miprimita.com

Lo hice mal II

en Dominación

Allí estoy yo, tumbada, desnuda encima de la cama, la excitación se está adueñando de mi coño, noto como se empiezan a mojar las partes interna de mis muslos. Cuando oigo como él deja caer su ropa en el suelo, sabiendo así que termina desnudo a mi lado.

 

De sorpresa noto como una pinza se cierra debajo de mi pezón derecho presionando el pecho, al instante noto como dos madera presionan el pezón derecho y a continuación el izquierdo, estoy completamente quieta y callada, ya que sé que si me muevo o grito, me atará y me amordazará y quiero demostrar mi fe en él, mi confianza, manteniéndome yo en la posición que él desea, sin cuerdas, sin ataduras. Noto las dos maderas presionando mi pezón izquierdo y como él se pone a moverlas. Causándome así una mayor excitación, una mezcla entre dolor y placer. Sigue colocando más pinzas en el pecho derecho, Pierdo la cuenta, cuando oigo una cámara como hace la fotografía, estoy contenta así sabré lo que ha hecho. Ahora es el turno del pecho izquierdo en el cual cuento que coloca ocho pinzas, por lo tanto supongo que en el otro también hay ocho.

 

Noto como sus dedos pasan por mis labios mayores, impregnándose de mi humedad, imagino que una media sonrisa se está dibujando en su rostro. Un jadeo se me escapa  y no oigo ninguna protesta de su parte. Sus dedos separan los labios mayores y empiezan a acariciar mi clítoris y los labios menores. Sin querer cierro las piernas, ya que me está causando muchas sensaciones, agradables sensaciones. Me coge las piernas, pone las sujeciones y noto como me deja abierta delante suyo. Sonrío, ya que me imagino que querrá jugar y mucho con mi coño. Continúa acariciando mi clítoris mientras que introduce un dedo en mi coño y empieza a moverlo. Me es difícil controlar los jadeos. Creo que ahora tiene dos dedos o son tres, no los sé contar sino los veo, sólo sé que estoy disfrutando y mucho. Ya no quiero saber ni que hay dentro.

 

Cuando por sorpresa oigo “Click” ha hecho otra foto, esta vez con sus dedos dentro, luego podré saber si le han cabido los cuatro. Saca los dedos o la mano, en unos instantes lo sabré si quiere. Noto como pone una pinza en el labio mayor del costado derecho, la sigue una en el lado izquierdo hasta llegar a tres por cada lado. Noto como mi coño está chorreando y sé que él lo está viendo. Mi respiración está entrecortada. Las maderas en los pezones empiezan a hacerme daño y al mismo instante me producen placer.

 

Noto como pasa una fina cuerda por mis muslos haciendo que los labios mayores queden separados. Entonces me pone pinzas en los labios menores, creo que dos a cada lado y las ata a los muslos “Click” otra foto, espero que me enseñe como ha decidido adornar mi cuerpo. Oigo varias veces que hace fotos, debe de querer dejar constancia de todo mi cuerpo.

 

Para de hacer fotos y al momento noto algo muy caliente en medio de mis dos pechos, hago cara de sorpresa al imaginar lo que está haciendo, creo que  me está tirando cera sobre mi piel. Me besa, le contesto el beso cuando descubro que es para ahogar un grito que me provoca al tirar cera encima de mi pezón derecho y pellizcarlo casi simultáneamente.

 

Le tengo admiración, ya que con ese gesto ha hecho que mi excitación  aumente. Noto como se separa de mi  cuerpo y vuelvo a notar unas finas gotas  de cera en mi parte frontal, hasta llegar a las pinzas que hay en mi coño. Lo oigo como marcha de la habitación.

 

No sé cuanto rato ha estado fuera, sólo sé que ahora ha vuelto. Pasa sus delicados dedos por las pinzas que me ha colocado tanto en el pecho como en los labios, produciéndome así un leve gemido, me ha hecho daño, pero también me ha dado placer. Noto como se coloca entre mis abiertas piernas y pasa algo frío por mis labios. Finaliza introduciéndolo y moviéndolo en mi vagina.

 

“Esto es nuevo, nunca había jugado con hielo dentro tuyo” me dice con total tranquilidad, casi no noto ni lo excitado que está, pero sé que lo está, lo conozco.

 

Va moviendo el hielo y noto como al contraerse mi piel las pinzas me hacen daño. Cuando para de moverlo, me quedo extrañada. Entonces me da una cuerda a cada mano.

 

“Si estiras las de los pechos tú, quitaré con cuidado las de abajo”

 

Me deja escoger, un pequeño daño y obtendré unos mimos en una zona más delicada. Cruzo las manos encima de los pechos y estiro. No pasa nada, noto la cuerda como se tensa entre mis manos, delgada y fina. Me da otra cuerda un poco más basta, repito el movimiento y al estirar noto como estiro las pinzas de los dos pechos, un grito que es ahogado por otro beso de él se me escapa. El beso continúa mientras va masajeando suavemente mis pechos. Mi devoción está con él, hasta la muerte o casi.

 

Me hace girar descubro que las tobilleras no estaban atadas a las cuerda, al tumbarme boca abajo, los pechos me hacen un poco de daño, están delicados por las pinzas que tenían. Noto como me separa las piernas y el “click” de la cámara, sólo de oírlo me vuelvo a excitar. Cuando empieza a golpearlas con la mano mis nalgas. Cuento mentalmente, me parece que me ha dado una docena en cada lado. Noto como me saca las sujeciones de los tobillos y me ata los pies juntos utilizando una cuerda. Las pinzas que hay en mi zona íntima se tocan entre ellas, haciendo que me excite más.

 

Luego me coge los brazos y me los ata cruzados debajo de la cabeza. Para el siguiente paso, tarda unos instantes. Me saca la venda de los ojos y me hace mirar la cámara que tengo delante, en la cual se puede ver su mano introducida en mi coño. Me ha metido los dedos hasta la muñeca y yo estaba demasiado concentrada disfrutando para darme cuenta. Una sonrisa se dibuja en mi rostro.

Cuando noto la punta de su polla en la entrada de mi ano.

 

“Para ser un castigo has disfrutado mucho” dice justo antes de meterme la polla de golpe en un agujero que está sin dilatar. Un grito que mato  en el almohadón se me escapa. Noto como sus manos van hacia mis pechos.

 

Las embestidas que me da son fuertes, al principio dolorosas, luego excitantes. Hasta que al fin noto como se corre en mi interior, pero la deja allí y se tumba encima mío para decirme a la oreja.

 

“Al quedarte dormida en mi pierna te has ganado otro castigo, este era por la siesta que te pegaste ayer en mi pierna”

 

Si los castigos son por dormirme en su regazo, tendré muchos más.

 

Besos Angi, puede que sea el último en esta categoría. Ya que Neo no está muerto :)