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Complicidad entre primos 3

en Amor filial

A la mañana siguiente Manuel se despertó antes. Se quedó unos segundos mirando sonriendo a Alicia. Dormida parecía aún más joven y con aspecto más angelical. Notó que la polla que estaba ya morcillona adquiría mayor consistencia. Esta vez sería él quien la sorprendiera de mañana. Estaba de medio lado, con la sabana tapándole su cuerpo. Le giró suavemente. Qué guapa estaba pensó. Retiró con delicadez la sábana y la vio de nuevo en toda su hermosura y sugerencia. Su cuerpo era una invitación constante al deseo. A sentir el roce de su piel y explorar sus formas.

Besó la parte inferior de sus muslos, torneados y redondeados, con su finura y blancura. Hizo lo mismo en los labios vaginales y su lengua empezó a lamer muy suavemente su interior. Humedecido y donde había depositado su semen la noche anterior. Oyó un leve gemido entre sueños. Siguió besando sus dos pezones y un beso fugaz en sus labios. Se cogió la polla, dura como un mástil, y se la introdujo muy despacio en la vagina. Deleitándose en el momento. Poco a poco un suave mete saca. Sin hacer ruido apenas. Alicia acabó por despertarse.

-         Vaya manera tan maravillosa de despertarme, primito, dándome placer ya por la mañana.

-         Estabas muy guapa, mi bella durmiente, no me he podido contener. A mi polla le gustas mucho.

-         Pero no tanto como ella a mí.

-         ¿Y el dueño de esa polla?

-         Igual tontorrón.

-         Pues toma polla.

-         Aaah aah

El ritmo de bombeo había aumentado y la cara de Alicia mezclaba en un primer momento sorpresa y satisfacción. La misma que puso al despertarse. Para al final ser solo de satisfacción. La polla entraba rápida y fácilmente entre sus jugos y acostumbrada su vagina ya a ese plátano que le penetraba cada día.

-         Hoy el desayuno de leche es para tu coño.

-         Dámela caliente que no se enfríe. Aaah.

Acabaron los dos tumbados y abrazados tras el esfuerzo, sobre todo de Manuel. Sin embargo fue el primero en incorporarse al estar él encima. Él mismo tras sacar la polla le cerró los labios vaginales.

-         Toda adentro que no se escape nada de la corrida, primita.

-         Jijiji ya lo sabes y ahora yo te la limpio. Vaya polvazo mañanero.

-         También lo sabes.

Tras acabar Alicia hizo un leve gesto de relamerse y sonrió pícaramente. De una manera que entusiasmaba a Manuel. Se dieron la acostumbrada ducha juntas y desayunaron. Alicia desnuda y Manuel solo con el calzoncillo, que ya contenía otra erección. Pero prefirió reservar fuerzas para más tarde.

-         ¿Qué tienes pensado para hoy?- Preguntó Manuel.

-         Tu eres el guía.

-         Como ayer propusiste ir en plan pareja, podemos repetir, me gustó.

-         Está muy bien.

-         ¿Qué te pareció Carla?

-         Bien, maja.

-         Al principio te vi un poco cortada.

-         Solo al principio.

-         Luego ya vi que acabasteis como buenas amigas.

-         Sí, claro. Se os ve con mucha confianza y al final me sentí a gusto con ella. ¿Has quedado con ella hoy?

-         No, ayer la vimos de casualidad.

-         No tanto si vais a los mismos bares.

-         Bueno, eso.

-         Ay – bostezó y estiró los brazos- voy a vestirme.

-         Por mí te puedes quedar así pero no quiero que te enfríes jeje.

-         Jojojo- le respondió haciéndole la burla.

Manuel se le quedó mirando mientras se alejaba, viendo cómo se le bamboleaban las nalgas al andar.

-         Voy a dejar la comida casi hecha y hoy saldremos a tomar algo a mediodía, que los sábados hay ambientillo.

-         Muy bien.

Cuando estuvo todo dispuesto salieron de casa y bajaron en el ascensor. Al salir les saludó una pareja ya conocida.

