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Segunda vez (1/¿?)

en Dominación

Continuación de Primera vez, recomendable leer los otros dos antes

Recuerdo lo que me pediste mientras me follabas en el baño “ir a vivir a tu ciudad” implica más cosas, buscar piso, trabajo, renunciar al que tenía, lo he logrado, ya puedo ponerme en contacto contigo. Me lo dejaste claro, hasta que no lo lograse no querías saber nada, me había convertido en un simple polvo y me sabía mal, me dolía. Te he enviado un mensaje diciéndotelo, espero que mañana nos veamos, que con la mudanza voy desaliñada. Oigo el móvil, por el ruido me ha llegado un mensaje, es tuyo, lo leo:

En 30 minutos has de estar en calle Falsa número 123, piso 13 puerta D”

Llamo a un taxi, la telefonista me comenta que en cinco minutos estará, me cambio de ropa, mini negra combinado con un top sin tirantes blanco y unos sandalias negras de tacón, sobre unos 10 cm, estoy cerca del uno noventa, desde la última vez me he esforzado para aprender. Subo al ascensor para bajar, en el espejo veo que el top blanco deja ver mis aureolas, pegas de ir sin sujetador, mientras bajo saco del bolso el pintalabios y lo estreno para ti, unos labios de rojo intenso me quedan, justo llego abajo el taxista para en frente de la puerta, por su mirada diría que ha descubierto que no llevo sujetador.

Me siento en el asiento del medio y me ato el cinturón, el top se baja un poco. Separo las piernas, veo como el taxista me mira por el retrovisor, me gustaría saber sus pensamientos, me gustaría saber si le gusta lo que ve. Otro mensaje en el móvil:

10 minutos”

Sonrío, creo que llegaré, pero cuando baje el taxista se deprimirá, llegaré siempre que no tengamos un accidente por su despiste al mirar mis piernas, me enorgullezco ante la situación. Para el taxi, se gira y me indica cual es el número:

La carrera son 25,32€”

Le doy 25 y un beso en la mejilla dejándole mi pintalabios marcado mientras busco el suelto, le paso el suelto y me besa en los labios, seguro que se me ha corrido el pintalabios y encima por un mal beso. Me quedan dos minutos me dirijo hacia el portero, tienes video portero, así podrás verme como he ido vestida por la calle. Pulso, hablas:

¿Qué zorra hay?”

 

Tengo que buscar una respuesta y rápido, sé que me estás probando:

 

Tu zorra pide permiso para verte”

 

Creo que está bien, que es correcto, que te gusta ya que oigo el ruido que hace la puerta, dando la señal que se está abriendo, la empujo y entro. Subo al ascensor, detienen la puerta antes que se cierre, la puerta se vuelve abrir, entra un chico joven, de entre 20 y 25 años, pulsa el número 12 y yo el 13, iremos un buen rato juntos, ya que el ascensor no es muy rápido, me miro en el espejo y me arreglo los labios, para ti siempre perfecta o eso intento al mirarme en el espejo veo como el chico está mirando mi culo, me giro y le sonrío, aún quedan ocho pisos.

 

¿Te gusta lo que ves? ¿Te gustaría tocarlo?”

 

Pregunto con educación, el afirma con la cabeza dos veces, una para cada pregunta. Me giro, le doy la espalda, me inclino hacia adelante, puedo ver por el espejo como se aproxima su mano hacia mi culo, me lo soba por encima la falda tímidamente.

 

Sin miedo”

 

Le digo mientras empiezo a subir la falda para dejar mi culo a la vista, sin bragas ni tanga que lo tapen. Lo empieza a sobar con más ganas, pero de golpe el ascensor se detiene, no para mientras la puerta se va abriendo.

 

Tu piso”

 

Comento mientras se separa y empiezo a bajar la falda, me mira con ojos de pena buscando algo más en mí y le regalo una tierna sonrisa. Las puertas se cierran, me queda un piso. Me miro en el espejo, quiero estar lista para ti, pellizco suavemente mis pezones, ahora marco, creo que te gustará más. Por fin la puerta se abre, vuelvo a estar nerviosa, me provoca nervios saber que me vuelves a ver, creo que he cumplido con lo que me pediste luego de la primera sesión, mientras me tenías exhausta en la cama, ahora me gusta que me miren y me visto para que me miren. Llego a tu puerta, llamo al timbre, me abres, en tu mirada veo que puedo pasar. Me revisas, me observas, me miras con detalle, me sobas, hasta que al fin decides hablarme.

