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Complicidad entre primos 41

en Hetero: General

El miércoles había quedado Marta con la abogada para empezar a tramitar el divorcio con Antonio. Había quedado por la tarde y Alicia había quedado con Luis para cumplir con una de las fantasías de éste. Se vistió con una camiseta de tirantes y un pantalón corto, con ropa interior debajo y esperó a Luis. Cuando llamó a la puerta de casa entreabrió con dudas y entonces Luis aprovechó y le dio un empujón colándose dentro. Alicia fingía sorpresa mientras Luis seguía y le sujetó, besándola y metiéndole mano. Alicia logró zafarse emitiendo un leve grito que excitó más a Luis, parapetándose en el sofá.

-         No lograrás escapar puta, ven aquí y no te haré daño.

-         No, no.

Alicia también se sentía excitada con el juego pero siguió fingiendo miedo e indefensión. Luis la volvió a agarrar e intentó desnudarla, pero Alicia se lo impedía. Luis le dio un cachete suave y una zurra en el culo y le miró con la mano en alto amenazante. Alicia fingía llorar y se recogía sobre si misma.

-         No, por favor, por favor.

-         Llevas todo el año de calientapollas en clase, puta.

-         No, yo no, yo…

-         Calla.

Luis le quitó bruscamente el top y el pantalón y le manoseó el cuerpo con poca delicadeza. Llevaba ropa interior de color lila.

-         A tu cuarto, zorra. Te voy a follar en tu cama. – Alicia le volvió a hacer un gesto de implorar. – Vamos. – Dándole una sonora cachetada en el culo.

Alicia se fue despacio y resignada hacia su cuarto. Se acordó del sueño donde era violada junto a su madre por los del chiringuito y Luis se acordó de los sueños donde la violaba en la universidad y donde era violada en clase y no podía evitarlo. También del sueño en que violaba a la dulce madre de Alicia. Con todo ello llevaba una gran erección y Alicia estaba interpretando su papel a la perfección. El día anterior le había contado la separación de sus padres y fue ella la que le insistió en seguir con su fantasía y en follar en los vestuarios, donde fue penetrada analmente.

-         Desnúdate. – En tono imperativo.

-         No, por favor.

Alicia se tapaba como podía y se encogía. Luis le volvió a amenazar y con cara de resignación y llorosa se desabrochó el sujetador. Alicia se notó las tetas con los pezones endurecidos, se las tapó con las manos fingiendo pudor y vergüenza, sus manos no tapaban por completo sus esplendorosas tetas.

-         Quítate las manos. Así muy bien.

Luis se acercó y le manoseó el culo y las tetas a placer. La besó en la boca ante una Alicia que adoptaba ya una postura de resignación.

-         Venga, el tanga.

Alicia se despojó del tanga y se tapó el coño y las tetas como pudo, encogiéndose.

-         Último aviso. Así sí, puta. Date la vuelta. Pon el culo en pompa, abre un poco las piernas, así mostrando el coño. Gírate otra vez.

Luis iba dando órdenes y Alicia obedeciendo. Luis disfrutaba la sensación de poder y acabó por desnudarse.

-         De rodillas.

Alicia se colocó de rodillas y fingió asombro y cierto temor por el tamaño de la polla erecta de Luis. Esa polla que tan bien conocía y disfrutaba.

-         Chupa.

Alicia no abría la boca y Luis le refrotó la polla por los labios, ante el gesto de desagrado de ella, que finalmente la abrió y empezó, ella toda una experta, una torpe mamada como si fuera una novata y no le cupiera en la boca.

-         Vamos, vamos, entera, trágatela.

Luis le metía con brusquedad la polla hasta que Alicia se la tragó entera, se la sacó y tosió, pero Luis volvió a la carga y a follarle la boca.

-         Glup, glup, mmm, grof.

-         Así, así, ¿ves? Te guta chupar pollas.

Alicia hizo un gesto afirmativo sin sacarse la polla de la boca. A Luis le gustaba quedarse con toda la polla dentro y provocar los gemidos de Alicia agobiada por tener la polla dentro.

-         Arriba.

La jaló del pelo y de otra zurra en el culo le llevó a la cama. Alicia se recogió sobre sí misma y miró con ojos implorantes.

