miprimita.com

Complicidad entre primos 23

en Amor filial

Marta estaba radiante con un vestido negro. Alicia se había arreglado también.

-         No vamos a una cena de gala, pero qué guapas estáis.

-         Tú también llevas traje y corbata papá.

Al entrar en el restaurante varios clientes se giraron para observarlas, Antonio puso cara de poker. Ocurrió lo mismo con el camarero. Antonio se ausentó para ir al baño antes de tomarse el café.

-         Me recuerda a cuando fuimos con Carla y Manuel, pasó igual, como nos miraban. – Susurró Alicia.

-         Sí, pero tranquila, ¿no pensarás liarte con el camarero?

-         No, ¿y tú follar en el baño?

-         Calla, calla.

Antonio se tomó un par de copas, por una de sus acompañantes. Alicia se ofreció a dejarles solos de fiesta pero su padre rehusó.

-         Es una noche de celebración familiar. Nos iremos a tomar otra ahí enfrente y a casa.

Al llegar a casa Antonio ya le iba metiendo mano disimuladamente en el ascensor y se metió con prisa al dormitorio. Alicia les oyó follar un rato, no demasiado, y empezó a tocarse un poco, se acordó de la cita con Luis y que no le había llamado aún. Aprovechó al día siguiente que su padre estaba en el baño duchándose y se lo explicó a su madre.

-         Um, no le gusta salir al día siguiente de haber trasnochado.

-         ¿No puedes hacer nada?

-         Espera, esta tarde le puedo encargar que vaya a por unas sombrillas, que las tenemos viejas.

-         Gracias mamá. – Dijo besándole en la mejilla.

Poco después el asunto estaba solucionado a pesar de los gruñidos iniciales de Antonio.

-         Mejor no dejarlo para última hora. Además nos podremos tomar luego algo tranquilamente en el centro comercial.

-         Está bien.

Marta guiñó el ojo a Alicia sin que Antonio le viera. Alicia se fue a su cuarto y chateó con Luis. Luis se puso contento pensando que podría volver a ver a Marta además. A las seis y media estaba puntual en el portal. Alicia le recibió con una camisa sin mangas, que a Luis le pareció especialmente excitante, y un pantalón corto.

-         Vamos a mi cuarto, hasta las nueve o así no volverán mis padres.

-         Genial.

-         Te mandé algo ¿verdad? Pues ya me estás demostrando que has cumplido con tus deberes. Venga, desnúdate, jiji.

Luis se quitó la camiseta, se  quitó las zapatillas y se bajó los pantalones, Alicia contemplaba divertida, finalmente se desprendió del calzoncillo, mostrando una polla morcillona y un pubis depilado. Alicia se sentó en el borde de la cama y acercó su cara a la zona depilada como inspeccionando, acarició la polla y los huevos y sonrió satisfecha.

-         Muy bien. ¿Te ha costado mucho? A partir de ahora puedo ayudarte si quieres.

-         Un poco al ser la primera vez, pero seguro que con tu ayuda será mejor.

La cercanía del rostro de Alicia, la excitación por la situación y las caricias, habían endurecido la polla de Luis.

-         Jiji, así mejor.

Agarró la polla que Luis le había puesto rozándole la cara, metiéndose por entero la polla y siguiendo el ritmo que Luis le marcaba, de vez en cuando le pajeaba con su mano y volvía a metérsela, en dos de esos intervalos primero se quitó la camisa y luego el sujetador. Observó complacida que Luis había perdido la timidez del comienzo de su relación y se atrevía a llevar la iniciativa y a marcarle los pasos. Luis hincó las rodillas en la cama y empezó a hacerse una cubana a la que enseguida pasó a dirigir Alicia. Le dio un leve empujón y la tumbó en la cama, le empezó besar de los brazos al cuello y a la boca, se sentía seguro y satisfecho de su papel dominante ante la chica de sus sueños, recordó sus fantasías.

Con decisión le desabrochó el pantalón corto, Alicia alzó el culo y se deslizó el pantalón hasta el suelo. Lucía un tanga rosa que le gustó mucho a Luis, jugueteó con él, descubriéndole el coño, haciendo reír a una Alicia que parecía adivinar los deseos de Luis. Le amasó los muslos bien torneados y le bajó el tanga, lo tuvo entre sus manos y aspiró su olor.

