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Mi novia y su amiga

en Trios

Mi novia y su amiga.

"Como el sueño del pibe", siempre quise realizar mi fantasía, imaginarme siendo agradado por dos mujeres era, hasta ese día, un sueño inalcanzable para mi, sobretodo porque aunque lujurioso, soy monógamo, y el amor que siento por mi novia no me hace pensar en otra mujer.

Esa noche, estábamos en casa de Sandra, una mujer algo mayor que nosotros y con una experiencia envidiable, al principio, platicábamos de temas cotidianos y aunque la conversación se golpe se centro en el sexo, nada me hizo pensar en lo que vendría.

Súbitamente mi novia me interrogo acerca de mis sueños eróticos y el tenor de la conversación me dio la confianza para confesarme, mire los ojos de mi amada y pude notar que en cierta forma ella ya lo adivinaba.

Sandra escucho mi relato complacida y rió mas, al enterarse que estaba en mi lista de postulantes a cumplir mi sueño, mi novia pareció complacida que fuera así, entonces, me invitaron a jugar.

Ambas se preocuparan de adecuar el lugar para la ocasión y crear el ambiente propicio, no fue una tarea difícil, ya que estaban a la mano un sin numero de elementos que Sandra atesoraba en sus muebles: velas, inciensos, aceites aromáticos y ropa seductora, fueron los elegidos para el proceso, me ofrecieron ponerme cómodo y obviamente accedí enseguida, me desnude completamente y me abrigue con una bata. Las chicas comenzaron su transforman con sutileza y dedicación, mi novia beso mis labios y mi entrega fue total.

La presentación comenzó con ellas mostrándome sus cualidades, me bailaron sensualmente y me recorrieron con sus uñas afiladas, Sandra tenia unos glúteos muy carnosos e increíblemente redondos que me invitaban a poseerla por detrás, pero me contuve ante el espectáculo maravilloso de sus danzas sensuales y provocadoras.

La temperatura de la habitación aumentaba con la cadencia de sus movimientos sensuales y mi sexo comenzó a dejar salir pequeños chorros de mi néctar, mi cetro de venus estaba duro y voluptuoso, ver a ese par de mujeres lúbricas me excitaba increíblemente, mas aún con el paso del baile, a el sexo entre ellas, consternado, veía como comenzaron a besarse impúdicamente y a recorrerse, Sandra tomo a mi novia, la tendió en la alfombra y comenzó a succionar sus labios íntimos, mientras yo hacia de mi mano mi templo de venus y la cadencia se hacia cada vez mas frenética, al unísono los tres gemíamos gustosos de nuestro idilio y complementábamos nuestro goce, luego de que Sandra hizo suya de todas las formas posibles a mi novia, fue mi turno.

Había visto por ahí algunas posiciones sexuales para tres, por lo que no me costo nada adecuarme a la situación, ambas, me tendieron en la alfombra y comenzaron a poseerme, mi novia hizo lo suyo y succiono mi poder con su fuerza cotidiana y su maestría conocida y agradecida por mi, Sandra lamía cada centímetro de mi pecho y daba pequeños mordiscos en mis pezones, nos acomodamos de tal manera que sus labios íntimos quedaron en mi cara y mi lengua de inmediato se asilo en sus cavidades, chorreaba litros de sus jugos salados y lujuriosos y me agradecía succionado con mas fuerza mis pezones, cada vez que mis labios succionaban su clítoris.

Intercambiamos posiciones y el sexo de mi novia correspondió ser lamido y saboreado por mi lengua, mientras Sandra apretaba mis testículos y recorría cada pliegue de mi integridad con su lengua fogosa, el escenario era idílico, me sentía complacido y disfrutaba intensamente el momento, decidimos que ya era hora de que mi poder entrara en alguna de ellas y sin previo aviso, Sandra tomo mi garrote con fuerza y lo dejo entrar lentamente en sus cavidades chorreadas de deseo y pude sentir la magnificencia de su interior a cabalidad.

Mientras, mi novia se acoplaba a la escena y en momentos, su lengua resguardaba la salida y entrada de mi fuerza en Sandra, según lo sentía, se acomodaba felizmente a nosotros y se hacia parte de la lujuria, beso mis labios con fuerza y en un momento que no recuerdo, Sandra la acomodo a nosotros e instalo su lengua en sus partes intimas, y uno tras otro, los empujones de fueron haciendo mas profundos e intensos, veía el rostro desfigurado de mi novia sintiendo placer y me excitaba aun mas, hasta que de pronto sentí que ya no podría retener mas mis deseos y que llegaría al clímax, les comente al las chicas que era mi hora de tocar el cielo y ellas, al unísono, me regalaron la posibilidad de emigrar solo, saque mi sexo de el interior de Sandra y regué sus nalgas con litros de mi leche caliente y recién parida.

Ellas continuaron su encuentro, esta vez, formando aquel numero que una vez cuando niño me enseñaron y recostado en el sillón, tratando de componerme, las vi saborearse una a la otra y arrojar mares de exquisitos jugos de sus cavidades al momento de tocar el cielo, lo que me hizo dar cuenta, de que la fantasía había resultado a la perfección.

Salimos de la casa de Sandra aquella noche con la convicción de que nos amamos y que de vez en cuando, realizar travesuras y darle en el gusto a uno de los dos, es muy gratificante.