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El pacto. (7)

en Grandes Relatos

CAPÍTULO 07.

NO ERA TAN FÁCIL.

 

                                                  Cuando regresamos a la estancia, previo aviso telefónico a mi amigo poniéndolo al tanto de la compra y de que llevábamos la comida y unos vinos para festejar, nos dimos cuenta que ya habían guardado el ganado en los corrales apartando a los terneros y a los caballos… 

                                                  Nos recibieron con las correspondientes felicitaciones y ambos integrantes de la pareja se presentaron con sus nombres y apellidos y otros datos personales…  Se llamaban Fernando y Ana María, de 39 y 33 años, sin hijos, ambos criados en el campo, hacía ocho años que estaban casados y no bien lo hicieron tomaron este trabajo mudándose desde un pueblo del interior de la Provincia de La Pampa, no había nada que enseñarles respecto al trabajo que realizaban… 

                                                  Tenían un sólo franco semanal en día de semana, que nunca se tomaban porque no tenían ni conocidos ni movilidad…  Aparte de la comida y la bebida para la cena, había llevado algunas masas secas para acompañar el mate en la charla y la mujer se dedicó de buen grado a atendernos…  Mi amigo sacó un papel con una lista de las necesidades más urgentes, la miré muy por encima y le dije a ellos que el lunes nos dedicaríamos a desmenuzarla pero que ahora me interesaba el tema de los sueldos y el personal que se necesitaría…

                                                  Respecto a los sueldos, le comuniqué a la pareja que el lunes o martes a más tardar, acorde a la liquidación que me haría llegar el Abogado, le abonaría los sueldos atrasados, además les hice saber que les aumentaría el sueldo un 150% a ambos y los equipararía pues hasta ahora cobraban distinto importes, aunque detallé ciertas condiciones…

  • “Usted dirá patrón”, me contestó Fernando y yo lo miré serio…
  • “La primera condición es que mi nombre es Guillermo, el de mi hijo Gonzalo y mi amigo aquí presente es Miguel, nos dirigiremos entre nosotros por nuestros nombres, ni patrón, ni señor, del mismo modo yo me dirigiré a ustedes, Fernando o Ana María…  El tuteo no quita el respeto, la buena educación ni el lugar que ocupa cada uno… 
  • La segunda condición es la siguiente: Fernando, a partir de ahora, realizará un trabajo de Encargado General supervisando a todo el personal que contratemos, esta supervisión y control implica trasladarles lo que tienen que hacer y controlar que lo hagan…  Quiero un buen trato con el personal pero marcando las distancias, uno es jefe, el otro subalterno, asimismo nadie podrá discutirle al Encargado sus conocimientos en la tarea que pida aunque, lo de “discutir” es sólo un decir, hay que cambiar impresiones sin imponerse con gritos, el que quiera gritar que lo haga en la calle”…
  • “Se hará como usted diga pat… Guillermo”… 

                                                  Nos reímos todos, era seguro que le iba a costar cambiar tan rápido…

 

  • “Otra cosa más Fernando, no suelo dar segundas oportunidades, si el personal no responde en tiempo y forma a lo que se le pide, no me sirve, lo mismo es para el Encargado General, ¿queda claro esto?, no me gusta perder tiempo con vueltas”...
  • “Sí, queda perfectamente claro”…
  • “Al Encargado le deposito mi confianza y posiblemente le pida, alguna vez, uno que otro trabajo que yo crea que él sólo puede hacer… pero eso lo veremos más adelante y tranquilo que no será nada ilegal”…  Otra cosa más, lo que opiné Miguel, mientras esté en esta casa, es como si lo dijera yo, él sabe perfectamente de todo lo que habla al respecto de esta actividad”…

                                                  Esta acotación me pareció conveniente porque veía que mi amigo se auto marginaba de la conversación y yo lo necesitaba con todas las “pilas puestas” en esto nuevo que iniciaba…  Miguel acusó el impacto y los ojos le brillaron de satisfacción… 

