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La casa de las putas en el tubo.

en Amor filial

Soy Tatiana, en domingo mí mama y yo acostumbramos ir a la playa, solamente en tanga, tumbarnos en la arena y juntitas en la misma toalla gozar de los rayos del sol, nos fascina marcarnos las nalgas.

A veces, cuando casi no hay gente o vemos algún hombre que nos gusta y nos puede ver claramente, nos encueramos por completo y agarraditas de la mano corremos juntas encueraditas al agua, y jugueteamos entre nosotras, muy risueñas; a veces nos gusta darnos de nalgadas y salir corriendo, y a veces chapotear alegremente en el agua, a veces jugando la tumbo y le meto un dedito en la panocha, o en el culo, o ella a mí y nos damos muchos besitos, quizás a algunos les parezcamos raras, pero mi mama y yo somos muy abiertas, o putas, como ustedes quieran decirnos está bien, somos sumisas, y nos excita que nos insulten.

Mi mama es madre soltera y desde entonces nos las hemos arreglado para vivir solas. Dormimos juntas, y últimamente en una cama individual que nos dan en el trabajo, en un puticlub donde bailamos, y ya en la madrugada es muy tarde para irse a casa. En esa camita individual  inevitablemente tenemos que dormir muy juntitas y desnudas por el calor que hace en el puerto donde vivimos.

Pero estamos acostumbradas, mi mama y yo nos llevamos muy bien.

Bueno  yo me llamo Tatiana y acabo de cumplir 19 años y mi mami se llama Atenas, ella tiene treintaitantos, ambas tenemos muy buen cuerpo, somos bastante chichonas y nalgonas, de pelo negro y ondulado, ojos negros, y aunque somos blancas, debo decir que somos bastante vulgares, piernudas y muy culonas; de ese tipo que enloquecen a los hombres.

Un día un cabron nos dijo que nosotras transmitíamos sexo, solo con la mirada, y bueno la verdad somos las más cotizadas del bar donde trabajamos.

A mi mami y a mí nos gusta bañarnos juntas desde siempre y por eso nos conocemos perfectamente, mi mama por ejemplo, no le gusta depilarse la panocha ya que me platica que mientras baila en el table dance, mientras se va desnudando, a los hombres les encanta gritarle de groserías y pedir “pelos”, cuando se queda completamente encuerada, a muchos hombres les enloquece ver a una mujer, blanca y a la vez vulgar y les gusta ver su panochita rizada en pelos negros, con eso y sus anchos pezones tan negros y empitonados es la mujer que más privados y revolcones llega a conseguir en una noche, yo estoy muy orgullosa de mi mama.

Mi mama se dedica desde hace mucho tiempo a bailar en diferentes table dance de la región, fue precisamente en uno de esos tugurios donde conoció a mi apa, pero el muy cabron la dejo embarazada y ella ha tenido que criarme sola.

Hace un año, yo entre a trabajar de puta igual que mi mama, y ahora a las dos nos gusta que nos griten de cosas los hombres, además de que la paga, es buena, el lugar donde trabajamos se llama “roma” y es muy caro, está compuesto básicamente de dos plazas, una popular donde es como cualquier table dance y solo pasamos a una pista con un tubo, llena de hombres tomando, y en tres canciones tenemos que irnos desnudando, la tercera canción ya tenemos que estar completamente encueradas y bailarla completamente a gatas, y los hombres solo nos gritan de cosas, y nos avientan billetes, tenemos que fichar por copas y hacemos privados sin ropa, aparte hay meseros.

En la segunda habitación las cosas son muy distintas, solo vamos las más jóvenes y lindas, la pista es un colchón enorme en forma de corazón, donde no hay tubos, así que tenemos que bailar música muy suave y continua, sin embargo allí los hombres si quieren pueden tocarnos y jalarnos a su mesa, ser manoseadas, y nalgueadas en presencia de los demás varones, y está permitido casi todo.

Nos pueden poner a mamar, o incluso si quieren pueden cogernos en la misma mesa, allí no hay meseros, ni privados, todo es en público, hay pantallas gigantes y cámaras por todos lados, donde los demás hombres que son calmados, pueden ver cómo nos cogen los demás tipos.

Nosotras tenemos que servir solitas, solo con un ridículo mandil que es más bien un cinto de casi tres cm. en la cintura y zapatillas rosa; realmente estamos encueradas.

En la habitación hay juguetes sexuales como toda clase de dildos con que los hombres pueden penetrarnos, o incluso hay collares y cadenas, que los hombres pueden ponérnoslos, y hacernos andar a gatas.

A la una de la mañana las diez chicas más jóvenes y más buenas tenemos que hacer juntas una coreografía completamente desnudas y al terminar, nos tenemos que poner en cuatro patas con el culo en pompa, hacia todos los hombres, después hacen una rifa solo por pagar el cover, y los ganadores pueden cogernos gratis por el ano delante de los demás hasta por una hora o hasta que se vengan lo que ocurra primero.

Mientras los demás siguen en lo suyo, los demás borrachos nos ven en las pantallas o en los espejos.

La música, siempre está muy suavecita, con el objetivo de que todos puedan escuchar nuestros gemidos y grititos de hembra mientras nos están cogiendo.

Ahí, el acceso es mucho más exclusivo, pero los viernes y sábados se juntan más de treinta hombres en la misma habitación, y a propósito ponen la calefacción, sobre el escenario en forma de corazón y a ellos clima en su área, para que nosotras estemos siempre bañadas en sudor y nuestras chichis y nalgas brillen, el consumo de champaña es muy alto, pero nosotras no nos pueden dar a menos que nos hinquemos con las manitas atrás y alcemos la carita abriendo la boca, y los cabrones nos los rieguen en los labios y traguemos lo que podamos.

Hay cabrones que a propósito nos lo echan en la cara, chichis y nalgas, y luego nos lo lamen directamente de nuestros cuerpos, llenos de sudor y champaña.

No falta el cabron que nos escupa en la cara o en la boca, pero ya estamos acostumbradas.

Nosotras siempre tenemos que ser por lo menos dos por hombre., así es nuestra vida.

Continuara…