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Eliana, la insaciable

en Hetero: General

ELIANA, LA INSACIABLE

....(...)..... Esta no es la primera historia erótica que escribo, más sin embargo, si la primera que publico, gracias a la oportunidad que me da todorelatos.com., en verdad, muchas gracias.

Pero, eso no es lo que yo les quiero contar. Claro está. Les quiero contar mi primer contacto sexual, que me pasó en el segundo grado de secundaria, en ese entonces yo tenía unos 13 años.

Mi despertar sexual estaba al máximo, y las ganas de tener sexo con el sexo opuesto eran enormes.

Una vez, esa sed de sexo se me acabó cuando conocí a otra persona igual de hambrienta de sexo que yo.

Su nombre era Eliana. Estudiaba en el mismo salón que yo. Era una de las más buenas. La verdad, era una Diosa. Digo una de las más buenas por que también había otras que le competían. Pero Eliana era única.

Tenía un culo que se notaba detrás de esa falda blanca. Y unas senos que también lo hacían (el uniforme de la escuela donde ambos estudiábamos era blanco ) Tenía una boca que tan solo el pensar que esa boquita me haría una mamada, me ponía erecto inmediatamente. La verdad, era todo un bombón. Unas piernas hermosas, un culo redondo, y unas tetas con antojo de mamar, a cualquiera pondría erecto.

Ella es morena clara. Yo siempre le di a entender a ella las ganas que tenía de cogérmela.

Ella sólo se reía y no hacía caso.

 

Una vez el maestro de la clase de Español nos encargó realizar una obra dramática. Teníamos varias opciones para hacerla, una de ellas era representarla en el salón, otra era representarla en el auditorio de la escuela, o grabarla en un cassette y presentarla.

Mi equipo eligió esta última opción. Tal vez la que nos convendría más. Entonces se hizo.

Quedamos que se realizaría un Viernes por la mañana, para así poderla terminar el Domingo por la noche. Se haría en el rancho de un amigo, ya que el lugar prestaba todas las características para realizar la mentada obra dramática.

Eramos cuatro amigos y cinco niñas. Dos de ellas era Karen, una niña que no es tan bonita como las demás del salón, pero de cualquier modo sin dan ganas de cogérsela.

Y claro, Eliana, que nos acompañó.

Llegamos al lugar. Todo mundo desempacó. Y como había alberca y era una mañana soleada, todos decidimos darnos un chapuzón antes de grabar. Eliana nadó con un bikini.

Todos los hombres presentes nos pusimos erectos. Pero yo aproveché de mi confianza con Eliana para aprovechar ese cuerpecito que tenía enfrente de mí.

Jugamos a caballazos. Que es un juego que uno se monta encima de otro, y los sujetos que van arriba se empiezan a tumbar a empujar para que una caiga, el primero que lo haga pierde.

Y así se hizo. Jugaron a caballazos.

Yo estaba debajo de Eliana. Claro, no soy tonto. Y aproveché para tocarle su vagina..

Fue algo fascinante. Se la manoseaba y solo ella retorcía el pubis de manera violenta, en señal de placer. Llegué a bajarle un poco el bikini, para así poder ver todo el panorama y chupárselo. Era fascinante. Además de que Eliana no poseía vello púbico.(se rasuraba) Le metía los dedos, al lengua, le chupaba el clítoris. Pero no fue algo muy placentero, por que yo me encontraba de bajo del agua, pero también de esa manera los demás no podían ver lo que hacía con la vagina de Eliana.

Ella me empezó a pegar, yo al principio pensé que era señal de placer, pero no, era por que los demás habían notado el extraño comportamiento de Eliana. Decidí parar de dar de tanta mamada.

Nos salimos de la alberca. Sin siquiera vernos. Ambos sabíamos que esto no se iba a quedar así.

Pero yo lo olvidé. Decidí ir al baño que tenía mi amigo en su rancho. Fui el primero en entrar. Sólo había dos baños, Uno para mujeres y otro para hombres. Como, dije, fui el primer en entrar. Tenía que secarme y vestirme para interpretar el personaje que interpretaría.

Y así lo hice.

Me empecé a secar. Mi compañero, Antonio, me empezó a tocar la puerta.

¡Oye, cuando vas a salir, te estoy esperando, anda, apúrate en secarte y prepararte, los demás tenemos que hacerlo también!- decía mi amigo Antonio mientras golpeaba con fuerza la puerta-

-Ya voy- le grité

-El seguía insistiendo. A lo cual ya no hice caso.

Pararon los golpes. Pero después vinieron de nuevo. Pero con más suavidad.

Yo, por curiosidad. Decidí abrir la puerta. Sabía que no era Antonio. Estaba tan solo en mi toalla envuelta en las piernas, tapándome de la cintura hacía abajo. Abrí la puerta.

Era Eliana, en su bikini.

Entró y cerró la puerta. Me vio a los ojos y sin decir nada, me quitó la toalla de un solo jalón.

Se inclinó y metió mi pene, que ya estaba a 100 por bombeo, en su boca y me lo empezó a mamar.

Yo sólo cerré los ojos y lo empecé a disfrutar. La mamaba muy bien. Al fin ese sueño que tenía de que la hermosa y sensual boca de Eliana me hiciera aquel dichosa maniobra, se había hecho realidad.

La mamaba con más rapidez. Me agarraba el resto del pene que no estaba en su boca y lo empezaba a jalar hacía su boquita. De vez en cuando se lo sacaba y le pasaba su lengua en todo el cuerpo de mi rojizo pene. Yo hacía movimientos violentos en señal de placer.

Sí que lo estaba disfrutando.

