miprimita.com

Un viaje muy especial....

en MicroRelatos

Un viaje muy especial....

Aquella mañana, nos juntamos en el terminal de buses, la idea, era irnos directo al sur y de vuelta, venirnos haciendo escala por todos los pueblitos que encontráramos en el camino.

Como casi todas las tardes de verano, el calor era increíble, por eso, decidí que lo mas cómodo, era viajar con falda y polerita, así, me sentiría mas holgada y fresca, sabia que me esperaban horas muy tediosas dentro del bus, al parecer, mi novio, creyó lo mismo, porque apenas nos sentamos, se saco todo y quedo solo en short.

Lo que al principio me pareció un problema, era que los únicos asientos disponibles para viajar, eran los últimos , la idea de ir cerca del baño me parecía, por decirlo menos, incómoda, pero eso paso a segundo plano cuando nos pusimos en marcha y el panorama apareció ante mis ojos.

El sur es maravilloso, la cantidad de paisajes idílicos es increíble, por eso, el día, paso volando, había tema de conversación, música para escuchar, ciudades donde bajarse y sobretodo, buena compañía.

Lo increíble paso en la noche.

El auxiliar apago las luces, entrego frazadas para todos y el silencio se hizo presente en el vehículo, la gente dormía y a lo lejos, se escuchaba mas de algún ronquido por ahí.

Mi novio y yo, estábamos despiertos y nos besábamos románticamente , de pronto, los besos se tornaron mas intensos y el calor, nos comenzó a despertar la libido, suavemente él comenzó a pasar su mano por mis piernas y con su lengua recorrió mi cuello, yo me sentía excitada y mas aún, con la adrenalina a mil, pensando en que nos podrían descubrir.

Entonces, echamos a correr la imaginación y nos dejamos llevar por la pasión, como niña exploradora, mis manos recorrieron su espalda, acariciaron su pecho y dibujaron sus labios, en la oscuridad de la noche, el busco mis labios íntimos y sus manos se posesionaron de el, llenándolo de caricias frenéticas que lo humedecían rápidamente; como un metal atraído con un imán, mis manos se dirigieron al suyo, tomándolo con fuerza y apretándolo como si quisiera fundirlo en mi, entonces en mi oído reconocí un pequeño gemido, intenso, silencioso, pero muy erótico, que me dio el animo necesario para que mis labios buscaran su sexo y lo incitaran a reconocer mi boca.

La situación era excitante, todos mis sentidos puestos en su sexo y él, sintiendo ganas de explotar, mientras, al mismo tiempo, nos preocupábamos de no ser escuchados ni sorprendidos por alguien mas, y era precisamente eso, lo que hacia que aquel momento fuera mas delicioso, de pronto, mi tarea fue interrumpida, mi novio guió mis labios hacia los suyos, en el camino, pase mi lengua por todo su pecho, saboreando el dulce sabor amargo de su sudor provocado por nuestro calor, en aquel exquisito recorrido, me beso intensamente, con su lengua jugueteando por toda mi boca, buscando placeres y encendiendo pasiones, sus manos se apoderaron de mis pechos duros y cálidos, sedientos de cariño y de besos de pasión, y los reconoció enseguida, los apretó despacio y como un mago los lleno de placer, mordisqueo y succiono mis pezones exquisitamente, con mucha fuerza, con lubricidad, me tapo la boca, para que nadie pudiera escuchar mis bramidos de placer, entonces, decidimos que era hora de entregarnos a la pasión, por instinto, mi sexo busco el suyo y lo puso sobre el, me penetro profunda y fuertemente, y sentí miles de mariposas invadiendo mi estomago, quise gritar, pero otra vez me tapo la boca, me invito a cabalgar y al principio, parecía un paseo normal pero se fue convirtiendo en una cabalgata extrema exquisita y vibrante.

Mis movimientos comenzaron a hacerse cada vez mas rápidos y "en redondito", quería que todo su sexo entrara en mi y que se quedara para siempre, el movimiento del bus nos hacia la tarea mas fácil, y los espasmos comenzaron a sentirse, entre mis pies y mi cabeza, mientras mi cuerpo, quería mas de él, sus manos me recorrían, apretaban mis pechos, besaban mi cuello, me sentía prisionera del placer y quise cadena perpetua, con él dentro de mi.

De pronto, nuestro placer fue interrumpido, una señora entro al baño y como verdaderos expertos, escondimos nuestros sexos de aquella intrusa, por un segundo, mi cabalgata se detuvo, pero no nuestra excitación, porque mientras aquella mujer estaba en el baño, nuestras manos continuaban haciendo de las suyas para no permitir que el fuego se apagara, por eso, apenas esta pasajera se retiro a su asiento, de un brinco continué mi cabalgata, la que esta vez fue mas ardiente, mi corazón latía a mil por hora y mis sexo chorreaba litros y litros de mis líquidos de pasión y desenfreno por aquella excitante situación de peligro y pasión. Mi novio, comenzó a sentir fuertes convulsiones y su cuerpo se contraída y ardía aún mas, los movimientos comenzaron a hacerse mas intensos, mas profundos, mas deseosos de llegar al fondo y el olor a sexo inundo el bus. Llevábamos un ritmo perfecto y juntos sentíamos el placer al máximo, fundidos y amándonos en secreto, para que nadie pudiera escucharnos, hasta que no pudimos resistir mas, y nos entregamos a un orgasmo único y gigantesco, que nos dejo por momentos pegados uno al otro y sin poder movernos.

Segundos después, reaccionamos, y vi en sus ojos la satisfacción del trabajo realizado y la necesidad de decir algo mas, nos besamos como enamorados, y sin siquiera planearlo, nos dijimos te amo. Me acurruque a su lado y dormí.

Al otro día, estábamos en nuestro destino y desperté feliz, satisfecha y con olor a él, fuimos a buscar nuestros bolsos y el auxiliar me entrego mi mochila, me miro fijamente y me cerro un ojo.