miprimita.com

La reunión (II).

en Dominación

–¡Ah! –chilla Ángela una zurra de Luís la despierta.

Luís había estado mirando la bronceada piel desnuda de Ángela mientras pensaba en la forma de despertarla.

–Buenos días bella durmiente –dice Luís con una sonrisa en el rostro.

–A la Bella durmiente la despiertan con un beso.

Ángela se dirige hacia Luís para darle uno y este aparta la cara.

–No me gusta que me den los buenos días con un beso, prefiero con una mamada.

Ángela se queda atónita, considera que el hombre que está a su lado la desea, pero sólo quiere sexo. Sexo sin complicaciones amorosas piensa que para una relación laboral es mejor. Le quita la sábana y ve esa polla tiesa que la llama, empieza a lamerla y se la introduce suavemente en la boca.

–No tan deprisa, primero cálzate –Ángela no entiende el motivo de la demanda de Luís, deja estar la polla y es su excitación la que le pide que se calce–. Esos zapatos te quedan preciosos, estás preciosa, desnuda ante mis ojos y calzada con los tacones. Ahora ponte de rodillas.

Ángela no tiene fuerzas para protestar, está demasiado caliente para actuar de otra forma y es su cuerpo el que le hace caso.

–¿Te gustaría que te hiciera una foto mientras te follo la boca? –delante la pregunta de Luís a Ángela le entra el pánico.

–¡NO! –dice cuando intenta levantarse y una mano la freta sujetándole el hombro.

–Hoy no te haré fotos, más a delante sí, me lo pedirás, serás tú quien me las regale. Abre la boca.

Ángela hace caso y nota como Luís introduce la polla, en esos momentos la considera enorme, hasta su campanilla. Con las dos manos le sujeta la nuca y empieza a bombear. Al estar en una situación tan humillante las lágrimas se le escapan mientras mira a Luís, le vienen arcadas, tiene problemas para respirar.

Luís sonríe al ver las lágrimas de Ángela mientras le entra un dilema: “¿en la cara o en la boca?”, ella me lo contestará, se dice en sus pensamientos.

–¿Te lo has tragado alguna vez? –Pregunta mientras observa como afirma con la cabeza–. ¿Se te han corrido en la cara? –ella niega como puede.

Luís saca la polla de la boca de Ángela y empieza a cascársela, a masturbarse, mientras que con el glande va acariciando los labios de ella.

–Abre la boca que te lo tiraré –Luís observa como Ángela hace caso a sus palabras y abre la boca, cerrando los ojos mientras él continúa cascándosela.

Él sonríe, la tiene donde quiere y en un tiempo récord, con el esfuerzo de un polvo vainilla y una zurra, su plan funciona. La estirada de la oficina será suya. Se corre en sus mofletes, ensucia toda la cara con semen.

Al tener Ángela los ojos cerrados él toma el teléfono, hace una foto y se la envía a ella. Luís le coge una mano y la lleva hasta el baño, donde la hace entrar en la bañera. Allí la ducha con agua fría, ella vuelve a gritar.

–Te has levantado ruidosa, no me gusta. Voy a dejarte que te duches y nos iremos a desayunar al bar.

Ángela nota como el agua va saliendo cada vez más caliente y se introduce en ella. Está recordando lo extraña que ha sido esa mañana y se excita, se está a punto de acariciar cuando oye desde la puerta:

–No lo hagas o me enfadaré –Luís la estaba espiando.

Él ya esta vestido con sus pantalones y la camisa por fuera de ellos.

–¿Qué no te duchas?

–Lo he hecho antes, mientras dormías. Ahora son las nueve.

Ángela se queda sorprendida hacía tiempo que no dormía tanto, hasta tan tarde, hasta media mañana. Se alegra de que la despertaran. Ve como Luís abandona el baño y ella se pasa agua para quitarse el jabón. Sale de la ducha y se alegra de que casi toda su ropa aún esté allí, solo le falta el tanga.