-         Hombre pareja, ¿Qué tal estáis?

-         Bien José ¿y ustedes?

-         Lo bien que se puede estar a nuestra edad.

-         José no te olvides de coger las bolsas de la compra. – Inquirió su mujer.

-         No te preocupes cariño.

-         Venga que estarán esperando otros vecinos el ascensor.

Alicia contemplaba sonriente la escena. Y volvió a reírse cuando salieron del portal.

-         ¡Qué pareja tan pesada!

-         Sí, un poco pero son majos.

Efectivamente por la zona centro había buen ambiente. Con la gente tomándose unos pinchos antes de comer. Tras varios bares, unos pinchos y unos tintos después, Alicia tuvo otra iniciativa. Durante ese tiempo había estado cariñosa, aprovechando alguna ocasión para besar en los labios. Le acercó la boca al oído.

-         Acompáñame al baño. – Llegaron unos metros más allá- Espérame un momento.

Entró al baño de mujeres y salió con su mejor sonrisa instantes después.

-         Pasa. – Dijo tirándole del brazo y llevándole a uno de los baños y echando el pestillo rápidamente. – Me da mucho morbo que follemos aquí jijiji.

-         Me encantan tus ideas Ali, y eso que anoche no te enculé.

-         No me hace falta para tener buenas ideas. Ojalá entre alguien, qué morbo me daría.

-         No sé, pero la tengo a tope.  - Dijo sin más sacándosela bajándose los pantalones.

Alicia se desabrochó la blusa y se bajó el sujetador ofreciendo los dos pechos a la vez a Manuel que pasó a lamerlos con fruición. Ya entre una respiración entrecortada de ambos. Alicia mientras se desabrochó el pantalón y Manuel le acabó de bajárselo junto a las bragas, introdujo un dedo en el coño que salió mojado y se lo dio a chupar a Alicia. Se agachó y dio un par de lametones en el coño y a continuación la penetró despacio y hasta el fondo.

-         Uuuum – Alicia se contuvo la voz por el sitio donde estaban.

Tras unos segundos de bombeo se oyó a entrar a alguien. Justo en el urinario de al lado se oyó el pestillo y el rumor de una meada. Ambos se miraron sonrientes conteniendo la risa, con la polla hundida dentro, antes de que acabara la vecina empezó a bombearla suavemente. Se oyó la cadena del agua y se marchó.

-         Qué gozada Ali, con esa ahí mismo.

-         Sí, ni se ha enterado.

-         Eso espero, o no, no sé, jeje.

Siguieron unos breves minutos y acabó corriéndose otra vez dentro de ella.

-         Aaah Ali, me corro.

-         Me va a gustar mucho ir por ahí con tu lechecita dentro de mí.

Salieron como si tal cosa, tras comprobar que no había nadie cerca y acabaron su consumición. Entraron a otro bar y se fueron a comer. A  media tarde Manuel empezó a acariciarle las tetas por encima de la blusa.

-         Ali, me apetecen tus tetas.

-         Aquí las tienes. – Se sentó en sus rodillas y sonriendo se desabrochó la blusa, la lanzó al suelo y se quitó el sujetador.

-         Qué bien me conoces y me complaces.

-         Soy tu prima y te quiero mucho.

-         Las primas no hacen esto.

-         Yo sí. Me gusta.

-         Suurp, ¿te gusta enseñar las tetas y que te las soben?

-         Si eres tú sí, mmmm.

-         Es que son muy bonitas, grandes, redondas, blanquitas…

-         Y a mí me gusta tu polla. ¿Qué es eso duro debajo de mí?

-         Mi polla, que le gustan tus tetas. – Dijo besándole los labios a continuación.

-         Ahí está muy prieta. – Sin decir más se levantó y le desabrochó el pantalón y le sacó la polla.

Iba a llevársela a la boca cuando se oyó su teléfono móvil.

-         Hostia, ¿a que es tu madre otra vez?

-         Jijiji sí, eres adivino.

-         Anda contéstala.

-         Hola mamá.

-         Hola hija, perdona que te llame otra vez.

