miprimita.com

Angélica de dominatriz a chica Violada.

en No Consentido

Si quieren conocer más a mi familia pueden leer el siguiente relato:

http://www.todorelatos.com/relato/99655/

Soy Angélica, soy una chava normal, bueno quizás, soy un poquitín diferente, quizás bastante vanidosa, pero bueno son las cosas que solo una mujer hermosa, puede vivir.

Yo ya me acostumbre, y se cuál es mi papel en la vida, de chica no estaba consciente de lo linda que estaba, pero cuando los hombres empezaban a hacer lo que yo quisiera con tan solo cerrarles el ojo, o sonreírles, me encantó la idea de ser tan bonita.

Ja, ja; creo que me enamore yo misma de mi cuerpo, y poco a poco aprendí a arreglarme mejor, mi mami me dio muchos tips de belleza, y bueno entre eso y las revistas de moda femeninas, poco a poco fui aprendiendo como sacar más partido de lo que la naturaleza me brindo.

Soy una chica de 25 años de piel muy blanca, soy bonita; tengo el cabello muy negro hasta media espalda, y mis ojos son negros.

Cada mañana, me encanta admirarme frente al espejo y ver mi cuerpo desnudo, mi senos hermosos, y mis pezones de un rosa mucho más fuerte, empitonados, cada que acabo de recibir el agua ardiente de la regadera, después de acabar de bañarme, y repasar mi depilado.

Después me hago las uñas y me maquillo, como ya les he platicado soy muy nalgona, y ese es mi principal atributo, así que como dice mi mami, tengo que sacarle, provecho.

Por ejemplo en el cole, siempre me ha ayudado a obtener mejores notas de mis maestros hombres.

Aunque siempre tengo que andarme cuidando de la odiosa de la directora, desgraciada vieja; bueno les explico porque; yo creo que me tiene envidia, por ejemplo.

El colegio al cual asisto tiene un uniforme muy estricto, es una falda larga hasta debajo de la rodilla y una blusita blanca normal, y abajo pues piden que una lleve brasiere grande de ese que solo es de algodón y no se nota a través de la blusa aunque se transparente.

El cabello debe ser recogido y el maquillaje en el caso de las chavas, obvio, no debe estar muy cargado, Uffff; ay que flojera.

Así que decidí hacerle una pequeña modificación al uniforme, ja, ja; a la falda le subí unos siete cm. más o menos, y le dije a mi mami que la volviera más entallada, bien justa a mi cuerpo; con todo, la falda me llegaba mucho más arriba de la rodilla y podía lucir mis piernas a placer, excelente.

A la blusita simplemente, la cambie por otra, ja, ja; compre una súper corriente, y muy transparente y el brasiere de algodón lo cambie por brasieres de esos que centran las chichis y lo levantan, de preferencia en colores oscuros.

Mi talla de brasiere es 34 D, como ven soy algo chichona, y con las blusitas nuevas que me compre, me veía increíblemente guapa, sobretodo porque me desabroche varios botones de mi blusita.

Me solté el cabello, y me aplique mucho maquillaje, finalmente me quite las calcetas que uso, y cambie los zapatos tradicionales del uniforme por zapatillas muy altas, de más de diez cm, creo soy un poquito exagerada para arreglarme pero por lo que pueden ver soy una chica muy, pero muy vanidosa, eso a las chicas nos encanta.

Finalmente me puse un tono rojo, muy chic en los labios, que hacía que me viera súper sexy; realmente me veía yo muy hermosa, o quizás muy puta.

Ahora les platico porque me cae mal la directora, resulta que un día me cacho que había reprobado un examen y sin embargo en la boleta aparecía yo con un diez, ja, ja, pinche, vieja.

Fue y le dijo a mi maestro, que porque me había subido la calificación y después de mucho amenazarlo con correrlo de la escuela, si no le decía la razón el cabron termino por decirle que me había tirado, bueno que había tenido relaciones sexuales conmigo, ja, ja.