-         Abre las piernas.

Se hundió entre sus piernas y saboreó su coño, comprobando lo mucho que Alicia disfrutaba del juego. Se colocó encima de ella y se hizo una cubana con sus tetas.

-         Te podrías ganar la vida como puta. Vas por ahí de calientapollas. Pues toma.

Alicia gemía y miraba al techo fingiendo desagrado y volvió a cerrar las piernas, mientras Luis trataba de impedirlo, forcejeando ambos.

-         No, por favor.

Luis consiguió meterle dos dedos por el chocho de manera zafia y grosera, entre las protestas de Alicia, que le lanzaba manotazos. Al final le abría las piernas y aprovechó para hundirle la polla de un empujón y empezar un fuerte mete saca.

-         Nooo, aaah, aaay, nooo, aaah.

-         Tú has querido que te folle así. Toma, toma.

Le gustaba hundir por unos segundos su polla por completo y luego reanudar. Le propinó pequeñas bofetadas en el rostro y las tetas, provocando unos pequeños chillidos que le excitaban más. Sacó su polla y elevó las piernas de Alicia, que aterrorizada trató de evitarlo.

-         No, por favor, por el culo no, soy virgen del culo, haré lo que quieras, te la chuparé. Nooo.

-         Lo que quiero es darte por el culo como a una puta. Tú lo has querido.

-         No, no.

Alicia ya sentía el glande tratando de abrirse paso en su ano. Luis seguí insistiendo y metía y sacaba poco a poco aún siendo consciente de la facilidad con la que se la podía haber metido en un culo acostumbrado a albergar una polla. Volvió a metérsela en el coño.

-         A cuatro patas. – Ordenó.

-         No, por favor.

Volvió a penetrar su coño pero rápidamente se encaminó al culo, del que ya no sacó la polla hasta clavarla en el fondo, pese a las quejas de Alicia, lentamente se la metió. Se la sacó para ver el agujero.

-         Después de encularte ya no tendrás problema en recibir pollas en tu culo de cómo te lo voy a dejar.

-         No, no. Duele. – Mintió Alicia. – Aaaaah, ah, ah, aaaah. Mmmmm,mmm.

Luis acompañaba la enculada de sonoras palmadas en el culo. Mientras Alicia fingía llorar. Finalmente la volteó para dejarla boca arriba y se corrió copiosamente en la cara de Alicia, que puso cara de asco. Luis le siguió refrotando la polla una vez descargada y le obligó a chupársela.

-         Límpiame la polla, puta.

-         Mmm,mm, ay.

-         Que te sirva de lección calientapollas.

Alicia se quedó tumbada sobre la cama abatida y gimoteando.

-         Jijiji. Cómo te has pasado cabroncete.

-         Había que darle realismo y tú lo has disfrutado tanto o más que yo.

-         Sí. Otro día seré yo quien te viole.

-         Encantado. Me ha hecho gracia lo de soy virgen del culo.

-         Jiji, para excitarte.

-         Tuve que disimular que tenía que hacer fuerza porque te entraba con facilidad.

-         La práctica y las pollas que han entrado jiji. Bueno, en el culo no tantas y ahora que estoy contigo menos.

-         ¿Cómo fue la primera vez? Por curiosidad ¿Te dolió?

Alicia sonrió y se acordó del mimo con el que le había tratado su primo Manuel, y cómo posteriormente le taladraban el culo y la facilidad con la que le entraba. Se sentía sucia y gozosa en esa posición.

-         Tuve un chico que me lo hizo con mucho cuidado por lo que me dolió poquito, y a partir de ahí lo disfruto mucho. Voy a lavarme la cara.

Alicia no quería tener que dar más detalles y tener que responder con evasivas a las preguntas de Luis, siendo que siempre era muy directa y no se cortaba en las respuestas. Se acordó de la de pollas que la habían taladrado ese verano. En el futuro repitieron ese juego varias veces y en ocasiones fue ella la dominante. Regresó y se tumbaron juntos en la cama.

-         Gracias por hacer cumplir esta fantasía.

-         De nada. Aunque eres un depravado que me violas y que te quieres follar a mi mamá. ¿O también la quieres violar?

