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¡Mi primera experiencia anal!

en Sexo Anal

-Mi PRIMERA EXPERIENCIA ANAL….-

La historia de una chica que después de tanto tiempo, se deja coger por el chavo que más la deseaba en su vida. La historia de cómo Karen, la hermosa Karen, le llamaron el culo de leche.

Kite es un compañero mío de la secundaria. Lo conocí en primer grado. Al principio fuimos buenos amigos, nos caímos bien. Pero yo siempre me di cuenta que el quería algo conmigo. Esos sentimientos de "atracción", como el me lo decía, empezaron en segundo año. En ese año habíamos puesto una amistad más sabrosa, donde se incluía faje, manosea, y todo eso. Pero nunca pasamos de ser amigos; aunque yo siempre supe, y creo que todo el mundo, que el me deseaba. Me miraba con unos ojos, con un gesto, ¡de lujuria! Yo siempre le respondía con sonrisas o cosas como : ay, Kite, ya cállate. Nunca le presté importancia.

También me di cuenta que el me miraba mucho el culo. No dejaba de vérmelo. Yo no sé si lo tengo bueno, pero, aquí está mi descripción: Alta, blanca, cabello castaño claro, casi rubio. Soy bonita, pero hasta ahí. Kite me trataba y me veía como si yo fuera uan modelo internacional.

Pero poco a poco me dejé llevar por las insinuaciones de Kite.

Un día, la maestra de Historia dejó una maqueta. Teníamos que hacer grupos de tres, y claro, me tocó con el calentón de Kite y otra amiga, de él, llamada Grecia. En fin, quedamos que haríamos la mentada maqueta en mi casa.

A la hora de el encuentro, Kite llegó muy puntual, y mientras llegaba Gracia, Kite empezó a halagarme y a manosearme (como de costumbre) Pero algo pasó que nunca lo había echo Kite.

Me dijo que yo le gustaba mucho, no era la primera vez que lo hacía, pero otra cosa si: me dijo que yo siempre lo había excitado mucho.

-¿No me crees?

Kite se pegó su short gris a su pene. Pude ver todo. Pude ver un bulto casi gigante, y yo me excité al verlo, pero en ese momento sólo le sonreí apenada. En ese momento llegó Grecia y nos pusimos a trabajar. Mientras lo hacíamos, Kite me miraba con amor, con ternura, con lujuria. Yo a veces le sonreía.

Llegaron las ocho de la noche y Grecia se fue. Kite tenía permiso hasta pro una hora más, y nos quedamos a platicar en mi cuarto. Después de hablar de música y de profesores, chamacos y chamacos, hablamos de sexo. Le confesé que me encantaría mamáresela a un chavo, pero descarté de inmediato la posibilidad con él (es tan creativo y lleno de sorpresas).

Él me confesó que le encantaría tener sexo anal, que siempre lo ha deseado y la ha llamado la atención.

-No hay como llenarle el culo de leche a una chava. –me dijo con una mirada ardiente.

Me sonrió y me dijo con voz dulce:

-Me encantaría hacerlo contigo, Karen.

El muy pillo se me acercó y me dio un beso, pero no un beso rápido como los de antes, pues fue largo y de lenguita.

Yo de inmediato le dije que se fuera y así fue. Me quedé en mi cama, pensativa, que tal vez, después de tanta rogancia por parte de él, me afligiría y me le entregaría. Jamás, pensé.

Llegó el Lunes (la mentada maqueta la hicimos el Viernes, y había que entregarla el lunes, y para culpa, se le olvidó traerla a Grecia, que es ella con la que se quedó la maqueta) y yo y Kite no nos hablamos, sólo nos dirigíamos la mirada.

Llegó la clase de educación física y nos cambiamos todos con el uniforme correspondiente. Yo tengo mucha nalga, así que mi short me queda apretada (parece que me pusiera algo mojado o una toalla que me apretara, incluso una licra) Fui la última en bajar ya que el short me aprieta. Escaleras abajo, rumbo a la cancha, me topé con Kite que ya estaba cambiado.

-¿A dónde vas Kite? ¿no irás a la clase?

Él me sonrió y me contestó:

-Me preocupe de que no estabas, y vine a ver que te pasaba.

Yo le sonreí.

-Que lindo eres.

Noté en su mirada algo nuevo, y acto seguido se me acercó y me besó como esa vez en mi habitación. Ahora en ese beso el me tomaba de las caderas, de los hombros, de el cuello, de mis mejillas. Todo un faje bien hecho. Yo me dejé llevar y le correspondí el beso. Nunca había sentido algo así. Pero después de un largísimo beso cachondo me incomodé.

