miprimita.com

Propuesta Diferente

en Trios

Propuesta Diferente.

A mis lectores:

Quiero agradecer a Todo Relatos, la posibilidad de mostrar mi trabajo, a la gente que comenta mis escritos y se da el tiempo de leerlos. Soy autodidacta, escribo por el placer de escribir, me enriquezco con la critica y si me lo permiten seguiré escribiendo, para aquellos que gustan de la lectura o para quien quiera solo leer...

Gracias a todos...

DuLcEaBiSmO

Siempre quise ser universitario, mis padres me apoyaron mucho cuando decidí que estudiaría leyes, por eso, no me fue difícil ingresar, sabía que no sería fácil conseguir mi meta, pero estaba dispuesto a esforzarme al máximo por llegar a graduarme; mis compañeros eran amables y casi todos de buena familia y no me costó mucho hacer nuevos amigos, asistía a mis clases periódicamente y en general mi vida marchaba sobre ruedas.

Mi novia, también era universitaria, pero me adelantaba en un año, ella sabía de aquellas fiestas alocadas de los académicos pero nunca me comento nada que me pareciera anormal, aquella noche, fuimos juntos a celebrar el cumpleaños de Jorge, su mejor amigo, la fiesta sería en el gimnasio del recinto.

Al llegar, noté que Jorge estaba solo, y nos invitó amablemente a acomodarnos al lugar, supuse que el resto de los invitados llegaría pronto, pero no fue así.

-¿Tardaran mucho los demás?-

-No te preocupes por lo demás, esta fiesta será solo para los tres- dijo Jorge.

Al principio, su comentario me pareció un tanto extraño, pero lo atribuí a la amistad de antaño que él mantenía con mi novia y supuse que sería una velada tranquila y sin mayores sobresaltos, me distendí un poco y me acomodé al espacio, entonces, comenzó nuestra ronda de tragos y al fragor de la música terminé por sentirme en casa.

Noté que Claudia, mi novia, y Jorge murmuraban y reían morbosamente de algo que no sospechaba, me miraban extrañamente y me parecía que especulaban sobre algo que quise, inmediatamente, saber.

-¿Se están riendo de mí?-

-Para nada, solo estamos haciendo una apuesta- dijeron

Quedé perplejo, la apuesta que hacían era acerca de si yo me atrevería o no, a tener una experiencia diferente y participar en una orgía con ambos.

Al principio la propuesta me pareció descabellada, pero, al pensarlo nuevamente, decidí que no sería mala idea tener nuevas experiencias y disfrutar de placeres diferentes, por eso, les propuse lanzarnos en aquella tarea, pero, que me guiaran en el recorrido, ya que, hasta ese momento, jamás había participado en un trío.

-Solo déjate llevar, disfruta el momento y verás que todo se hará de acuerdo a lo planeado- declamaba Jorge

Para cuando me di cuenta, los tres, estábamos desnudos en aquel lugar, Jorge y yo, recorríamos lujuriosamente el cuerpo de mi novia dándole placer, él se dedicó a la exquisita tarea de besar y absorber su sexo con fuerza y mucha bravía, podía escuchar como succionaba sus labios íntimos y mi excitación se enaltecía, por mi parte, mordisqueaba deliciosamente sus pezones y me satisfacía escuchándola pedir saborear mi antorcha, fue algo magistral, al unísono, nos acomodamos y seguimos en nuestra entrega, ella, dejaba entrar y salir de su boca mi fuente de poder, lubricándome con maestría con su baba pegajosa y bien parida, él, a su vez, la disfrutaba impúdicamente, con su lengua penetrando en sus cavidades y recorriendo cada centímetro de sus partes íntimas, acomodando su clítoris en su boca deseosa de tragar cada chorro que brotara de su interior.

Nuestros bramidos se apoderaban del lugar, las voces se mezclaban y nuestro factor común era el goce y la entrega, los espejos del recinto nos retrataban vívidos y pecaminosos, pero no importaba, a mis ojos, lucíamos hermosos y plenos, segundo a segundo nuestros deseos se hacían aún más lujuriosos y decidimos tomarla por entero, sin pensarlo, la penetramos fuertemente en todos sus centros de placer y le dimos tantos empujones como pudimos, ella gritaba, declamaba delirante el gozo que sentía y repetía mil veces que nuestra fuerza debía continuar intacta.

-¡Así, los amo, me enloquecen, los quiero sentir aún mas dentro de mí, me encantan, esto es delicioso- repetía enloquecida

Yo me sentía como un toro salvaje, clavando con fuerza toda mi hombría en su cola redonda y tierna, Jorge, a su vez, emitía fuertes bramidos al entrar y salir de sus cavidades, los tres gozábamos infinitamente, éramos partícipes de una experiencia arrolladora y salvaje, llevando a nuestra hembra al punto de recibir un orgasmo descomunal e intenso que la dejo, por minutos, tirada en el piso.

