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El pacto. (10)

en Grandes Relatos

TEMAS POR RESOLVER - SATISFACCIONES.

                                                  En la mañana me llamó temprano Ana María, cuando entró en la habitación, seguramente olió el “tufo” a sexo pero se hizo la tonta y no hizo ningún comentario, eso me agradó…  Venía a decirme que estaba esperando Soledad, también que ya habían llegado los hombres de la construcción, el camión de materiales y los de la antena para colocar una nueva…  Le di las gracias y le pedí que dejara dormir a Gonzalo y a Carolina, que habían venido tarde y seguramente querrían dormir un rato más…

  • “Está bien Guillermo, igual les dejo el desayuno preparado y luego voy a mandar a Marta a recoger las sábanas y cambiar la cama”…
  • “No, eso no, por ahora no, de esta habitación y de esta cama te vas a ocupar sólo vos, que ordene las otras habitaciones y limpie un poco todo y luego la mandás temprano al Salón de belleza…  ¿Qué pasó con los uniformes para las chicas?”…
  • “Ya están listos, lo mismo que los calzados, son dos para cada una, hay que pasar por el pueblo a buscarlos…  ¿Yo no voy a usar uniforme?”…
  • “No mi vida, vos vas a comprarte la mejor ropa para estar más hermosa y para que yo me deleite mirándote y recordando todo lo que hay debajo”…
  • “Sos terrible, no empecés porque me tiro arriba de la cama y no salgo más de aquí, eso si te quedan fuerzas porque me parece”…  Me sonrió pícaramente y como adivinando…
  • “Te parece nada, andate porque me destapo y vas a saber si me quedan fuerzas o no”…  

                                                  Se fue riendo y con una alegría que no podía disimular…  Su cuerpo, su mirada y sus modos cambiaban a un ritmo inusual…  Luego de darme un regio baño, me vestí y fui a desayunar, en la cocina estaba Soledad esperándome…  Vestía unos pantalones de jeans elastizados de tiro corto que resaltaban el culito duro que, evidentemente le gustaba lucir, la remera ajustada que dejaba al aire su ombligo y su cintura hacía notar las tetitas duras…  Los lentes como siempre en su bello rostro parecían agrandar sus ojos claros pero había cambiado su peinado.  Ahora lucía todo su cabello suelto y caía como cascada dejando su cara como enmarcada y así me gustaba más…

  • “Buen día Sol, te ves resplandeciente, me encanta como te queda el cabello de ese modo…  ¿Cómo te fue con el Contador?...
  • “Buen día Guillermo, gracias por el halago”… Le gustó que lo notara…  “Me fue bien, es muy agradable y sabe explicar muy bien lo que quiere, ya me dio las planillas para llenar con los datos del personal y las que tengo que usar para las facturas y los detalles de los gastos y/o ingresos”…
  • “Perfecto, ya hay Internet en la casa pero ya sabés que celulares y Redes Sociales poco y nada, lo mínimo indispensable…  Hacete un lugar en mi escritorio y usá mi computadora, luego veremos de comprar otro escritorio y una máquina e impresora para vos, vas a tener que hacer una lista de los útiles que necesitarás, tratá que no falte nada, resmas de papel, biblioratos, carpetas, hojas oficio, lapiceras, sobres, en fin, vos sabrás, luego me la mostrás y mandamos a comprar todo al pueblo o comprás vos que conocés dónde y lo traes mañana aunque tengas que venir más tarde…  ¿Cómo viniste hoy?”…
  • “Me trajo un primo”…
  • “Vamos a tener que ver eso porque hay gente que tiene que venir todos los días, no hay transporte público y no puede caminar 15 kilómetros para venir a trabajar”…
  • “Conozco a alguien en el pueblo que tiene una combi con asientos para 14 personas y suele hacer viajes llevando gente a la ciudad, en una de esas nos puede traer todas las mañanas a todos”…
  • “Me interesa, avisale, que me venga a ver para ponernos de acuerdo en el precio…  Cuando te aburras salí a caminar y a tomar sol, aunque el escritorio tenga un hermoso ventanal con vista a la pileta y el parque, es mejor estar afuera, luego me tenés que llenar los datos del personal que te voy a mandar”… 

                                                  La dejé y me fui a hablar con el Arquitecto que estaba llegando…  Había algo que todavía no había tenido en cuenta y era mejor solucionarlo rápido porque con una lluvia fuerte, se nos complicaría la cosa, para llegar o para salir…  Desde la ruta provincial hasta la puerta de la Estancia había unos 700 metros por una calle de tierra, bastante aplanado pero, en caso de lluvias se formarían huellas o sería muy resbaloso para transitar, había que hacer un entoscado bien apisonado o un asfalto mejorado y yo no pensaba pedírselo al Intendente, habría que hacerlo por las mías y seguramente el Arquitecto sabría asesorarme al respecto… 

                                                  Le expuse el problema y efectivamente podía contactar a una empresa que se dedicaba a asfaltar, estos trabajaban con un mejorado de secado y tránsito rápido que podría aguantar sin problemas el paso de camiones, como extra hacían un acordonado de concreto que no sobrepasaba la línea del mejorado en altura pero aseguraba que no se rompiera o desmoronara en los bordes…  Desde mi teléfono nos comunicamos con la empresa y conversé con el Gerente de la misma…