-         ¿Te gusta como huele mi coño?

-         Me encanta, ¿y cómo huele mi polla?

-         Muy rica.

-         Voy a comerte el coño Alicia.

Alicia se abrió más de piernas, complaciendo a Luis, que empezó a lamer y succionar un coño que ya demandaba más atención. No paró hasta sentir como se corría su amante. Se levantó y mostró una polla desafiante, Alicia fingió temor a ser penetrada pero acabó riéndose, aún así endureció más la polla de Luis, que se encaminó a la vagina de Alicia, que se mordió el labio al ver que le hundían la polla por completo. Tras unas embestidas, Luis le agarró hacia arriba de las piernas, quedando Alicia a su voluntad y viendo el efecto hipnotizador del bamboleo de sus tetas. Observaba así una buena visión del ano. Al final se atrevió a meterle un dedo, Alicia dio un respingo aunque esperaba algo similar.

-         ¿Te gusta mi culete, eh?

-         Sí, si tu quieres.

Llegado el momento que más deseaba le entró algo de duda por primera vez esa tarde, no haberlo hablado antes y que provocara un no por respuesta.  Alicia sonrió comprensiva y se puso a cuatro patas mirando al cabecero de la cama.

-         Así lo harás mejor cariño, pero ve con cuidado.

La respuesta tranquilizó a Luis y le llenó de orgullo que le llamara cariño, sintió algo especial. El ano de Alicia se mostraba sonrosado y reluciente entre la blancura de sus nalgas, Luis jugueteó con ellas, mordisqueándolas. Se atrevió a lamer el ano, cosa que sorprendió a Alicia. Apuntó su pene y sintió que entraba con facilidad, deduciendo que otros ya habían catado antes ese placer. Fue haciendo con paciencia más profundas las penetraciones hasta que tocó con sus huevos las nalgas. Se sintió pleno de alegría y satisfacción. Hasta recordó a sus compañeros de clase y la envidia que sentirían.

-         ¿Sabes de quién me estoy acordando?

-         Dime.

-         De los compañeros de clase.

-         Ah.

-         Lo mucho que te desean, pero quien te está follando soy yo, no ellos.

-         Jijiji. No te preocupes por ellos. Disfruta.

Más confiado pasó una de sus manos de las caderas a la melena de Alicia, sintiendo mayor dominio y hasta se animó a darle un par de palmadas en el trasero.. Alicia se dejaba hacer disfrutando de su fogosidad. Luis sacó la polla para ver el agujero que había hecho, como hizo con la Bea, estaba disfrutando más aquella enculada con la chica que le gustaba y quería. Recostó de medio lado a Alicia y tras unos momentos en el coño volvió a follarle el culo y luego con Alicia boca abajo, le gustaba aquella postura donde la controlaba totalmente.

-         Quiero correrme en tu culo.

-         Córrete donde quieras.

Luis hundió su polla hasta el fondo y eyaculó una gran cantidad de semen, que empezó a salir del ano antes de sacar su polla.

-         Vaya corrida encanto. – Dijo Alicia girándose.

-         Ha sido fabuloso. – Respondió besándola con cariño.

Todavía salía semen y se le iba escurriendo por los muslos.

-         Te ayudo a limpiarte voy a por un pañuelo.

-         Déjalo, ya voy al baño.

Alicia se fue sonriente y satisfecha, confirmaba que tras su primo encontraba un amante a la altura de las expectativas que ya tenía. Observó el estado de su ano y que no se había resentido. Cuando volvió Luis se había limpiado con un pañuelo la polla.

-         Mira que eres tonto, ¿quién te la limpia siempre?

-         Tú. – Dijo algo avergonzado.

-         Vienes en plan dominante y no dejas que te limpie la polla, ay.

Alicia se puso de rodillas y le succionó brevemente la polla.

-         Así mejor, ¿ves?

-         Claro.

-         Túmbate aquí junto a mí, que tenemos tiempo de descansar un poco y echar otro polvo y tenemos que hablar, nuestra relación se basa en eso ¿no?

-         Claro que sí Alicia.