-         No te preocupes, no estaba haciendo nada ahora. – Dijo mientras miraba sonriendo a su primo.

-         Era solo para preguntarte a qué hora llega tu tren, para recogerte en la estación.

-         Eh, a las siete y media, más o menos.

Como la vez anterior, Manuel restregaba su polla por el rostro de Alicia, que respondía de rodillas, ni se había movido de posición. Incluido los labios cuando no hablaba. Alicia llegó a darle algún lametón poniendo la lengua en punta.

-         Gracias hija, ¿todo bien?

-         Sí, mira dice Manuel que quiere saludarte.

-         Ah, qué bien pásamelo.

-         Un beso mamá, hasta mañana.

-         Otro para ti hija.

-         Hola Marta.

-         Hola sobrino, ¿cómo me cuidas a Alicia? Me decía que está muy bien.

-         Nada, vida tranquila y salir un poco por ahí. Nos entendemos bien desde siempre y estos días estamos muy a gusto.

-         Como se fue un poco alicaída, te quería agradecer lo que has hecho por ella.

-         La quiero mucho y para mí es un placer poder ayudarla. Entre familia no hay que dar las gracias.

-         Eres un encanto.

-         Gracias, espero saludarte pronto en persona.

Alicia había empezado a chuparle la polla con suavidad y Manuel debía controlar su respiración y evitar jadeos. Mientras Alicia le miraba muy divertida.

-         Yo también. Que lo paséis bien. Venga adiós.

-         Adiós tía. Aaaaahm. – Soltó justo después de cortar la conexión, un suspiro contenido.

-         ¿Qué te ha parecido? ¿A qué es difícil disimular y que no se de cuenta?

-         Un poco. Podemos hacer un juego cuando llame tu madre, a ver quien disimula mejor.

-         ¿No vas a acabar la mamada?

-         Prefiero guardarte para la noche. En compensación me quedaré desnuda hasta que me arregle.

-         Pues voy a estar empalmado toda la tarde.

-         Jijiji, si prefieres me quedo vestida.

-         No, mejor desnuda. Me gusta mucho verte así, blanquita.

Sobre las ocho, sonó el timbre de casa.

-         Uy, mira a ver quién es, yo no puedo salir así.

-         Escóndete en tu cuarto.

Se marchó sonriendo de manera pícara y se quedó con la puerta entornada escuchando la conversación.

-         Perdone que te moleste Manuel. El lunes tenemos reunión de vecinos y aunque estás de alquilado puedes venir si quieres de oyente. Voy a pegar el cartel abajo ahora.

-         Gracias Pedro, espero poder estar.

-         Pues nada, espero verte el lunes.

-         Hasta el lunes.

Alicia observaba desde su posición por el espejo que había a la entrada.

-         Buff, pensé que sería la pareja esa. Jijiji

-         No es el presidente, es majete.

-         El señor Cuesta.

-         Jajaja, no, no se apellida así, es Ramírez.- Aprovechó y le acarició el culo para finalizar con una palmada.

-         ¿Te duchas conmigo? Es hora de ir arreglándose.

-         Claro, vamos.

-         Sí que vas empalmado, jijiji, ahora con el agua… - Dijo Alicia cuando se quitó el bóxer.

-         No me vendrá mal bajarla un poco.

Sobre las 23 horas salían de casa. Ya en la calle Alicia le dijo.

-         Milagro, no hemos visto a la pareja de siempre jijiji.

-         ¿Querías verlos? Estarán viendo la tele.

-         Prefiero que no y eso que no me caen mal, sobre todo el señor.

Entraron al mismo bar que la noche anterior. Toni les saludó efusivamente y guiñó un ojo a Alicia, le respondió con una sonrisa educada.

-         ¿Cómo ayer pareja?

-         Sí, pon lo mismo.

En el bar había algo más de animación que la noche anterior. A los pocos minutos una figura conocida y sonriente entró al bar. Los había visto pasar desde un bar situado entre la casa de Manuel y este. Y había preferido esperar un poco para darle un aspecto de casualidad.