  • “Buenos días señor, mi interés es realizar ese mejorado con cordones de concreto en aproximadamente 800 metros empalmándolo desde la ruta provincial y además veríamos de encarpetar los 400 metros que existen desde la tranquera hasta la casa principal”…
  • “No habría ningún problema señor, podríamos hablar mañana a la mañana del precio, yo pasaría por ahí y nosotros nos encargamos de pedir el permiso municipal”…
  • “Venga, lo espero pero, olvídese del permiso municipal, usted respeta las líneas y las medidas de la calle y yo le pago el contrato por su trabajo, lo que diga la Municipalidad no me importa, no creo que nadie se meta en lo que yo haga…  Lo espero en la mañana, anote la dirección y como llegar”… 

                                                  El Arquitecto me miraba intrigado y con ganas de preguntar algo…  Cerré la comunicación telefónica y lo miré sonriendo y como esperando que preguntara, no me decía nada, entonces pregunté yo…

  • “Dele, desembuche, pregunte, que me parece que hay dudas dando vueltas”…
  • “Esta mañana temprano, antes de venir para acá, fui a la Municipalidad a hacer autorizar los planos del chalet de la Doctora y los de los otros para los Puesteros…  No me pusieron el más mínimo “pero” y me firmó el propio Secretario de Obras autorizando todo…  Esto me extrañó porque nunca lo hace él y uno de los empleados me dijo que había órdenes provinciales para no poner ningún tipo de trabas a lo que se hiciera en la Estancia “Tranquilidad”, según me dijo, “el dueño pesa muy fuerte” y parece que es cierto”.
  • “Por esta sola vez le voy a explicar, tengo por norma no tratar de imponerme a nadie diciendo que “soy amigo de…”, me repugna eso pero, los amigos los tengo y los mantengo desde hace tiempo…  Quise mejorar la Sala de Primeros Auxilios y el idiota del Intendente me puso trabas para tratar de sacarme una “coima”, no le di pelota refregándole en la cara que era un idiota y mal Político, cuando sus asesores lo hicieron dar cuenta del error quiso pedir disculpas con una reunión y saqué “cagando” al mensajero, entonces no tuvo mejor idea que mandarme a intimidar y amenazar con el Jefe del Destacamento Policial y le salió el tiro por la culata”…
  • “Se debe haber puesto brava la cosa”…
  • “No, para nada, mientras me amenazaba y decía que no le daría pelota a ninguno de mis Abogados o amigos, yo tenía una comunicación con un amigo personal para preguntarle que hacía al respecto…  Mi amigo pidió hablar con él y se le presentó con el cargo que tiene, es el Ministro de Seguridad de la Provincia y le ordenó presentarse hoy a las 07.00 en el Ministerio para su traslado inmediato, además dijo que iba a hablar con la Gobernadora para hacer una Auditoría en la Municipalidad, así que la cosa se puso brava pero para ellos…  Yo trato de no joder a nadie pero no me gusta que me jodan, a mis amigos tampoco”… ¿Me entiende por qué no me importa lo del permiso por el asfalto?”…
  • “Perfectamente…  Hay que llevarse bien con usted”…
  • “No actúe como tonto hombre, mis amigos hoy están y mañana no, yo no actúo por ellos, para mí el tema es más simple, yo cumplo mis compromisos, en tanto y en cuanto cumplan conmigo, sino “borrón y a otra cosa”…  ¿Qué le parece si hablamos con la Doctora por las reformas?...  Asintió y nos fuimos a ver a Carolina…

                                                  La encontramos en la cocina “chusmeando” en voz baja con Ana María, las miré con algo de seriedad a las dos y saltó Ana María diciendo que estaban hablando de ropa que se quería comprar y Carolina la asesoraba, “bien”, fue lo único que contesté y me dirigí a Carolina para decirle que hablara con el Arquitecto por las modificaciones que quería en el interior de la casa y que viera el tema de la instalación eléctrica reforzada que necesitaría por las maquinarias…  Se fueron para la construcción y yo la miré a Ana María…

  • “Estábamos hablando de cosas de mujeres, vine para acá a arreglarte la habitación y Marta está limpiando el salón comedor, ya hizo la habitación de Carolina”…
  • “Yo no te pregunté nada, vos sabrás lo que hay que hacer y quedate tranquila, no me disgusta que hablen entre ustedes y ya me imagino el tenor de sus “conversaciones de mujeres””…

                                                  Decir que sólo se puso roja sería injusto pero reaccionó rápido cambiando la conversación…

  • “Antes que me olvide, llamó Fernando, viene para acá, está en viaje junto al camión que trae el toro y cuatro vacas que compró…  llega cerca de la una de la tarde…  Parece que los veterinarios vienen el viernes a la mañana”…
  • “Listo, después charlo con él…  ¿Qué comemos hoy, de comida digo porque el postre que me comería ahora no va a poder ser”…  Le dije esto mirando su entrepierna…
  • “Hay pollo al horno y ya me estoy yendo porque estoy sofocada -pasó a mi lado y en voz baja me dijo- y mojada”…  

