miprimita.com

Las aventuras eróticas de Alicia (02)

en Jovencit@s

Las aventuras eróticas de Alicia (02)

Si aún no lo has hecho, es aconsejable leer el relato anterior, antes de continuar con éste. Lo gozarás más y comprenderás mejor.

Los días siguientes fueron para mí llenos de nervios... no dormía en la noche... a cada rato deseaba y deseaba hacerlo más veces... pensaba en mil excusas para llamar al chofer... mil veces me tocaba soñando con él, y deseaba hacer más cosas...

Me moría de ganas de que regresara Ivonne para contárselo, quería que supiera que "había estado con un hombre", sabía que se moriría de envidia. Por fín, a los pocos días, regresó; yo, que quería ir a buscarla... no pude, porque no sabía su día de regreso ni en qué compañía viajaban ni nada de eso… así que no pude convencer a mamá para que me dejara ir al aeropuerto... con mi chofer...

Cuando Ivonne vino a mi casa, supo enseguida que algo especial me había ocurrido. Le pregunté por sus vacaciones y ella me dijo:

"¡Tú eres la que me tienes que contar!".

Se lo conté todo con todos los detalles... ella no paraba de preguntarme:

"¿y te metía la lengua?"..." y cómo la movía", "¿y no lo dejaste que se metiera dentro?"... "¿y cómo salía la leche?"... sus ojos y los míos estaban llenos de lujuria erótica y de un deseo de hacer y volver a sentir... para no dejar que Ivonne se muriese de envidia, le dije:

"Tenemos que hacerlo otra vez pero las dos juntas, ¿quieres?".

Ella claro, me dijo que sí y empezamos a planificar cómo podíamos inventar viajes para podernos ir solas con él. La solución se nos presentó fácil: tendríamos que ir a unas sesiones de ortodoncia, para arreglarrnos unos pequeños defectitos en los dientes y ponernos unos alambres correctores... y así fue.

Concertada la visita con el dentista, teníamos cita a las 4 de la tarde, tendríamos que salir del campamento como a las 2... y regresar como a las 6 ó 7 de la noche... sabíamos que nuestras mamás pondrían mil excusas para no acompañarnos y todo salió como lo planificamos.

Claudio, nuestro chofer preferido, era el único que sabía la dirección del dentista así que fue fácil que nos tocase ir con él.

Cuando nos montamos en el carro, nos saludó muy alegre, como si nada hubiese pasado la última vez... Ivonne y yo nos sentamos en el asiento de atrás...

Él nos miraba por el espejo retrovisor y veía cómo cuchicheábamos al oído y nos decíamos secretos. El chofer sonreía y bromeaba con nosotras...

"¡Qué secretos tendréis picaronas!", nos decía...

Yo me incliné hacia delante y le dije al oido:

"Le conté todo a Ivonne".

Él se puso blanco, rojo, amarillo... no sabía que decir.. yo me acomodé otra vez atrás y dije en voz alta:

"Sí, sí… ella sabe todo.. ja, ja ja.." y nos reíamos las dos... también estábamos nerviosas...

Estábamos cerca de una estación de servicio y Claudio supo romper el hielo, nos dijo:

"Vamos a tomar un refresco".

Paramos, bajamos, nos tomamos un refresco y compramos chucherías. Cuando íbamos a subir nos dijo:

"Subid adelante".

Yo dejé que Ivonne se pusiera a su lado. Dejé como siempre que mi faldita se subiera todo lo más posible... Ivonne me miraba como diciendo: "Dios mio.. ¡va a suceder...!". Al poquito, Claudio puso una mano en las piernas de Ivonne y le dijo:

"¿De verdad te lo ha contado?"...

Ella dijo:

"Sí"...

"¿Y te ha contado que le di gustito en su rajita?"...

La mano de Claudio subía cada vez más por los muslos de mi amiga...

"Sí... ".

Yo lo miraba, animándolo con la mirada… él me entendía...

"Me ponéis a mil...", dijo Claudio, y agarrando la mano de Ivonne se la llevó hacia su bulto.

Mi amiga sintió esa cosa grande y dura en su mano por encima del pantalón... Claudio volvió a meter la mano entre las piernas de ella y llegó a sus pantys… sintió su rajita…

"¿Queréis que nos escondamos en un sitio los tres y jugamos?".

"Sí". Fue nuestra respuesta.

"Quiero que estemos los tres desnuditos... os voy a llevar a un sitio".

A los pocos kilómetros llegamos a un motel, nos hizo pasar al asiento de atrás para que no nos viesen, desde la ventanilla del carro pagó una habitación y, al minuto, aparcó el carro en la puerta de una de las cabañitas que alquilaban... era un hotel típico para parejas de enamorados, según luego nos explicó. Entramos a una habitación muy linda... con un gran espejo frente a una cama grande... la luz era tenue. Todo cerrado.. nadie nos veía.... nadie sabría nada...

Después de curiosear todo con los ojos, nos quedamos unos segundos en silencio, pero Claudio vino hacia mí .. me abrazó.. me besó y me dijo...

"¡¡Cómo te he deseado...!!"... abrazó con su otro brazo a mi amiga... y también la besó...

Yo con la mirada le decía: "ataca a ella... a ella..", él me entendió... y soltó los botones de la blusa de Ivonne... le bajó el sostén y empezó a chuparle los pechos...

Ivonne me miraba como diciendo "está pasando, está pasando...", porque todo era como un sueño erótico hecho realidad.

Yo, como si fuese una experta, me solté la blusa y empecé a desnudarme... Claudio se había quitado la camisa... mientras seguía besando las tetitas de mi amiga, me acerqué por detrás y le solté el cinturón... segundos después, estábamos los tres desnuditos abrazados en la cama... el rabo tieso de Claudio rozaba nuestros cuerpecitos y lo deseabamos... Claudio nos agarraba la mano para que se lo tocásemos sin miedo.

"Házselo a Ivonne", le dije.

Entonces abrió las piernas bellísimas de mi amiga y colocó sus labios en su rajita... metió las manos por debajo de sus nalgas y empezó a chuparle la rajita... Ivonne suspiraba... yo disfrutaba viendo y acostadita junto a ellos me tocaba solita... me daba gusto mirar... y deseaba que me llegase mi turno... Ivonne suspiraba... estaba a punto de llegar y entonces le dijo:

"Clávame un poquito..".

Claudio le subió las piernas hacia arriba... las abrió, acercó su pito, acarició el clítoris y la rajita y en un segundo la metió... toda la cabezota del pene entró en la vagina de Ivonne, que suspiraba aún más duro... Claudio empezó a moverse.. a moverse... veía cómo yo me masturbaba, Ivonne chillaba de gusto… hasta que la sentí llegar diciendo:

"Ahhhh... ahhhh... ahhhh...".

Entonces yo también me corrí... suspiré también y me vino el gusto de golpe… eléctrico... ver a Ivonne y a Claudio zingando me habia puesto a mil. Él vino hacia mi y me dijo:

"Chúpamela...".

Sin pensarlo, empecé a hacerselo... y me gustó... nuestra primera visita "al dentista" había sido fantástica...