miprimita.com

Traicione a mi marido con su peor enemigo. 2

en Hetero: Infidelidad

Por fin el día Viernes llego y tenía una cita con Antonio, me duche depilando completamente mi panocha, después de secarme el cabello y aplicarme bastante crema humectante, decidí vestirme muy linda, ya que esperaba de verdad una oportunidad de trabajo en su empresa, así que me puse un conjunto de chikibra, apenas de dos tiritas ajustadísimas, y una tanga rosa de encajitos, y arriba un chiquivestido rosadito, muy ceñido, que marcaba perfectamente mis nalgas y mi cintura; en la parte de arriba, tenía un escote muy provocativo ,dejando completamente desnudas las tres cuartas partes de mis exuberantes tetas blancas, …me veía como una Reyna.

Me puse unas sandalias amarillas con florecitas, abiertas, de plataforma muy altas, y me arregle muy bien las uñas de los pies en color negro y las de mis manitas. Esta vez me maquille mucho más cargado que otras veces en tonos azules fuertes y me delineé una mirada felina, decidida a conquistar al nuevo jefe de mi marido, si era necesario, me acostaría con él, para conseguir mi propio empleo, finalmente me aplique el lipstik en color rojo ardiente y me puse bastante gloss con apariencia húmeda en mis bonitos labios.

Al salir de mi casa, todos los hombres se me quedaban viendo con deseo, yo meneaba mis pompas como siempre y trataba de sacar el culo lo máximo posible, echando las caderas hacia atrás con decisión; con desparpajo, haciéndome la desentendida y poniendo cara de nena inocente, me encantaba provocar la lujuria en los hombres, me puse un poquito nerviosa aunque me encantaba la atención que me prodigaban los machos, uno que otro me insultaba al pasar y otros me chiflaban piropos, o me decían obscenidades muy ricas, todos pensando en cogerme, mmmmmmm…

Llegue a la oficina de Antonio, las secretarias que ya habían recibido órdenes de dejarme pasar de inmediato le avisaron a su Jefe que me encontraba Yo en el vestíbulo de su oficina, para lo del empleo. De inmediato me hizo pasar,

-Que tal Tania, como está tu esposo.

-Bien señor

-Mira él ya se instaló en su nuevo trabajo pero por el momento hoy no lo veras por acá, ya que lo he mandado a un viaje especial a otra ciudad de emergencia esta mañana, y no volverá hasta en una semana.

-pero es que no me aviso, en ese momento veía mi móvil con un mensaje de mi marido, me había llegado seguramente mientras depilaba mi panochita pensando en su jefe, lo leí en ese instante y en efecto , me confirmaba que había tenido que salir a un viaje de trabajo.

-lo ves putita, lo que te digo es verdad. Sonrió maliciosamente Tony.

-mira el trabajo que tengo para ti es el de relaciones públicas, a mí me gusta ser directo, la paga es muy buena, solo que necesitas ser muy abierta con todo el personal, tú me entiendes, además debes atender a quien yo te diga.

-tu trabajo consistirá en mantener contento a toda la gente productiva de la empresa ¿qué te parece?.

Ya estaba yo entendiendo, Antonio quería que yo fuera algo así como la imagen de la empresa, después de todo no era tan mal hombre, como me platico Rodrigo.

Tony no dejaba de mirarme mis tetas blanquísimas, mientras hablaba conmigo, en ese momento recordé que ni siquiera había hecho un currículo.

-Pero es que no he hecho ningún currículo, Don Antonio

-Que me digas Tony carajo, no te lo he dicho ya puta?

El trato que me dispensaba de puta no me parecía mucho, pero no podía decirle nada era el jefe de mi marido y podía ser el mío, además la verdad me excitaba mucho que me tratara así, era un macho de esos mandones y a la vez cariñosos, complacientes, creo que empezó a notar mi excitación, mis labios se entreabrieron como esperando un beso o algo que los llenara irremediablemente, y mi mirada se empezó a poner vidriosa de lujuria, mi panochita se estaba humedeciendo como pocas veces lo había hecho con otros hombres, quería ser follada en ese momento.

