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En el trabajo

en Dominación

En el trabajo

Es continuación de la saga en la piscina, pero creo que se podrá leer igualmente sin haber leído las otras.

Ángela está en la oficina maldiciéndose de que le ha tocado trabajar el dos de Noviembre, ella y la recepcionista son las encargadas ese día de la empresa. Por otro lado está contenta porque es media mañana y aún ninguna empresa ha tenido ningún problema informático. Pero en esas empieza a sonar el teléfono. Ángela puede ver como la recepcionista toma el mensaje y la llama.

-          Ángela, te toca hacer lo que más te gusta – dice la recepcionista en plan irónico -. Ha llamado Alejandro Benítez de la empresa Alca Servicios para comunicar que su sistema de red ha dejado de funcionar. Es uno de los miembros fundadores de la empresa.

-          Otro que tiene puente – contesta Ángela – puede ser divertido, una empresa abarrotada de trabajadores malhumorados, un jefe viejo y cascarrabias. Que mañana más divertida. Por cierto, mientras esté allí si hay algún otro problema me lo envías por correo.

-          Una pregunta ¿Cuántos años hace que no arreglas un sistema?

-          Pues no lo recuerdo, pero no puede ser tan difícil, recuerda que esa lo diseñe yo. Nos vemos luego – se despide Ángela de la recepcionista con una sonrisa.

Mientras va en el coche cruzando las calles semi desiertas de la ciudad, notando que son muchos los que hacen puente, se maldice de no haber cambiado números de teléfono y mails con Alex. Una sonrisa se le dibuja al recordar que no tiene un buen polvo desde verano, al mismo tiempo se entristece mientras se va haciendo retratos del jefe de la empresa. Ya que recuerda que no estaba cuando implementó el sistema y no tuvo el gusto de conocerlo. Se imagina a un hombre de unos cincuenta años, calvo, con barriga y otra vez le viene Álex “idéntico” a él.

Para el coche en el polígono industrial, cerca de las naves de esa macro empresa y se sorprende, ya que sólo ve un Clio deportivo enfrente, puede ser que se haya equivocado y que no haya tanta gente como imaginaba trabajando. Llama al timbre para que le abran, entra dentro de la empresa. Con su falda gris, su camisa ceñida de color naranja y la americana a conjunto de la falda colgada del lateral.

-          Buenos días – dice Ángela.

-          Al servidor en principio se podía acceder desde cualquier ordenador, siéntate donde quieras – le dice una voz desde otra estancia, proveniente de otra sala.

-          “Todo simpatía este hombre, la suerte es que no hay nadie y no tendré que explicar lo que haré a nadie” – piensa Ángela mientras se va sentando en un ordenador para hacer un diagnóstico rápido y ver cuál es el problema.

-          Estás más mona con el pelo más largo – le comenta una voz desde su espalda, haciendo que se sorprenda al resultarle conocida, cuando empieza a girarse oye -, tranquila que estamos solos.

-          Don Alejandro, que yo sepa no me conoce y el acoso no me gusta.

-          Angi cariño – le dice la voz y ella empieza a unir cabos – soy Álex, ya no me quieres recordar – ella se gira de golpe y lo observa, notando como la humedad invade su tanga y dibuja una sonrisa en la cara –, ahora ya me recuerdas. Me podrías dar tus húmedas bragas – ella niega con la cabeza -, pues tu húmedo tanga – ante las palabras de Álex, Ángela se levanta de la silla, se sube la falda y se empieza a bajar el tanga negro -, siempre tan obediente, me encanta – a Ángela se le está acelerando la respiración cuando nota que Álex se le acerca y le empieza a desabrochar la blusa, poco a poco, lentamente -. Me habían dicho que la que puso el sistema en los ordenadores era una borde mal follada, que estaba buena, pero que era lesbiana, ya que no dejaba que ningún hombre se le acercara, que equivocado mi socio, me encantaría que te viera ahora con la blusa abierta y enseñándome esos sujetadores.

-          Álex, tienen razón, en el trabajo soy una borde – dice Ángela entre jadeos mientras Álex va tocándole los pechos por encima del sujetador.

-          No puede ser – comenta Álex mientras le quita la camisa -, ellos conocen a Ángela, no a mi Angi – ella le sonríe ante las palabras, él le para la mano para que se levante. Una vez la tiene levantada, la pone de cara a la mesa y le sube la falda -. Cariño lo que hiciste de marchar sin decirme nada, sin darme ningún dato tuyo, estuvo realmente mal. Ahora te tocan 20 azotes y quiero que los cuentes en voz alta.

