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Angélica Vestida de Mujer numero…6

en Transexuales

Angélica Vestida de Mujer numero…6

Elegí un baby doll blanco como de novia, y se me ocurrió tomar un ramito de flores que encontré entre la demás ropa,  me puse un velito blanco muy coqueto en mi cabeza, como corona muy puti rica coronando mi hermosura cautivadora; el baby doll blanco de encaje, casi transparente apenas si me tapaba los senos, dejaba entrever mis aureolas rosas, estaba decorado con encaje, y un moñito dorado en medio, y en la parte de abajo me llegaba a media pompa, dejando mis blancas y depiladas piernas carnosas de curvas femeninas y mundanas, al descubierto;  me quedaba como un vestidito un poquito  ridículo pero muy femenino, así debemos ser las mujeres sometidas a complacer al macho, me puse una tanga blanca con encajes y pedrería en oro al frente y por detrás era solo una tirita blanca delgadita y bordada en una telita corriente, pero a juzgar por el diseñador carísima, esta desaparecía metiéndose inevitablemente entre mis carnosas nalgas blancas como la nieve, que herede de mi madre, dejándome  las nalgas completamente desnudas, esperando porque mi hombre tomara posesión de lo que era suyo, tal y como a mi mami se la habían cogido tantas veces mi padrastro, mientras yo la escuchaba gemir y gritar desde mi recamara al ladito de ella, apenas separada por una cortina semitransparente, podía ver a mi madre en cuatro patas, cuando la tenían bien empinada, recibiendo polla, bien penetrada, bien enculada a fuego lento, con su rostro hacia arriba jalada por sus cabellos rubios, como rienda de yegua  siendo domada y domesticada, en un rictus de placer lujurioso, con sus nalgas aplastadas contra las piernas y el torso de su macho que la nalgueaba libremente y sin miramientos, y por momentos con un frenesí vertiginoso que la hacía gritar, y que estremecía mi cuerpo y me hacía tocarme mi culito y mi cli, todas las noches, creo que nunca se imaginaron que yo la escuchaba o la veia; a ella también le gustaba que la nalguearan, y que la montaran y la nalguearan igual que a mí, incluso sé que gemimos igual, como putas hembras; me mire al espejo y me veía como toda una putita de 18 años, me acomode unas zapatillas color blancas, y proseguí a maquillarme.

En el tocador que había en la habitación donde estaba el espejo en forma de corazón, en donde me veía ansiosamente una y otra vez; había muchísimos productos de maquillaje, fascinada, me maquille con rapidez;  pensando en que Raymundo ya me esperaba en su recamara.

Me coloque una base color beige clara y me aplique de ese maquillaje en polvito con una esponjita encima por toda mi carita de zorrita, me puse un poco de rubor, con mi propio lápiz de labios rojo y mis deditos previamente decorados con pintura de uñas también color rojo, en todas las mejillas de la carita, y me maquille los ojitos a conciencia; todo con colores muy oscuros y provocativos, como una gatita sexy, con una mirada felina; decidí ponerme pestañas postizas para verme más linda aun, y me maquille la boquita con lipstik rojo intenso; estaba echa toda una zorra; antojable, cualquier hombre que me viera así me hubiera follado de inmediato, sin contemplaciones me hubieran cogido a conciencia lento,… duro…. y fuerte, hasta el fondo de mi indefenso culo, aprovechando cada cm. de mi cuerpo, hasta que me salieran lágrimas de placer y alegría, me hubiera roto el culito sin miramientos, pero ya tenía Dueño.

Me eche de ese líquido que hace parecer más húmedos los labios, con ganas de besarlos, como evocando la venida del macho en mi boca, en mi cara, dentro de mi garganta, en mi estómago, en mis tripas, preñada, como perra teniendo crías, quería ser madre, que me hicieran un hijo, y ponerle de nombre como su padre, y cuando lo viera recordar la cogida que me había pegado su papa, y volviera a excitarme una y otra vez cada vez que me dijera:

 -mama, y recordar las Gaoneras, las verónicas, las chicuelinas, la toreada que me habían prodigado, dejándome venir varias veces sola, chillando de placer como nena berrinchuda, y las estocadas del que me fecundo, y el espadazo de carne final, de mi mataor depositando su semilla en mi interior, que me sentenciaba muriendo lento en un orgasmo en el suelo sola, empinada, sollozando, temblando de placer y bien embarazada, y los pezones se me saltaran en la blusa llamando la atención de los otros hombres de la piara, erizarlos, hacer que sus vergas se pararan a mi paso, de forma inevitable, y mojarme como hembra sintiendo la mirada lujuriosa de los hombres al pasar, entaconada, dando nalgazos a mi paso, en minifalda o en chiquivestidos, me daba igual, es más quisiera andar desnuda por la calle y prostituirme, sentirme usada, amada, deseada, bien follada, entre varios, como loca.

 Y terminar feliz con la semilla de un hombre de verdad adentro de mi cuerpecito de nenaza presumida, de pompa parada, orgullosa, como una hembra de verdad, altiva y dominante por ser la esclava de mi Amo.

Que mi familia y mis amistades me vieran bien embarazada y me felicitaran y se sintieran felices por mí. Uffff, que delicia. El néctar de la vida, la semilla, de mi hombre, de mi Amo.

Me eche mucho gel sobre el cabello aun húmedo del que alacía aún más el cabello, y me lo seque con una plancha, me veía yo en el espejo PUTISIMA, con mi cabello largo lacio y rubio muy cenizo, finalmente me eche de esa loción riquísima para Mujeres, que está muy de moda y que siempre llevo en mi bolsito.

Después de colocarme algunos accesorios como aretes dorados, collares y pulseras a juego, baje rápidamente contoneando mis caderas lascivamente por las escaleras dirigiéndome a encontrarme con mi Amo, Ray. Era ya todo un espectáculo de hembra, mis pompis suntuosas, se cimbraban al sonar de mis tacones como esperando su destino.

Apenas si podía yo caminar casi desnuda y con esos tacones tan altos, median más de 12 cm. fácilmente.

Al entrar por fin a su cuarto vi a Raymundo acostado en su cama completamente desnudo, peludo;  hermoso con su verga  bien parada, agarrándola con la mano izquierda, como jugando con ella, y pelándola lentamente como si jugara con algo que ya me esperaba a mí; ansiosa busque sus hermosos ojos negros esperando su Visto bueno a mi apariencia y esperando sus órdenes.

-¡Al suelo perra como lo que eres!, vamos que estas aquí para trabajar putita.

Las piernas me temblaron de inmediato, sintiendo un escalofrío electrizante,  doble mi rodilla derecha perdiendo mi voluntad sumisamente, baje la cabeza y termine acomodándome en el piso con ambas piernas hincándome primero, sacando al máximo el culo, como las mamas enseñan a sus hijas para seducir al macho alfa y ser llevadas a la cama como corderitas al matadero en cuatro patas, y encadenadas al colchón de una cama o simplemente un catre corriente, esperando la caída sumisa y lenta del orgasmo, solo sostenidas y bien ensartadas a la verga de un hombre, el destino de toda mujer, para hacerlo feliz  y tener crías que a sus mamis hagan suegras y abuelas a la vez; y levantando como ofreciéndole mis pechitos recién construidos a base de hormonas a mi Hombre,…..levante mis ojitos.

-¿Que no oíste? ¡Te quiero en cuatro patas PERRA!, apúrate que  esta verga te está esperando para que la saborees completa, quiero ver cómo te la comes enterita mi Reyna.

-¿Que no es eso lo que siempre has querido?

Asentí con la cabeza al tiempo que me ponía en cuatro patas, y alzaba aún más mi grupa blanca como la nieve, y asumía por completo mi posición de perra; miraba a los espejos que tenía Ray en su habitación y me veía en cuatro patas levantando mi carita, ansiosa, entregada, mirando mi premio que ondeaba en lo alto erguida, apuntando hacia arriba, como un trofeo esperando a la Reyna Ganadora, como él me había llamado.

Por dentro me imaginaba lo rico que sería tener ese mástil tan potente dentro mi hocico y lamerla, darle todo el amor que tenía guardado para mi Hombre, para el príncipe, que siempre había esperado.

Me mordía los labios, me pasaba la lengua por mi boquita húmeda, esperando mi premio, esperando esa suculenta polla suave gorda deliciosa y enorme que develaba a lo lejos mi Papi, mi Señor, el que sabía que sería el primer Hombre en mi vida y que me haría suya, su mujer, su puta, su esclava.