-         Hoy has venido más confiado, llevando la iniciativa, eso es bueno tenemos confianza entre los dos, ya no eres un vergonzoso. A mí no me gustan los sosos sino quien me da marcha, ¿entiendes?

-         Sí, contigo estoy muy a gusto, me siento bien.

-         He visto como has follado y creo adivinar que tienes fantasías, cuéntamelas, ¿me equivoco? Jiji.

A Luis le seguía asombrando la intuición de Alicia, pero decidió ser sincero y seguir el camino de estar confiado.

-         Sí. Tuve un sueño el otro día y en parte es producto de una fantasía. Una vez te conté que te violaba.

-         Hoy has tenido tics de eso, como cogerme del pelo, como embestías…

Luis le contó el sueño donde era violada primero por el profesor más odiado y luego por los compañeros grupalmente, momento en que se despertaba, como era humillada y que no podía hacer nada. Alicia escuchaba atenta entre pequeñas carcajadas.

-         Casi que me pones cachonda, no es que quiera me violen esos tipos pero a veces una fantasía de dominación, al menos tíos con una buena polla y que estén buenos. A vosotros os gustaría follar en un harén. A ti te pone cachondo verme dominada.

-         Pero te quiero, es solo una fantasía, eso… pasa.

-         Ya lo sé tonto, yo también te quiero, y el próximo polvo es para celebrar que vamos a formalizar esta relación, por algo te he dejado que me dieras por el culo.

-         Genial, me haces muy feliz.

-         Hay más, vi como mirabas a mi mamá, ¿a que es guapa?

-         Sí, es muy guapa.

-         Está muy buena, es normal que la mires, los hombres lo hacen cuando pasa a su lado.

-         Pero es tu madre.

-         Es normal que te guste, apostaría que has pensado en ella.

-         Confieso que sí, pero no se lo digas a nadie.

-         Tranquilo, cuando digo pensar digo pensar en follarla ¿no es así? Jiji No me molesta, no estábamos comprometidos y además quiero mucho a mi mamá, a veces hasta creen que somos hermanas.

-         He pensado y hasta soñado con ella.

-         Uy jijiji, ¿te la follabas?

-         Sí, me obedecía y se desnudaba y me la follaba.

-         Qué buen culo tiene ¿eh? Muchos hombres pagarían mucho por follarla. Y qué cuerpo tan bonito. Te lo digo porque a veces la he visto saliendo de la ducha o nos hemos probado ropa juntas. Ya viste que es genial cuando te descubrió follando conmigo.

-         Sí, es muy agradable.

-         Una pena que hoy no la veas, pero ya la verás más veces ahora que somos pareja. Y hay otra cosa volviendo a tu sueño.

-         ¿Si?

-         Tienes la fantasía de violarme y pronto podrás hacerlo, fingiremos que me violas si eso te complace, y para mí será una nueva experiencia.

-         Gracias Alicia. ¿Nunca has soñado que te violan?

-         Nunca, soy yo quien asalta jiji. Y ahora te voy a follar yo, que tú lo acabas de hacer, déjame.

Alicia empezó a mamar la polla de Luis que se había quedado a medio gas, rápidamente adquirió dureza, le encantaba a Alicia sentir crecer una polla en su boca. Se acomodó encima de Luis y se introdujo el pene en la vagina, cabalgando, Luis observaba una vez más el vaivén de sus tetas, le estaba dando un buen meneo, como había anunciado le iba la marcha.

-         Esto te va a gustar.

Luis se dejaba hacer, contento, Alicia se dio la vuelta y se encajó la polla en el ano para deleite de Luis, que veía un magnífico culo que se engullía y sacaba su polla. Finalmente Alicia se volvió a girar y le sonrió pícara, se metió la polla en el chocho y siguió la faena entre los jadeos de ambos.

-         Me voy a correr.

-         Córrete dentro cariño, te gustará.

Luis alcanzó el clímax solo de pensar en correrse dentro de Alicia, sintió un temblor en todo el cuerpo y eyaculó dentro, Alicia sintió que llegaba la corrida y se hundió la polla, notando como el semen le inundaba su interior. Se recostó encima de Luis y le besó con ternura. La polla fue perdiendo grosor y Alicia aprovechó para sacársela de dentro y chuparla.

-         Bien limpita para casa jiji. ¿Te gusta?