Alicia le había dado pie y Luis se decidió a contarle el sueño en que sodomizaba y violaba a Marta. Se preguntó a sí mismo si realmente Marta practicaba y le gustaría el sexo anal. Pensó en su culo respingón.

-         Qué gracioso lo de que no se entere mi marido, ahora que se han separado… podrías jiji.

-         No, no.

-         Pero en sueños sí, eh, y encima aparezco yo para salvar a mi mamá. Bien que te montarías un trío con nosotras dos si pudieras…

-         Bueno…

-         Menudo cerdo depravado estás hecho jiji. Violar a la mamá de tu novia.

-         Es muy guapa.

-         Ya. Mientras te quedes en eso. Mi mamá se sentiría halagada de saber que le gustas.

-         No se lo digas, que la violo en sueños.

-         No te preocupes, solo le diré que le gustas.

-         Pero tu me gustas más.

-         Ah.

-         Mira si me gustan las maduritas que la madre de Eva también me atrae.

-         Jiji, ¿cómo es?

Luis le hizo una descripción. Luego se dieron una ducha juntos y se fueron al salón, ya vestidos, a tomar una cerveza. Poco después volvió Marta de la visita a la abogada y saludó cariñosamente a Luis, menos azorado que la primera vez, pero igualmente embriagado. Alicia contempló divertida la escena sabiendo los deseos ocultos de Luis.

-         ¿Qué tal ha ido, mamá?

-         Bien, luego te explicaré. Vosotros dos también lo habréis pasado bien imagino. – Dijo sonriendo y con cierta sorna.

-         Sí, mamá.- Respondió Alicia, viendo que Luis estaba un poco cortado. – Mi mamá es muy natural.

-         Sí. – Respondió Luis.

Luis se despidió de Marta con dos besos y aprovechó para situar la mano en su cintura.

-         Qué encanto de novio tienes hija, no me importaría que me lo prestaras un rato.

-         Tiene una polla que te gustaría, un platanito casi tan grande como el de Manuel.

-         Um. Cuídalo.

-         Pues mira…

Dada su especial razón con su madre, Alicia le contó los sueños eróticos de Luis con Marta de protagonista, ésta hizo una exclamación y sonrió.

-         Ahí donde lo vez es otro depravado como Manuel.

-         Ya, pero no le puedes contar nada.

-         Ya, ya. Si le he dicho que no te contaría lo de la violación pero como tenemos esa confianza…

-         Sí. Bueno, son fantasías.

-         Esta misma tarde le he complacido en una como el sueño que te acabo de contar.

-         Oh.

-         Eres tan guapa que sigues atrayendo a los hombres y a los jóvenes… deberías estar orgullosa.

-         Sí, pero con calma, os tengo a vosotros.

-         ¿Cómo llevas el ojete y el chochito?

-         Bien. – Respondió sonriendo.

Le dio un gran abrazo a su madre y la besó.

-         Ponte cómoda mamá.

Marta sonrió porque sabía que era una forma de decir que se desnudara. Alicia de hecho ya se estaba despelotando y Marta se fue a su cuarto y volvió desnuda.

-         Cuéntame cómo ha ido.

Alicia no podía dejar de mirar el coño de Marta y esta sonreía.

-         Lo tienes tan bonito, después de cenar le daré un meneo.

Marta le contó que había ido bien con la abogada, que tenía las de ganar y que habían diseñado una estrategia. Preferían no ir a juicio y resolverlo rápido con una negociación.

-         Tu padre no tiene otra que aceptar, sabe que en un juicio será peor. – Concluyó.

Durante la cena Marta se percató de que a su hija se le había ocurrido una idea al verla reir.

-         ¿Qué se te ha ocurrido hija?

-         Podemos jugar un poco con mi Luis, sé coqueta con él, ya me entiendes, hazte la descuidada, ya le hemos dicho que eres muy natural.

Marta sonrió con agrado ante esa idea.

-         Me parece bien, de todas formas tal como vivimos desde que estamos solas no será difícil.

-         Que se caliente contigo y de desfogue conmigo jiji o te vuelva a violar en sueños.

-         Yo de verdad que me lo follaba… si pudiera.

Después de follar con su madre y con tanto ajetreo se quedó profundamente dormida. Se vio desnuda sobre la cama de su cuarto y su padre encima de ella, que le miraba con lascivia.

