miprimita.com

Una familia sofisticada.

en Amor filial

Mi nombre es Verónica, hace tiempo que llegue a las afueras de la ciudad, junto con mi dadi, y mi mami Larissa; yo acabo de cumplir los 18 años hace una semana, y aunque casi no tengo amigos mi dadi se las arreglo, para organizarme una fiesta muy privada, solo, entre amigos de la empresa en la que trabaja, y me dejo invitar a algunos compañeros del cole en el que asisto.

Puedo decir que en mi casa mi conducta es intachable, aunque admito que todos los domingos me pongo mis bikinis favoritos y me voy a la playa a mostrar mi piel y mi bien torneado cuerpo mis medidas son 96-59-99, soy muy blanca y soy rubia natural; siento la mirada de los hombres desnudándome en la playa y mi pucha se moja de lo lindo; siempre saco muy buenas calificaciones en el cole, y yo casi nunca digo mentiras ji, ji; pues aunque de por si mi padre casi siempre está ausente, por su trabajo; por cierto es arquitecto en la construcción del nuevo tren subterráneo de la ciudad, es muy humilde y amistoso, saluda a casi toda la gente; aunque siempre nos deja muy claro cuáles son sus reglas, todavía recuerdo la última vez que me agarro a cinturonazos en las pompas por haber sacado un siete en lugar de un diez; quise escapar, pero no pude; y cerca de media hora estuve siendo nalgueada sin parar, hasta que mi mami intervino, el muy canijo me dejo todas las nalgas marcadas, ardiendo como tomates.

Mi dadi es un hombre ejemplar y nunca me falla, aunque a veces mi dadi llega a deshoras de la madrugada, muy borracho a mi casa y nos despierta a mi mami y a mí; el muy cabrón entra a mi cuarto sin la mas mínima contemplación y me hace su gata particular, el sabe que cuando llego a mi casa después del cole me gusta tumbarme cerca de la alberca o en mi recamara a ver películas porno, y a veces me gusta exhibirme en la web cam con desconocidos, es algo que me pone a mil; por otra parte el es todo un león en las faenas de complacer mujeres y cada vez que me folla me deja tiritando de placer.

Sin la más mínima delicadeza,  mi dadi me desnuda con sus manotas callosas de forma brusca, sintiendo su mirada lujuriosa sobre mis carnes tiernas y rosadas; me tumba la cabeza boca abajo, entre mis sabanas, con las manitas bien aferradas en mi cama y el cabrón ese, comienza a masturbarse la polla entre mis nalgas; blanquísimas, de princesita, de porcelana.

A veces no puedo resistirlo y me vengo antes de que siquiera me penetre, tan solo con sus caricias que solo un papi puede prodigarle a su cría, creo que en ese aspecto soy muy anticuada y necesito de sus besos cotidianos, para sentirme realizada, después de todo, el tiempo parece no alcanzar para estar más tiempo juntos, y es que una noche con el no la cambio por nada, ese hombre es mío y el sabe que me desvivo por el, no se le acerquen lagartonas, o les echo a mis perritas; ji, ji.

A mi dadi, le encantan los fetiches, incluso en una ocasión me compro una corona de diamantes falsos, pero que brillaba mucho, me puso encuerada con tan solo un brasiere y bikini, con medias nalgas de fuera, y sin miramientos me puso en cuatro patitas en mi propia cama y rompiendo mi bikini, me penetro duro por el ano de forma magistral; esa noche termine llorando de placer, entre berridos y pataleos, como una niña mal criada.

Por más que le gritaba que parara, el solo se reía y se carcajeaba mientras me destruía el ano sin piedad, con el perdí la virginidad anal, cada noche desde esa ocasión pasa por lo menos una vez a mi  cuarto a forjarme como su perra, incluso una vez tuve la idea de llenarme el cuerpo con un montón de rebanadas de jamón, para que él fuera saboreando una por una.