Se pone la falda y el sujetador antes de mirarse al espejo, se calza y sale del baño con la blusa en la mano. Observa a Luís que está mirando la televisión y la ignora.

Luís la mira de reojo y al verla medio desnuda cree que se le insinúa y su polla empieza a recuperarse. Ve como se pone la blusa y que deja libre varios botones arriba y uno abajo, él sonríe. Observa como busca el tanga que se quitó anoche, se maldice de no haberlo guardado en su bolsillo, sería un bonito trofeo para recordar la noche.

Ángela se ha vestido y se mira al espejo cuerpo entero que hay en la habitación. Siempre le ha gustado su reflejo, considera que ahora va de calienta pollas con esa apariencia, pero al ir acompañada le da igual.

–Con tacones casi eres más alta que yo –le dice Luís al oído–. Esta falda te hace un culo precioso y sin ella se puede decir que lo tienes –Ángela se pone roja, mientras Luís le masajea el culo–. Coge tu bolso y bajaremos a desayunar.

Ángela nota como la excitación impregna su tanga, vuelve a estar caliente, la ducha con agua templada no le ha servido de nada. Sale de la habitación y los dos se dirigen hacia el ascensor.

–¿Qué tienes ganas de que te bese? –dice Luís cuando las puertas se cierran.

–Sí.

–No has hecho suficiente para merecerte un beso –añade mientras con la mano le sube la falda y le masajea los glúteos.

–¡Ahh! –jadea ella mientras observa en el reflejo de la puerta como él ríe.

Las puertas de ascensor se abren y los dos bajan, se dirigen hacia la cafetería donde toman un café con un bollo. Luís la deja sola y va a tramitar el check-out. Una vez que vuelve los dos van hacia el coche para emprender el viaje de vuelta. Una vez dentro del coche:

–Quítate los zapatos –dice Luís mientras ve como Ángela lo hace–. Creo que me haces caso por lo mojada que estás, deseas que te masturbe.

A Ángela no se le había pasado por la mente el tener sexo ahora, estaba tranquila con sus pensamientos, recapitulando lo sucedido y justo al oír esas palabras empieza a mojarse de nuevo. Recordando el viaje de ida cuando Luís le pregunto “¿tanga o bragas?” ahora reconoce para ella misma que se excitó. La temperatura de su cuerpo empieza a subir y se desabrocha un botón más de la camisa, esta vez de la parte inferior. Su mano se mueve hacia la pierna de Luís.

–Al conductor no se le molesta, las manos en las piernas y las piernas abiertas.

Ángela considera que Luís se lo tiene demasiado creído. Cruza los brazos y las piernas mientras se pone a mirar por la ventana. No hubiera tenido que ceder a la mamada de la mañana, no se lo había pedido de forma correcta. No le gustaba que le sujetaran la cabeza, ella misma se sorprende con el tiempo verbal, pasado, ahora sí que lo acepta, de él lo acepta. Decide descruzar las piernas, el contacto de los muslos le molesta.

Luís observa que Ángela descruza las piernas y piensa que será más lento que las primeras esperanzas que se había ello. Coloca la mano derecha sobre el muslo izquierdo de Ángela y oye como con cada caricia ella jadea, vuelve a ser suya.

–Ves como no es tan malo hacerme caso, en la gran mayoría de ocasiones saldrás ganando.

Ella solo puede hacer cara de enfadada mientras se guarda un suspiro. Nota como Luís va subiendo la mano, hasta empezar a acariciar las puntillas del tanga. Cree que puede notar la humedad que hay en la escasa tela y eso la pone más colorada.

–Estoy notando la tela humedecida, si te quitas el tanga dejaré de notarla.

Ella tiene un dilema, si le hace caso ahora estará entregándole la totalidad de su voluntad, si no lo hace se perderá un orgasmo y lleva horas excitada.

