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Marcos y Angi 3

en Dominación

Es historia corta, es la intención, son vivencias de Angi y Marcos y van poco a poco, es mejor dejar con la espera ¿qué será lo siguiente? a un sólo texto con ataduras, penetración anal, introducción de la mano, depilación del coño y otras cosas que ya iré contando

 

Nota como la libera de sus sujeciones, la desata con mucho cuidado y la guía hasta la ducha, allí él se entretiene enjabonando el cuerpo de ella, ella está exhausta y sonriente. Él está detrás de ella y se dedica a enjabonarle los pechos, con ternura y pasión, a ella le cuesta mantenerse en pie. él sabe por qué. Una vez ella está bien enjabonada, él le pasa el agua para aclararla, los dos salen de la ducha y él le pasa una toalla a ella. Ella se la coloca quedando tapada y sale del baño, para sentarse en la cama, nota que aún no se ha recuperado, que ha disfrutado mucho y que quiere descansar, pero algo dentro suyo lo dice que ahora no será. Él sale del baño con la toalla atada en la cintura, es el cuerpo que ella quiere y se excita de verlo medio tapado. Él deja caer la toalla, quedando completamente desnudo. Ella se levanta de su asiento y hace lo mismo, se sonríen mutuamente. Él le indica que se recueste, mientras él busca unos objetos en su maleta.

 

Ella se imagina dolor y coge un cojín para taparse la boca, no quiere que él la oiga gritar, él sabe que no es necesario atarla, que ella se comportará. Ella nota como él se pone a jugar con sus pezones, le encanta que la mime, que los mime, que juegue con ellos. De golpe se pone a estirarlos, ella se prepara para morder el cojín, nota una gran presión en su pezón derecho, pero es un daño soportable, se mira el pezón y se ve una pinza en él. Y a Marcos con la intención de moverla. Él la retuerce y ella sólo puede jadear, nota más placer que daño.

 

Él se pone a jugar con el pezón izquierdo de ella, con el objetivo de poder pinzarlo. Ella nota como el cumple su objetivo y se mira los dos pezones, con las dos pinzas de madera. Ella se imaginaba que en esa zona los aguantaría sin problemas y su imaginación se ha vuelto realidad. Él coge las dos pinzas y retuerce los pezones. Ella jadea y disfruta, mientras oye.

 

Así se puede más, por cierto ahora miraré, probaré en los labios”

 

Ella se estremece sólo de pensarlo, sabé que no lo podrá aguantar y va recordando la palabra de seguridad “Yoda” para así hacer que pare si no lo aguanta. Está notando un suave masaje en su labio mayor izquierdo, le encanta. Acto seguido nota como se lo estiran para acabar notando como se lo pinzan, no le hace daño y está disfrutando. Él una vez ya tiene pinzado un lado con dos pinzas, se dedica a acariciarle el clítoris. Ella ya hace rato que a perdido la cuenta de los orgasmos. Él utiliza un vibrador del tamaño de un pintalabios para excitarla. Ella se excita y mucho cuando lo nota. Él para, separa el vibrador, y se entretiene a darles suaves golpes a las pinzas.

 

Ella gime de placer, nunca se hubiera creído que lo podía soportar. Él le estira el otro labio, ella disfruta y le sujeta una pinza a la que da suaves golpes. Ella gime más alto, casi chillando. Él para y le coloca otra pinza. Antes de decirle:

 

De momento, sólo 4, la próxima vez será un número impar y mayor”.

 

A ella le pasa por la cabeza que la impar le podría ir al coño. Se alegra de que esta no sea la ocasión. Él coge una pinza del lado derecho de ella y la estira, a ella se le escapa un pequeño grito. Sabe que ya solo tiene 3, hace lo mismo con una del otro lado. Ella no puede aguantar los gemidos. Cuando nota que le tensan las dos que le quedan, nota como las dos marchan al mismo tiempo.

 

A cuatro patas”

 

Le ha dicho él y ella hace caso