                                                  Quedaba Ana María que estaba expectante para ver cuál era su nuevo rol…

  • “Ahora le toca a Ana María que está que se sale de la vaina por escuchar lo que tengo pensado”…  La miré y me percaté que su cabellera de color azabache natural enmarcaba un rostro bello en que destacaban un par de ojos claros que daba gusto mirar…
  • “Sí Guillermo, estoy a su disposición”…
  • “Ana María se va a encargar exclusivamente de la casa pero, no la quiero limpiando o haciendo las camas o poniendo la mesa o haciendo de comer… Su trabajo va a ser también el de control de los quehaceres del personal que contrataremos, en otros lados se conoce este trabajo con el título de “Ama de Llaves”, aquí es Encargada…  Estoy seguro que en este rubro, la cosa va a ser más complicada porque serán mujeres y no se ataje de entrada señora pero son más difíciles para tratar”… 

                                                  No le quedó más remedio que sonreírse…

 

  • “Los hombres nos complican las cosas”… -dijo, bajando la cabeza-…
  • “Es discutible pero, vamos a lo nuestro”…  Hay que contratar a una cocinera con ayudante, a una o dos que se encarguen de la limpieza de la casa y una más que vos consideres necesaria para algún otro trabajo”…
  • “¿Cuántos serían los que van a comer?, porque yo puedo ocuparme de cocinar, lo hago bastante bien”…
  • “No lo dudo y más de una vez te voy a pedir que nos cocines algo, de hecho hasta que se decida que mujeres quedan, nos vas a cocinar vos pero luego, no te quiero ver con un tenedor, salvo para llevarte comida a la boca…
  • “Comprendo”… 

                                                  Lo dijo como pensando que le quitaban una de sus formas de expresión que era la cocina pero, no dijo nada y se quedó mirando y esperando por lo que seguía…

 

  • “Bien, ahora lo más difícil, la presencia y forma de ser de las mujeres a contratar…  No quiero ni histéricas ni mañosas, ni envidiosas, todas de buenos físicos y rostro y no deben exceder los 30 años, bien educadas, solteras, divorciadas o viudas, eventualmente sin hijos pero, si alguna tuviera un hijo chico, no importa el sexo, lo puede traer…  Eso lo decidís vos, eso sí, si me traen problemas por mala educación o mal comportamiento, se van madre e hijo…  Sin celular, salvo en horas de descanso, odio la dependencia al celular, no quiero pelotudeces de noviazgos o arrumacos con los trabajadores y además, en la casa sólo entran los hombres que yo permita…  En su día franco, “cada cual de su culo un pito”, adentro de la propiedad, seriedad total en este aspecto”…
  • “Eso no va a ser fácil porque las mujeres hoy en día son muy jodidas y quieren opinar y tener injerencia en todo”…-dijo Ana María, bajando los ojos como avergonzada-…
  • “Eso es muy respetable pero que se busquen otro trabajo en otro lado…  De última, si ninguna de las de por aquí te conforma vamos a buscarlas al interior o me busco cinco extranjeras del exterior aunque tenga que pelear con el idioma…  Tendrán un par de habitaciones con baño privado para que vivan aquí o en la casa de huéspedes, ya veremos, comeremos todos juntos y el buen trato entre todos es primordial”…

                                                  Mientras yo hablaba con la pareja Miguel y mi hijo ya habían hecho el fuego y colocaban la carne y unos cuantos chorizos en la parrilla, amén de pedirle a Fernando que ya había puesto las botellas al frio…

  • “En la casa habrá una médica para tratar un problema de salud que tengo y, de paso, atenderá gratuitamente cualquier emergencia que se presente con el personal y para eso se acondicionará una habitación para usarla como consultorio, asimismo, hay que contratar un servicio de ambulancia por si hay que hacer algún traslado de urgencia…  Esto junto a otras cosas, se las voy a pedir al Abogado o al Escribano que están en contacto con más gente que ustedes…  Otra cosa más Ana María, el sueldo de las mujeres será el mismo que el que estabas cobrando hasta ahora, quizás un poco más y con todos los beneficios y cargas sociales, es decir, un sueldo “en blanco””… 

                                                  Era un muy buen sueldo, más del doble de lo que podrían ganar en cualquier otro trabajo similar…

 