-Si Tony perdón, no volverá a ocurrir, conteste sumisa,

-como tú quieras así será.

-Mira mamacita con un culo como el que tú tienes no necesitas currículo, no seas pendeja,  ja, ja

-Ven acá zorra

Camine lentamente hacia su elegante sillón, bamboleando mis turgentes carnes y quedo mi cinturita al alcance de sus manazas, apretándome fuerte hacia el mientras con una mano empezó a sobarme las nalgas.

-Tienes hijos puta?

-No ant….Tony.

-Que bien, me gustan las putas estrechas.

Antonio se paró y de inmediato se bajó su bragueta dejando que pudiera ver su verga ya semierecta, tenía un miembro mucho más largo y grueso que el de mi marido, y que el de todos los demás novios que había yo tenido hasta mis escasos 18 años, media por lo menos unos 25 cm calculo yo. Y bastante grueso, con  una cabezota súper hinchada, que quedaba fuera de la piel que cubre al glande por completo; su verga estaba llena de venas gruesas y despedía un olor a macho delicioso, ese cabezón era enorme y de color morado con tonos azul fuerte.

-Híncate puta, vas a mamarme la polla, con esa boquita de mamadora que tienes, vamos sé que la deseas desde que nos conocimos.

De inmediato me puse de rodillas frente a él, engullendo de inmediato su polla en mi boquita glotona, dándole una mejor visión de mis tetas a Tony, el cual con una mano me tomaba del cabello, dirigiendo mis mamadas, mientras con la otra empezaba a jugar con uno de mis senos y luchaba por sacarlo del brasiere y del vestido para pellizcarme de inmediato, mi pezón derecho, y hacer de sus caprichos mi placer, lo retorcía a su gusto y jugueteaba con el cómo si se tratara de un juguete para hombres.

Para ese momento ya tenía toda su verga o la mayor parte de ella abriéndose paso en mi boquita, provocándome arcadas, su sabor era a hombre, a un hombre ganador, no como mi marido, era algo indescriptible que nunca había sentido con mi esposo, quizás era su trato, quizás, era como me dominaba aquel macho que sentía la necesidad de hacerlo sentir todo el placer que mi cuerpo podía proporcionarle, mi boca recorrió su glande una y otra vez, hambrienta, golosa;  manchándolo con mi propio lipstik, baje a sus bolas muy peludas y sudorosas, a las que acaricie cariñosamente y con la punta de mi delicada lengüita, por largos minutos. Las relamí como una cariñosa gatita, gustosa y obediente, hasta que me dijo

-para ya puta, voy a darte lo que te mereces, ponte de pie.

Con maestría Tony me puso contra el escritorio de espaldas a él con las nalgas bien paradas y él se colocó detrás de mí, comprimiéndome, estrechando mi cuerpo lo más que podía contra el madero empotrado al piso, sentía su fuerza Viril, y su miembro erecto, entre mis nalgas,

-quieres el empleo puta?

-Si tony,

-¿Si qué?

-Si quiero mi empleo Tony.

-Bueno vamos a firmar tu contrato, pinche zorron.

Tony me levanto el vestido bruscamente hasta la cintura, dejando mis desnudas nalgas tan blancas expuestas, indefensas, a su vista masculina, apenas cubiertas por una tirita rosa de encajes en forma de corazón que desaparecía en medio de mis redondos glúteos, mis nalgas estaban siendo estrujadas por su pantalón sastre tan elegante y su verga desnuda que se pasoteaba descaradamente entre mis nalgas mojándolas de líquido pre seminal, inmediatamente coloco su enorme falo venoso entre mis pompas que abrió con total destreza, y práctica, al tiempo que me acomodaba mi tanga de lado, restirada sobre mi pompa derecha con otra de sus manotas para colocar la cabeza de su polla directamente en la entrada de mi culo, que ya lo tenía a su voluntad de hombre, como él lo quería, ante sus ojos, y completamente expuesto e indefenso.

-¡Por ahí no alcance a gritar desesperada!.

-Por ahí no que… puta.

-Aquí se hace lo que yo digo.

