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31d 24h

en MicroRelatos

¡Coño! con 199 palabras me dice que es demasiado corto.

La plaza estaba salpicada de pequeños puntos blancos. Miles de tiendas de campaña, de todos los modelos y de un solo color, el de la nieve recién caída. Una marea multicolor de indignados abarrotaba la plaza y las calles cercanas.

Una joven de rastas ofrecía una naranja a un sonriente Policía. Una niña se hurgaba la nariz, mientras observaba alucinada cómo una pareja de góticos se devoraban las bocas. Un discapacitado en silla de ruedas zigzagueaba entre la muchedumbre acercándose al edificio de Correos. En otra parte de la plaza, dos octogenarias repartían dulces navideños entre los manifestantes.

La gente brindaba con cartones de vino y botellas de agua. Degustaban bocadillos de fiambre, uvas y mazapanes ofrecidos por la organización y los vecinos.

Muchas serían las crónicas que se publicasen sobre esa noche, muchas las imágenes emitidas, pero los asistentes no necesitarían nada de aquello para rememorar las intensas emociones vividas.

Tras la última de las doce campanadas, un silencio sepulcral invadió la ciudad. Millones de almas aguantaron sus emociones por un largo minuto. Todas las manos se unieron en un firme lazo de consuelo, de esperanza. Un único grito de angustia quebró el silencio.

--¡Sí se puede!