miprimita.com

Manoseé a mi cuñada

en MicroRelatos

Una de estas noches de verano, cenamos en familia en un chalet a las afueras propiedad de mis suegros. Vacaciones, nada que hacer al día siguiente y ganas de comer y beber profusamente. Los chicos correteando, jugando y dándose un chapuzón en la piscina.

- ¿Hace una copa? –me ofrece mi concuñado.

- Un cubata, sí. –digo animado.

El alcohol produce efectos inesperados en mí, pero lo de esa noche fue demasiado. Y la verdad, no me lo explico con facilidad. Si miro bien a mi cuñada, hermana de mi mujer y mayor que ella, no le veo un atractivo fuera de lo común; es más, inferior notablemente al de mi esposa. Pero la llevaba observando un tiempo y un no se qué en ella hizo que empezara a obsesionarme con su cuerpo y con su persona.

¡Qué bien se estaba en la terraza, a cielo raso, contemplando las estrellas! Hasta que irrumpió mi mujer, deshaciendo la tranquilidad:

- Hay que recoger la mesa y lavar la vajilla –dijo ordenando más que sugiriendo.

- Yo lo haré –declaró mi cuñada.

- Y yo te ayudaré –me ofrecí solícito.

Mi mujer río y le dijo a su hermana que tenía suerte de que yo quisiese entrar a la cocina para trabajar. De ese modo nos encaminamos a la citada cocina, dejando fuera a mi mujer, a mi cuñado, a los cuatro niños y a mis suegros; todos muy entretenidos como para echarnos cuentas a lo que hiciéramos o dejáramos de hacer ella y yo allá adentro.

Supongo que también sería que hacía años no sentía un verdadero impulso sexual, por lo que también sospecho que mi esposa me consideraba una criatura de instintos sexuales inofensivos, incapaz acaso de sentirme como un depredador ante su hermana. ¿Y qué decir de mi cuñado? ¿Podía confiar en dejarnos solos a su mujer y a mí? Cada día que pasa son más fundadas mis sospechas de que es homosexual. Y con ello no digo que no ame a su mujer, sino que es posible que no tenga demasiado interés en guardar celosamente "un objeto sexual" que no desea.

-¡Aurora, perdóname por esto! –dije a la vez que la abrazaba con fuerza por atrás y atrapaba sus tetas caídas pero inmensas.