-Estaría mejor si le dieras un salario justo

-NO te metas en mis negocios mujer, eso fue lo que él aceptó, además no le pago mal

-Tal vez pudiera pasar algo, a  mí si me gusta el como esposo de  nuestra  hija, piensa  en su superación

-Pero…. ¿Qué dirán nuestros amigos del hombre con quien la estoy casando? Un muchacho sin dinero, que vive solo, que no tiene familia

-Dirán que es un muchacho muy culto. ¡Él no tiene la culpa de quedarse si familia tan pronto!

-A mi me gusta Santiago para mi hija-

-A mi no, ¡no recuerdas la forma Irónica de hablarle a mi hija!

-¡Solo le dijo la verdad!

-Vamos Rafael esas no son maneras! Mira por favor a Danael, se ve noble, es muy culto, y ayuda mucho a nuestra hija ¡Ella merece ser feliz!

-Insisto en que no tiene dinero

-Tal vez pueda haber una forma ¡Por favor! Piensa en la felicidad de nuestra hija

El esposo ya no dice nada pero se queda muy pensativo, después de la comida va al cuarto de estudio de su hija con Danael y permanece un rato mirándolos ¿Y si tuviera razón Constanza? Piensa en Santiago, y en los negocios que ha hecho con su padre, piensa en el profesor.  La felicidad de su hija contra los negocios que le puedan hacer ganar dinero

Ese día por razones que Danael no comprende, Rafael le dio la tarde libre, Sin otras cosas que hacer, camina a su casa pensativo, pero al pasar por la universidad, recuerda de rápido las aseveraciones que le hizo Silvano. Sus recuerdos se van a su pasado,  ¡lo mucho que se esforzó, por salir adelante, por formarse su nombre como maestro y además las clases que le daba con el violín. De pronto recuerda su órgano tan melódico y tan nostálgico

-¿Y si me   convenga trabajar en una universidad? Nada pierdo con probar- Se arregla su traje lo mejor que puede y se presenta a la dirección.

Tal vez sea hora de dejar de ser el maestro de Reyna, y proponerse ser su pretendiente. Después de una larga y extenuante entrevista sale con una ligera entrevista; Los papeles que le piden él los tiene, solo le hace falta la carta de recomendación de un mentor suyo. De su antiguo profesor. No cree que sea muy difícil conseguir todo esto, además su salario seria mejor, no ganaría tanto como para estar al nivel social de Reyna, pero si seria mucho mas satisfactorio, algo que también le llamo la atención, es lo del conservatorio de música, la licenciatura de cuerdas… ¿y si le revalidaran sus estudios?

Pero de momento lo que mas le llama la atención no había tiempo de pensar en eso. Decide que hará todo lo posible por ser maestro de universidad, para así poder conquistar a Reyna. Casi esta seguro, ella lo ama, y eso le dará fuerzas para superarse y hacer todo por ella. El próximo fin de semana lo dedicara a buscar a su antiguo maestro. ¡Danael esta enamorado y luchara por Reyna!

Es viernes por la mañana, los muchachos están haciendo planes para verse un poco mañana sábado.  Danael le dice que saldrá mañana temprano, pero por la tarde debe ir a su antiguo pueblo y hacer unas diligencias.

-Te extrañare

-Y yo a ti, estoy planeando algo para mi futuro, y creo que también te servirá a ti- le regala una sonrisa

La clase esta muy animada solo de maginar que mañana se verán como algo más que maestro y alumna.

-Tal vez debas aprender a caminar mejor ¿Quieres que te ayude?

-Me encantaría

-Toma mi mano-

Ella se levanta divirtiéndose con su galantería, ella lo toma de los brazos, mientras que el la coge de la cintura para hacerla tomar equilibrio…

Así están entre risas caminando unos pocos minutos, cuando…

-¿Qué pasa aquí? Respeta a mi hija- se escuchan los gritos de Rafael

Los dos se vuelven- Señor yo… la estoy enseñando a caminar- Dice nervioso Danael

-¡Suéltala! Eso no es propio de un caballero

-Papá yo…- Reyna se pone pálida al ver a su padre tan enojado

Danael rápido la ayuda a sentarse en un sillón

-Quiero verte en mi despacho en una hora ¡Y no la vuelvas a tocar!- Dice dirigiéndose al maestro, y viendo a su hija dice- ¡Y tu quiero que estés lista, en tres horas vendrán Santiago y sus padres a visitarte!

-Pero…

-No quiero escusas ¡Hoy veras a Santiago! ¡Y se acabó!

-¡Papá no!