 

Vas muy perra y tus labios de zorra me encantan”

 

Sonrío en señal de agradecimiento, tus palabras me han encantado amo, me siento muy bien estando a tu lado, una vez cierras la puerta empiezo a desnudarme, como tu me dijiste en tu casa desnuda lo cumplo, primero el top por la cabeza, dejando mis pechos al descubierto, tus manos se acercan y los soban, me encanta. Pellizcas los pezones suavemente, consigues que estén más en punta de lo que había conseguido yo. Paras, te separas de mi cuerpo, entiendo que ahora tengo que continuar desnudándome, quitarme la falda. La desabrocho y la dejo caer piernas a bajo. Observo, veo que estás mirando mi sexo con repugnancia y no entiendo porque, me lo miro y veo que tiene pelo, con los nervios de la mudanza se me había olvidado y con tus agradables prisas para quedar no había pensado. Vas hacia el comedor, abandonas el recibidor, con una mirada me dices que te siga, pasas el comedor, entras en una terraza. Te sigo, la calle era ancha y el piso alto, no me pueden ver desnuda, sólo con zapatos. Me llevo una sorpresa al ver que da a una calle lateral, más estrecha y con edificios muy altos enfrente. Me haces tumbar en una tumbona que hay, tú marchas, espero tú vuelta.

 

Vuelves con el pote de crema de afeitar y la cuchilla en una mano, mientras que en la otra llevas, no lo distingo con claridad hasta que no te acercas más, por fin lo distingo un consolador. Paras delante de la tumbona, me haces separar las piernas y me introduces de golpe el supuesto consolador. Me gustaría tener otra cosa dentro. Me pringas de espuma, haces la primera pasada con la cuchilla.

 

Zorra no te muevas, piensa que lo hago porque la otra vez lo llevaste bien arreglado, si te vuelves a despistar irá con cera, ya sabes que me gusta sin nada o con lo que elija yo”

 

Por qué ha venido el no te muevas, estoy quieta. Se que ha sido error mío, despiste el no darme cuenta que el pelo estaba creciendo. Lo siento, te lo comunico con la mirada, se que lo entenderás no son necesarias las palabras para que comprendas mi despiste. Noto una vibración placentera en mi coño, me había equivocado, no era un consolador, era un vibrador. Ahora entiendo el no te muevas. Deseo que te falte poco, me cuesta mucho aguantarme quieta. Marchas otra vez, me dejas en medio de la terraza, teniendo delante un bloque de pisos que me puede ver con un vibrador encendido y en vez de sentir vergüenza siento excitación. Vuelves con una loción post afeitado y la aplicas en mi coño. Las pequeñas heridas que me has hecho me escuecen y me entran ganas de moverme. Pero tu me has dicho que no y lo comprendo, lo intento.

 

Te separas de mi cuerpo, me levanto de la tumbona y me pongo de rodillas en el suelo de la terraza con la boca abierta. Sonríes, mientras te desatas el cinturón, has entendido mis ideas, te desatas los pantalones y la sacas, está a medio camino de ponerse dura, me da igual. Sabes que en esta posición no soy muy buena, pero la colocas igual dentro de mi boca y con tus finas manos sujetas mi cabeza, vas a marcar tú el ritmo. Follarás mi boca.

 

Dejas tu verga en mi boca quieta, paso la lengua por ella y noto como va creciendo en mi interior. Mientras noto como el vibrador se mueve dentro mío.

 

Nada de orgasmos, hasta que te dé permiso”

 

Habrás visto en mi mirada que estaba en las puertas, te iba a pedir permiso cuando estuviera entrando, para que no me lo pudieras negar, pero ahora lo tengo que frenar. Me dedico a lamer a consciencia tu polla, me gusta, me lo paso bien, no me preocupa que alguien del bloque de enfrente nos pueda ver, vigilo en no dejártela manchada a de pintalabios. La trago toda, hasta llegar a los huevos y creo que ese es un buen sitio para dejar la marca roja de mis labios, los cierro más y lo hago. Luego te miro y veo que sonríes, me alegro. Coges fuerte la cabeza y la empujas hacia ti, me estoy tragando tus huevos, nunca me los había comido junto con el pene. Marcas un ritmo acelerado, creo que quieres correrte pronto.