-         Te has portado mal conmigo, tú y la puta de tu madre.

Alicia estaba paralizada entre la sorpresa y el terror. Su padre había empezado a follarla groseramente sin que pudiera hacer nada.

-         No, no, no es cierto, yo te sigo queriendo, papaaa. Mamaaa.

-         No llames a la puta de tu madre que no puede oírte. Y ahora me la vas a chupar, que tienes cara de puta como tu madre.

-         Ummm,mmm, no, aaahm.

Nunca le había visto la polla a su padre, era de longitud normal pero bastante gruesa.

-         La puta de tu madre nunca dejó que le diera por el culo como se merecía, pero contigo sí lo haré.

La volteó con pasmosa facilidad y se dispuso a penetrarla analmente tras darle un par de zurras.

-         ¡Nooo, nooo, mamaaa!

-         ¿Qué te pasa hija? Ya pasó, estoy aquí.

Alicia, sudorosa, se abrazó a su madre y le contó la pesadilla.

-         Bueno, no va a ser tan fácil librarse de tu padre.

-         Eso parece.

-         No siempre se tiene sueños agradables. Tranquila, duérmete que es de madrugada.

-         ¿Tiene la polla así? Por curiosidad. – Alicia le indicó las medidas con los dedos.

-         Sí, así la tiene.

Alicia se abrazó por la espalda a Marta y volvió a quedarse dormida. Marta pensó por unos momentos en el extraño sueño de Alicia y si le estaba afectando la separación. Finalmente también se quedó dormida.

Marta estaba con su kimono sentada en el sofá de casa y vio aparecer a Luis. Se dio cuenta del momento y puso su sonrisa más irresistible, disfrutando del juego de seducción y abriéndose un poco el escote del kimono.

-         Hola Luis, estoy sola, siéntate conmigo. – Indicándole con la mano.

-         Hola Marta. ¿No está Alicia?

-         No, ¿sabes? Creo que le vas muy bien a mi hija, guapo y responsable.

-         Gracias. – Respondió algo cortado.

-         Conmigo puedes tener toda la confianza, noto cómo me miras, te gusto ¿verdad?

-         Eh…

-         No seas tímido, sé todo sobre la relación con mi hija.

-         Ah.

-         Tú también me gustas. – Le puso la mano en el muslo. – Mira. Toca mi muslo. – Luis puso la mano – Por debajo, tontorrón, mira que piel más fina.

-         Es muy suave.

-         Y esto.

Marta le besó en los labios con dulzura a la vez que se abría el kimono. Llevó la mano a la entrepierna notando la dureza de la polla bajo el pantalón.

-         Quiero ver tu polla, sácala. Acaríciame, oh, así.

Marta sintió los pezones erectos ante las caricias de Luis por sus muslos, su culo y sus tetas. Desabrochó el pantalón y ya sin el kimono empezó a mamar con fruición la polla.

-         Oh, es tan grande y bonita como me dijo mi hija.

Luego se levantó y se encasquetó la polla en el coño para follarse al novio de su hija, con una mezcla de placer y morbosidad. Hasta que sintió que se corría dentro de ella y se despertó en ese momento. Su hija seguía abrazada a ella y todavía era pronto. Se llevó la mano al coño que sentía humedecido y se chupó un dedo, continuó masturbándose recordando el sueño hasta que se corrió.

Luis volvió muy satisfecho a casa de haber realizado su fantasía de violar a Alicia. Le gustaba la sensación de estar con Alicia y ver las miradas libidinosas y de envidia que despertaba. Era él su novio y quien se la follaba. Con la salvedad de la relación abierta que manejaban. Se sentía muy contento. En vez de molestarle se lo tomaba como hacía Alicia, como algo divertido. Aguardaba el momento de volver a clase y ver la envidia en sus compañeros. Los mismos que le hablaban lo justo, había sido Alicia la única interesada en saber cómo era y conocerle.

Se encontró en el parque donde quedaba con Alicia y vio aparecer a la madre de Eva. Llevaba un vestido estampado y rápidamente la abordó Luis besándola en la boca y sobándola. La madre de Eva después de la sorpresa inicial ofreció resistencia cuando Luis trató de desnudarla.

