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Marcos y Angi 2

en Dominación

Él la encontraba deliciosa atada, completamente desnuda  en la cama. Ella se sorprendía de como se lo había dejado hacer por él, se lo dejaría hacer todo. Iba a empezar como una sesión de afeitado, cómo finalizaría ninguno de los dos lo sabía. Él le paso la moto para dejar el pelo más corto aún, ella no se lo veía, sólo notaba como iba lubricándose. Al pasarle la moto, sin querer acarició el clítoris de ella obteniendo un gemido. Ella no veía lo que hacía, pero le daba igual, confiaba en él. Él marcho de la sala, en dirección al baño, apareció a los pocos instantes con un tapper lleno de agua y empezó a mojarle el vello del coño, acto seguido se puso espuma en la mano y la extendió por encima del corto pelo de ella.

 

Ella nota todo su coño cubierto de crema de afeitar, él lo ve. Él se centra para pasar la cuchilla, sabe que es una zona muy delicada y si se equivoca, ella dirá la palabra clave y finalizará el juego. Ella cada vez se está excitando más, mas su mente no quiere ni recordar la palabra. A él se le empieza a volver a montar la tienda. Ella disfruta con las pasadas de cuchilla, cada vez que él le pasa la cuchilla, ella se excita más. Él ha finalizado, le pasa una toalla para quitar algún resto de crema si la hay.

 

Él pasa su lengua por el coño de ella, ella empieza a jadear y a hacer intención de cerrar las piernas, pero no puede, ya que continúan atadas. Él levanta la cabeza y sonríe, le gusta excitarla. Él va notando sus fluidos. Ella ya no puede pensar, sólo excitarse. Él introduce el dedo en el coño de ella, ella supone que ha sido un error. Él observa como hay mucho espacio para un solo dedo y le introduce dos. Ella jadea con más ganas. Él piensa, donde caben 2, caben 3. Ella ha perdido la capacidad para contar orgasmos, ya no sabe cuantos lleva.

 

Nota como él le saca los dedos del coño, para desatarle las piernas. Sube besándola, se entretiene en los pezones, los muerde, los estira, los retuerce y al fin dice:

 

Luego los pinzaré”

 

Ella se excita ante esas palabras, no sabe si aguantará, si lo soportará, si le gustará. Él continúa subiendo y le desata las manos, ella se sorprende al sentirse libre. Él la hace girar boca abajo y le vuelve a atar las manos. Ella no sabe lo que le espera, pero sabe que le gustará. Él baja besándole la espalda, cuando llega al culo de ella lo muerde, obteniendo una mezcla entre grito y placer, le coloca un cojín en el abdomen, levantando sus caderas. Ella no sabe por qué lo ha hecho. Le ata los pies, con las piernas abiertas y le introduce suavemente un dedo, en uno de los movimientos de entrar y salir, entra con dos dedos, en otro movimiento entra con tres dedos y los hace rotar en el interior de ella obteniendo jadeos. Luego le coloca los 4 dedos, ella no sabe lo que tiene dentro, sólo sabe que le gusta y que está disfrutando, muerde el cojín para ahogar parte de los ruidos que hace y él sonríe al darse cuenta de lo que le produce. Le saca los dedos, y sube hasta el oído de ella, para decirle:

 

Ahora los nudillos”

 

Vuelve a bajar y le introduce de golpe los 4 dedos con los nudillos incluidos y el dedo gordo también. Ella no ha dicho aún la palabra de seguridad, por lo tanto aguanta.  Le introduce el nudillo del dedo gordo, mueve un poco la mano dentro y al final la acaba sacando. Para así poder masturbarse con más tranquilidad para poder correrse al final en la espalda de esa a la que tiene atada. Ella nota la leche caliente en su espalda y piensa que ya ha acabado. El sabe que le quedan varios juguetes para probar con ella y que le servirá para recuperarse.