Tenía mucho tiempo que no me había dejado coger por mis exnovios por ahí, y de hecho jamás deje que mi marido me penetrara analmente, estaba yo muy estrecha para tremenda polla.

Antonio no hizo caso a mis suplicas, abrió la ventana de su oficina decorada en persianas elegantes para que el personal de su oficina que pasara cerca me viera recostada sobre su escritorio dándole las nalgas como pronosticando lo que a continuación sucedería.

Antonio me metió la verga con fuerza en mi culazo de un solo golpe, y no pude evitar lanzar un gritito de dolor y placer muy excitante, sin duda todos los empleados debieron haberme escuchado, inmediatamente empezó un mete y saca frenético, bombeándome con mucha pasión como nunca antes me lo habían hecho, mi rostro desfigurado por el placer invasor comenzó a lloriquear de placer, y cayo rendido a su escritorio por completo, estirando mis decoradas manitas hacia los extremos, abriéndolos, y apretando mis manos de dolor y placer, como tratando de encontrar algo que apretar ante tan inconmensurable enclavada que me estaban dando.

 Mis nalgotas rubias se escuchaban golpetearse sensualmente contra la panza peluda y morena de Antonio. Mi grupa blanca completamente rendida al cetro que lo colonizaba, se empino aún más ofreciéndole una excelente vista de mis nalgas tan pretendidas, y con sumisión la entrega total de mi ano, y mi nalgatorio blanco vibrando a cada nuevo envión de su polla dentro de mi culo, al tiempo que se dedicaba a profanarme insultos y a nalguearme con fuerza sin parar, haciendo ruidos sonoros con mis nalgas al compás de la cogida y las nalgadas que lenta pero firmemente me sometían como mujer, mi frente comenzó a sudar, goteando sobre el piso.

Una y otra vez fui siendo penetrada cada vez más hondo, hasta que su verga se encontraba por completo dentro de mi cuerpo, abriéndose paso entre en mis entrañas cada vez con más coraje y convicción; mis jadeos de placer se empezaron a hacer más evidentes, sin duda alguna todo el personal de la oficina, hombres y mujeres estaban escuchando mis gemidos, y sabían que me estaban cogiendo; ya no me importaba, el placer que me estaba haciendo sentir ese hombre era indescriptible, termine aullando de placer, después de hacerme venir en repetidas ocasiones, de pronto en mi marasmo de placer, escuche una voz masculina que le decía, aquí están los papeles de los accionistas que me encargo Don Antonio.

¡Ay Dios mío! Pensé… me están viendo

 -Déjalos ahí Diego, solo acabo de follarme a esta puta, pero no te vayas, quiero que veas como le gusta la polla a esta pendeja.

Finalmente una estocada definitiva y artera de su pollon que abría mi culo para siempre, sentencio mi rendición, Sus palabras insultantes, y humillantes, y sentirme observada a la vez, me enloquecieron por completo aún más y termine viniéndome en un orgasmo más violento, contorsionándome como una cerda en matadero, entre su verga y la ardiente y sudorosa madera fina de su escritorio, me sentí la mujer más puta en ese momento en toda mi vida, me sentía realizada como mujer, mis flujos vaginales hicieron un charco en el piso.

-Mira cómo se corre la muy cerda, Diego, si la viera su esposo.

Don Antonio comenzó a embestirme con más fiereza aun, hasta que 5 minutos después se vino adentro de mi culo expuesto y totalmente abierto, inundando mis intestinos de su semilla ganadora, y yo gimiendo de placer me vine en un nuevo orgasmo, sollozando, llorando de alegría desquiciada, llena de Vida nueva, y realizada como buena hembra, por sentirme usada y exhibida ante los ojos de un extraño y un desconocido, que ahora era mi nuevo jefe.

-Estas contratada puta, dijo Antonio a la vez que sacaba lentamente su verga de mi culo corrompido, y me daba una sonora nalgada en mi pompi derecha.

Acto seguido atrajo mi rostro inerte hacia él y me dio un beso profundo, metiendo su lengua áspera y cálida hasta el fondo de mi garganta dominando mi lengüita haciéndola suya para siempre.

Continuara…