                                                  Me encantaba hacer que me deseara y, para variar, a “mi amigo” también…  Me fui al escritorio para hablar con Sol…  Estaba pasando a la compu la lista de lo que quería comprar…

 

  • “Sol, vas a tener que llenar las planillas con los datos de Marta y los del señor que está trabajando en el camino interno detrás de la casa…  Avisale a Marta que está limpiando el comedor grande y andá a buscar a este señor que quiero hablar con él”…
  • “Bueno Guillermo, después vemos la lista”… 

                                                  Se fue rauda a hablar con Marta y luego salió por la puerta trasera para ir a buscar al otro trabajador…  Me senté en un sillón del comedor chico y salió Gonzalo, bien vestido y con trazas de haberse dado un regio baño…

  • “¿Qué hacés nene, dormiste bien?”...
  • Si, viejo, de diez, no escuché ni a los pájaros…  Me acaba de llamar Lucas, estaba yendo con el Oficial de Justicia y la resolución del Juez para llevarse a la nena, me dijo que el negocio sigue cerrado y que ni la madre de la nena ni los abuelos dan señales de vida, además me dijo que, si la nena está bien y accede, esta tarde misma se viene a pasar una semana con nosotros, que no le importa que falte a clases de pintura y a baile”…
  • “Está bien fijate que habitaciones le damos o que la nena elija dónde y avisale a Ana María que prepare la ropa de cama… 

                                                  Se fue a avisarle y yo me quedé pensando en que los temas que se iban presentando se resolvían satisfactoriamente, todo se iba estabilizando…  Volvió Gonzalo diciendo que Ana María ya estaba avisada, que le encantó que viniera la nena y aprovechó para preguntarme por la “pendeja” que había visto pasar por el fondo…

  • “¿Quién es esa “minita” pa?, está para casarse”…
  • “Ni para casarse ni para hacer pelotudeces, es la empleada administrativa de la Estancia y me responde sólo a mi…  Te digo lo mismo que le dije a ella, “de la tranquera para afuera, lo que se les ocurra, aquí adentro a portarse como Duques y Duquesas”, sabés que no “transo” con las pelotudeces”…
  • “Tranquilo viejo, sólo preguntaba, después me presento solo”…

                                                  Le pedí que me cebara unos mates y apareció Sol con el empleado…  Gonzalo se presentó y ella contestó con una sonrisa, “encantada” le dijo y se fue a hacerle los papeles a Marta…  Quedé con el hombre y antes que Gonzalo se fuera le dije que tenía que llevar a la señora que estaba con Sol al pueblo y retirar los uniformes de las empleadas, que ya veíamos si lo hacían apenas después de almorzar…  Me dirigí al trabajador…

  • “Bueno amigo, Sergio era su nombre, ¿no?, -asintió- cuénteme, ¿cómo se siente trabajando aquí”…
  • “Muy bien, no hay nada de qué quejarme, me dicen que hay que hacer y trato de hacerlo lo mejor que puedo y nadie me molesta, mejor imposible”…
  • “Me alegro que lo entienda así, hay mucho para hacer aquí, ¿qué le parecería quedar como empleado fijo, con sueldo, obra social, salario familiar, atención médica para usted y su familia, remedios, vacaciones y aportes jubilatorios?...  De ser afirmativo las órdenes las recibiría de mí o de Fernando, el Encargado, de no estar ninguno de los dos, de la señora Ana María o mi hijo, ningún otro tiene injerencia a menos que yo lo diga…  El sueldo en mano sería igual a lo que cobra por día multiplicado por treinta…  Sin sindicalismo, sin “agachadas” ni “tirarse a chanta”, usted decide, si cumple, le cumplo, si no cumple lo despido”…
  • “Sería bueno y es mucho más que lo que se le ofrece a cualquier jornalero, decididamente, me quedo y no se preocupe que pienso rendirle mucho más de lo que pide, vine a trabajar no a traer problemas”…
  • “Perfecto, no bien salga la señora Marta, Sol le va a decir los que necesita y seguro le pedirá los datos de sus hijos para el salario familiar…  Cuando termine de emparejar todo el camino habrá que pasar el tractor chico para dejar el pasto al ras y luego hay que alambrar antes de plantar los robles, todavía hay que encargarlos…  ¿Cómo anda para la jardinería?”
  • “Bien, a eso me he dedicado siempre”…
  • “Perfecto, luego hablamos de eso”… 

                                                  Ya tenía al Jardinero, él se quedó esperando a Sol y yo fui a ver qué hacían Carolina y el Arquitecto…  Los encontré de amena y amable charla y seguramente el Arquitecto estaría tratando de invitarla a salir, no era para menos era una mujer encantadora de todos lados, físico, cara, modos, trato, todo se prestaba para tirarse cabeza en busca de esa conquista…  Lo que el muchacho no sabía es que yo había “marcado el territorio”, además tenía pautas claras respecto a los arrumacos y pelotudeces dentro de la Estancia…

 

  • “¿Terminaron ya con todas las modificaciones?... 