Se puso de pie y mostró su chocho todavía abierto y deslizándose el semen por el muslo.

-         Mucho.

-         A partir de ahora follaremos a menudo, me gusta follar, espera que me limpio.

Volvió del baño, miró el reloj y se tumbó junto a Luis, desnudos aún.

-         Aún queda tiempo. Pero hoy vete antes de que vuelvan, que mi padre no es tan liberal para las citas en casa.

-         Ya, me iré enseguida.

-         Tranquilo. Por ahora quiero una relación abierta, más adelante cuando nos conozcamos mejor quizá… bueno, la única condición es que nos lo contemos, no hace falta decir con quién.

-         De acuerdo.

Luis estaba dispuesto a aceptar cualquier cosa con tal de ser la pareja de Alicia. Esta no le iba a contar los incestos que mantenía ni sus relaciones lesbianas, pero se cubría de esa manera y le permitía seguir experimentando. Para demostrar su buena voluntad prosiguió.

-         Yo este fin de semana he estado con algún chico y me lo pasé muy bien. Pero contigo puedo follar duro pero es con cariño, lo otro es solo goce.  ¿Tú no habías quedado con una chica?

No le quiso decir que había estado con tres chicos y dos chicas. Dijo una verdad a medias porque con Marta, Manuel y Carla les quería. Su bisexualidad quizá se la contaría más adelante.

-         Sí, estuvo bien, la conocerás de vista quizá, es la Bea, folla con cualquiera y yo le he caído bien.

-         Buf, menuda puta anda hecha, como dices folla con el primero que ve, no te quiero ofender cariño.

-         Aparte de follar tenemos algo de amistad. Me la presentaron unos amigos y sí, nada más conocerte te hace una mamada como bienvenida jaja. Pero tú lo haces mejor.

-         ¿Qué soy más puta dices? Jiji es broma…

-         Es lo que decías antes, contigo es especial porque hay cariño. Con la Bea es más sucio, es follar y ya está. En un par de semanas ya conseguí en la segunda cita darle por el culo, bueno, eso me dijo que se lo dejaba a menos chicos, pero mamar pollas y follar bua, varios cada fin de semana.

-         ¿Y con mi mamá no has tenido la fantasía de violarla?

Luis se quedó un poco sorprendido a pesar de lo directa que era siempre Alicia con él. Se aprovechaba ella de la facilidad que tenía para sonsacarle fácilmente las cosas. Aunque fuera como en este caso mera curiosidad y morbo.

-         Eh, no no de verdad que no, contigo sí, pero con tu madre, es distinto ¿sabes?

-         Ya, no te pongas colorado ahora jiji. Tú y yo podemos disfrutar mucho juntos y me puedes pedir las fantasías que quieras. Creo que aparte de mí, follas con menos gente que yo y así compensamos un poco ¿te parece?

-         Bien, como quieras.

-         Mira, yo este viernes me iré de vacaciones y pienso follar todo lo que pueda, rollos de una noche aprovechando esos días fuera. Cuando vuelva te llamo pero quedaremos en tu casa, me da morbo follar ahí. ¿Te follaste a la Bea en su casa?

-         Casi, en el trastero. Intenta follártela en su cama, verás que morbo. Así esta semana tienes con quien mojar, seguro que no te dice que no.

-         La llamaré.

-         Bueno, vístete ya que en un rato vienen mis padres.

Luis dejó de acariciarle las tetas y se empezó a vestir. Antes de irse se besaron de pie y Alicia le acompañó desnuda hasta la puerta.

-         Mira a ver si hay alguien, como esté el criajo del vecino, no quiero que me vea así es un guarro. Solo quien se lo merezca o quiera yo.

-         No hay nadie.

Tras mirar con la puerta entreabierta Luis le dio un último manoseo abrazándola y la besó. Con una sonrisa de oreja a oreja bajó por las escaleras. Alicia se fue directa al baño y se dio una ducha. Satisfecha sexualmente y también de su relación con Luis, le quería, pero le gustaba tener ese poder de sacarle toda la información que deseaba.

A la mañana siguiente Antonio salió a dar un paseo y comprar el periódico. Marta aprovechó para preguntar a su hija, que le contó con lujo de detalles lo sucedido y hablado.