A veces escucho como se coge a la puta de mi mami, y las nalgadas que le propina, fuertísimas, sin contemplaciones, mientras ella grita como loca mientras la clavan entre ese par de preciosas nalgas blancas, que me heredo, a veces nerviosa me dirijo al tocador y retoco mi maquillaje durante horas, mientras escucho música latina, muy sexy; al tiempo que los gemiditos de mi mami inundan de placer excelso toda mi casa, para deleite de mis oídos; no puedo negar que yo soy adicta a masturbarme cada vez que los escucho follar y follar sin parar, incluso escucho como suenan las nalgas de mi mami bambolearse en el torso peludo de mi dadi.

A veces se enoja y como loco comienza a golpear a mi mami, que pega de gritos; y ella solo berrea y al otro día la veo llena de moretones, a veces siento envidia, y quisiera ser yo la esposa de mi dadi.

Casi todas las noches, pero sobre todo los viernes; puedo escuchar con claridad como gime la putísima de mi mami a cada penetración de mi dadi, la oigo decir palabras como:

Despacito papi, despacito, al mismo tiempo que sigue gimiendo y mi dadi no le hace ningún caso, al contrario, tal parece que al sicario sexual de mi hombre, y de la verga de mi papi parece, que sus gemiditos y sollozos de vieja ardiente, lo excitan aun mas, por lo menos toda la noche tengo que estarla escuchando berrear como cochinita en matadero.

Mi Dadi es tan Cabron que todavía los fines de semana se da tiempo de cogerme a mí también, inevitablemente casi siempre terminamos bañados en sudor, abrazados; mientras el disfruta mi lengua adolescente; él me dice cuando termina de mancillar mi ano que ese es mi premio por estar tan culona.

El día de mi cumpleaños llego, y como el precioso de mi cabroncito progenitor es un codicioso hermoso; invito a su jefecito para solicitarle un asenso; el cabrón nos tenía preparada una excitante sorpresa, quería que mi mami y yo bajáramos las escaleras de nuestras habitaciones casi encueraditas, en lencería, y después de darnos una extraña sustancia revuelta con vino logro convencernos, nunca hubiera imaginado acabar de su gata, todas adormecidas, nos desnudamos y proseguimos a vestirnos de todas unas zorras; mi dadi, ya estaba algo borracho y tuve que decirle que se concentrara en quedar excelente con su jefe; ya que a mí también me urgía un aumento de mesada ji ji; dicho y hecho; manos a la obra, nos pusimos la mejor lencería que mi dadi nos regalo la navidad pasada; mi mami vestía un neglille negro, con micro tanga en forma de corazoncito, y zapatillas de plataforma, como toda una teibolera barata; yo me puse solamente una gargantilla de plata que simulaba un collar de mascota, parecía yo una perrita consentida, un baby doll blanco casi sin cubrir mis nalgotas blancas; en las pompis, un bikini blanco delgadito de likra, con las nalgas casi de fuera; y un arreglo floral en una de mis muñecas, mis senos se transparentaban por debajo de la tela casi transparente de la diminuta prenda de encajes de rosas y se levantaban ofrecidas al más pendenciero y mas macho de los presentes, también me puse unas zapatillas de plataforma pero con tiritas casi hasta las rodillas, que se amarraban con moñitos muy coquetos, las dos nos maquillamos muy cargadas en tonos difuminados, parecíamos un par de putas baratas, arriba las dos nos pusimos un tocadito en forma de corona y agarraditas de las manos, nos bajamos por las escaleras a la vez que veíamos como un enanito al parecer contratado por mi dadi armaba un pastel blanco cubierto con espuma comestible.

Solamente estaban mi dadi y Don Francisco su jefe,

-¿Y los demás? Pregunte nerviosa como presintiendo la pitiza lastimosa que iban a darle a mis nalgas tan pretendidas por mis amigos del cole.

-Están preparando tu regarrote amor, solo puedo adelantarte que les van a dejar las caritas de quinceañeras, no sabes qué bonita vas a quedar mi Reyna.