                                                  Mi cara era de piedra y mi mirada gélida, ni la miré, me dirigí a él…

  • ¿Usted terminó con lo que tenía que hacer? porque si terminó ya no lo necesito dando vueltas por aquí, en todo caso pregúntele a la Doctora cuando tiene el día franco y hable con ella como se le dé la gana, me extraña que no le haya dicho cuales son las pautas que yo fijé dentro de la Estancia”…
  • “Si, no, si, me dijo que a usted no le gustan este tipo de conversaciones apartadas pero pensé…”…
  • “Mi contrato con usted es para que piense en cómo construir rápido esas casas, no me interesan otras cosas que piense…  Si no le gusta, está todo bien, me avisa y me busco otro Arquitecto”… 

                                                  No se me movía ni un pelo y Carolina no sabía dónde meterse…

  • “Si ya terminaron con sus charlas extra profesionales, le voy a pedir a la Doctora que me diga dónde va a colocar las cajas de los equipos porque está por llegar el camión y necesito hacer que los descargue en algún lugar”…
  • “No, si, está bien, nos vemos mañana”… 

                                                  Salió poco menos que volando y no era que me molestara que el muchacho quisiera conquistarla, sabía que pasaría un tiempo para que volviera a sentir algo por otro hombre, el asunto era algo así como para demostrar quién mandaba en el lugar…  Carolina caminó conmigo hacia la casa y no podía disimular su nerviosismo, yo saludé desde lejos a los muchachos de la antena parabólica que ya se iban después de terminar de colocar la nueva y ni la miraba…

  • “Guille, no lo tomés a mal, ya sabés lo que yo pienso y quién es el único que me “mueve el piso””…
  • “Parece que en esta casa hay alguien que se empeña en no entender lo que yo digo…  Me hacés el favor de decirme dónde vamos a poner las cajas”…
  • “Guille, no seas así, sabés muy bien que yo soy sólo tuya aún cuando nunca lo pediste”…
  • “Las cajas Carolina, las cajas, es lo único que ahora me interesa, no quiero volver a hablar del otro tema”…

                                                  Seguía serio y me daba cuenta que lo que tenía que no eran simples celos, era un muy arraigado sentido de la pertenencia, además, de seguro, se sentiría mal y lo comentaría con Ana María y no estaba mal que supiera de mi reacción…  Por un rato ya no le daría pelota a Carolina…  Ya casi era la hora del almuerzo y la llamé a Ana María, la cual también notó que estaba con el gesto adusto…

  • “Ana, veo que el personal está cocinando otra vez en la parrillita y el hombre que está trabajando solo come un emparedado que debe haber traído de la casa, ¿alguien les informó que hay una cocina casi completa en uno de los galpones por si quieren cocinar algo allí y/o que prefiero que coman todos juntos y que no hagan “rancho aparte” entre ellos?”…
  • “No sé Guillermo, no tengo idea, yo no les dije nada”…  

                                                  Puso cara como diciendo otra “cagada” de Fernando como la de los tanques de combustible…

  • “Bueno, habrá que avisarles para mañana y también que no quiero nada de alcohol, otra cosa, le decís a Marta que me lleve la comida al escritorio, no voy a comer con ustedes”… 

                                                  Me miró incrédula pero ante la cara seria que yo tenía, se cuidó de preguntar nada…  Cuando pasé por la cocina en la mesa estaban, Gonzalo, Soledad, Marta y Carolina, detrás de mí entró Ana María, “buen provecho” dije para todos y me fui al escritorio…  A los dos minutos entró Gonzalo preguntando qué pasaba y, guiñándole un ojo, le grité para que todos escucharan…  Él me entendió enseguida…

  • “GONZALO, ANTES DE ENTRAR EN EL ESCRITORIO Y/O EN MI HABITACIÓN GOLPEAS LA PUERTA Y ESPERÁS QUE TE DÉ PERMISO, ¿QUEDA CLARO?”…
  • “Si papá, queda claro, disculpame”…  Luego se acercó y me preguntó en voz baja que me pasaba…
  • “Nada, no me pasa nada, tengo que tratar de hablar por teléfono con mi mujer y no les voy a estar explicando a todos y el grito es para que todos sepan cómo actuar, así no se lo explico a uno por uno, cuando salgas deciles que estoy furioso por algo pero no te quise decir nada, que me conocés y en estos casos es mejor no llevarme la contraria…  En realidad, no sé si te das cuenta, es un quilombo atrás del otro para que quede todo ordenado y las pelotudeces me sacan de las casillas…  Ahora hablo con Estela y espero que esté todo bien”…

                                                  Se escucharon un par de golpes en la puerta y era Marta con la comida, aproveché y le hablé a mi hijo para que ella escuchara…

