miprimita.com

La Maravillosa Maestra Isabel

en Sexo con maduras

-LA MARAVILLOSA MAESTRA ISABEL-

 

Una maestra diferente, un ángel caído desde el cielo de las mujeres más hermosas. Seducirá a sus alumnos al grado que uno de ellos, terminé por perder su virginidad.

La historia de la maestra Isabel, la más hermosa de las maestras que pudo haber existido.

 

Eran ya las 7:00 de la mañana, y ya nos habían llamado a la Plaza de la escuela para hacer honores al homenaje. Los odio. Pero todo mundo grita, corre tan rápidamente, buscan algo que no necesitan…Maldita guerra escolar.

El director, un viejo blanco y barbudo canoso, se pone ante el micrófono. Oímos cosas ya tan gastadas, que ya sabemos, : "mantengan limpia su aula, respeten a los maestros, y no falten a la escuela ningún día"

Pero lo que más me llena de coraje es que nos aconsejan que estemos en la escuela, aún habiendo aquella disputa entre escuelas. Es horrible, los soldados de la SEE llegan y nos llevan, pero prefiero que sea en la escuela, por que en nuestras casas sería peor. Ahora están con esa cosa de que quieren que nos quedemos a dormir. Pero yo me esconderé muy bien, y jamás me encontrarán.

Todo mundo pone atención cuando se habla de la maestra Isabel.

-A continuación, la Profesora Isabel nos dirigirá unas palabras.

Todos los varones nos quedamos asombrados por la belleza de aquella mujer. Es preciosa. Alta, morena clara, unas preciosas y enormes piernas bien hechas, unos muslos que están para comerse, unos senos bien formados, redondos, deliciosos. Su cabello es unas de las cosas que más me vuelven loco de ella. Tiene un cabello negro hasta su espalda, que se desliza por sus senos. Es lacio y brillante. No hay nadie en la escuela que no la desee, hasta hablando de las chicas también. Sus ojos son azules y su cara demuestra que es toda una maestra en la cama. Tiene cara de puta. Pero es preciosa. Posee un culo enorme, parece un almohadón, redondo, grande, duro y suavecito, me encantaría comérselo, arrimársela con mi pene bien erecto. Está buenísima a pesar de sus ya 45 años. Es toda una muñeca.

Mientras habla, todo mundo la mira de arriba abajo, imaginando lo que podrían hacer con ella. Yo tantas veces me he masturbado en ella. ¿Quién diría que pasaría de eso alguna vez?.

Termina el pinche homenaje, nos subimos a nuestros salones y esperamos las clases correspondientes. La primera es Química, seguida de Matemáticas, y un montón de detestables materias.

Llega el receso. La banda de amigos se reúne en una lugar de la plaza. Hablan de todo, de la guerra que está a punto de estallar, de niñas, de sexo, y de la Maestra Isabel.

-Malditos directores, no hacen nada por nosotros, ni por esta mugrosa escuela. La 26 se alió con el Cetis, ahora ya no queda nada. La 130 tiene menos soldados que ángeles en las puertas.

-Si, malditos.

-¿Quién quiere hablar de eso? –dije yo -¿Vieron hoy a la Maestra Isabel?

-¡Sí! –contestaron los demás a coro.

-Me la cogería por el culo. Lo tiene enorme.

-Imagínense abrirle las patas y comerle su cueva. La ha de tener enorme también.

-Y peluda.

(risas)

Imagínense que nos eligiera a uno de nosotros. Seguiremos siendo amigos, ¿verdad?

-Claro –dije yo- Te recordaré seguramente con la cogida que le metería a esa maestra.

-¿Crees que se fije en chicos de 15 años?

-No lo creo.

-No.

-No.

-Al menos que sea una pervertida.

-Hay mujeres hermosas que les gustan jovencitos.

-Es otra cosa…

-¿Cómo será en la cama? –pregunté-

-Imagínensela moviendo el culo mientras se le meten. Dicen que no es casada.

-Sí, si lo es. Pero que su marido es un puto total, no la satisface como ella quiere.

-Necesita semen joven.

-Sí, y si que lo necesita -.dije yo.

La maestra se acercaba y nos callamos. Pasó por enfrente de nosotros.

-Buenos días muchachos.

-Buenos días maestra. –contestamos los demás.