-         Realmente es un chico encantador, cuando volvamos lo puedes invitar formalmente a cenar y que le conozca también tu padre.

-         Genial mamá. – Dándole un beso en la mejilla.

-         Así que le gusto, um, eso es halagador.

-         Te lo decimos siempre mamá y es verdad.

-         Pero eres prudente con lo otro, será un secreto entre los cuatro, lo debemos de ratificar. Aunque también lo suponen.

-         Cuando venga le puedes dar alguna péquela alegría, jugar con tu atractivo, un escote, una sonrisa…

-         Qué mala eres, menos mal que es tu novio.

-         Jijiji está bien divertirse. Además a él le pone violarme o que me fuercen en público.

-         Eso es verdad, pero es íntimo de cada uno. Me voy a duchar.

-         Te acompaño.

Alicia contempló con atención cómo su madre se despojaba del kimono y del insinuante camisón que llevaba, admiró su figura y lo sexy que estaba con la piel y el pelo mojado. Tanto que se bajó el pantaloncillo del pijama y empezó a masturbarse.

-         Hija, no paras quieta, cuida no venga tu padre. Debes tener más cuidado ahora.

-         Ay que gusto mamá.

Luis estuvo recordando el encuentro con Alicia hasta que se durmió y lo feliz que se sentía de ser su pareja. Acariciándose la polla sin llegar a eyacular. Por la mañana llamó a la Bea con la idea de quedar esa misma tarde.

-         Hola Luis.

-         Hola Bea ¿cómo te va?

-         Bien, bien.

-         ¿Podemos quedar?

-         Hoy no puedo.

-         ¿Tienes plan con otro?

-         No, es un asunto personal, ya te diré luego. Pero mañana sí.

-         ¿En tu casa?

-         No puedo.

-         Bueno, mañana viernes mis padres se van a comprar, te llamo y vienes.

-         Genial. ¿En tu casa o el trastero?

-         Más seguro arriba, bueno, estarán un buen rato.

-         Preferiría esta vez en tu cuarto, una cama de verdad.

-         Bueno, está bien. Pero no nos podemos entretener mucho.

-         Hasta mañana.

-         Chao.

Luis colgó satisfecho de haber conseguido el primer objetivo. Quería probar en ella tratarla con más rudeza.

Por la tarde Marta y Alicia ultimaban los preparativos mientras Antonio había ido a tomarse un café con sus hermanos para despedirse. Aprovecharon estar solas para conectar con la webcam con Carla y Manuel e informarles de las novedades. Alicia ya estaba desnuda a petición de Manuel.

-         Qué pervertido ese Luis y qué modoso parecía cuando nos lo describías al principio. – Comentó Manuel.

-         No le hagas caso todas tenemos fantasías. – Respondió Carla.

-         ¿Tienes una en que te violan?

-         No, pero me gusta sentirme deseada.

-         Así que te vas a follar a medio pueblo al que vais. – Siguió Manuel.

-         Solo los que yo quiera.

-         Eso es verdad porque tú y Marta seguro que os salen pretendientes. – Dijo Carla.

-         Están muy buenas. Para follarlas uno tras otro como en el sueño ese. Que lo paséis muy bien, sobre todo tú prima, tú tía con ese muermo de marido…

-         Algo haremos para que se anime. – Respondió Marta.

-         Cuantos hombres querrían estar en su lugar…

-         Jijiji, no os he dicho que mi novio me confirmó que le gusta mi mamá, pero aún no ha tenido la fantasía de violarla.

-         Jajaja. – Manuel y Carla.

-         No tiene mal gusto no. – Dijo Manuel.

-         Bueno, algo más en serio. Sabéis que esto no debe salir de nosotros cuatro, es un bonito recuerdo que tendremos. – Dijo Marta.

-         Por supuesto. –Respondió Manuel mientras Carla asentía. – Me da pena que todos tenemos con quien follar para cuando se acabe esto menos tú Marta.

-         No os preocupéis.

-         Marta, cuando os fuisteis acordamos que si quieres puedes follar con Manuel cuando quieras, aún cuando se acabe esto, o conmigo, si andas necesitada de sexo.

-         Eso lo puedo hacer yo también. – Se ofreció Alicia.