Agarraba su polla con su manota izquierda, ondeándola; subiendo y bajando la piel que recubre a la polla, sé que le medía por lo menos unos 20 cm. calculaba Yo, y sabía que pronto la iba a tener adentro de la boca, Inevitablemente.

Lentamente a gatas bamboleando mis nalgas blancas, me acerque a Raymundo como gata en celo, susceptible y  ardiendo cada vez más, esperando golosa el manjar que se me ofrecía seductoramente, en la cama de mi Amo; los brazos me temblaban de excitación, no de miedo, estaba entregada, presta a entregarle las nalgas a ese hombrón;  solo esperaba la caricia dulce de mi Amo, en mi pelo largo y rubio.

-Así está bien puta me gusta que sepas tu lugar en esta casa, eres mi Reyna puta, j, aj, ja,

Sonrió cínicamente

Al tiempo que con la verga parada, la seguía meneando obscenamente  de un lado a otro.

-Ven puta acércate, me dijo tiernamente.

-Quiero que me la mames como la puta que eres, completa, y lentamente, amándola, deseándola, venerándola, ¡vamos zorrita!

- Y nada de hacer caras de asco.

-Anda puta súbete a la cama me ordeno.

Trate de ponerme en pie para subirme a la cama,

Y Ray se levantó enojado, golpeándome una cachetada en el rostro que me volteo la cara al tiempo que me grito:

-¡Así no puta, que pendeja eres!

-¿Que no has entendido?, eres una perra, así que te subes como tal a gatas, aquí vas a andar en cuatro patas hasta que yo te indique lo contrario ¿entendiste putita?

-Si papi, conteste derrotada.

No tuve más remedio que volver a ponerme a cuatro patas y subir así a la cama aunque al principio me costó un poquito la maniobra, tuve que impulsarme con mis patas delanteras apoyadas en el colchón, y dar un brinquito final, para caer en cuatro patas finalmente en su lecho que corrompía a sexo.

-Levanta bien las nalgas puta, y me soltó un manazo en la pompa izquierda.

Ray se puso de pie en la cama y después de levantar mi velito de novia que me había puesto, me dio de comer su verga, que como una ladrona de vergas me apodere rápidamente de su mazo, atrapándolo con mi boquita golosa y enloquecida empecé a mamar por fin ese falo, Ray me quito el ramo de mis manos y me ordeno que comenzara a acariciarlo bien, sus piernas y sus bolas; al tiempo que continuaba la mamada, su polla sabía a hombre, a masculinidad, a eso que nunca tuve, pues así nací, siendo mujer, lo se era mi destino, mi cli como botón se hundía de placer atrapado en la tanga blanca de encajes, aceptando la renuncia inevitable a cualquier cosa que no fuera ser mujer.

Mi lengua se enredaba en su glande, en esa cabezota tan morena en contraste con su piel, no tan oscura; sentía sus pelos en mi carita recién maquillada y limpia, subía y bajaba mis labios pintados por toda la extensa longitud de su venerable polla, arriba y abajo, hasta adentro, provocándome arcadas deliciosas, a veces no podía evitar tragarme sus deliciosos pelos, pues controlaba mi mamada con sus manos exigentes y a la vez cariñosas.

Me sentía mancillada y lo estaba haciendo por mi propio gusto, sus bolas tocaban mi barbilla, y decidí darle un besito a mi nuevo amigo. Justo donde sale el semen en ese hoyito en medio de la verga.

Resolví bajar a sus bolas llenas de pelos y recipiente de mi regalo; a la vez que mis manitas arregladas seguían masajeando lentamente su miembro viril, atendiéndolo como una buena cortesana.

Regrese a la cabezota de su polla, le di besitos en la puntita como si fuera una nenaza dándole  ternura a un pajarito lindo, el cual necesitaba de mi cariño, Raymundo estaba encantado con mi trato que le ofrecía Yo, y con mi  comportamiento, y la tersura de mi piel bañada en loción de puta corriente de empaque caro, en sus ojos se veía el placer que le estaba causando, ya era suya lo sabía.

