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Trio Perfecto...

en Trios

Trío perfecto

La fiesta termino temprano, los amigos se retiraron felices y embriagados, me recosté en el sofá desordenado y prendí un cigarrillo, Carlos y Francisco se quedaron para ayudarme a ordenar el caos, el trago se me subió a la cabeza y entre risas y conversa continuamos la fiesta, la madrugada llego deprisa y un suave calor sonrojo mis mejillas, Carlos era un tipo apuesto, de grandes muslos y su suéter ajustado me dejaba ver su amplia espalda, Francisco era menos guapo, pero su inteligencia brotaba por sus poros, en un momento, puede notar que ambos me miraban libidinosamente y aunque al principio me sentí asustada, me emocione al darme cuenta que estaba ante las puertas de realizar mi mas intima fantasía.

Aquellos tragos de mas me hicieron perder el pudor y me dieron el impulso necesario para estimularlos a realizar mi sueño y puede sentir la agitación en su respiración al verme tan decidida, puse una música sensual y baile para ellos, me miraban enloquecidos y deseosos de tomarme, la mesa de centro fue mi escenario para seducirlos y lentamente comencé a quitarme la ropa.

Me sentía hermosa, mi cuerpo se contorneaba rítmicamente, animado por sus caras ardientes de pasión por mi, los recorría con mis ojos y notaba como sus sexos despertaban.

Francisco comenzó su tarea y se desnudo por completo, lo mire maravillada y la retina de mis ojos me mostraba la magnificencia de su sexo viril, me tomo en sus brazos y me recostó en la mesa, beso mi cuerpo como un loco y mis labios íntimos fueron visitados por su lengua arrolladora y sensual, sus manos me recorrían, estimulaban mis pezones agudizando su dureza, lo oía gemir disfrutando del sabor de mis fluidos, mientras Carlos nos miraba hipnotizado y queriendo unirse al festín, entonces, lo anime a acercarse, para que me dejara saborear su sexo titánico y fabuloso.

Me sentía extasiada, tenia a dos hombres dándome placer al máximo y respirándonos uno del otro, supe que mi fantasía se estaba convirtiendo en realidad, tenia el sabor de los fluidos de uno y la lengua del otro recorriendo indecoroso mis cavidades supremas, lo que me hacia gritar de goce, sin previo aviso ni acuerdo, al unísono cambiamos de posición , y me encontré como una gata arrodillada en la alfombra regalándoles mi cola en agradecimiento a su plena labor, sentí la fuerza de la cadencia de uno y percibí que no era dentro de mi fuente de placer, emití un grito desesperado de pasión y sentí como aquel hombre se contorsionaba de gusto al clavarme fuertemente todo su poder en mis partes prohibidas.

Frente a mis ojos estaban los labios frescos de mi otro amigo, que lograron aplacar un poco mi sed y sentí sus manos apretar mis pechos duros y ardientes, sedientos de ser devorados por su boca, los tres disfrutábamos al máximo y nuestros gemidos se mezclaban formando una serenata de amor, decidieron turnarse para poseerme y eso me volvía loca, me sentía afortunada de tener dos pares de manos acariciando frenéticamente mi cuerpo férvido y mares de fluidos recorrían mis piernas, nuevamente, cambiamos de enfoque y mis piernas se arquearon increíblemente para recibir la visita de mi compañero, el espectáculo era diferente, lujurioso, carnal, dantesco, grandioso, tenia a un hombre dentro de mi y mi espalda reconocía el ardor del pecho de otro, sosteniendo mi cuerpo, y toque el cielo con las manos cuando ambos me dejaron sentir su máxima cadencia en mis centros mas íntimos.

Mi cuerpo estaba electrizado, sentía como miles de espasmos me recorrían desde la cabeza a los pies, emitía fuertes gritos cargados de lujuria y desenfreno y me rendí ante tanta delicia, logrando sentir un orgasmo descomunal, intenso e interminable, mis compañeros estaban exhaustos, los vi regar su néctar por todo mi cuerpo y por algunos minutos quedamos desmadejados en la alfombra.

Nos miramos reconociéndonos y hablamos de lo ocurrido y nos alegramos por nuestra camadería, fuimos cómplices de nuestra fantasía y protagonistas de un desenfreno inmenso, por eso, en secreto, decimos continuar con nuestros encuentros, hasta la fecha, me deleito con el sabor ardiente de las delicias de mis compañeros.