Todos la seguimos con la mirada mientras se iba la Maestra. Es preciosa, pensé yo.

Yo le miré su culo. Que hermoso era, era una diosa. Me excitaba mucho el pensar en metérsela por su hoyo, sacarle la mierda y meterle mi semen por todas sus entrañas. Quedarme sin pito de tanta cogida. Me arriesgaría.

Los demás notaron mi mirada.

-Te crees el muy seductor con las de la escuela, pero apuesto que no eres así con las demás mujeres. –dijo un bravucón.

-Claro. –dije yo ofendido.

-Demuéstralo

-¿Qué mierda quieres? –dije.

-No te harías una puñeta en la clase de la maestra, pensando en ella.

-Claro que si.

-Pues hazlo.

Y así accedí a esa apuesta.

Y llegó la clase de historia, la última clase de aquel lunes. Me senté hasta lo último. La maestra llegó con un vestidito corto. Pude observar sus enormes y preciosas piernas. Era tan chiquito el vestido, que se le embarraba todo en su culo, haciendo parecer su culo aún más grande. Todo mundo gimoteaba. Esa maestra era una diva.

Tomamos asiento. Yo ya estaba erecto, y me saqué el pito que poseía de 15 cm. No es muy largo, pero si es grueso, y eso es de más importancia.

La maestra daba su clase y yo haciéndome al puñeta mirándola. Mis compañeros me miraban y soltaban risitas.

Para mi sorpresa, la maestra me miró, pero sorprendentemente no dijo nada. Siguió con su clase y terminó, y se fue. Yo también.

Mis amigos y yo buscábamos razones de por el cual no había dicho nada, era sorprendente.

Y así pasaron varios días, y yo para ver que pasaba, me seguía masturbando en la clase de la riquísima de la maestra. Pero, pasó un viernes.

Después de la clase, en la última hora de clase, yo ya andaba por salir de el salón y la Maestra me llamó.

-Kite, por favor, quédate, quiero hablar contigo.

Yo volteé lentamente. Me pidió que me le acercara. Ella poseía un pantalón de mezclilla al cadera, se veía preciosa. Una blusa colón hueso con escote, pude ver sus enormes tetas. Y claro, su cabello deslizándose por sus cuello, su espalda y sus caderas. Sus enormes y preciosos ojos azules mirándome. Estaba inclinada en el escritorio, reposando su enorme culo en el escritorio, me acerqué y puse mi mochila en el suelo.

Ella se puso de pie y empezó a caminar de aquí y allá, sermoneándome.

-Yo sé que ustedes a esta edad tienen muchas inquietudes. Lo sé Kite.

Yo solo callaba. Pero algo izo esa maestra que me excitó más, y me desconcertó. Mientras caminaba de aquí y allá, sermoneándome, cerró con seguro la puerta de el salón. Después se me acercó.

-Es que, Maestra, es usted hermosa. –dije yo mirándola con lujuria.

Ella me sonrío. Después, se volvió a sentar en el escritorio. Si se hubiera podido sentar en una silla, así lo hubiera hecho.

-Quiero verla. –me dijo mirándome fijamente a los ojos.

-¿Qué? -le dije yo.

-Quiero verla Kite.

Yo me abrí el cierre y saqué mi polla que ya estaba enorme por la excitación.

Ella la observó.

-Es enorme.

-¿Le gusta?

-Me encanta.

Y la miré. Ella me miraba. Es obvio que había atracción, y era obvio que a esa maestra le gustaba el pito de jóvenes.

Me le acerqué lentamente y la besé. Ella, ante mi sorpresa, en vez de recibir alguna bofetada o algún insulto, me correspondió el beso. Nos dimos un largo y apasionante beso. Nuestra respiración era cortada,. Yo la manoseaba por completo, y ella me trataba de quitar mi camiseta de escolar. La recosté en el escritorio y se abrió de piernas, quería que la desnudara. Yo estaba sumamente excitado, la manoseaba la vagina, sus caderas, la besaba, mi pito estaba a punto de reventar.

Ella se arrepintió. Se incorporó. Y me dijo.

-Esto no puede ser posible, Kite. Me excitas y me atraes mucho, pero no podemos.