-         Hola parejita, qué alegría, ¿qué hacéis?

-         Nada, aquí tomando algo.

-         ¿Cómo estás Alicia? – Dándole dos besos en la mejilla, uno de ellos cerca de la boca casualmente.

-         Muy bien. – Realmente se esperaba esta aparición.

-         Te queda muy bien esa camiseta Ali. – Realmente le quedaba algo ceñida y remarcaba su pecho, aumentado por el escote.

-         Gracias, me gusta mucho como te vistes.

-         Nada, yo os dejaré hacer, ya sabéis. – Dijo Carla guiñándoles un ojo.

Realmente ese fue su comportamiento. Porque fueron juntos pero prácticamente no coincidieron, porque Carla se dedicó a entablar conversación con todos los conocidos que se encontró, que no eran pocos. Mientras que Manuel y Alicia adoptaron una postura cariñosa, con besos y arrumacos. Además de permitirles hablar entre ellos

-         Es muy maja Carla, como amiga digo.

-         Ali, me gustaría repetir lo de mediodía y antes has dejado una cosa a medias otra vez.

-         Jijiji, vamos.

Ese baño no estaba tan limpio como el de mediodía, pero no estaba mal. Alicia se puso en cuclillas y se agarró a la pierna de Manuel para estar más cómoda. La polla saltó como un resorte. La agarró sonriendo y la pajeó un poco para introducírsela lentamente en la boca hasta el fondo y repetir la operación. Hasta conseguir un buen ritmo, guiada por la mano de su primo en la cabeza. Este acabó con un movimiento de cadera como si le follara la boca.

-         Sí Ali como me gusta tu boca. – Sin elevar la voz.

-         Grrmm sí tu polla. – En el mismo tono.

-         Ahí va mmmm.

Una generosa ración de semen llenó la boca de Alicia. Se la fue tragando mientras salía, con la polla dentro de la boca. Cuando éste se la sacó, abrió la boca como si quisiera coger aire.

-         Me gusta tu lechecita, ¿tengo algo en la cara?

-         No. Gracias por esta mamada. Te has superado.

Carla que los había visto entrar les sonrió al pasar a su lado. Devuelta por Manuel. Se dio cuenta de que podían estar pensando Manuel y Carla y le empezó a seducir la idea por novedosa y morbosa. Además podía después reclamarle a Manuel que satisficiera cualquier capricho suyo, no podría negarse. Además su vagina le estaba mandando señales.

-         Vamos a casa, las tres. – Dijo con firmeza Alicia y dedicándoles la más picarona de sus sonrisas. Manuel y Carla se miraron algo sorprendidos pero contentos.

-         Cómo aprende tu prima.

-         Ya te digo.

Hicieron a paso ligero el camino que quedaba hasta a su casa. Ya en el ascensor Carla preguntó a Alicia.

-         Será tu primer trío supongo ¿no? Estate tranquila. Yo ya he hecho dos, uno con Manuel, ¿te acuerdas?

-         Cómo olvidarlo.

-         Sois una caja de sorpresas los dos. Vaya libertinos. – Dijo sonriendo Alicia.

-         Como tú. Veo que te gusta la iniciativa. Creo que tienes un cuerpo muy sexy, Alicia, y una carita de niña buena. – Dijo Carla.

-         A mí me va a parecer que estoy con una modelo. – Mientras le acariciaba un muslo.

-         Menos mal que es novata la niña. ¿Por qué nunca has estado con una mujer?- Dijo Carla a la vez que salían del ascensor.

-         No habléis alto ahora, que los vecinos pueden curiosear. – Dijo Manuel. – Hablad en casa.

-         En casa haremos otra cosa, jijii. – Dijo Alicia.

-         Sí, nunca he estado con una mujer. – Dijo Alicia tras cerrarse la puerta de casa.

-         Déjate llevar y disfruta.- Dijo Carla.

-         Si ya te digo que engaña con esa cara de buena. Luego su cuerpo hace el resto. – Apostilló Manuel.