 

Todo, que no te caiga ninguna gota”

 

Ya sé porque lo dices, porque la otra vez se me escapo una gota, intento desplazar la lengua hasta la parte superior para aumentar tu placer, mientras freno mi orgasmo. Cumplir con no llegar al orgasmo es complicado con ese vibrador en mi coño. Noto como tu leche empieza a llenar mi boca, voy tragando según sale, me gusta. Me la he tragado toda y supongo, espero que no se haya escapado ninguna gota, vuelvo a mirarte a la cara y me sonríes. Aún no la sacas, quiere decir que la quieres bien limpia y lo cumplo. Mi excitación está en aumento, te miro pidiéndote si me puedo correr y tú lo niegas con la cabeza. Al final la sacas y te vuelves a colocar los calzoncillos y atar los pantalones.

 

Me levantes y con una simple mirada entiendo que te he de seguir. Pasamos por el recibidor al lado de mi ropa, la que he dejado tirada antes. Paramos en tu habitación o eso creo, me tumbas en la cama de un suave empujón quedo con los pies colgando, te diriges hacia uno de los armarios que hay y buscas algo en su interior. Sacas unas pinzas y algo más, ya no quiero suponer que sea un consolador porque antes me he equivocado. Acaricias mis pezones, se vuelven a poner rectos y duros, coges una pinza y me la colocas, es una pinza suave, hace un daño soportable, cada vez me cuesta más aguantar el orgasmo. Colocas otra pinza en el otro pezón. El primer gemido se me escapa, esta me hace un poco más de daño que la anterior, pero se puede soportar igualmente. Estirando las pinzas haces que me quede de lado, me empujas suavemente y quedo culo arriba.

 

Ya casi no se te nota, y no tienes tanta ralla de bikini”

 

Se ha dado cuenta, en este tiempo he ido a una playa nudista a borrar marcas. Noto los mordiscos en mi nalga, noto como hay algo en la entrada de mi ano. De un solo golpe me coloca esa cosa dentro, un grito de dolor se me ha escapado. Al final para de morder, me gira y me levanta.

 

Me hace seguirlo otra vez, es muy complicado andar con tacones y esas dos cosas dentro, estoy tranquila, de momento el segundo no es un vibrador. Pasamos por la cocina y llegamos a la terraza del patio de luces, hay muchos balcones y ventanas, me puede ver mucha gente.

 

Cuando hayas colgado toda la ropa, te podrás correr”

 

Me pasa un balde con ropa, no hay mucha, podré hacerlo. Cojo la primera prenda, me inclino en la baranda que me queda baja debida a los tacones, me estiro sobre los hilos y la cuelgo, al estirarme lo que tengo en el culo ha entrado más. Me giro y lo veo sentado en la mesa de la cocina tomándose una cerveza tranquilamente. Cuelgo algunas prendas más que supongo que son suyas, la última es un tanga rojo, muy sugerente. Hay varios vecinos que me ven y yo veo como se la cascan mirándome, este hecho hace que aguantarme el orgasmo sea más difícil todavía, por fin las pinzas colocadas en la última prenda. Con la mirada me dices que entre y que aún no me puedo correr. Me coloco de rodillas a tú lado y espero, mentiroso me has dicho que luego de entender me podría correr y ya he hecho mi faena.

 

De pie”

 

Hago caso y me coloco de pie a tu lado, me sacas el consolador que tenía en el culo, luego vas por las pinzas, luego paras el vibrador para acto seguido pararlo. Empiezas a acariciar mi clítoris.

 

Ya puedes”

 

Una explosión de placer me invade, el orgasmo deseado por fin me llega, las piernas me fallan, pierdo la compostura, me sujeto en la mesa para no caer. Nunca había tenido un orgasmo como este, esperar ha tenido su recompensa.

 

 

Valoro los comentarios, se aprende, da igual que sean buenos o malos.