Luís nota como le separan la mano, se inquieta, pero se tranquiliza al momento al ver que ella se quita el tanga. Observa que la próxima área de descanso está a 1 Km, sonríe mientras vuelve a acariciarla, está tocando el vello púbico, escaso pero existente.

–¡Ah! –grita Ángela al notar que le han introducido un dedo.

Él está satisfecho de ese grito, es receptiva, justo en el momento que se lo ha introducido a tomado la salida de la autopista. Por suerte, no hay coches, para el vehículo y saca el dedo.

Ángela nota el vacio en su interior cuando se percata que están parados, la están desabrochando y tumbando. La mano de Luís se coloca entre su piernas y él empieza a introducirle un dedo, al momento va otro y entre jadeos observa como se desabrocha el pantalón y se quita el cinturón.

–Con lo guarra que estás, seguro que quieres que te dé por detrás.

Ella se queda a cuadros, las experiencias que ha tenido no han sido satisfactorias, han sido dolorosas. Con un agradable movimiento Luís la gira y su rostro está pegado al sillón del automóvil. Le ata las manos a la espalda, se siente realmente incómoda y reza para que sea corto.

Luís ve a esa mujer debajo suyo y se excita aún más. Le sube la falda y deja las nalgas a la vista. Por como ve el ojete cree que hace tiempo que no lo abren y el quiere usarlo muchas veces, por lo tanto se dice a si mismo: “hoy toca ser delicado”.

Ángela nota como la escupen en su ano y a continuación introducen un dedo. Los jadeos le aumentan cuando Luís mete el segundo dedo, está disfrutando, sus malas experiencias se borran.

Luís saca los dedos, toma el teléfono y realiza unas fotos del ojete dilatado y se prepara para introducir su miembro. Nota como Ángela se ha tensado al sacarle los dedos y le da una zurra, hecho que hace que vuelva a relajarse. Pone la punta del glande y va introduciéndolo poco a poco.

–Si te hace daño me lo dices –Luís sabe que son falsas las palabras, que no parará.

Ángela nota como acelera el ritmo y le gusta, cada vez golpea con más fuerza y ella nota placer, sabe que su orgasmo se aproxima. Con esos pensamientos nota como Luís empieza a tocarle el clítoris, no sabe cómo puede llegar.

–Síiiiiiiiiiiiiiiiii –dice mientras se corre.

Luís nota un aumento en la presión y es en ese momento que decide darle como si fuera la última vez. Ella empieza a gritar y puede que no sea solo de placer. Le parece oír un “para”, pero para lo que le falta decide que aguante.

Luego del orgasmo las embestidas le hacen más daño y Luís no atiende a sus súplicas. Solo puede aguantar y esperar, todo y que nota daño tiene mucho placer, le está gustando ser utilizada y quien le está dando ahora lo hace muy bien. Nota como se ha corrido y se tumba encima suyo.

–Creo que has disfrutado y mucho –a las palabras de Luís ella contesta con una tímida sonrisa –. En breve me levanto –dice mientras le desata las muñecas.

–¿Algún día intentarás meterme los cinco dedos? –Ángela no sabe de dónde le ha salido la pregunta, de si es el celebro o el coño quien habla. Él se pone a reír.

Al cabo de un rato re-emprenden la marcha en silencio, no tienen ganas de hablar y Luís ya no toca a Ángela. Ella intenta analizar los motivos de sus inicios de devoción por ese hombre, va sin zapatos y no recuerda dónde está el tanga. Va como él quiere y le gusta.

–¿Has disfrutado? –Pregunta ella a él.

–Sí.

–Yo también –ante las palabras de Ángela, Luís hace mala cara–. Cuando te has levantado ver coches…

–Calla, estoy conduciendo.

A ella en lugar de molestarle las palabras se vuelve a excitar, se pone roja mientras mira por la ventana.

Al llegar a la ciudad él vuelve a comunicarse.

–¿En la oficina o en casa? ¿Dónde te dejo?