Seguramente todos en su cole o en su trabajo han visto una situación así, y es que a una le gusta ser coqueta, pero bueno; total que me reprobaron y la directora me prohibió ser tan coqueta, ja, ja.

Los días Viernes está permitido que vayamos como queramos a la escuela y no es obligatorio e l uniforme, así que decidí hacerle una mala pasada a la Directora, y me puse el mismo Uniforme solo que esta vez decidí desafiarla y le subí aún más a la falda, mostrando descaradamente mis piernas desnudas, casi hasta las pompas; y me quite el brasiere antes de salir de mi recamara, estaba decidida a mostrarle a media escuela mis tetas, ja, ja.

Era excitante, ¿no?, no puede evitar antes de irme verme en el espejo y se me veía con toda claridad mis tetas y mucho más mis pezones rosa oscuro marcados a través de la fina tela.

Con tan solo verme volví a excitarme y los pezones se me inflamaron, y como dicen los hombres se me empitonaron, viéndose dos deliciosas bolas de carne, coronadas por unos pezones deliciosos; cualquier bebe hubiera estaría feliz de tenerme por mama.

En fin decidí irme al cole muy arregladito y con mi bolsita de mano diminuta, para ir a fiesta; en lugar de la tradicional bolsa de libros.

Por la calle iba meneando mis nalgas de forma que los hombres se me quedaran mirando y se enamoraran de mí… a primera vista, ja, ja.

Sus ojos libidinosos recorrían mi cuerpo de arriba abajo como buscando en donde fijarse, no sabían si ver mi cara, mis nalgas o simplemente quedarse embobados viendo el vulgar sube y baja de mis tetas al compás de mis zapatillas, y mis caderas.

Cuando llegue al cole, está de más platicar la expectación que cause entre mis compañeros del salón, casi todos mis amigos son hombres no sé porque y se me quedaban viendo con la boca abierta, aunque no tengo ninguna amiga.

Bueno si tengo una, aunque es una chica muy fea, que a los hombres no les gusta conocer y bueno ella y yo nos entendemos bien, se podría decir que  es mi mejor amiga ya que ella no se fija en las apariencias, sino más bien creo que le caigo bien por lo que soy en realidad, ella no es nada superficial, sino que desde un principio hace tiempo nos hicimos buenas amigas.

Les sigo platicando, estuve todo el día pasoteandome entre mis compañeros de clase y en los recesos aprovechaba para ir a la cafetería del salón y esperar a que algún amigo me invitara alguna malteada o algún refresco, así estuve toda la mañana, hasta que llegó la hora de salida.

Al final generalmente un amigo, o amigovio, como es mi relación perfecta me llevaba a casa en su auto, pero esta vez decidí regresarme a casa, yo sola; ya que me  estaba encantando tanta atención masculina que los hombres me dispensaban, así que decidí irme solita.

Cuando por fin estaba a punto de llegar a mi casa pase por una calle, que estaba cerrada, como nunca ando caminando por la calle a esas horas, no conocía mucho el barrio, total, que para poder pasar tenía que meterme en una construcción que estaba medio abandonada.

Pensé que no había nadie y me dije que más da, voy a meterme en ella, de hecho no había nadie, pensé y falta poco menos de dos calles para llegar a mi casita.

Cuando entre pude ver una pequeña luz al final de un pasillo, pero solo estaba buscando la forma de salir a la siguiente calle, cuando de pronto como de la nada sentí una mano que me dio nalgada.

Ay, grite femeninamente, como asombrada, y excitada a la vez, no sé porque, el que un hombre me pegue una nalgada siempre me pone a mil por hora, y si es una nalgada o nalgadas fuertes mejor.

No sé si eso sea ser una mujer sumisa, o puta, pero me encantan, voltee y era un hombre alto y fortachón.

-¿Qué paso mamita, te perdiste?

-Noo, alcancé a decir, cuando vi que otros dos hombres chaparros y gordos, y por cierto también algo feos, salían de otros cuartos aledaños en el sucio edificio, uno de ellos prendió la luz, y paso lo que no me imagine; me encontraba sola casi desnuda y con todas las tetas transparentando a través de mi blusita con tres desconocidos.