También. Le daba chupaditas en la roja cabeza de mi pene. Pero se lo volvía a meter en la boca con lujuría y lo volvía a mamar.

De vez en cuando se detenía para decir frases como:

-¡¡¡Me encanta tu trozo, papacito, me lo quiero comer!!!....-

Y lo empezaba a mamar. Era algo tan rico, que ya estaba a punto de deslecharme.

Pero el feliz acontecimiento de detuvo cuando unos golpes muy violentos azotaron la puerta.

De inmediato. Eliana y yo nos separamos y nos vestimos. Fue algo muy rápido.

De inmediato abrí la puerta. Era la dueña del rancho, la mamá del amigo del rancho, con todos los del grupo.

-Pero, ¿qué hacían ?- preguntó la dueña-

-No es que, a Eliana me pidió el jabón, por que en el baño de las niñas no lo hay.- dije con seriedad, usando mis dotes de actor.-

Ah, ya veo- dijo la señora con algo de desconfianza, mientras que con los ojos nos miraba de arriba hacía abajo como buscando algo que nos incriminara.-

Y entonces salimos del baño. Yo me senté en una de las hamacas que había en el rancho. Esperando a los demás para empezar a grabar. No tenía la menor idea de dónde estaba Eliana, hasta que la vi pero solamente cuando grabamos, donde ella le tocaría actuar. En pocas palabras, estaba distante. Tal vez ya se le habían ido las ganas de coger. Y con el susto de la Dueña del Rancho, a mí también.

Terminamos de grabar una buena parte de la obra. Terminamos en la noche. Yo me fui a una casa de árbol que tenían en el Rancho y me puse a escribir los libretos, los guiones, y si era necesario, inventar más personajes. Yo tengo mucha habilidad para la escritura de cualquier tipo, y yo fui en pocas palabras el creador de toda la obra, los demás, en pocas palabras, interpretaron los personajes que yo había inventado.

Pero volvamos a lo de la casa de árbol. Yo seguía escribiendo y rascándome la cabeza, claro, hacer eso me costaba algo de trabajo, pero todo se suavizó cuando.

Escuché ruidos abajo. Decidí mirar.

Era Eliana, que subía las escaleras de la casa del árbol. Llegó, me miró tiernamente a los ojos y me besó suave y dulcemente. La tomé de la cintura y la jalé hacía a mi para besarla con intensidad. Así lo hice. Nos besamos desde una manera suave, hasta una salvaje, tanto, que tuvimos que detenernos por que hacíamos mucho ruido.

Estábamos muy excitados.

Ya habían pasado las nueve y ella sólo se dio la espalda, y algo raro pasó; Se inclinó de que manera de que mi pene totalmente erecto tocara su culo. Su suave culo. La tomé de las caderas y le empecé a restregar y a rozar mi pene en sus nalgas. Podía sentir lo caliente del miembro. Me decía.

Se detuvo, y se marchó.

Yo bajé de la casa de árbol minutos después.

-¿Dónde estabas?- me preguntó un compañero- Pensamos que ya te habías dormido. Tienes suerte, te asignaron la cama de los dueños. Es muy grande. Como para llevarte a Karen y cogértela. ¿No crees?

-Ah, si, bueno, ya me voy a dormir, mañana les entrego el guión- dije con facciones cansadas.-

Y en verdad que estaba cansado. Pero las enormes ganas de deslehcarme en el cuerpo de Eliana seguían presentes.

Me marché a la habitación que me habían asignado mientras daba las buenas noches.

Eliana me respondió suavemente:

-que tengas Buenas noches,.-

-Buenas noches Eliana. Te veo mañana.-

Juro que en voz baja Eliana había dicho:

-Tal vez ahora...

Tal vez por lo cachondo que estaba. Quién sabe. Pero no pensé en nada más y me fui a dormir.

 

 

No podía hacerlo. Pensaba en muchas cosas. En la obra, en Eliana. En todo.

Sentí la presencia de alguien en la puerta. No había necesidad de adivinar quien era. Así que, desnudo, abrí la puerta. Era Eliana.

Estaba vestida en un camisón que le llegaba por arriba de las rodillas. Por lo que pude ver sus hermosas piernas, que tantas ganas tenía de separar. No llevaba brassier. El camisón era pegado al cuerpo, pude ver sus pezones que estaba duros y rojizos. La tomé de la cintura y la arrojé a mi cama. Le arranqué el camisón, me aseguré de que la puerta estaba bien cerrada y me le lancé salvajemente, la separé de las piernas la tomé de las muñecas y la empecé a penetrar. Lo hice suavemente, pero a la misma vez salvajemente. Era algo fascinante. A los pocos segundos de penetrarla ella empezó a gemir. Gemía como una loca. Yo también lo hacía. Le mamaba las tetas. Al mismo tiempo que la penetraba. Nos movíamos salvajemente. Gemíamos de placer. La penetraba más y más, con más ritmo, con más fuerza. Ella gemía más y más, con más fuerza. Le mamaba las tetas más y más, con más fuerza.

Me desleché en su vagina. Pude ver en su rostro la satisfacción de sentir mi semen en su vagina.

Terminé agotado. No me separé de ella hasta una media hora después. Con mi pene flácido salí de ella y me recosté en la cama. Ella se levantó, me besó tiernamente, se vistió con los harapos de camisón que le dejé y se marchó.

La seguí con la mirada, acostado en la cama, con las manos en la nuca. Pensando en ella, viéndola marchándose. Ella abrió la puerta, volteó a verme, me sonrío dulcemente, y se marchó.

No la volvía ver hasta el bachillerato, por que mi amada Eliana no terminó la secundaria, conmigo, a mi lado.

 

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