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El re-encuentro

en Hetero: General

Ángela está en la cama con la bolsa de hielo sujetada por la mano izquierda, mientras que la derecha la utiliza para rascar a su perro, Patán. En esas que Pablo su hermano entra en la habitación y la ve encima de la cama, con un brazo colgando rascando al perro.

-         Creo que tienes un buen enfermero – comenta Pablo.

-         Si tuviera un peluche y fuerzas suficientes, te lo tiraría a la cabeza – añade Ángela.

-         Pero como no tienes ningún objeto peligroso cerca, puedo decir tonterías, antes de ir a jugar a la consola – con estas palabras obtiene una mala cara de Ángela.

-         Tienes suerte que no puedo hacer carotas y que he sido yo quien ha pedido tú ayuda.

-         Marcho al comedor y te dejo con Patán que te cuide.

Una vez Ángela se queda sólo acompañada por Patán le empieza a comentar la situación.

-         Como me tuviste que oír hace unos años criticando a Oliver hoy me vas a oír hablando respecto el Inspector. Sí, me ha llamado la intención un Inspector de policía, aún no me lo creo. Lo he conocido esta mañana, por lo que me ha dicho estaba involucrada en una investigación. Pero lo que más me llama la atención, es que al verlo, lo primero que ha pasado por mi cabeza es un “está bueno” y he empezado a coquetear con él. Yo coqueteando, hacía años que no me pasaba. Pero todo sea dicho, el hombre está muy bueno – Ángela para a rascarle la cabeza a Patán –. Entonces lo he dejado entrar y él me ha ordenado que me vistiera. Creo que ha sido la primera vez que he hecho caso a un hombre, mas lo más divertido es que he cogido unos pantalones cortos de gimnasia del cole, que me he sorprendido al comprobar que aún me cabían – Ángela sonríe al recordar el error del café que ha sufrido el inspector –. Luego durante el transcurso del día me estaba demostrando su capacidad, intentándome poner en apuros – Ángela suspira cuando oye el timbre y ve como Patán la abandona para irse a la puerta.

Seguimos a Patán hasta la puerta y vemos como Pablo la está abriendo y al otro lado se ve al Inspector.

-         Buenas, ¿usted es? – pregunta el Inspector con mala cara – Querría ver a la Señorita Gómez, soy el Inspector González

-         Soy su hermano – contesta Pablo, mientras ve como Patán lo mira – ahora está descansando – Patán se dirige hacia el Inspector buscando caricias –. Vale, Patán he captado tu indirecta. Ella está en la segunda puerta del pasillo, Patán y yo tenemos que marchar en pocos segundos – comenta Pablo, mientras ata a Patán y marchan.

El Inspector va andando por el pasillo hasta encontrar una puerta abierta y ver a Ángela tumbada en la cama con el hielo en la cara.

-         Hola – dice, produciendo que Ángela se gire hacia la puerta –, hoy que estabas acompañada descansabas con pantalones – añade, haciendo que Ángela se ruborice –, por fin lo he conseguido te has ruborizado.

-         Puede ser – responde Ángela a la no pregunta.

-         ¿Me dejas ver la ceja? – pregunta el Inspector.

-         Si te quitas la camiseta sí.

-         Por la respuesta, no te debe hacer daño – añade mientras se va quitando la camisa lentamente, jugando con cada botón - ¿Contenta? Todo sea dicho me gustas más sin pantalones como por la mañana.

-         Inspecto-or, vas fuerte, mas ahora no tengo ganas de discutir – dice Ángela, mientras levanta el culo de la sábana y va quitándose los pantalones. Una vez acaba - ¿contento?

-         No está mal, ahora me puedo acercar a ver el ojo, mejor dicho la ceja – responde y Ángela le sonríe por la frase – la sonrisa debe significar sí. Por cierto, ¿te molesta si me quito los zapatos? Da igual, no responda. Lo pienso hacer.

-         En estas condiciones irías arriba – dice Ángela

-         Me lo has de suplicar – dice el Inspector mientras una media sonrisa se le dibuja en el rostro.

-         No soy de suplicar, no me menosprecies.