-         Os lo agradezco pero es mejor que se normalice todo, yo tengo un marido y si un día me separara no pienso hacerlo cuando haya perdido el atractivo.

-         Como quieras. – Dijo Manuel. – Estas vacaciones no te costaría conseguir un rollete.

-         Prefiero que se quede en familia y amigas de confianza. – Concluyó sonriendo. – Tenemos que acabar los preparativos, un beso.

-         Adiós. – Dijo Alicia sonriendo y acercando las tetas a la cámara antes de apagarla.

-         Venga hija vístete, que no te vea tu padre así.

Luis esa tarde se entretuvo buscando videos sobre violaciones, buscaba chicas rubias parecidas a Alicia y Marta, tras la conversación con Alicia le había entrado el morbo de forzar a Marta como fantasía. Se pasó un rato buscando a alguien con parecido físico.

Finalmente encontró uno donde una mujer era asaltada en un aparcamiento subterráneo. Dos hombres la reducían al entrar a su coche y la iban desvistiendo arrancándole el vestido y la ropa interior. Sin dejar de manosearla todo el cuerpo era obligada a mamar sus pollas de manera alternativa. La recostaban sobre el capó y tras azotarle el culo se la follaban alternativamente mientras al otro le mamaba la polla. Hasta que uno de ellos se sentaba en el capó y se la colocaba a horcajadas, la violaba analmente y su compañero la veía de frente y le follaba el coño. Luis se contuvo en la paja, le gustaba hacer coincidir su corrida. Al final era puesta de rodillas y se corrían en su cara, golpeándole los mofletes con la polla y restregándosela por los labios. Luis esperó a ese momento y eyaculó una buena cantidad de semen en un pañuelo. No se dejó a sí mismo pensar más sobre su actitud sino que la consideró una fantasía sin más.

Por la noche estuvo pensando en lo que había ideado de su encuentro con la Bea, esperaba que le dejaría hacer dada su fama y su encuentro anterior. También se regodeaba en lo que le había dicho Alicia de cumplir sus fantasías, no le importaba que follara con otros mientras estuviera con él, era algo que aceptaba y además él podía estar igualmente con otras. Pensó que para cuando no pudiera estar con Alicia podría salir a buscar otras chicas aparte de la Bea. Tuvo un tiempo para imaginarse desnuda a Marta. Alicia parecía tener la facultad de leerle el pensamiento, y le había llamado sobre todo la atención el culo de Marta, tan respingón y bien puesto en una mujer de 40 años, y le parecía aún más guapa que Alicia, más fina. Volvió a pensar en un trío con Alicia y Marta, el morbo que le daba follarse a una delante de la otra y poder disfrutar de ellas a la vez.

El viernes por la mañana Alicia partía con sus padres de vacaciones a un pequeño pueblo de la costa cantábrica. A mitad de camino pararon a comer en un restaurante a pie de carretera. Mientras sus padres se tomaban el café Alicia se encaminó al baño. Vio que del baño de caballeros salía un hombre bien parecido, cabello oscuro y ojos azules, se sonrieron a modo de saludo. Entró al baño y sintió unas manos que la agarraban de la cintura, se giró algo sobresaltada y vio al mismo hombre que le sonreía amigablemente.

-         Creo que si tú quieres podemos pasar un buen rato juntos.

-         ¿Y qué quieres?

Alicia había recobrado el aplomo y le mantuvo la mirada. Empezó a sentirse excitada por la morbosidad de la actitud de aquel extraño. Ni se negaba ni le decía que sí, se dejaba llevar. El hombre interpretó la respuesta y la no negativa como un sí a sus aspiraciones y subió sus manos hasta las tetas de Alicia, que sintió como se le endurecían los pezones. Se acordó de la fantasía de Luis de forzarla y sonrió, solo le preocupaba ya que entrara alguien al baño. El hombre se envalentonó más con la sonrisa que interpretó como un sí. Le metió las manos bajo la camiseta y la besó en el cuello y la boca. Con facilidad la elevó ligeramente y la hizo andar al retrete donde echó el pestillo. Ahí la siguió besando y sobando a placer mientras desnudaba a Alicia, que únicamente se dejaba llevar.