Danael suspira consternado. Se mueve ansioso de un lado a otro, Reyna solloza

El tiempo se le va muy rápido… él no puede esperar una hora ¿Y si habla con Rafael? ¿Qué hacer? ¡Hablar con Rafael! Pero…. Tan orgullo y materialista que es… además con la posición social que tiene y su carácter tan orgulloso, hoy estando furioso. Todo se complica. Piensa en Reyna y las ganas de estar con ella.

¡Hoy es cuando debe de hablar con Rafael! Pero la tristeza y los lamentos de Reyna lo vuelven a la realidad, oye a la chica sollozar. De inmediato va con ella

-Tranquila. Hablare con tu papá, yo creo que me comprenderá

La abraza mientras la consuela… ella muy triste descarga sus penas sobre su pecho.

-No puedo hacer molestar mucho a mi papá, pero no quiero ver a Santiago. Me dice cosas feas, es soberbio y no me agrada. Quisiera verte solo a ti… Eres tan bueno y dulce  

Él la toma de las manos y le dice- Yo puedo hablar con Rafael, solo trata de que no te llame la atención.

-Solo ten cuidado

-Hare lo que sea para ayudarte

-¡No lo hagas por favor! Si te corre no soportare estar sin ti

-Pero tampoco puedo no excusarme, además debo hablar con él, no puedo olvidar todo lo que me dices de Santiago. No puedo permitir estés con un hombre que de alguna manera te trata mal

-No lo digas que las paredes nos pueden oír y caera una terrible cosa contra nosotros.- Dice aun sollozando

El joven maestro la mira enternecido, no puede dejarla sola y entristecida, y menos porque la ama tanto. ¡Algo debe de hacer, el que no arriesga no gana!

Los segundos pasan silenciosos y terribles entre ellos, Reyna no quiere que Danael hable con su papá, tiene miedo de perderlo, pero El maestro sabe que si la ama no puede quedarse así sin hacer nada, pero… aun falta media hora para ver al empresario, sabe que debe de ser formal, se adelanta y va al despacho, pero alcanza a ir Rafael hablando con Pedro el padre de Santiago; lo deja consternado:

-Espero que Santiago se la lleve bien con ella. Reyna es tan débil, aunque es buena, no podrá hacer las labores de una buena esposa.

-Yo creo que si... y también creo que cuando se casen contrataremos una sirvienta para que atienda las necesidades de Reyna, la pobrecita no puede hacer casi nada. Pero con el dinero que gane mi hijo, le podrá dar esos lujos.

-Por supuesto, con su unión nuestras empresas se fusionaran. Entre los dos haremos mas alianzas, incrementaremos la cartera de clientes y…

 “¡Hacer casi nada!” Danael se pone muy molesto “¡Como pueden discriminarla de esa manera!  si ella puede hacer mucha cosas a su manera pero lo puede hacer, si le ponen una sirvienta le cortaran mas la estima. Y peor como se expresan de ella, tan despectiva, considerándola poca cosa, la destrozaran poco a poco emocionalmente

Danael queda asqueado, al oír como quieren unirlos solo por un compromiso ¡Solo por negocios!  Si ya sabia que Reyna o quería ese matrimonio, ahora que ve el trasfondo de ese acuerdo se sintió aun mas decepcionado e iracundo contra ellos.

-¡No pueden casar a Reyna con Santiago solo por negocios! Y menos en esas condiciones!!!!!!!!!...................

Una hora después Danael se presenta con Reyna con un aspecto que de solo mirarlo daba terror, se le notaba una indignación, una furia, un dolor, pero al ver a Reyna una increíble tristeza….

 -¿Cómo te fue?- se levanta ansiosa en cuanto lo ve entrar

-Debo irme- Dice mirándola a los ojos y mostrando en ellos una desesperación profunda- ¡Se terminó mi contrato de trabajo!

-¡NO!

-Solo cuidate mucho con tu padre y no dejes que Santiago, te lastime………………………

-No quiero estar sin ti… ¡no quiero estar sola!

-Debo de irme… ¡CUIDATE!

-¡No te vayas! ¡No me dejes! ¡Quiero irme contigo!- hace un intento por levantarse pero cae

El la levanta e intenta poner en su silla:

-No puedo darte el nivel de vida que tienes

-¡No me importa!- Llora y lo abraza- Quiero estar contigo. Solo tú me sabes respetar. Solo tu me sabes tratar bien….

-No puedo….

-Prefiero huir contigo y vivir de lo poco que tengo, que estar sola, con lujos y ser tratada como un objeto, o poco valuada……………   ¡POR FAVOR DEJAME IR CONTIGO!!!...............................

Las lagrimas de Reyna son tan fuertes que parece se escucha por toda la casa, entran Constanza y Rafael y ven a su hija llorando desesperada abrazada del maestro