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La boquita de Emi

en Sexo Oral

-LA BOQUITA DE EMI-

 

Emi es una encantadora chica de mi clase. Es toda una belleza. Esbelta, cobriza, cabello castaño claro y largo, un cuerpazo. Pero, descubrí que lo mejor de ella, era su boca.

Eran las 8:00 de la mañana y ya tenía varios minutos de ayer llegado a la escuela. Muchos de mis amigos de la escuela me saludaban al llegar. Otros no.

-¡Kite!

-¡Buenos días, Kite!

En fin.

Tomé asiento y esperé la clase de inglés. Mientras viene un maestro, podemos deambular por ahí, pero tenemos que estar puntuales a la hora de la clase, pero con este maestro no. Era muy puntual y llegaba antes de la hora acordada. Yo me senté y esperé. Por fin el anciano llegó. Nunca he tenido problemas para el inglés, de hecho, soy el mejor estudiante. Todos me piden ayuda, pero, yo soy muy reservado.

El vejete terminó la clase y yo guardaba mis libros. Me llegó un olor fantástico, a mujer, a erotismo, de seguro un perfume afrodisíaco. Levanté mi cabeza y miré a Emi, una de las mujeres más hermosas de mi clase.

Empecé por los pies, eran pequeños, después, por sus pantorrillas, (oh, dios mío) después, llegué a sus muslos en las piernas, que hermosa era esa chica. Su cintura, sus enormes y maravillosos senos, y su preciosa cara de muñeca.

-Hola Kite –dijo Emi- ¿Podemos hablar?

-Claro.

Emi y yo nunca nos hemos llevado como verdaderos amigos. En un principio, en la secundaria, antes de la guerra, y yo fuimos amigos. Pero cuando nuestros caracteres se formaron a lo largo de el tiempo en la escuela. Se sentó a un lado mío, y directamente mirándome a los ojos, me habló con su suave y dulce voz.

-Kite, sabes que no voy bien en esta materia, que es inglés –yo la miraba con lujuria, toda su hermosa cara –Y si repruebo este bimestre, voy a repetir año, y no quiero hacerlo.

La miré con fijeza, ya sabía lo que iba a decir, así que seguí guardando mis libros, pero también dijo algo que me interesó mucho.

-Y, quisiera que me ayudes en esa materia –La carita de Emi cambió a una acción seria-

Y haría lo que sea por pasar inglés.

Yo me puse serio, después, comprendí todo. Ahora entendía que tipo de ayuda quería

Y qué tipo de gratificación me daría. Así que, accedí.

-¿Y entonces? Dime tú. –me dijo Emi nerviosa.

La cita sería en mi casa, un Miércoles a las 6 de la tarde, hora en que mis padres no están. Quedamos en que sería sexo oral.

Emi llegó puntual. Casi al 5 para las 6. Yo me había duchado y me había puesto un short corto. Andaba en sandalias. Me recosté en mi cama y escuché el timbrazo. Corrí hasta la puerta, y ahí estaba. Era una hermosa, preciosa, divina y deseable mujer de 15 años, (ya no se le puede decir niña) , con uno senos enormes y firmes, en bola, no de gota, (lo que me excitaba más), un short corto, que se el embarraba en todo su culote (lo que más me gustaba de ella, un enorme culo con dos enormes nalgas bien formadas) Su carita de muñeca y su cabello tan lacio y hermoso castaño que se extendía hasta sus senos. Llevaba una blusa de media manga rosa. Un collar hippie, y.. su carnosa y apetitosa boquita. Yo enseguida al verla, me puse erecto. Ela notó mi erección, después, me miró a la cara.

-Hola.

-Hola, Emi. Pasa, por favor.

Ella pasó y yo le veía el culo al caminar. Cerré la puerta con llave. Ella se volteó hacia mí y dejó unos libros en un mueble (de seguro los ha de haber traído para despistar a sus padres de donde iba, pensé). Yo me le acerqué lentamente, ella se puso algo nerviosa.

-Quedamos en que harías todas mis tareas, y me ayudarías con los exámenes.

Yo me le acerqué, la tomé de la cintura, la jalé hacia mí y la empecé a besar. Ella me correspondía lentamente, besándome también. La tomé de la cintura, de su espalda, le acariciaba su culo, sus piernas, sus senos, le besaba el cuello.

-Claro, soy hombre de palabra, Emi. –le di un beso de lengua- me encantas.

Ella me besaba también, pero con menos intensidad. Sabía que tenía que corresponderme. Después de un rato de manoseo, era hora de que ella me haga alcanzar el orgasmo con su preciosa boquita.

-Vamos a mi cuarto.

Ella se apartó de mí y me tiró a un sillón. Se puso de rodillas, se apartó el cabello a un lado, y me miró a los ojos.

-No, que sea rápido. Lo haremos aquí chiquito.

Yo ya estaba a mil y ella me bajó hasta las rodillas el short. Mi erecto y prolongado trozo salió a relucir. Ella lo miró con curiosidad, con ansia. Se mordía los labios al verlo. Le acariciaba yo la cabeza a Emi, haciendo que se acercara más. Ella se acercó lentamente, y rápidamente se lo metió a la boca. Lo tuvo ahí un buen rato. Yo la veía, y la sola imagen de que lo tenía en la boca me excitaba mucho.

-¿Qué esperas para mamarlo?

Ella me tomó fuertemente de la cintura y lo empezó a mamar. Era fascinante. Usaba su lengua y sus labios simultáneamente, hacia un mete y saca con la boca, a veces se lo sacaba pro completo de su boca y solo chupaba la cabecita. Pude oír <gemidos> de ella al mamarlo, de verdad que ella lo disfrutaba como yo.

Mi pene crecía más y más en su boca, y ella lo mamaba con más rapidez y fuerza. Yo la tomaba de su cabello, de a cabeza, y la jalaba hacia mí, es como si yo me la estuviera cogiendo por la boca, pero ella hacia algo más que mamarla, se la estaba casi comiendo con sus labios, con su lenguita, que rica mamada me estaba dando.

Ella se la sacó por un momento y se me acercó, poniéndome cara a cara.

-¿Quieres que reciba tu leche en mi cara o en mi boca?

La besé apasionadamente, y le dije:

-En tu boquita mamacita.

La empujé a donde debía estar. Ella lo comenzó a mamar. Ahora cambiaba de mamada. Le daba chupetones al lomo, pasaba su lengua a lo largo de el gran trozo rojo y a punto de estallar en leche que tenía al frente.

Lo siguió mamando de arriba abajo, me lamía los testículos, los chupaba, su boquita era toda una máquina seductora. Se lo volvió a meter en la boca y lo empezó a mamar, con más fuerza, un sonido entre su saliva y mi pene, reinaba en mi cuarto, además de mis gritos de placer. Era la sensación más maravillosa que había tenido.

Por fin. Me vine. Le llené de leche su boquita. Volteé a verla, y veía como mi semen salía de su boca.

-¡Trágatelo!

Y así lo hizo. Con su lengua lo saboreó y se lo tragó. Hasta hizo su cabeza hacia atrás para poder tragarlo mejor. Quedé exhausto. Me recosté en mi silón, y mirando como se iba, le observé su enorme culo. Lo deseaba., y juré que algún día será mío. Pero ese será otro relato erótico.

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