En casa Alicia y Carla se miraron, se acariciaron el rostro y despacio acercaron sus labios para fundirse en un beso, cada vez más apasionado. Con sus manos dejándose llevar libremente por sus cuerpos. Manuel las contemplaba y es escena había hecho que se endureciera de nuevo su polla.

-         Vaya espectáculo dais, buff.

-         Y aún no nos has visto desnudas en la cama. – Dijo Carla.

En el dormitorio Carla y Alicia sonriendo se ayudaron mutuamente a desnudarse. Carla le acariciaba los pechos a Alicia, los besaba y los lamía con suavidad.  Alicia se animó a hacerle lo mismo.

-         Tenemos ahí a alguien de invitado- Señaló Carla

-         Jijiji es verdad.

Alicia se acercó y de rodillas empezó a chuparle la polla. Carla se acercó y se alternaban.

-         Qué suerte tengo de teneros conmigo.

Carla cogió de la mano a Alicia, la besó y le indicó que se pusiera tumbada boca arriba en la cama, con las piernas saliendo por fuera. A continuación se puso a su lado en idéntica postura.

-         Como sabes lo que me gusta esto. – Dijo Manuel.

Empezando a lamer el coño de Carla, que empezó a gemir levemente, cuando pasó a hacer lo mismo con el de Alicia se introdujo un par de dedos en la vagina. Aprovechó la postura de ambas para succionar con suavidad sus tetas, especialmente los pezones. Luego restregó suavemente su polla con las tetas de las dos.

-         Le gustan mucho mis tetas. - Dijo Alicia.

-         A mí también me están empezando a gustar. – Respondió Carla acariciándole la más cercana a su mano.

Un gesto con la mano bastó para que Carla se pusiera a cuatro patas con el culo levantado y Alicia la imitara.

-         Para otro día me reservo esos dos culitos. No te importa que ahora empiece por Alicia. Como es primeriza en esto…

-         Claro que no. – Contestó Carla

Primero le amasó el culo con sus manos, le dio una palmada, y despacio le introdujo su polla con facilidad, por la excitación que le segregaba de su vagina. A continuación pasó a follarse a Carla, que giró la cabeza para besarle. Alicia se animó acercó sus labios a los de Carla que los acogió con satisfacción.

-         Como me gusta esta chica. Me apetece hacer con ella un 69. – Propuso Carla.

-         Así descanso un poco. – Dijo Manuel

La escena entre ambas y la suavidad y delicadeza con la que se daban mutuo placer, hizo que Manuel empezara a acariciarse levemente la polla. Para Alicia era algo novedoso y le estaba satisfaciendo más de lo que se imaginaba. Practicar sexo con otra mujer le llevaba a unas sensaciones más delicadas. Cambiaron la postura. Una tumbada boca arriba y la otra lamiéndole el coño y a la vez siendo penetrada vaginalmente. Nuevamente se intercambiaron.

-         No me falta mucho para correrme.

Las dos chicas se miraron sonriendo y fueron a chuparle la polla. Una le chupaba la polla y la otra le acariciaba o le succionaba los huevos. Carla se percató de algo.

-         Que suaves tienes los huevos, ¿desde cuándo te depilas?

-         Pregúntale a Alicia

-         Muy buena tu idea, mucho mejor así.

Y le dio un beso en la boca, intercalando sus lenguas con avidez. Manuel se masturbó, lanzó un suspiro y derramó su semen en el rostro de ambas, que se besaban y acariciaban sus pechos.

-         Buff, estoy algo cansado.

-         Te cansas más que antes. – Observó Carla.

-         No veas el tute que me ha dado mi prima.

-         Jijijiji. Espera que te vuelvo a limpiar la polla.

-         Oh, es verdad.

-         Es que es un encanto. – Apostilló Carla.

Carla y Alicia siguieron un poco más, masturbándose mutuamente. Volvieron a alcanzar el orgasmo. Finalmente también cayeron rendidas. Alicia quedó entre ambas. Abrazando por detrás a su primo y siendo abrazada por Carla. Antes de dormirse definitivamente pudo pensar en todo lo que estaba viviendo ese fin de semana. Inimaginable antes de llegar.