  • “Anda hijo anda, es que a veces me toman de pelotudo y sabés que no me gusta repetir las cosas”, se fue levantando el pulgar de su mano sin que Marta lo viese…  La señora me sirvió la comida y cuando se iba, la llamé y le dije…
  • “Marta, decile a Ana María que yo te mandé con Gonzalo al pueblo para que vayas a ese bendito Salón de Belleza y que le dé la dirección a él para retirar los uniformes, acompañalo para que te dé los tuyos y que Sol se vaya con ustedes, que compre todo para mañana, sin olvidarse del de la combi”…
  • “Si Guillermo”… contestó y salió presurosa…  Yo me puse a comer tranquilo sin darle bola a nadie…

                                                  Lo de Gonzalo y lo que pudo haber dicho en la mesa dio resultado, en la casa no se escuchaba ni un ruido…  Una hora después de almorzar llegó Fernando, el camión de la hacienda, el camión de la empresa de material médico y una camioneta del laboratorio con medicamentos, le dije a Fernando que se ocupara él de descargar la hacienda y mandara a los animales donde correspondiere y a Carolina que fuera descargando y controlando la mercadería que traían con la lista que ella tenía, si algo no era igual a lo que había pedido que lo devolviera, que esa era su responsabilidad, yo había pedido lo mejor…  Si estaba todo bien, que les firmara el conforme…  No dijo ni pio, el sentimiento de culpa la estaba carcomiendo… 

                                                  Fernando quería contarme de su viaje y los trámites, lo corté de plano, le dije que ahora no podía, que más tarde lo llamaba para conversar tranquilo, que no creía que se fuera a olvidar algo si me lo contaba ahora o más tarde…  Ana María estaba pálida y urgida de contarle al marido que yo no tenía uno de los mejores días y seguramente, que sus “olvidos” no habían ayudado…  Yo me fui a dormir la siesta, necesitaba esa tranquilidad…

                                                   Me desperté como a las tres horas y me sentía renovado pero mi “puntito” de maldad floreció y la pensaba seguir un rato más con Carolina…  No quería llamarla a la habitación para hablar, la solución me la dio Gonzalo que vino a despertarme para decirme como le había ido en el pueblo, él la llamaría…  Estaba desnudo debajo de las sábanas y cuando entró me sintió toser de forma constante, el acto me lo tenía bien aprendido y me puse rojo moviendo las manos y tratando de hablar sin poder decir nada…  Gonzalo se asustó y me golpeaba la espalda para que dejara de toser, “Caro, Caro” fue lo único que salió de mi boca y salió corriendo a buscarla… 

                                                  A los dos minutos entró Carolina con el estetoscopio en una mano y una botellita portátil de oxigeno con mascarilla, de inmediato la colocó en mi cara y me hablaba tratando de darme calma y tranquilidad, a la vez que me pedía respirar pausado, aspirando por la nariz y exhalando por la boca, lo normal que se les pide a los pacientes y que en muchos casos es difícil de lograr porque la falta de oxigeno se convierte en miedo a morir sin aire…  Le pidió a Gonzalo que ventilara la habitación abriendo las ventanas y me hizo sentar derecho en la cama, mi desnudez fue más que evidente, me inyectó, seguramente con algún relajante o tranquilizante y no me importó, yo sabía que no me haría efecto…

                                                  Siguió hablando con calma, tratando de lograr que hiciera los ejercicios respiratorios, le pidió a Gonzalo que nos dejara solos, que cualquier cosa ella lo llamaría y cuando éste se fue, se acercó a la puerta y la cerró con traba, entornó las ventanas y corrió las cortinas para dejar la habitación en penumbras, después se volvió a acercar y acomodó las sábanas tocándome el miembro, no pudo disimular cuando se pasó la lengua por los labios…  Yo, a pesar de algunos conatos de tos, parecía normalizarme… 

                                                  Me tocó la cara acariciándome, hizo lo mismo con mi cuello, luego se calzó el estetoscopio y pidiéndome que respirara aspirando y exhalando me auscultó de los pulmones, yo hacía lo que decía intercalando toses cuando aspiraba…  Con una mano sostenía el aparato con la otra me acariciaba el cuello, luego de un rato me dijo que los pulmones se oían bien, que parecía más una reacción por stress o por enojo y que ella tenía su gran parte de culpa…  Viendo que yo había normalizado mi respiración y ya no tosía se sentó a mi lado en la cama y tomó mis manos…

  • “Disculpame Guille, en ningún momento quise faltarte el respeto, yo soy tuya, me siento tuya, ni se me cruza por la cabeza joderte con algo o con alguien, debí “cortar” a ese estúpido de entrada pero me pareció descortés y el tipo lo tomó como aceptación”…  -Yo solamente la miraba con seriedad-…  “Decime algo, me siento muy mal con esto”…
  • “Me desilusionaste bastante pero no es por lo que puedas hacer, es porque querés hacer lo que “se te canta” sin poner por delante lo que te debería interesar más y no hablo sólo de trabajo o de normas…  La inteligencia no sólo hay que tenerla, hay que demostrarla…  Cuando te dije que se iba a presentar un problema si estábamos íntimamente era precisamente por esto, llegados a este punto o estás conmigo o estás en contra y no me salgas con las pelotudeces feministas que lo único que logran es ganarse la soledad o asegurarse un título de casada, manteniendo a un tipo sin evaluar antes que al fulano le pudiera gustar más un culo masculino que el tuyo”…  