–En casa –dice mientras piensa que él podría subir también.

Llegan en silencio y para el coche. Ángela abre la puerta y cuando está saliendo ve el tanga en el asiento, estira la mano para cogerlo cuando Luís se lo quita.

–Ahora es mío. ¿Alguna objeción?

Ángela se queda callada y se aleja del vehículo. Abre la puerta del piso y va corriendo a la cama en principio a llorar. Pero se lleva una sorpresa al ver que no son sus ojos los que se humedecen, es su coño.

El domingo lo pasa con chocolate y cuestionándose si ha cambiado de hábitos. Mirando la foto que le envió Luís, la que tiene la cara llena de semen y aguantándose para no llamarlo.

El lunes Luís llega el primero a la oficina y deja una nota en la mesa de Ángela: “Ven a mi despacho, Luís”. Está satisfecho de lo que logró el viernes y sábado. Suerte que ella no sabe que le hizo un vídeo mientras la enculaba.

Ángela llega a su mesa vestida con unos pantalones de hilo oscuros y un jersey blanco arrapado de cuello de barco. Al mirar los papeles de la mesa ve la nota que le ha dejado Luís y se va a llamar a la puerta.

–Pasa –oye desde dentro. Al cruzar la puerta ve su tanga encima de la mesa y se dirige a cogerlo –. ¿Te gusta mi nueva adquisición? Quiero coleccionarlos.

–Haz lo que te dé la gana.

–Un día sin sexo y estás respondona, ahora ¿tanga o bragas?

–Eres asqueroso, que te den, bueno que no te den que te puede gustar.

–Lo que decía, respondona. Por cierto, de aquí una hora tenemos que ir a la sala de reuniones a explicar los acuerdos de la reunión.

–Allí estaré, adiós –Ángela se gira y da un portazo al salir.

Luís se queda en el despacho sonriente, sabe que esa discusión ha excitado a los dos.

Ángela justo cruza la puerta del despacho se va hacia los baños.

–Tanga, llevo tanga –grita en la soledad de la habitación.

Decide quitárselo y le envía dos fotos a Luís, una del tanga y la otra de su cadera desnuda. Se guarda el tanga en el bolsillo y sale aparentando tranquilidad, en lugar de ir hacia su sitio va hacia el despacho de Luís. Llama a la puerta y pasa sin esperar contestación.

–¿Quieres hablar de lo que  explicaremos de la reunión?

–Ten –le tira el tanga–. Amplía tu colección –y se gira para salir del despacho.

–Espera –Luís se le acerca y le acaricia la espalda–. Seguro que estarás más cómoda sin sujetador.

–Creo que por hoy ya te he dado suficiente, la reunión es en diez minutos.

–Con diez minutos tienes tiempo de ponerte de rodillas y chupármela. Repetiríamos la foto.

Si las miradas matasen Luís no podría hablar más, en el momento en que Ángela va a contestar llaman a la puerta. Al estar Luís tan cerca la abre, resulta que es uno de los jefes y los felicita por las negociaciones, al mismo tiempo dice que la complicidad entre los dos ha mejorado.

La reunión acaba y Ángela sale a toda velocidad hacia los baños. Cuando Luís finaliza la tertulia con sus amigos y vuelve a su despacho ve que hay un sobre encima de la mesa: “Para ti, de Ángela”.

Antes de abrir el sobre se dirige hacia la puerta y observa como Ángela está hablando con sus amigas, mientras deja el teléfono en la mesa. A él le llega un mensaje, mejor dicho una foto de la espalda desnuda de Ángela y sonríe. Justo en ese momento la vuelve a mirar y ve como ella le regala una sonrisa tímida mientras le enseña el hombro desnudo.

Luís tiene ganas que acabe la jornada, vuelve a estar excitado y su consolador está en las mesas de fuera.

NdA: Gracias a los que leyeron la primera parte. No os olvidéis de valorarla :)