-         Socorro, no, ¿pero que haces?

Luis le dio una bofetada y consiguió sacarle una sabrosa teta que chupó, mientras ella trataba de que no le subiera el vestido. Cayeron al suelo en el forcejeo y aprovechó la boca entreabierta por el esfuerzo para meterle la mitad de la polla.

-         Ummm, ummm, aagh.

Aprovechó y le subió el vestido y le corrió las bragas lo justo para verle el coño con el vello castaño y penetrarla con decisión.

-         Uuuuy, aaah, aah.

El cuerpo de la madre de Eva vibraba con las fuertes acometidas y parecía ir perdiendo fuerzas para resistirse. Luis le sacó las dos tetas, firmes y apetecibles y las sobó y chupó hasta que se despertó. Luis se regodeó en los pasajes gozosos del sueño y su mente caliente le llevó a imaginarse un trío con su hija Eva. Un trío de castañas y un trío de rubias con Marta y Alicia. Pensó que no tenía con Eva ni mucho menos la confianza no ya para contarle el sueño sino siquiera que sentía atracción física por su madre.

Durante el desayuno Marta se dirigió a Alicia.

-         ¿Te está afectando la separación?

-         No

-         Vale, es por el sueño, que me ha parecido algo raro.

-         Ya, además yo a papá lo sigo queriendo, no como antes por lo que te ha hecho, pero le sigo respetando.

-         Y quiero que siga siendo así y tengas la mejor relación posible. La separación y lo que me hizo es entre él y yo.

-         A mi también me ha sorprendido.

-         A lo mejor son deseos ocultos de tu padre, quien sabe. – Dijo sonriendo.

-         Jiji.

-         Te quiere follar hasta tu padre.

-         Ya lo haces tu.

-         Pero es distinto.

-         Ya, lo raro es que me viole.

-         O tu mente calenturienta.

-         Oye, mira Luis, sueña primero que me viola a mi y luego a ti.

-         Hablando de Luis.

-         ¿Qué?

Marta le contó detalladamente el sueño que había tenido.

-         Vaya, jiji.

-         No se lo digas, ha sido como una fantasía, follarme al guapo novio de mi hija.

-         Descuida. Buf, si lo supiera, sería capaz de lanzarse incluso…

-         No, no.

-         Con lo que le gustas.

-         Y me halaga.

-         ¿Y no has querido meterte su polla en tu culito?

-         No, he podido, pero mi culo es solo vuestro. Incluso aunque tuviera pareja en un futuro, ya lo sabéis.

-         Muy bien. Como cosa exclusiva…

-         He disfrutado mucho seduciéndole.

-         Es tan tierno.

-         Oye, como tú me has preguntado antes, tiene la polla como un platanito así.

-         Sí, casi como la de Manuel.

-         Qué dos buenas pollas tienes hija.

-         Y bien que las disfruto.

-         ¿Sabes que me he masturbado luego?

-         ¿Del sueño?

-         Sí.

-         Uy, que pervertida, con el novio de tu hija, podrías ser su madre…

-         Calla, calla, una necesidad del momento, estaba caliente.

-         Carla y Manuel seguro que se rien cuando se lo cuentes.

-         Me habéis hecho una pervertida…

-         Falta te hacía jiji.

Alicia fue objeto de miradas cuando fue a por el pan. Llevaba una camiseta con buen escote y una falda a mitad de muslo. Tuvo la mala suerte de coincidir en el ascensor con el vecino de 15 años, al que se le cambió la cara al verla. Trató de hablar sobre el buen tiempo que hacía pero Alicia respondía con monosílabos. No perdió vista en ningún momento de su escote por donde se intuían dos esplendorosas tetas. Se contuvo de no meter la mano bajo la falda y al salir ella se rozó como si hubiera sido involuntario con el brazo de Alicia, que respiró aliviada en el descansillo.

Esa mañana Luis recibió la llamada de la Bea para quedar ese sábado, aprovechando que sus padres se iban de cena, ya que el lunes partía para Londres. Luis pensó de cómo ese verano había pasado de no salir apenas de casa a tener a cuatro chicas a su disposición para follar. Ya se imaginaba cómo se iba a follar a la guarrilla aquella. A lo mejor hasta le tenía reservado algo especial. Buen fin de fiesta debe de estar teniendo antes de irse pensó. Tienen suerte de la chupapollas que se llevan los ingleses. Luis llamó a Alicia para decírselo y que no podrían quedar y no le puso la menor objeción.

