Mañana me caso, estoy contenta, he conseguido que viniera mi ex, mejor dicho uno de los varios a la boda, hoy hemos quedado para cenar con él, yo iré acompañada de mi prometido. El lugar es acogedor y solitario, está nuestra mesa de tres ocupantes y las demás vacías. Mi prometido es moreno, alto (se aproxima a los dos metros), ojos de un azul intenso, sonrisa agradable, cuerpo sin ningún kilo de más, en conclusión de los que hacen girar la cabeza y lo mejor es que está conmigo. Mi ex pues es un hombre del montón de los que te olvidas fácilmente del aspecto físico. Y yo soy alta, rubia, con buenas tetas, culo respingón y sin ningún kilo de más.

La cena pasa con total normalidad, justo antes de que traigan los postres yo me levanto enseñando mis piernas justamente cubiertas por la mini blanca y voy al baño, ellos dos se quedan en la mesa hablando, yo creo que de sus cosas. Cuando vuelvo:

- Me acaba de comentar - dice mi ex - que no se la has chupado nunca, ¿es verdad? - sólo puedo afirmar con la cabeza -. Con la que me acostaba le encantaba chuparla y lo hacía realmente bien ¿Te gustaría que te la chupara? - le pregunta mi ex a mi prometido, mientras que el afirma con la cabeza en señal de respuesta.

- Aquí no se la pienso chupar - digo en mi defensa.

- Pues cómele el dedo - comenta el ex, no lo odio por lo que está diciendo, con él hice cosas peores. Mi prometido me pone el dedo índice de la mano derecha en la boca. Empiezo a pasarle la lengua suavemente por todo el dedo, me lo introduzco en la boca y empiezo a chuparlo como si fuera con lo último que me alimentaría en mi vida.

- Podríamos hacer un trío - comenta mi prometido entre jadeos -. Tu sabes hasta dónde es capaz de llegar ella - veo como mi ex levanta la cabeza en señal de prestar atención - Creo que con esa cara estás conforme, ahora es ella la que tiene que decidir.

- Si te pones encima mío y con solo un beso consigo que mojes las bragas o tanga estarás afirmando - no creo que le sea complicado, creo que ya lo estoy, el chuparle el dedo a mi prometido me ha excitado y su sugerencia de trío me ha encantado. Me saco el dedo de la boca y voy a sentarme con una pierna a cada lado de mi ex, cuando me frena - ¿Quién ha dicho que el beso sea en la cara? - me intriga dónde será, conociéndolo no me sorprende -. Ponte mirando hacia la mesa, deja tu culo en mi cara.

Le obedezco, mi prometido se coloca justo delante de mi cara, noto como mi ex sube la falda y me alegro de llevar el tanga negro de encaje. Mi ex muerde mi culo, mientras que mi prometido me besa para que ahogue el grito.

- Mi regalo será el trío, tú nos obedecerás - comenta mi ex, mientras yo no me creo la situación en la que me estoy metiendo, al menos será un HMH y no tendré que comer coño.

- Tenemos que ver si tu tanga está empapado - añade mi prometido - Mauricio harías el placer de sacárselo.

Noto como levanta más mi falda y me empieza a bajar el tanga, creo que mi prometido Álex está viendo mi coño. Mauricio finaliza sacándomelo por los pies y yo noto como los flujos empiezan a impregnar mis muslos. Un gemido se me escapa y los dos se ponen a reír.

- Tiene el coño peludo, ¿has pensado en afeitárselo? - pregunta Mauricio.

- Se lo pregunté y me respondió que el mismo día que le diese por el culo - responde Álex.

- Pues hoy será el día de ambas cosas. Que vaya a pagar y nos vamos los tres a mi habitación.

El oír esas palabras de Mauricio hacen aumentar mi excitación, creo que esos dos amigotes cabrones pueden estar viendo los muslos brillar. Salimos del restaurante y es Álex quien me mete mano, la coloca en mi culo, en el lado que tiene más cerca. Cuando Mauricio se pone delante nuestro y nos hace detener.

- ¿La has masturbado alguna vez en la calle? - Álex niega con la cabeza ante la pregunta de Mauricio -. Pues hoy será el día.

No serán capaces, me muero de vergüenza ellos dos tienen que ver como me pongo colorada. Álex me coje y me pega a él. Noto como su mano va subiendo por mi muslo, como acaricia mi clítoris un jadeo se me escapa.

- Te recomiendo que aún no se lo des - dice Mauricio mientras empieza a acariciarme el culo -. Cuando espera el orgasmo es más dócil, hace más cosas.

- Cabrón - dijo en susurro mientras me cae una palmada en el culo -. Uno.

- ¿Cuenta los azotes? - pregunta Álex sorprendido.

- Cuando le interesa, mira mi hotel es ese, ya casi hemos llegado.

Álex se me separa y me dejan andar, mientras noto la humedad como va recorriendo mis piernas. Entramos en el hotel, subimos al ascensor.

- De rodillas - ordena mi ex, hago caso -. Ahora tienes su boca a disposición durante 5 pisos.

Mi prometido se abre los pantalones y me la introduce de golpe, me produce una arcada a primer momento, pero luego empiezo a disfrutar. El ascensor se para y la puerta se abre, tengo ganas de beberme por primera vez su leche y no paro chupo con más ganas. Hasta que noto su líquido caliente en el interior de mi boca.

- ¿Cómo la chupa? - pregunta Mauricio mientras me ofrece la mano para que me levante.

- Es muy buena, suerte que te he conocido, con lo estrecha que quería ser nunca me lo hubiese hecho - comenta Álex antes de guardársela.

Mauricio abre la puerta de la habitación y pasamos los tres, hacia tiempo que no la chupaba en un ascensor y me ha gustado hacerlo, también me ha gustado tragármelo.

- Ángela, ahora te sacaras la ropa y te quedarás tumbada en la cama como si estuvieras sujeta en cruz - le hago caso, con él fue con el único que estuve en esa pose, se la conoce.

Me desabrocho la blusa blanca con calma. Mauricio me tapa los ojos antes que finalice sus anteriores órdenes. Noto dos manos que soban mis pechos des de la parte posterior y dos que soban mi culo desde la parte frontal. Al mismo tiempo también noto una boca en cada lado del cuello besándolo. Las manos que estaban en mis pechos van hacia en cierre de mi sujetador, las que estaban en mi culo van hacia los botones de mi falda. En un momento quedo desnuda completamente, noto como el que está detrás mío se separa y me tiran de espaldas a la cama.

Doblan mis piernas y noto el frío de la espuma en mi bello.

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