-          Uno – dice Ángela al recibir el primero y nota como sus líquidos empiezan a impregnar los muslos. Al cabo de un rato, el culo le escuece ­– veinte – añade entre jadeos.

-          Gírate – le comenta Álex y ella obedece --, de rodillas – ella continúa haciéndole caso y observa como él se desabrocha el cinturón y se baja al mismo tiempo pantalones y calzoncillos  - abre la boca – Ángela le hace caso y él se la mete de golpe, produciéndole arcada y todo, le sujeta la cabeza con las manos y bombea a su gusto -. Muy bien preciosa, ahora te quitaras lo que te queda de ropa y te girarás como estabas antes.

Ángela para de ser follada por la boca y se puede separar y volver a colocar de pie. Cuando mueve las manos hacia la espalda para desabrocharse el sujetador, las manos le tiemblan y no sabe ciertamente si es por los nervios o por la excitación. Al final lo consigue y una sonrisa se dibuja en su rostro. Se dirige a la cremallera de la falda y consigue bajársela sin problemas, quedando completamente desnuda delante de él.

-          Eres preciosa, ¿lo sabías? – pregunta él y ella niega con la cabeza, entonces él se le acerca y empieza a pasar los dedos entre los labios vaginales, notando su humedad – estás mojada, muy mojada ¿tanto te pone que te azoten? – ella afirma con la cabeza – pues gírate – ante las palabras de él, ella hace caso. Una vez girada nota como un fuerte cachete cae sobre su dolorida nalga.

-          Uno – dice mientras ahoga el grito de dolor.

-          Me encanta lo dispuesta que estás a recibir, pero ese sólo era para que te relajaras – dice justo antes de metérsela toda de golpe por el culo

-          ¡Ah! – un grito de dolor  se escapa por la boca de Ángela.

-          Muy bien Angi, si quieres que la vaya moviendo me tendrás que ir respondiendo unas preguntas. ¿Lo has entendido? – ante la pregunta de él, ella afirma con la cabeza y él la mueve delicadamente en su interior –. Si me gustan o no las respuestas te daré como ahora o como antes. ¿durante estos meses has tenido relaciones sexuales?

-          Sí – contesta ella y él le mueve la polla tranquilamente en su interior.

-          Muy bien Angi, ¿te has comido algún coño más?

-          No – contesta ella mientras nota como la polla va saliendo poco a poco para entrar de golpe y como los huevos de él golpean contra su culo.

-          Me imagino por donde van tus respuestas – comenta Álex mientras vuelve a sacarla casi completamente – y aún continuas siendo pacifica en ese tema te dejas hacer y eso me gusta.

Empieza a bombear a un ritmo fuerte, rápido y constante y ella va notando como la polla crece y se hincha en su interior. Ángela no puede controlar los jadeos y aumenta el volumen sin darse cuenta. En esas que Álex le da otro cachete fuerte, para sacársela.

-          Gírate – Ángela se incorpora y si coloca de cara a Álex, cuando este se vacía en su pechos, en su barriga, en su ombligo, en toda su parte frontal -. Ahora te voy a decorar, no te muevas – comenta Álex mientras coge unas pinzas de papel de la mesa y ve la cara de horror que se genera en Ángela -, tranquila que sólo serán dos, aparte no encuentro más.

Ángela al notar la primera presión tiene problemas para aguantar el grito de dolor que le está a punto de salir. Él le introduce la lengua en la boca mientras le coloca la segunda, se está notando los dos pezones pinzados y ese dolor que está notando le gusta, le encanta.

-          Ahora mismo –dice Álex-, no sé si enviarte al baño a que te asees con mi ayuda o decirte que te pongas el tanga para enviarle una foto a Marcos – ante las palabras de Álex, Ángela busca el tanga negro y se lo pone, al ver eso, Álex va a buscar el teléfono para hacerle la foto y enviársela a su amigo -. Sígueme a gatas, que te indico donde está el baño.

Una vez están en el recinto, Álex coge papel de manos, lo humedece y lo pasa lentamente por los pechos de Ángela, limpiándola. La gira de cara a él y se besan, mientras el empieza a acariciarle el clítoris por encima del tanga y ella nota como la polla desnuda vuelve a empalmarse. En esas que oyen un mensaje en un teléfono, haciendo que Álex sonría. La gira de cara al espejo, la soba desde detrás, le quita con mucho cuidado las pinzas de los pezones.

-          Ahora ya sé donde localizarte Angi y piensa que me falta – empieza a decir, mientras le introduce dos dedos por el coño – un agujero por donde darte.