                                                  Estaba siendo cruel pero no me importaba y ella acusó el impacto porque sus ojos se le llenaron de lágrimas que le costaba mantener prisioneras…

  • “Yo no puedo ni quiero asegurarle la exclusividad a ninguna mujer pero al estar juntos tené por seguro que gozaré contigo y trataré que goces sintiéndote la mejor mujer y hembra del Mundo, aunque en este caso…”…
  • “¿En este caso qué, Guille?...  ¿No me vas a tener más en cuenta?, ¡no, por favor, no!”… 

                                                  Rompió a llorar sin poder contener más sus lágrimas…

 

  • “En este caso habría que atarte a la cama y dejarte el culo morado a chirlos para que sepas a quien te debés y quien manda?”… 

                                                  Se desnudó rapidísimo y se acostó al otro lado de la cama, quedó boca abajo y paró su hermoso culo que parecía un faro en las sombras de la habitación…

 

  • “Hacelo Guille, castigame, dame fuerte, dejalo morado, prometo que yo no me muevo…  Necesito sentir que sos mi macho, haceme sentir el rigor”… 

                                                  Caro asumía una faceta de sumisa, leve quizás pero sumisa al fin y no me desagradaba…

 

  • “No sólo te lo voy a dejar morado, te lo voy a romper y no quiero escuchar ni un grito y ni una queja, no sólo eso, vas a gozar y quedar destruida por los orgasmos”…
  • “Siiii, ¡por Dios!, siiii, hacelo ya”…  

                                                  Me daba cuenta que no sólo era desesperarse para ser cogidas cuando se los pedía, el panorama a mi favor era más completo, aceptaban lo que se me pudiera ocurrir pedir…  Por lo menos en el caso de Carolina, ya vería si con las otras mujeres pasaba igual…  No daba para más, me senté sobre sus piernas semi abiertas y le metí de golpe dos dedos en la vagina, rebalsaba de flujos y ella sólo gemía, trasladé mis dedos mojados a su ano tratando de penetrarlo y buscando algo de dilatación, costaba y costaría más con el glande pero algo dilató, luego, abriendo sus nalgas con mis manos vi esa roseta que palpitaba y no quise esperar más, puse bastante saliva y coloqué mi glande sobre su agujerito… 

                                                  Ella frunció el ojete por instinto y el cachetazo en su nalga sonó claro en la habitación…  Los “chirlos” comenzaron a repetirse mientras hacía fuerza para entrar, se escuchaban apagadas sus exclamaciones de dolor pero no gritaba, volví a salivar la zona y cuando el glande entró, ayudado por un golpe más fuerte, se movió sintiendo la penetración pero no me detuve hasta chocar mi pelvis con sus nalgas…  Ella mordía la almohada y seguramente lloraba pero aguantaba sin emitir ruidos más allá de gemidos de dolor…  Paré dos segundos y comencé a tomar un ritmo rápido de entradas y salidas…  Los músculos anales ya no se resistían y sus gemidos comenzaban a escucharse distintos…

  • “Quiero notar tus orgasmos, mi cielo, quiero sentir como me apretás la pija con tu culo”…
  • “Siiii, tomá mi macho, tomá”… 

                                                  Fue una verdadera sucesión de contracciones, apretones y gemidos de placer…  Una de mis manos pasó con dificultad hacía su vagina y mis dedos apretaron su clítoris, mientras con la otra mano me entretenía apretando uno de sus pezones como si tuviera pinzas…  Todo incrementó su placer y en medio de sus movimientos y convulsiones, entré hasta lo más profundo y llené sus tripas con mi leche…  Su cuerpo no pudo contraerse ni endurecerse más y un último orgasmo la dejó desmadejada y como ida…  Quedé tirado sobre ella sin salirme, apenas un movimiento de avance y retroceso leve que a medida en que se recuperaba comenzó a acompañar moviendo sus nalgas… 

                                                  Le besé la nuca, parte de su espalda y acaricié sus brazos y los flancos de sus tetas aplastadas…  Sentía como ronroneaba satisfecha…

  • “Así, mi cielo, tranquila, no te apures, despacio, me has hecho sentir el mejor hombre del Mundo”…
  • “No podría dejarte nunca, cada vez que me entrego a ti me hacés experimentar un placer distinto…  ¡Qué hembra, qué mujer que me siento!”…  

                                                  Comencé a salir despacio, el momento del sexo duro ya había pasado, ahora ameritaba expresar un poco de ternura y buen trato…  Me arrodillé a su lado y la besé desde la nuca hasta las pantorrillas notando como se electrizaba todo su cuerpo y disfrutaba de esas demostraciones de cariño…  Al rato, ya bastante recuperada y caminando con un poco de dificultad, fue a lavarse, arreglarse un poco la cara y peinarse, regresó más fresca para vestirse, abrió las ventanas, puso el aire acondicionado y vino a sentarse a mi lado…  Se quedó mirándome y plasmando en su mirada todo lo que sentía, se inclinó y me besó profundo…

 