De inmediato el cabrón de Don Francisco me tiro de un jalón al piso y sin más contemplaciones arranca mi vestidito ridículo y comienza a darnos, pequeñas cachetadas a las dos;

-Mira nomas que pedazos de mujeres tienes cabrón, las tienes bien escondiditas, ¿cierto? de seguro te cojes a tu propia cerdita y a tu mujer, si serás cabrón, te voy a ascender si me dejas venirme a coger a este parcito de sirvientas sexuales, yo siempre me cojo a las esposas de mis empleados sábetelo de una vez; además mi nena apenas cumplió los 18 años igual que esta potrilla y le pongo de condición que me de las nalgas a cambio de comprarle sus madrecitas de celulares y sus caprichos, claro que su mama no lo sabe, y me la cojo casi a diario, y no es por presumir pero yo le estrene el ano, y la enseñe a mamar como toda una golfa.

-Cada vez que mando a su mami de compras a la plaza comercial la pongo a tragar leche directo de mi polla, después le pongo una pastillita en una copa sin que ella sepa; así la hago adicta a mi verga.

-Ella cree que mi verga la pone contenta, ji, ji.

-Entonces ¿Acepta que me venga a coger a tus mujeres cuando yo quiera?

-Claro que si jefecito siempre y cuando nos entendamos.

-No está de más decirte que esta noche vamos a divertirnos tú y yo.

No pude evitar la tentación y mientras ellos dos hablaban le saque un fajo de billetes a Don Francisco de su cartera y los escondí debajo del sofá.

-Ponte en cuatro mija me ordeno molesto Don Francisco, a la vez que acariciaba mi bikini con sus manos y abrazaba ardientemente mis nalgas, rompiendo de un tirón mi bikini, mi nalgatorio blanco como la leche quedaba expuesto, brillando de juventud, ante la mirada lujuriosa del ya desalmado y vejo hombre de negocios.

Yo antiguamente pensaba que su jefe era diferente, pero ahora vi que es un Cabron como los demás hombres que conozco, yo quiero que pruebes tu pastel mija, dijo a la vez que abriéndose la bragueta metía su enorme polla al pastel y cubierta de merengue me indicaba mamársela, yo ansiosa me puse de rodillas y comencé a mamar su polla de más de cincuentaitantos años.

-Ahora ponte en cuatro puta dijo, al mismo tiempo que me daba una nalgada fuerte que cimbro mi nalgatorio, y pegue un gritito; y veía como mi dadi Alejandro, iniciaba a magrear por detrás a mi mami Larissa, fajándola bien y acariciándole sus nalgas de 34 años.

De inmediato me puse en cuatro patas en la alfombra, obediente levantado mi grupa lo mas que pude.

-Para más el culo mija, yo quiero observarte mejor ese potentado y altivo de culo que te cargas, pareces una cerdita mija, tus carnes tan rosadas, del tipo delicatesen, una cerda; ji, ji.

Flexionando mis nalgas al máximo, acomode mi cabeza en la alfombra, y le ofrecí mi ano y mi vagina, expuestos al jefe de mi dadi, mientras observaba a mi mami en posición de patitas al hombro siendo cogida por mi papi Alejandro.

Don Francisco se decanto por hacerme la cola, primero; y encañono con gran tino, mi ano con su potente falo, sentía su glande gordo y maduro entre las nalgas al tiempo que me decía al oído:

-La verga que tienes en el culo ha hecho 3 hijos de más de treinta años que te doblan la edad, y 2 nietos más grandes que tu puta.

-Quiero que recuerdes eso a cada embestida que te dé.

-Si papi

-Así me gusta pinche zorrita, ano de 18 vs verga de 56 ¿Quién ganara?

Yde inmediato su verga abrió mi delicado ano como una rosa siendo violada, provocando que gimiera de forma lastimera.

Yo por instinto pare aun mas mis pompis, y sus palabras lograron que me mojara todita; al tiempo que el viejo lamia mi oreja; y ardientemente acariciando mis nalgas me dejo ir lentamente su madero viejo pero fuerte y varonil entre mis entrañas de mujer que habían puesto en cuatro patas.

El canijo me tomo de los cabellos y me empezó a montar cual burra o mula de carga, pues me echaba todo el peso encima de la montura de carne que cabalgaba, y su miembro era muy largo, mucho más que los de mi novios anteriores, sentía que me quemaba por dentro.