Se dio media vuelta y empezó a ordenar su portafolio. Yo estaba con el pito de afuera y ahí, parado ridículamente, como idiota. La observé. Estaba empinada hacia mí, con su culo enorme ante mí. Me dejé llevar y me le acerqué. La tomé de la cintura y..se la arrimé. Al fin tenía esa sensación de su culo en mí pito. Le restregué mi trozo en su culo. La tomaba de la cintura la jalaba hacia mí, y yo le empujaba todo mi trozo. Yo estaba mil. Ella sólo se movía lentamente, lo disfrutaba.

-Está enorme…

Yo le acariciaba su cintura, sus senos. La manoseaba desde atrás. Le pasaba las manos desde sus caderas hasta sus senos. Le desabroché su camisa. Se la quité por completo. Después, se la volví a arrimar. La tenía desnuda de la cintura hacia arriba, sus enormes senos al descubiertos se los agarré y se los apreté mientras se la arrimaba. Los dos respirábamos dificultosos de la excitación. Ella ya estaba empapada. Le quité su pantalón, su calzón femenino, y quedó completamente desnuda. La empiné y me hinqué. Le empecé a agarrar el culo, restregaba mis labios en el, era como si fuera una almohada y yo me estuviera levantando de un sueño. La tomaba de su cintura y la jalaba hacia mí, hundiendo mi cara en medio de sus nalgas.

-Ya no me hagas sufrir, chiquito, ya métela…

Yo le abrí las nalgas y le empecé a chupar su hoyito. Ella se volvió loca. Yo le metía le lengüita en su hoyito, le recorría la rayita de su culo con la lengua. Me encanta hacer eso. Por fin, no pude más. Me incorporé. Le abrí las nalgas y se la metí de un jalón.

-Oh…

Exclamó ella al metérsela tan bruscamente y toda de un jalón. Pero yo quería más. Y ella también. Se la metí más profundamente. La tomaba de la cintura y la jalaba hacia mi, mientras yo violentamente me hacia para adelante. Ella gritaba de el gusto y de el placer. Quien diría que en ese salón cerrado con llave un alumno se estuviera cogiendo a la maestra más buena de toda la escuela.

Por fin, se la metí toda. Y empecé a coger. Se la metía en un mete y saca, ella se hacía para atrás para disfrutarla mejor.

-Me encanta, ha,. Ha, ha, ha, me encanta, Kite, oh, ay!, ay!..oh..Kite!

Yo la tomé de los hombros y la empujaba hacia mí. Era delicioso. Después, la tomé de las tetas fuertemente y la jalé hacia a mí. Y así seguimos, cogiendo. Yo ya estaba a punto de venirme, pero para la sorpresa de ella se la saqué lentamente, ella descansó un poco. Pude ver su hoyo abierto, rojo y casi sangrando.

La recosté en el escritorio. Puse sus piernas en mis hombros y le empecé a mamar la cuevita. Rápidamente encontré su clítoris y se lo empecé a jugar. Ella gemía a gritos, a golpes, lo disfrutaba. Golpeaba el escritorio, me jalaba de los pelos y me golpeaba en la espalda de el placer que le estaba provocando. Le chupaba, jugaba, retorcía, le jalaba el clítoris con mi lengua y mis labios. Ella se vino. Me bañó la cara de sus jugos. Terminó exhausta. Después, me le puse a la altura y la empecé a besar con pasión. Le lamía su cara, sus senos, hundí mi cara en sus senos. Le pasaba la mano por sus piernas, sus caderas. .

-Me vuelves loca, Kite. Métemela ya. Quiero sentir tu lechita.

Se la metí lentamente, mientras lo hacía, la miré a los ojos. Pude ver su deseo hacia mí en su mirada. Se la metí hasta donde sentí fondo. Después, ella me rodeó con sus preciosas piernas. Yo tomé al escritorio con las ambas lados, de los ambos lados de el mueble, y empecé a meterla y sacarla con fuerza. Ella me acariciaba la espalda mientras la penetraba. Por fin eyaculé en ella. Quedé exhausto. Me desplomé encima de ella. Respirábamos cansados, satisfechos. Su culo, no me equivoqué, era delicioso.

Y así fue, como me cogí a la Maestra más hermosa, divina y angelical de toda la escuela. ¿Quién lo hubiera pensando?

Atte:

Wnk