Alicia empezó a acariciar el pecho del hombre, bien formado por el gimnasio. Pero este la sentó en la taza y le sacó una gran polla de 20 centímetros y gran grosor. Alicia empezó a acariciar y mamar aquella polla que trataba de encajar en su boca. Pero era el hombre quien dominaba la situación, le follaba la boca en silencio, solo se oía el rozamiento de la polla al entrar y salir chac chac, y la tenía agarrada del cogote para marcar el ritmo. Alicia podía aguantar aquello y no estaba agobiada, había ganado experiencia las últimas semanas. Alicia cogió aire al sacarle la polla de la boca, el hombre la echó un poco para atrás y le restregó su polla entre las tetas mientras se las estrujaba.

El desconocido la puso de pie y se agachó para inspeccionarle el chocho, le abrió los labios vaginales y le hurgó con sus dedos con poco miramiento. Sonrió al ver que sus dedos salían mojados.

-         Estás preparada. – Le dijo con una sonrisa irónica.

La giró cara a la pared, le palmeó el culo y le endiñó de un golpe la polla, lo que hizo gritar levemente a Alicia, el hombre sin sacarle la polla le puso la mano en la boca y con la otra le hizo un gesto de silencio, Alicia asintió y se mordió el labio. Las embestidas eran firmes y secas y sus manos tan pronto le agarraban fuertemente la cintura como le manoseaban con fuerza las tetas. La sentó de nuevo en la taza y abrió la boca mirándola, Alicia le obedeció y le metió dentro la polla para eyacular, la copiosidad hizo que parte del semen le bajara por la barbilla y unas gotas cayeran al suelo. Sonrió satisfecho y con la misma polla le recogió el semen de la cara para que se lo tragara, le metió la polla en la boca un par de embestidas y se subió el pantalón, se despidió con la mano y la dejó sentada desnuda con la puerta entreabierta.

-         Al final hemos pasado un buen rato. Adiós guapa.

Alicia se quedó unos segundos quieta, con las manos en las rodillas mirando hacia el frente. Su ropa estaba en el suelo, reaccionó con rapidez, cerró la puerta y se vistió, pensó en la excusa que pondría a sus padres. Respiró hondo y salió afuera, se lavó la cara y se enjuagó la boca, notaba el regusto a semen, estaba acostumbrada, se atusó el pelo y se encaminó afuera. El hombre desconocido ya se había marchado.

-         Me he mareado un poco, será que del viaje se me ha revuelto un poco el estómago.

-         ¿Has vomitado? – Preguntó Marta.

-         No, pero me he tenido que sentar, me subían arcadas.

-         ¿Pido una manzanilla?

-         No, no hace falta ya estoy mejor.

-         ¿Esperamos un poco? – Preguntó su padre.

-         No, ya estoy mejor, tengo ganas de llegar.

El resto del viaje y de la tarde Alicia estuvo pensando en ese encuentro casual. Si el hombre había interpretado su sonrisa como una invitación a algo más que la cortesía del saludo. Se había dejado llevar buscando una nueva experiencia, pero se preguntaba cómo hubiera reaccionado el hombre a una negativa, había sido algo rudo durante el acto y quizá la hubiera forzado de verdad, una mezcla de miedo y excitación por esa fantasía le recorrió el cuerpo. O quizá hubiera podido huir o gritar, hubiera condicionado sus vacaciones y hubiera estado vigilada y cuidada o hasta en casa.

Al llegar al hotel subieron a las dos habitaciones, era un hotel pequeño pero estaban en pisos diferentes las habitaciones. Una doble para Marta y Antonio con vistas a la plaza y una individual para Alicia con vistas al otro lado, al paseo junto a la playa. Su madre apareció a los cinco minutos por la habitación.

-         ¿Estás mejor hija?

-         Bueno, en realidad no estoy mareada.

-         Me lo temía – dijo sonriendo – cuéntame a ver.

Alicia le contó la historia y Marta fruncía el ceño.

-         Bueno, ha sido una experiencia morbosa por lo que veo, pero lo que te digo siempre, ten cuidado. Y si te ves amenazada pide ayuda.

-         Lo sé mamá. – Mientras la abrazaba.

-         Venga, vamos a dar un paseo a conocer el pueblo.

-         Voy.

-         ¿Aún vas a buscar rollo?

-         Claro, ese ha sido antes de llegar y si son dos mejor que uno.