  • “Estoy tan feliz que no entro en mi pero, eso sí, si alguna vez vuelvo a cometer una idiotez, me llevas al galpón y me das con la fusta, después me hacés mierda a pijazos y me terminás de elevar al Cielo con mimos…  ¡No sabés como te siento y te necesito!...  -Dudó con algo pero siguió-…  ¿Te puedo hacer una pregunta sin que te enojes?, si querés me la contestas, como vos quieras”…
  • “Dale hacela, yo decido”…
  • “¿Pasa algo con Ana María?, como mujer, aunque disimula, la veo muy entusiasmada con vos, me parece que está tan “caliente” como yo con el dueño de “Tranquilidad””…
  • “Que preguntas que hacés, ya sabés que no soy de hablar de determinadas cosas”…
  • “No importa, ya me respondiste porque no lo negaste y no me molesta para nada, es más, creo que no va a ser la única, yo estoy contenta y muy conforme con lo que me das…  jajaja…  El problema va a ser cuando nos pongamos de acuerdo y te exprimamos entre todas…  ¿Sabés que te quiero más que mucho?...
  • “Yo también mi vida, yo también y nos les tengo miedo”…
  • “Jajaja, que “loco” divino que sos”, quedate un rato más en la cama, yo voy a decir que te recuperaste bien, que ahora dormís y que no hay que traerte problemas”…  Me dio un beso, se fue contenta y yo aproveché para dormir un rato más…

                                                  Me levanté cerca de las ocho de la tarde-noche, me bañé y luego lo mandé a llamar a Fernando, no bien entró se lo notaba manso como un cordero, para mí era evidente que su mujer lo había puesto de “vuelta y media” por sus “olvidos” y por como yo lo había tomado…  Se había cortado el cabello en un corte clásico y no le quedaba mal, además tenía puesta una camisa nueva…

  • “Parece que ha vuelto renovado Fernando, ¿cómo fue con el viaje y los trámites?”…
  • “Muy bien, no hubo un solo problema, los veterinarios del SENASA vienen mañana temprano y ya les aparté la hacienda en distintos potreros…  Uno de los hombres que habían quedado no me sirve, es medio “remolón” y ya avisé para que mañana vengan otros cinco más, voy a tomar un total de diez para las distintas tareas…  Me dijo Sergio que lo ha tomado efectivo”…
  • “Si, lo tomé efectivo para realizar tareas que no tienen que ver con las del campo propiamente dichas, siempre habrá un trabajo cerca de la casa para encargarle y para ser el Jardinero…  Otra que no me quiero olvidar, el personal come todo junto en el galpón donde está la cocina, que se pongan de acuerdo entre ello sobre lo que van a comer y que se destine a uno, fijo o rotativo, para que cocine, deja las tareas una hora antes del mediodía y prepara para todos”…
  • “A ese respecto, yo quería decirle que se me pasó por alto de avisarles por el tema del viaje y…”…

                                                  Era evidente que Ana María había estado “tirándole de los huevos” por esto…

 

  • “Dejémoslo ahí, imagino que lo mismo pasó con el tema del combustible, sólo trate de no “olvidar” algo más”...  ¡Qué pasó con el toro y las vacas?”…
  • “Compré lo mejorcito que pude conseguir, salió un poco caro pero tienen pedigrí, cuatro años, el toro es manso y está en muy buena forma, las vacas también son buenas, tienen tres años, buenas ubres y estampa, ya están para ser servidas…  La hacienda para vender está toda marcada y el sábado mismo las pueden venir a buscar…  Además tengo unas facturas por los gastos generales que darle”…
  • “Por la hacienda, hable por teléfono y que vengan a buscarla, hay que ver también de comprar unas 50 vacas más…  Con los papeles, las facturas y el sobrante o no del dinero hable y entiéndase directamente con Sol, a mi no me dé nada, ella después me rinde cuentas…  Vaya previendo que en uno o dos meses vamos a necesitar cuatro puesteros que sepan del tema para que ocupen las casas que el lunes empiezan a construir en los límites y hay que hacer potreros nuevos en las cercanías”…
  • “¿Quiere gente casada, con hijos, sin hijos?, es para saber lo que vamos buscando”…
  • “Casadas, puede ser, con hijos es más difícil, es muy lejos para la escuela y joden pero eso “manéjelo” como crea conveniente, yo lo único que pretendo es CERO problemas, buen trato recíproco, sin extraños en la casa, salvo visitas de familiares, sin despelotes familiares, sin peleas matrimoniales, sin alcohol desmedido y con ganas de rendir, usted ya sabe lo que quiero, si cumplen se quedan, sino, a la calle”…
  • “Mañana mismo me pongo a sondear el tema”…
  • “Algo más, hay que llamar un herrador para desvasar y herrar a todos los caballos y hay que usarlos, unos a la mañana y otros a la tarde  porque se han olvidado del freno y el recado, me tiene que apartar los tres más mansos para montarlos nosotros, esos póngalos en un potrero chico…
  • También hay que llamar a un vivero porque tengo que comprar cítricos, los robles y otras plantas de adorno, yo no conozco a ninguno de la zona y no me quiero olvidar de los postes parejos para alambrar la zona de robles…  Anote todo para ir haciéndolo de a poco pero, más vale estar prevenido…  Creo que nada más…  ¡Ahh!, avísele a su esposa que antes de cenar tiene que arreglar mi habitación, es la única autorizada para entrar en ella, merece toda mi confianza”… (Y un “pistolazo” de vez en cuando pero eso no se lo diría.)
  • “Bueno, hasta luego Guillermo”…  Se fue orgulloso de que su mujer fuera tan bien considerada…