De pronto el más alto de ellos se me abalanzo bruscamente haciéndome sin querer tirar mi bolsita al piso, y aun cuando trate de quitármelo de encima fue inútil, bruscamente se me lanzo a mi falda y comenzó a subirla al tiempo que quería besarme.

Entre jaloneos, no podía quitármelo de encima sencillamente era más fuerte que yo, el muy cabron comenzó a acariciarme sin dudarlo ni por un segundo mis chichis por encima de la blusa.

Los otros dos hombres no tardaron en entrar en acción y comenzaron a bajarse las braguetas de sus pantalones para comenzar a masturbarse viendo la escenita que el cabron del que al parecer era su jefe les estaba obsequiando.

Entre grititos y jaloneos de mi parte finalmente el cabron de Luis como oí que su compañeros le llamaron me arranco prácticamente a  tirones mi blusa ya desgarrada por el mismo; siguió con mi falda la cual simplemente me la enrollo en la cintura y pasó de ser una falda a un sexy cinturón, de cuadritos, ya estaba casi desnuda, solo con mis zapatillas y aretes y mi nuevo cinturón.

Abajo llevaba yo una tanga de hilo dental que dejaba completamente al descubierto mis nalgotas, blancas a lo cual sus dos compañeros recibieron con toda clase de chiflidos de piropos y se acercaron a mí a agárramelas y estrujarlas en sus manos.

Se turnaban entre los tres para darme de nalgadas una y otra vez sobre mi ahora multiusado cuerpo y en mi mente podía imaginar lo que se me avecinaba.

Mientras el cabron de Luis comenzó a chupar mis pezones con exasperación continua, succionaba y succionaba, cada parte de mis chichis como si quisiera ordeñarme y ver si me sacaba algo de leche, parecía un recién nacido.

Si alguna vez tuviera que amamantar a alguien creo que ya se lo que me esperaría, pensé. El cabron de Luis termino por dejar que sus dos amigos también se dieran gusto con mis tetazas y comenzaron a chupármelas mientras Luis se desnudó por completo.

Ahora sí que pude ver su verga, la verdad era mucho más larga que las de mis anteriores novios que en ese momento había tenido, pues eso me ocurrió cuando apenas había cumplido 18 años.

Fácilmente media más de veinte centímetros de largo y era bastante gruesa, yo solo podía ver como se bamboleaba a cada uno de sus movimientos y poco a poco se iba poniendo más inflamada y comenzaba a levantarse apuntando hacia mi torneada figura.

Aunque no estaba excitada sino un poco asustada, no pude evitar comenzar a sentirme muy placentera con esos tres machos, a mí alrededor, que me seguían manoseando arbitrariamente.

-Parece que le gusta  la jovencita ¿no? Dijo uno de ellos y los otros comenzaron a reír mientras completamente rendida decidí abandonarme a sus caricias.

Su líder, les ordeno acomodar unos maderos de la construcción sobre la pared y me dijeron que pusiera mis manitas en el recargándome y sacándome mi culo al máximo, para deleite de sus ojos.

Los cabrones podían ver mis nalgotas con total descaro y terminaron por jalonearme la tanga entre todos hasta que uno de ellos termino por arrancármela con mucha fuerza, despertando las groserías de todos los presentes, que se refería hacia mí, llamándome puta, zorra, o que estaba yo re buena y cosas así, que hacían que inevitablemente parara yo aún más mi culo.

Sobre todo cuando sentía una y otra nalgada cada vez más fuerte sobre mis nalgotas; que de blancas se estaban volviendo rojas.

Finalmente Luis les dijo que iban a organizarse y alcance a ver las vergas de sus otros dos compañeros, las cuales eran morenas y mucho más chicas que la de Luis, seguramente no pasaban los diez centímetros.