Me mantuvo mamando más de 25 minutos y más, y más, por momentos me tiraba de mis rubios cabellos, y jalaba unos de mis pezones bajándome el baby doll de ladito, pellizcando y jugando con mis tetitas disfrutaba muchísimo de mí y me regalaba caricias en mi rostro; me pellizcaba quedito mis nalgas, palmoteándolas de vez en cuando sonoramente con mucho cariño y prontitud,  por momentos me apartaba de su verga mientras me succionaba mis pezones provocándome mucho placer, de pronto me pidió que abriera mi boquita y volteara a verlo a los ojos, el me escupió con energía a mi boca y yo la tragaba toda con mi garganta, como quien se alimenta de miles de ricas golosinas azucaradas, así me trague todo lo que me daba, era riquísimo, para nada hice cara de asco, al contrario me encantaba el trato que me dispensaba.

-eres una mamona ya, veo que naciste para mamar, sin duda serás una muy buena puta, claro que poco a poco te iré amaestrando mejor, ¿quién te enseño a mamar pendeja?

-Nadie mi amor,

-Entonces lo traes de herencia ya me gustaría conocer a la puta de tu madre que te pario, pinche puta.

-¿Estás de acuerdo pendeja?

-Si papi, le conteste

 -Sigue mamando y cállate ya pinche zorra, y pélame la verga.

A lo cual accedí de inmediato acariciando con mi manita su prepucio y continuando subiendo y bajando el pellejo de su verga, arriba y abajo al mismo tiempo mis manitas y su verga en un momento que parecía un eterno placer consensuado.

Después de muchísimo rato, que estuve chupando su pene con mi boquita de puta, la boca me dolía de tanto besarlo.

Finalmente, me dijo:

-Ahora abre bien la boca puta, te voy a dar mi semilla, te voy a preñar la boca ja, ja dijo mientras se reía.

Ray se abalanzó sobre mis senos y comenzó a succionármelos con fuerza alimentándose de mí, como si de un bebe hermoso, se tratara, metiéndome un dedote en mi boquita como chupón, mientras me mordía de vez en cuando nuevamente las aureolas y los pezones comenzando a marcarme con cardenales, mientras se masturbaba rápidamente con su mano, acelerando su excitación de hombre, a lo cual yo respondía con grititos y gemidos de placer,… de mujer.

Se va a venir, pensé, y abría mi boquita al mismo tiempo que seguía saboreando su dedo, finalmente entre gruñidos se paró bien erguido en la cama orgulloso potente, y yo hincada, casi desnuda sometida y dominada con la boca abierta al máximo, viéndolo a los ojos entregada , esperando mi premio, de pronto……. la gloria en su cama, Raymundo comenzó a venirse entre bufidos de macho cabrón y a regalarme chorros de abundante esperma espeso y blanco sobre toda mi cara maquillada de nena y mi boca con todo el bilet corrido de tantas mamadas que le había regalado, fue en mi boca donde cayó la gran mayoría, de su lechada yo lo atrapaba con mi boquita y me deleitaba contorsionándome como loca en su cama, gozando con verdadero placer de mujer de toda su masculinidad y más, el  sabia macho a Hombre en todo el sentido de la palabra y yo gozaba como una gata su sabor en mi lengua, atragantándome de tanto que se había venido más de cinco chorros adornaban mi rostro de zorrita dibujando una escultura a la belleza, y mi boca rebozaba llena y con hambre de más de su néctar de vida que seguro me seguiría dando a diario, al placer y a la lujuria.

-Ahora quiero que te empines bien puta, con el culo en pompa, déjame ver ese culito tan chiquito y rosado con ese lunar tan sexy, y te quiero tranquila y relajada. Yo puedo hacerte feliz si eres buena mi Reyna, ¿no querrás conocerme de malo verdad?

-No papi, Yo seré obediente siempre contigo, y tu mi Dueño, confió en ti mi amor, ya no tengo dudas, y me beso, románticamente.

-Aquí en el filo de la cama; con la carita viéndote al espejo, para que veas y te vea las caritas que pones de mujercita, cuando te tenga bien enculada; te voy a romper el culazo que tienes de zorra de una buena vez mejor que como se lo hicieron a tu madre, Angélica mi GOLFA PREDILECTA.

Continuara…