miprimita.com

Angélica Vestida de Mujer numero …1

en Transexuales

Angélica Vestida de Mujer numero …1

Hola, mi nombre es Angélica, desde que nací mi cuerpo fue muy femenino, es decir soy demasiado bonita para haber sido un varón, de hecho mis padres esperaran que fuera mujer, pues esa era su ilusión.

Así que todo mil guardarropa fue comprado en colores rosas pastel, salí  del hospital envuelta en ropas de color rosita, parecía una premonición de lo que sería el resto de mi vida.

Poco a poco con el paso del tiempo, al entrar a la adolescencia fui teniendo más y más el deseo de vestirme con ropa de mujer así que tomaba prestado la ropita interior de mis hermanas sobretodo de mi hermana mayor que tenía mucho gusto por la lencería, así que a ella le tomaba de todo pues tenía una gran variedad de ropita intima que después supe le compraba su novio, toda la ropita era muy sexy, tenía tanguitas de encaje, que dejaban atrás las nalgas completamente al descubierto a la mirada de los hombres,  a las cuales después me hice adicta, colalless, tenía baby dolls los cuales es mi prenda favorita junto con las tangas, teddys, medias de encaje altas, hasta donde terminan las piernas justa debajo de la pompa, en fin, zapatillas, de todo lo que una mujer como yo pudiese desear. Poco a poco las idas al cajón de ropita de mi hermana se hicieron más frecuentes, aprovechaba cualquier momento para quedarme sola en casa para vestirme de nena.

Al principio solo me encueraba completamente y me vestía delicadamente, lentamente con cada atuendo de ocasión y me miraba al espejo paseándome enfrente de él  admirando mi belleza, mis facciones, mis ojos negros, mis piernas, mi culo como marcaba en la ropita entallada de mi hermana, en chiquivestidos, en faldas, en los vestidos, mi belleza es de una mujer, pues como dije antes, mis facciones siempre fueron muy femeninas como de mujer y mi piel siempre fue blanca, muy blanca.

Mi piel es tan delicada que cualquier cosa que lastimara mi piel como un manazo o una nalgada siempre se me queda marcada de inmediato, incluso los dedos y las manotas de mis novios pero eso lo contare en otras historias de mi vida, que por cierto desde chica les adelanto he sido adicta a que me nalgueen duro pero muy duro, con lo que sea con las manos, o con cinturón de mis hombres, o con lo que sea.

Por cierto había un chico en el cole más grande que yo que siempre me nalgueaba por cabron pero eso es otra historia que después contare ya que en el cole sufrí muchas agresiones por parte de mis compañeros pues me veía más delicada, sensible y bueno, creo que sabían que yo era diferente, que no era una varón sino una nena.

Pues bien mi rutina de transformación siempre continuaba así, siempre con el temor de que algún familiar llegara a mi recamara y descubriera que me gustaba vestirme de nena, al principio lo veía yo como un juego, con cierta dosis de adrenalina  por estar vestida de mujer, es más casi ni pensaba en ello, pero poco a apoco me di cuenta de que era una necesidad; y después me di cuenta de que yo era realmente una mujer.

Con el tiempo y al crecer más como una señorita, me excitaba yo más y más cada vez que volvía a convertirme en Angélica y me miraba al espejo, aún recuerdo la fecha de mi nacimiento como mujer, por así decirlo, pues para mí nací como mujer  la primera vez que un hombre me hizo suya.

Yo vivo en una ciudad que es puerto y siempre los Domingos me gustaba ir a la playa y bueno bien depiladita, con el cabello largo como me lo deje desde la adolescencia, incluso maquilladita no mucho pues iba a broncearme, aunque realmente quería , o intuía que iba a conocer a mi novio, ji ji, bueno les sigo contando; buscaba una zona no muy llena de gente, previamente me había ya puesto una tanga muy chiquita de color rosa tres tallas menos de lo que yo usaba para que se metiera bien entre mis nalgotas blancas, y arriba un brasiere chiquitito todo color rosa, mi cuerpo también era muy femenino, desde chica he tenida unas piernas de mujer bien gordas y torneadas, como los de una chava de verdad, y bueno, la verdad es que nací siendo nalgona por nacimiento, no estaba yo muy acinturada al principio pero para ese entonces las hormonas, y las idas al gym ya me habían hecho una cintura bastante envidiable, parecía yo realmente una mujer, mi cuerpo era el de una chica no el de un varón, sino el de una mujer. Era yo una chica blanca con el cabello rubio abajo de los hombros maquillada bien piernuda y nalgona con tanga y brasiere a juego en rosa y las manitas y mis pies con las uñas bien pintadas de color rojo encendido pero vulgar, pues eso siempre me ha vuelto loca, toda femenina, toda delicadita, haciendo modales de mujer, con mi bolsa de playa y mis gafas de mujer para el sol, para cuando me fuera de allí, en fin, toda una Diosa.

Me encantaba tumbarme boca abajo con las uñas de los pies y mis manitas bien pintadas y ya que estaba reposando en la arena , levantaba al máximo mi culo de manera que mis nalgas se saliesen del bikini irremediablemente y quedaran expuestos casi por descuido a la mirada lasciva de los hombres que pasaban solos o acompañados por sus parejas.

Me encanta sentir los nervios de sentirme exhibida, ofrecida como manjar, como toda una chica sensual sabe hacerlo, para seducir a los machos de su especie, como esperando que un verdadero hombre lograra conquistarme, y colonizar mi cuerpo, para que él y solo él se aprovechara de todo mi carne, satisfaciendo sus caprichosos y obscenos deseos, su lujuria, buscara mi tesoro más preciado y lo penetrara haciéndolo suyo para marcarlo con su semilla caliente, y preñarme toda yo, y ya no compartirme con nadie más.

 Y yo quedara prendada de el adicta, y necesitada de su protección sentir la necesidad de tener su miembro dentro de mí para tener un sentido en mi vida como la hembra que soy, un hombre que me dominara en todos los sentidos y abusara de mi cuerpo a su antojo a toda hora,  para satisfacer sus deseos sexuales más sucios y depravados, y  yo entregada a el feliz, realizada como toda una mujer debe hacerlo, teniendo la aceptación de toda la sociedad, de mi familia, de mi misma, pues toda linda nena tiene como destino final que le metan la verga, ser una mujer en todo el sentido de la palabra es decir en la cama sometida a su macho, obediente a la posición en la que la pongan.

Y yo a la vez cayendo rendida al placer que estaba segura me provocaría esa entrega, esa sumisión, eso que es ser mujer en los brazos de un hombre, siento besada, manoseada, abusada, mancillada, y finalmente penetrada para sucumbir en una muerte lenta de placer entre sollozos, gritos y gemidos, lamentos y gimoteos.

De pronto al estar yo en la playa con el culo levantado, sentí  la voz gruesa de un hombre y una mano áspera, muy tosca que me daba una nalgada en mi pompa derecha, diciéndome preciosa, porque tan sola mami, a lo cual solté un grititomuy femenino y repentino, mientras las carnes de mis nalgas se balanceaban aun producto del golpe de la palma del extraño sobre la rosada montura, y volteaba yo mi rostro con mis ojitos temerosos hacia el indefensa, como presintiendo que le había yo gustado.

Continuara……………

Por cierto me encantaría vivir más experiencias con hombres Activos Maduros, actualmente tengo 21 años me gustaría que me enviaran sus comentarios acerca del relato e incluso ideas de que le gustaría que le pasara a Angélica con ese hombre o con Ustedes angelicatvsumisa@hotmail.com jiji, bueno bye. Poganme 5 estrellitas.jiji.