Los cabrones se turnaron y decidieron dejar a Luis hasta el final ya que el mismo lo sugirió así, y sin avisarme el más chaparro de ellos se afianzo a mi cintura y colocando su verga en mi depilada panocha, me la encajo con fuerza, dejándomela ir todita en mí ya inundada cuevita.

Así estuvo bombeándome durante más de 15 minutos, cuando de mi boca comenzaron a salir numerosos gemidos, una y otra vez, haciéndome sentir muy hembra.

Sacando cada vez más  mi culo, estaba yo lista para seguir recibiendo estocadas, y mis gemidos comenzaron a hacerse más constantes y seguidos, cosa que los encendió aún más.

Volvieron a penetrarme, esta vez por el otro ayudante de obra como oía que le llamaban los demás.

Hasta que fue el turno de Luis, un macho verdaderamente imponente el cual si lo hubiera conocido en otra situación seguramente hubiera caído a sus pies, pues era un hombre divinamente guapo, y muy varonil.

Luis me tomo fuertemente por las caderas y palmoteo a gusto mis nalgas, y para nada le importo que sus dos compañeros ya me hubieran cogido antes. Jalo mi cabello hacia su boca y chupo y le dio una mordidita ardiente a mi orejita, susurrándome en el oído: te voy a partir el culo, preciosa.

De esa forma acto seguido, no tardo en escupirme en el culo y sentí como caía su saliva calientita entre mis pompis rosa, como para lubricarme mi colita.

Y de momento sentí como me colocaron más empinada sobre el madero, y el cabron me dijo , saca más el culo puta, al tiempo que me daba una sonora nalgada muchísimo más fuerte que todas las que habían dado en mi vida.

-AAAAAyyyyy, grite como loca, y antes de poder protestar coloco su cabezota sobre mi ano empujando con fuerza, y abriendo mi culo a su disposición, poco apoco lo comenzó abrir, lentamente, el cual lo recibió como si se tratara de un chupón; ya que al entrar la cabeza se volvió a cerrar como aprisionándolo, como si no quisiera que se fuera nunca más.

El muy cabron comenzó a meter lentamente y con firmeza el resto de su polla hasta que termino por desaparecer en mi interior, yo ya estaba sudando y comencé a gemir como loca cuando el desgraciado empezó a mover su vergota dentro de mis intestinos con una rapidez descomunal.

Por momentos le gritaba:

-despacio, cabron!,

Pero no me hacía caso, y seguía bombeándome sin parar hasta que sin poder evitarlo comenzaron a salir lágrimas de mis ojitos al mismo tiempo que seguía yo gimiendo como hembra sin parar, y mi cabeza derrotada se agachaba contra la pared y casi de forma inconsciente levantaba aún más mis nalgas para disfrutar de esa polla tan hermosa.

Así me estuvo culeando durante más de una hora sin ningún miramiento y sobretodo sin venirse el muy cabron. Mi culo ya no ofrecía ninguna resistencia al invasor y permitía que el desgraciado se saciara como un hambriento sirviéndose frente a un plato a reventar de comida, que se le ofrecía entre mis nalgas.

Finalmente después de taladrarme mi culo a placer, me la saco para metérmela en la panocha y remojarla con el resto de mis fluidos y el presemen que salía de su vergota.

Sin poder evitarlo, empezó a gruñir dentro de mi concha, y aunque le rogué que no se viniera adentro termino por venirse en una descomunal descarga de semen dentro de mi vagina; a lo cual por un momento pensé en poder quedar embarazada ya que no me cuidaba y nunca imagine, ser violada.

Luis me saco la polla y no pude evitar desvanecerme sobre la pared y buscar un poco de alivio en el suelo de la habitación, a lo cual termino por ayudarme a recostarme sobre el suelo. Y dejarme allí, medio desnuda, despeinada y llenita de semen por toda mi silueta.

Y vi cómo se comenzaban a vestir, y abandonaban la construcción cuando uno de ellos me dijo:

-Adiós preciosa, eso te pasa por andar de calienta vergas,

Yo sin poderlo evitar comencé a llorar, sin poder parar mis lágrimas.