-         Puedes quedar conmigo antes si quieres jiji.

-         Ya que es el último día con ella.

-         Vale.

Se presentó en casa de la Bea, que le recibió con un cálido beso y un abrazo.

-         Tranquilo, que hoy no he chupado ninguna polla, se que te da cosa besarme por eso.

La Bea tenía ganas y rápidamente se quitó la camiseta y pantalón de andar por casa, quedando en ropa interior negra. Luis se desnudó y le mostró orgulloso su polla, que la Bea miró con lascivia.

-         Te echaré en falta en Londres.

-         Seguro que enseguida se la chupas y follas a los ingleses.

-         No puedo evitarlo.

La Bea le agarró la polla con ganas y la empezó a lamer como un helado y a tragársela entera. Luis colaboró follándole la boca. Hay que reconocer que la chupas de maravilla, con tanta experiencia.

La Bea se desabrochó el sujetador y siguió mamando. Las dos tetas cónicas y firmes, con los pezones duros, salieron a la vista. Luis le refrotó la polla por la cara, con la Bea siempre adoptaba una postura más grosera. Sobó sus tetas y las chupó, le gustaba porque le podía abarcar mucha teta al succionarlas. Le dio un cachete en el culo y le bajó las bragas. Le sobó a placer el culo dándole pellizcos y se arrodilló frente a sus muslos y su coño, sobándolos y acercándose poco a poco al coño. Introduciéndolo dos dedos y buscando con la lengua el clítoris.

-         Umm, aay, joder, que bien sabes chupar un coño.

-         Tienes un cuerpo perfecto para follar, has nacido para que te follen todo el día sin parar.

No paró hasta que se corrió en su boca, se levantó y la besó. La Bea le llevó a su cuarto y le indicó que se tumbara.

-         Déjame follarte por última vez.

Con gesto de placer se encasquetó la polla y empezó a cabalgar. A pesar de lo mucho que follaba seguía teniendo un coño que aprisionaba la polla.

-         ¿Y el culo? A una buena zorra le gusta tenerla en el culo.

-         Ya estaba en eso, cabrón, no te impacientes.

Con toda su actividad sexual, no eran tantas las veces que se dejaba dar por el culo, última frontera en su dignidad de conocida casquivana. También dejaba aprisionada la polla, le gustaba en su condición de ninfómana sentir como le abrían el culo y sentirse sucia. Se colocó de espaldas y Luis posó con fuerza sus manos en las nalgas, mientras dejaba que la Bea se hundiera en su polla.

-         Aaaaah.

A Luis también le gustaba ser la parte pasiva y que se lo follaran. Echaría en falta a la Bea a pesar de todo.

-         ¿Me dejas un momento? Luego te dejaré cuando me vaya a correr.

-         Vale.

-         Mira túmbate y eleva las piernas.

Era una postura que gustaba a Luis ya que así disponía de los dos agujeros con facilidad. Empezó por su coño y se pasó al culo, metiéndosela hasta el fondo y alternando. Entre los gestos de placer de la Bea.

-         ¿Te gusta, eh? Así bien abierta.

Luis volvió a tumbarse y dejó acabar a la Bea como era su deseo. Se la metió otra vez en el coño y sintió el semen de Luis en sus entrañas, metiéndose la polla todo lo que pudo.

-         Así tengo un buen recuerdo tuyo. – Dijo sonriendo.

-         Dentro de ti.

-         Puedes ducharte si quieres, yo prefiero dormir así con tu olor y tu leche.

-         Qué guarrilla eres.

-         Tú vas a ser el último chico con el que folle antes de irme.

-         Ah.

Luis salió de la ducha y la Bea le acompañó a la puerta y le dio un abrazo.

-         Eres de los pocos que echaré en falta.

-         Buena suerte.

Luis la miró desde el descansillo y se despidió con la mano, la Bea hizo lo mismo y con la otra mano se cerró los labios vaginales, guardando el recuerdo que se llevaba.