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Perverso animal

en MicroRelatos

A veces me da por pensar que amas más a ese animal perverso que a mí. Aunque me beses, aunque abras tu sexo para que te traspase, aunque gimas entre mis brazos…tus manos siempre le acarician a él. Te ama como yo, de eso estoy seguro, por eso me odia, por eso lo odio, porque yo te poseo físicamente, y porque él te posee emocionalmente. Es así, ¿verdad?, confírmamelo por favor.

Pero el gato perverso, llamado Querubín, nos observa con insistencia mientras hacemos el amor. Por instantes, mientras me voy acercando al clímax, me siento como un cazador, sí, eso es, me siento felino, como si ese tigre en miniatura se introdujese en mí y fuese él quien te poseyese malignamente.

Ninguna mujer como tú me ha arañado la espalda. ¡Qué afiladas tus uñas! Te sientes gata. Y es que no haces el amor conmigo, lo haces con tu gatito travieso, ese animal al que tanto te gusta mimar.