-         No te quiero menos preciarte – dice el Inspector cuando se sienta en la cama – ¿te puedes apartar el hielo? Que te lo miraré – Ángela le hace caso y se aparta la bolsa de hielo y él le da un suave beso en la ceja– ¿Qué más te duele? – Ángela se señala la rodilla – Me parece que no queremos jugar a lo mismo – Ángela le sonríe, se levanta la camiseta y le señala el ombligo – o sí – dice el inspector antes de darle otro suave beso –. El labio me parece que también lo tienes rascado, te lo voy a besar.

El Inspector da un suave beso en los labios cerrados de Ángela. Cuando nota una mano en su cabeza que lo hace bajar más. Al mismo tiempo está notando que los labios se separan y la lengua de Ángela se empieza a introducir en su boca, mientras que las manos de ella van desabrochando el cinturón. Él baja sus manos y va acariciando con delicadeza los muslos de Ángela. Cuando se percata que ella ya ha logrado desabrocharle el cinturón y el botón de los pantalones.

Continúan con el beso y ella le va bajando los pantalones que ha conseguido desabrochar. Él ayuda a sacarlos y ella puede notar la erección del Inspector acariciando las bragas.

-         No estamos en igualdad de condiciones – comenta el Inspector al finalizar el beso de golpe.

-         ¿Cómo? – dice ella al oír las palabras del Inspector.

-         Preciosa, ahora tú llevas dos prendas y yo sólo…

-         Una, que por cierto esos bóxer le están apretando demasiado. Ahora tengo que decidir que me quito – dice Ángela empezando a jugar con la goma de las bragas y viendo como el sonríe – la sonrisa que tienes es muy chula, pero ahora mismo no ayuda – le saca la lengua e intenta moverlo de encima –. ¿Te puedes apartar? Es que he decidido quitarme el jersey.

-         ¿Y podré ver sus pechos? ¿Quién lo hubiera imaginado hace unas horas?

-         Lleva todo el día intentando que se los enseñe – responde Ángela justo antes de ponerse encima del Inspector.

-         No me gusta estar abajo, pero contigo haré una excepción – obtiene una sonrisa de Ángela antes de volver a besarlo

El tiene ganas de ver que esconde esas bragas y le introduce la mano derecha por la goma del muslo para descubrirlo. Notando una suave y delicada piel, se va acercando hacia el otro muslo cuando nota una zona húmeda, supone que está por el clítoris y lo acaricia con suavidad. El Inspector se separa un poco de Ángela, desabrocha la bolsa y coge un cubito de hielo casi derretido. Pasa el cubito por medio de los pechos de Ángela, haciendo que está gima de  placer, juega con el hielo en los pezones.

-         Ins-pec-tor – jadea Ángela.

-         ¿Puedo ponerme arriba? – Ángela niega con la cabeza. Cuando el Inspector vuelve el hielo a la bolsa y nota como ella va bajándole lentamente los bóxers.

Ángela se va desplazando por la cama mientras baja los bóxers del Inspector. Cuando por fin ha logrado sacárselos, empieza a subir besándolo cada pocos centímetros. Mientras oye como él va acelerando la respiración. Llegando a su tieso y recio pene, al cual se da un cariñoso beso en medio del tronco y va subiendo.

-         Volvemos a estar igual – comenta el inspector – llevas una prenda más que yo – añade justo antes de hacerle tocar con la espalda la sábana y empieza a bajarle las bragas, viendo ese coño sin pelo delante de sus ojos. Tiene la tentación de introducir un dedo en esa cueva húmeda, mas se abstiene y continúa bajándole las bragas –. Ahora le voy a enseñar cómo se besa.

Empieza a besarle los pies, mientras observa como su coño va generando más fluidos, va subiendo y dándole besos tiernamente sin perder el contacto visual. Llegando a la entrepierna y dando un largo beso al clítoris. Luego sube y se entretiene en los pezones. Haciendo que ella jadee más y más fuerte. Para terminar finalmente en la boca.

-         Por esta vez te dejo que estés encima, pero no te acostumbres inspector

Él sonríe mientras con un suave movimiento puede metérsela, entre la falta de pelo y la humedad que ha producido le es realmente fácil.

Bueno este es mi primer relato en esta categoría, espero que os haya gustado, acepto críticas tan constructivas como destructivas y valoraciones. Pero no seáis muy crueles, que sé de otros géneros, pero este me lo pidieron, va por ti guapo.