-Aquí no, Kite –le dije mientras me besaba el cuello.

Él se separó y me miró directamente a los ojos, muy serio.

-Ven. –me dijo.

Me tomó de la mano y de un empujón me metió en el baño de los hombres.

-¿Qué haces le dije?

Me guió hasta el último baño con taza y cerró con llave. Se quitó la camisa y me empezó a besar. El short era tan corto el de deportes, que pude ver su erección, y esa combinación de esta escondidos y fajar, con esa imagen, me dejó empapada.

Lo besé yo también con lujuria. Ya no importaba más, ya no importaba decirle, "ya no más" o "voy a gritar" ¿por qué debía de hacerlo? Me encantaba lo que Kite me hacía.

Me quitó él también la blusa de deportes y mi brasier. Besaba con lujuria mis senos, mordía mis pezones. Yo estaba súper caliente. ¿Cómo describir algo así, esa sensación tan prendida?

Kite se desnudó por completo. Él estaba seguro, por su mirada y su manera de desvestirse, que me cojería en ese momento. Yo no sabía que hacer. Pero decidí dejarme llevar.

Se sentó en la taza y me desnudó. Yo estaba de pie, y me dejó completamente desnuda. Todo era tan rápido y cachondo.

Él me empezó a chupar mi cuevita. Lo hacía tan bien, yo casi tenía el orgasmo. Él jugaba con mi clítoris. Yo me movía con violencia. Le agarraba la cabeza y le jalaba de los cabellos, le pegaba en la espalda de el placer que me hacía sentir. No me pude contener, y mis líquidos le bañaron su cara. Después, él me sentó para penetrarme por mi cuevita. Ni siquiera me avisó. Cuando me recuperé de mi orgasmo apenas me di cuenta que tenía su pija clavada en mí. Y no era por que era pequeña o algo así, era enorme. Y él empezó con un mete y saca mientras me besaba toda mi cara, mi cuello, mis senos. Era todo un maestro de sexo, a pesar de sus 15 años.

Después de una metida de verga potente, yo estaba que me moría. El muy maldito todavía no se venía. Yo quería tener su lechita en mí, pero tenía que esperar más. Fue cuando se me ocurrió lo de el sexo anal. ¿Y si Kite me llenara el culo con su lechita?

La idea me excitó mucho, tener una verga entre mis nalgas, en mi hoyito, que me abriera el hoyo. Que rico, pensé.

En el oído, le dije a Kite : "por detrás"

-¿Qué? –el me dijo sin dejar de besarme.

-Métemela por detrás, Kite. Quiero sentirla ahora por detrás. –le dije con gemidos, debido a que me la metía por mi cuevita.

Él se separo de mí y se puso detrás. Me empinó y mis brazos quedaron sostenidos en la taza. Él me abrió las nalgas.

-Te estoy viendo tu hoyo, Karen, ¡y me encanta!.

Me empezó a besar y chupar mi hoyito. Yo estaba sorprendida. Esa nueva sensación era sorprendente, exquisita, deliciosa, maravillosa. Yo movía mi culo de el placer. Y después, me imaginé, que el solo echo de que me culeara me pondría más loca y cachonda.

-Por favor, Kite, ¡métemela ya!

Mi hoyo estaba completamente dilatado, así lo sentí por las lamidas de Kite. El era maravilloso.

De repente, sentí algo. Y después, un dolor profundo. Kite me había penetrado. La sensación era dolorosa, pero me puso a 10000000000. Kite empezó a culearme, a coferme por detrás, yo gemía de el gusto. Él me tapó la boca. Nuestras ropas estaban tiradas en el suelo, nuestros cuerpos desnudos y mi culito penetrado profundamente. Kite gemía del placer. -Ay, chikita, tu culito.¡que culote!

Después de unos minutos, sentí como el pene de Kite se llenaba de leche y..¡al fin! Su lechita entró por mi adolorido culo. Mi segundo orgasmos lo tuve, al sentir ese pene dentro de mi culo y sentir el semen, esa ricura de líquido que entraba por mí.

Kite cayó al suelo desnudo, yo caí junto con mí. Todavía no me la sacaba de el culo. Estábamos exhaustos. Respirábamos dificultosos.

Ese olor a orines y a sexo nunca me hizo olvidar a Kite.

 

 

Relato compuesto y desarrollado por WNK.