                                                     Al rato cayó Ana María para ir a arreglar la habitación, vestía una pollera tableada por encima de las rodilla y una camisa nueva, seguro era un regalo de su marido, de pasada le pidió a Carolina que, por favor, fuera poniendo la mesa y se dirigió a mi cuarto, unos instantes después me llamó para consultarme algo…  Entré en mi cuarto, ya había sacado las sábanas y desde el otro lado de la cama me hizo señas para que trabara la puerta, luego dio la vuelta y me abrazó comiéndome la boca con un beso cargado de ganas y urgencias…  Terminó el beso, se giró y agachándose, levantó su pollera y me mostró su maravilloso culo totalmente desnudo…  “Mi amigo” reaccionó al instante y me pidió que se lo metiera…

  • “No podemos, no tenemos tiempo, vení, tirate en la cama que mientras me la chupás, “juego” un rato con mis dedos”… 

                                                  No terminé de decirlo y se acostó poniéndose de costado, yo me arrodillé a su lado y la dejé que chupara atorándose con gusto…  Dos dedos en su vagina, alternándose en su culo complaciente y el pulgar sobre el clítoris hicieron el resto…  Yo quería terminar rápido y ella no pudo aguantar demasiado, cuando le llené la boca de leche explotó en un orgasmo que no pudo gritar al estar ocupada en tragar…  Se levantó rápido, bajó su pollera, se acomodó la camisa y se arregló el cabello, a mí no me costó tanto arreglo, lo guardé y subí el cierre de la bragueta…  Ella se puso a arreglar la cama y me miró…

 

  • “No me pude aguantar, me recalenté con la mancha de la sábana en el lado que no es el tuyo y ese olor a hembra es inconfundible, ¡Hoy cogiste con Carolina cuando te vino a atender!, es más, la noche que volvió también porque había un “aroma” aquí en la mañana que no te cuento”…
  • “¿Y?...
  • “No, nada, no hay problemas, lo que pasa que me pongo a pensar cosas que antes no pensaba, bueno, no importa, andá saliendo y decime algo desde la puerta”… 

                                                  Eso fue lo que hice, grité fuerte como dirigiéndome a ella…

 

  • “Está bien Ana María, si no querés poner las sábanas oscuras, poné las de color beige

-llegando a la cocina terminé la oración-, en definitiva terminás haciendo lo que querés”, luego fui al baño a lavarme las manos… 

                                                  Al poco rato apareció Ana María, llevando las sábanas que había cambiado…

  • “Te di el gusto Guillermo, puse las oscuras”…  Pasó primero por el lavadero y fue a servir la comida…  Lo de “pensar cosas que antes no pensaba” me quedó sonando…

                                                  Durante la cena Fernando me comentó que ya había hablado por teléfono con la gente de la hacienda y que pasarían el sábado a eso de las 10 de la mañana, además le había dicho que las vacas para comprar había que buscarlas entre tres o cuatro vendedores pero desde mañana se ponían a eso…  Me dijo que había hablado a la casa del dueño del vivero que era un conocido y éste estaría mañana por aquí para ver que necesitaba, al herrador no lo pudo encontrar en la casa pero dejó dicho que se comunicara a la brevedad, seguramente lo llamaría más tarde porque tenía por costumbre ir un rato al bar a tomar un vino y jugar unas partidas de Truco… 

                                                  En la mañana empezaría un día de lo más movido y pensé en ese momento que tendría que decirle a Sol que me confeccionara una agenda porque se mezclaban los horarios de la gente que tenía que atender…  No bien terminamos de comer, le dije a Gonzalo que tomara papel y lápiz y anotara lo que le iba diciendo, fue a buscarlo y se sentó de nuevo esperando que le dijera que escribir…  Fernando desistió del café y se fue para su casa, lo saludé y las dos mujeres se levantaron a la vez, una para hacer el café y otra para levantar la mesa y hubo dos cosas que me intrigaron…  Una las miradas que se echaban y otra las sonrisas que se intercambiaban, las dos cosas teñidas de una complicidad que sólo yo notaba… 

                                                  Le dije a Gonzalo que anotara y le di toda una serie de datos…

  •  “Espero no olvidar nada Gonzalo, si recordás algo más anotalo, posiblemente algunas cosas vas a tener que hacer vos”…
  • “Listo pa, yo me fijo bien y si necesitás algo, sólo decímelo”… 

                                                  No le di más “bola” estaba pendiente de los “cuchicheos” que llevaban a cabo las dos mujeres, a todas luces “compinches” o “cómplices”… Tomé el café, saludé y me fui a navegar un rato por Internet antes de acostarme…

Continuará.

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Gracias.

GUILLEOS 1

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