En ese momento escuché lo más increíble de mi aventura.

-Todavía no hemos terminado, aún falta que pruebes de mi sabor, quiero que me tomes con la misma fuerza que la tomaste a ella- me declaro, sin preámbulos, Jorge.

-Hazlo mi amor, regálale un poco de tu néctar a mi amigo que te desea con locura- prosiguió Claudia

Mi temperatura corporal era de unos mil grados y mi deseo de amar no me hicieron dudar de lo que seguía, mi néctar quería salir a toda costa y la propuesta de aquel joven, en ese momento, me pareció la puerta más cercana a mi clímax, por eso, sin ninguna ignominia, lo acomodé a mi deseo y lentamente comencé a darle pequeños empujones.

-Toma esto, aplícalo en mi ano para facilitar la entrada, estoy ávido de probar ese poder tuyo en mi grieta- dijo Jorge.

Entonces comenzó mi cabalgata frenética hacia el orgasmo y podía notar la diferencia entre mi compañera y él, sus partes íntimas estaban apretadas y sus contracciones oprimían mi virilidad como queriendo dejarlo dentro de sí, estaba consternado, mi novia se había recuperado y se había acomodado al sexo de su amigo, degustándolo con su lengua y succionándolo como solo ella sabe hacerlo, con una maestría inigualable, sentía con vehemencia las contracciones de aquel impúdico y mi sexo quería explotar al contemplar, en el espejo, a cada instante, nuestra escena, Claudia ya lista para la entrega estaba embravecida succionado la intimidad de Jorge, mientras él, me indicaba que su hora estaba cerca.

-Así amiguitos, denme todo lo que tienen, déjenme tocar el cielo con las manos y disfrútenme tanto como yo los disfruto a ustedes- escuchaba decir a Jorge.

-Vamos Jorge, riega tu néctar en mi boca, quiero saciarme de tu ardor, quiero tragar cada chorro de tu fuerza- decía Claudia

 

Yo no podía emitir palabra alguna, los escuchaba gemir intensamente y los sentía disfrutar del momento tanto como yo, sólo podía continuar con mi tarea y disfrutar del increíble placer que me daba la apretada cola de, desde ese momento, mi amigo.

Mi primera fiesta universitaria y la gloria de tener una aventura extrema, deliciosa y desenfrenada, clavando con fuerza a un extraño y observando a mi novia como toda una especialista en el arte de amar.

Me entregué con tal vehemencia a aquel acto que no pude notar cuando mi novia ceso en su tarea y se acomodo detrás de mí, sentía su lengua recorrer tiernamente mi espalda y miles de exquisitos escalofríos me recorrían, su lengua, que comenzó su recorrido en mi cuello, llegó magistralmente a debajo de mi espalda y pude sentir uno de sus dedos hurgueteando en mi ano, al principio no asimile él por qué de la situación, y aunque me sentí algo descolocado, seguía en mi ruta con su amigo y me agradó mucho sentir el pequeño entrar y salir de su dedo en mí, entonces, sin que me percatara, nuestros roles cambiaron y me vi enfrentado nuevamente a mi novia y a su delicioso y jugoso sexo, en el que me propuse derramar toda mi leche, respiré profundo y seguí con mi tarea, con una cadencia aún mas arrolladora al ver su cara desfigurada y respirar enloquecido el olor que manábamos producto de la fusión de nuestros sexos.

En mi espalda volví a sentir aquellos escalofríos, pero esta vez eran provocados por Jorge, quien, sutilmente, posó su lengua en mis partes prohibidas y comenzó a estimularme al punto de dilatar mis músculos y penetrarme con fuerza, y aunque su virilidad era menor que la mía, me rendí ante la situación.

-Ahora vas a probar de mí, mi amor, déjame entrar en esa colita dura y bien levantada, déjame demostrarte lo rico que se siente tener un pene dentro de ti- me susurro al oído.

No pude resistirme, aquel placer era inigualable, entonces comencé a declamar fuertes bramidos, que aunque al principio fueron de dolor, terminaron convirtiéndose en sonidos de goce y agradecimiento a mis dos compañeros por invitarme a participar con ellos de aquel acto.

Segundo a segundo la cadencia aumentaba y no pude resistir más con mi poder, derrame extasiado, sediento cada gota de mi florecer, parido con lujuria por cada centímetro de mí ser, por tal evento y con una sensación extraña al percibir que un liquido pegajoso recorría mi entrepierna.

-¡Tontito, es el fruto de nuestra entrega!- dijeron ambos riendo.

-Uffff, esto si que fue digno de una experiencia universitaria- comenté satisfecho.

Nos retiramos del lugar contentos, como buenos camaradas y nos fuimos de copas, para celebrar el cumpleaños, nuestro goce y para ponernos de acuerdo para nuestra próxima entrega, esos años, aprendí tanto de leyes, como también de sexo.