Mi piel tersa y delicada era la delicia de un anciano de más de cincuenta años, mi carne todavía con las estrías por la recién conversión en toda una mujer, y el cambio por el ensanchamiento de mis nalgas, y el agrandamiento de mis tetas coronadas de pezones anchos y rosaditos.

Mis nalgas pretenciosas se bamboleaban de un lado a otro vibrando con las acometidas del Cabron de Don Francisco, que me bombeaba cada vez más rápido, y avanzaba colonizando mis intestinos lento pero con decisión, provocándome gemidos cada vez mas lujuriosos y escandalosos, mi carita se contorsionaba en un rictus de placer combinado con dolor a cada envión, el canijo sí que sabia tratar a las mujeres, el Jefe de mi dadi con una mano agarraba mi cintura con fuerza y con la otra se alternaba entre mis tetas y mi pucha absolutamente depiladita, no como el tonto de mi primer novio, que nunca sirvió para nada, yo me retorcía como una invertebrada loca de placer en total frenesí, levantando mis posaderas cada vez mas; al máximo mostrándole mis partes más íntimas al viejo mientras él se dedicaba a usar mis nalgas, a palmotearlas varonilmente mostrándome quien mandaba en la relación, por primera vez me hacían sentir mujer y fue a mis 18 años; domándome cual gata ronroneando, mis gemiditos, y mis grititos de adolescente putísima, abarcaron todo el lugar, mientras mi mami ya estaba en cuatro patas gimiendo como loca acompañándome en una sinfonía de berridos de zorras de lujo.

Nuestros ilustres caballeros nos estuvieron empalando cuales hembras regias, durante más de dos horas y media, la nalgona de mi madre gozaba de lo lindo delante de mí en cuatro patas sin ningún tipo de pudor, incluso nos mirábamos a los ojos compartiendo el placer que nos prodigaban nuestros machos, durante ese tiempo me vine como loca en varias ocasiones, llenando de flujos vaginales el mástil de Don Francisco que seguía cogiéndome sin cansarse, poniéndome en diferentes posturitas; la más humillante fue cuando me puso de patitas al hombro, pues veía mis zapatillas de plataforma con absoluta delicadeza, inertes; bamboleándose en el aire, sujetas a la voluntad del macho que me poseía, y que aprovechaba para darme fuertes cachetadas en mis mejillas, provocándome un orgasmo tras otro.

Hasta que nos mandaron a besarnos entre nosotras, y al Cabrón de Don Francisco se le ocurrió que le mamara la pucha a mi mami que por cierto ella no se depilaba su pucha y pude sentir sus pelos púbicos sudados en mi boca llenos de semen de mi dadi y de sus propios flujos sobre mi cara perfectamente maquillada; incluso me obligo Don Francisco a meterle un dedo a mi mami por la vagina y acercar mi cara a su pucha, mientras ambos me decían:

-Por ahí saliste zorrita, puedes volver a entrar je, je, je

-Mi mami Larissa se contorsionaba de placer mientras yo le daba dedo en la vagina por la que yo había salido hace exactamente 18 años, y sentía mi lengua y mi respiración recorrer su pucha y su ano.

Me mandaron a que con la lengua lamiera a conciencia su ano, y lo dejara reluciente

-¡Que brille puta!

Eso nunca lo había hecho; ella también me lamio mi pucha completamente depilada y relamió mi ano rosadito como si la vida se le fuera en ello; luego nos pusieron en cuatro patas una sobre la otra, y el Cabrón del jefe de mi dadi se dio gusto de lo lindo metiendo su polla en nuestras vaginas y culos de forma alternada, casi podría jurar que el Cabrón se vino dentro de mi vagina pues sentí su semilla caliente en mi vientre, y escuche que le dijo a mi dadi:

-Si es necesario me dices para que nos encarguemos, no me encantaría ver a una jovencita preñada de mí; Cabrón, pero…permíteme pensarlo.

