Recuerdos, ¿cómo empezó?
Era un día de finales de septiembre, principios de octubre.
Por fin hemos quedado, sabemos que pinta tiene el otro, pero aún no nos conocemos. Eres el primero en llegar y haces el registro de entrada. Cuando llego estás esperándome en el aparcamiento, subes a mi coche. Buscamos un sitio donde aparcar y nos besamos. Estoy nerviosa, lo noto, sé que tengo los labios tensos, pero no me puedo relajar. Pones tu mano por debajo de mi jersey, te freno cuando llegas al sujetador. Tenemos habitación, no tenemos porque ir con tanta prisa.
Salimos del coche y nos dirigimos al interior del hotel cogidos de la mano como una pareja del montón. Entramos en un ascensor y nos besamos apasionadamente. Luego nos damos cuenta que nos hemos equivocado de ascensor y salimos en dirección a la habitación. Cuando entramos en la habitación cerramos la puerta de golpe y dejamos las maletas en medio del pasillo de la habitación, veo la cama una 2x2 y voy a sentarme en ella. Cuando tú te aproximas y te colocas encima de mí para besarme. Mi respiración se acelera y mis manos van a desabrochar tus pantalones. Consigo soltarlos cuando me doy cuenta que tengo los míos a medio sacar. Me haces incorporarme para sacarme el jersey, ves un sujetador granate transparente que deja ver mis pezones que ya están erguidos. Me masajeas el pecho por encima del sujetador mientras mi respiración se acelera.
Aprovechas y te quitas el jersey mientras yo me desabrocho el sujetador. Tú estás con slips blanco que he de reconocer que te sientan muy bien y yo llevo unas bragas a conjunto del sujetador que llevaba. Noto como tu polla dentro de los calzoncillos roza con mi braga. Espero que no sea la primera vez ya que pinta muy bien. Me bajas las bragas, ves mi coño con pelo corto y húmedo y diriges tu boca hacia allí, mientras colocas un dedo en mi boca para que lo lama. Me cuesta pensar, ahora mismo sólo quiero que saques tu polla de los calzoncillos. Te susurro “Uno” has conseguido que llegase en un tiempo récord, mi ex no es o era tan bueno con el sexo oral. Te quitas los calzoncillos, al ver tu polla me dirijo hacia ella para lamerla.
Primero paso la lengua por todo el mástil, me entretengo a lamer tus huevos, noto como tú respiración cambia y me siento orgullosa, por fin lo he conseguido, por fin controlo tu excitación. Pero justo en ese momento la sacas de mi boca y la pasas por mi clítoris, cada vez que tu glande acaricia mi clítoris, un jadeo sale de mi boca. Quiero que me la metas. Introduces la punta en mi vagina, mi respiración se acelera. Luego la metes toda de golpe. Con la polla dentro te dedicas a pellizcar mis pezones. Los aprietas, los estiras y los retuerces. Te susurro “Dos” y tú ríes, ya que has podido notar las contracciones de mi coño. Te empiezas a mover, hasta casi sacarla, la metes de golpe, la vuelves a sacar excepto el glande y me la introduces con mayor violencia.
Mi tercer orgasmo se está aproximando, te miro a los ojos, para saber si a ti aún te falta. Llevamos mucho tiempo jugando a calentarnos por correo y has jugado mucho a calentarme, por lo tanto tengo la suposición de que te queda poco. Me vuelves a aprisionar y retorcer los pezones, cuando estoy susurrando “tres” noto como te corres en mi interior. Ya no puedo más y el fin de semana aún no ha ni empezado, te recuestas a mi lado una vez la has sacado y me quedo dormida entre tus brazos.
Me despierto que no estás a mi lado, en lugar de notarte, noto un brazo estirado. Llegas con un tapper con agua y me colocas el otro brazo en cruz.
- Dobla las piernas, - me dices y te hago caso – tu pelo me ha molestado, puedes estar tranquila, que en el próximo no me molestará.
Sonrío, me lo dijiste y no me atreví a afeitarme ahora te toca hacerlo a ti y me sabe mal, miro la pared esperando y veo un mega televisor que ninguno de los dos nos habíamos percatado al entrar en la habitación, teníamos otras cosas en mente.
La continuación ya está puesta, esta sería la precuela en lugar de secuela, para comentarios
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