Finalmente a gritos nos mandaron aarrodillarnos con la lengua de fuera y las manos en la espalda como esposadas de las muñecas, nuestros cuerpos sudorosos se juntaron para recibir la leche de nuestros dos hombres, y un solo instante después de besarles y mamarles la verga con la boca, un buen rato y mamarles los guevos, nos escupieron en la lengua dándonos de cachetadas a ambas, acto seguido se masturbaron delante de nosotras y finalmente sus cabezas abultadas explotaron de leche, eyaculando sobre nuestros rostros ya con el maquillaje corrido, cubriendo nuestras caritas de abundante leche espesa y con un sabor agridulce pero muy rico.

-Ahí tienen pinches viejas una mascarilla de primera, je, je, je.

Don Francisco me incitaba a mantener abierta la boca, así que casi tuve que tragar todo su semen

-Lame a Larissa, tu madre Verónica; yo quiero verla  limpia, lámele sus tetas, su cara, todo con la lengua, de reojo pude ver que el enanito que había llevado el pastel estaba grabando todo con una cámara de video

-Ahora si chicos dijo mi dadi; pasen a dejar su semilla, y apareció el inútil de mi novio acompañado de su banda de amigotes.

-Hola preciosas, las hemos estado observando y nos masturbamos todos mis amigos y yo, y llenamos esta jarra con casi un litro de semen fresco.

-¿Lo quieren?

-Ay si papi, musite con los ojos vidriosos, mientras mi mami me apoyaba al unisonó,

-Primero se lo tienen que ganar putas.

-Así es dijo mi dadi, y nos llevaron a gatas a las regaderas, jalándonos de los pelos, no podía creer lo que a continuación pasaría, eso nunca me lo habían hecho.

-Abran la boca putas, dijo mi dadi y su jefe y los demás hombres fuertotes se abrieron las cremalleras y sacando sus lindas pollas comenzaron a llenarnos de orines las caras.

-Tráguenselo todito putas, vamos, abran la boca no desperdicien el néctar de los orines,

- Y sin poder evitarlo, mi mami y yo nos tragamos parte de sus orines de todos esos hombres, yo no podía creerlo, eso nunca me lo habían hecho; al mismo tiempo que entre todos nos escupían directamente a nuestras caras, y uno que otro escupitajo caía una y otra vez, directamente en nuestras bocas o en los ojos, y los que caían en nuestra boca los teníamos que engullir, gustosas, sin poder evitarlo, mi mami y yo nos masturbábamos como locas delante de ellos hasta que alcanzamos varios orgasmos delante de nuestros verdugos.

No falto el chistosito que comenzó a sacarnos fotos al mismo tiempo que las mandaba a nuestros conocidos, familiares y hasta a los demás compañeros del cole, o las subían a las redes sociales; finalmente mis cabrones disque amigos nos echaron toda la leche calientita que habían acumulado sobre nuestros cuerpos de cerditas fáciles, rebosantes de orines, semen fresco, y sudor, revolcándonos como cerdas en el piso de los baños; casi desfallecidas, viendo a mi dadi, dedicada a él, completamente entregada y todavía bajo el influjo del placer; nunca había probado tanto semen tan delicioso en mi vida; todavía el jefe gordinflón de mi dadi me obligo a lamer el semen que quedaba en el piso, y finalmente como gatitas nos obligaron a besarnos entre nosotras con la lengua de fuera, mientras el video y las fotos seguían capturando el momento tan tierno entre la familia, como dándonos de lamidas en la cara y en el resto de nuestros cuerpos exageradamente bien torneados, muy femeninas, mientras nos seguían sacándonos fotos embadurnadas, y con las miradas perdidas, al final, mi novio trajo el resto del pastel y nos lo aventó encima, provocado que gritáramos como putitas ambas, completando el pintoresco cuadro alegórico, y abrazadas; con amor y juntas, dándonos las manos en un instante que nos parecía eterno, cubiertas de semen, orines escupitajos y un pastel enorme de vainilla, con las miradas extraviadas; y oyendo toda clase de linduras hacia que me sintiera completamente emputecida y perdida.

-Por cierto Alejandro,…te engañe

-¿Cómo Don Francisco?

-Estas despedido, estas fuera…Vete.

-Eso nunca me había pasado.

-Así es esto.