  • “¿Nosotros dos también?...  -preguntó Fernando-…
  • “Por supuesto pero, con un contrato de prescindencia, por si no cumplen sus labores acorde a lo solicitado, el personal del campo es distinto porque su trabajo no será fijo sino diario pero, si es necesario que su trabajo sea fijo, se “blanquearán” sus sueldos…  Otra, no quiero gremialismo, ni cualquier otra tontería para “rascarse”, si trabajan les pago bien, si no cumplen o “remolonean” o “van a menos”, no los quiero”…
  • “¡Genial!...  Nunca nos pasó una cosa así”…
  • “Mirá Fernando, para que lo tengas claro, no necesito “explotar” a otros para ganar un Peso más, la plata ya la tengo y un Peso más o menos no me cambia la vida, trato de ser justo pero soy muy exigente y “no como vidrios” ni me gusta que nadie me tome de boludo, eso me saca de las casillas”…
  • “Para más claro, hay que echarle agua y por nosotros quédese tranquilo porque no le vamos a fallar”…

                                                  La habilidad y celeridad del hombre de campo para hacer un fuego rápido, distribuir las brasas y poner la parrilla con la carne encima para que el asado comience a cocinarse enamorando papilas gustativas y encabritando las tripas es un arte que no todos tienen…  Miguel lo estaba exponiendo y el hambre se hizo presente con todas sus ganas…  Comimos, brindamos y lo pasamos de “diez” tratando de no “mancillar” el momento con comentarios de trabajo…  Hay que estar allí, sentados debajo del alero de una casa, con árboles rodeándote, un par de lechuzas “saludándote”, pasto cerca, cuchillo con buen filo y sonidos de “conversaciones” de animales en el corral, para entenderlo… 

                                                  Después de un largo rato de sobremesa, Ana María se paró preguntando que habitación me preparaba, se lo dije y encaró para la casa grande a fin de tender la cama…  Les pedí a mi hijo y a Miguel que eligieran la habitación que querían y que se fijaran si estaba toda la ropa de cama, me despedí de Fernando y seguí a Ana María… 

                                                  Traspuso la puerta de entrada y se quedó del otro lado esperándome, yo estaba contento por el día pasado, bien comido y bebido sin exageraciones, me encontraba satisfecho, bueno, en realidad, satisfecho del todo no, un buen culo femenino no me vendría nada mal y ya se lo estaba mirando “con cariño” a la Encargada…  La miré bien y me di cuenta que, a pesar de su sencillez en la vestimenta, calzando zapatillas y la escasez de maquillaje, era una muy bonita mujer, ojos claros, aún cuando se cabello era renegrido, grandes, pícaros, rostro acorde, ni muy anguloso, ni redondo, nariz y orejas chicas y una boca de dientes parejos y labios llenos que invitaban al beso… 

                                                  Me pareció que se había ajustado la camisa calzándola bien adentro del pantalón y en su pecho se dejaban entrever un buen par de tetas que, de flácidas, no parecían tener nada, no muy grandes pero indudablemente altivas…  Me miró con coquetería y no dudé que tenía ganas de mimos, igual no quise arriesgar y le seguí el juego cuando me dijo:

  • “Vamos a la habitación Guillermo”… y se giró para caminar por delante moviendo el culo con gracia…
  • “Jajaja.   Más que llevarme para mostrarme parece que me estuvieras invitando”… 

                                                  Se frenó en seco y se dio vuelta toda colorada…

  • “Uyyy, no señor, que puede llegar a pensar, no, no, lo dije porque lo dije nomás, debe ser el vino”…
  • “¿Ya se te olvidó lo de “señor”?...  Quedate tranquila, aunque sos una mujer muy hermosa, sé que no lo dijiste con mala intención”…  Me acerqué a ella, le puse una mano en el hombro y caminé a la par, más que nada para no seguir mirando ese culo que me tentaba… 

                                                  Me miró, pensó unos instantes y se lanzó a hablar…

  • “¿Sabe una cosa Guillermo?...  Hace mucho tiempo que no me decían hermosa, los dos estamos solos acá y trabajamos mucho, terminamos cansadísimos y Fernando no es muy dado para alabar a una mujer”…
  • “Suele pasar pero vas a tener que decirle que practique más, desde la cara hasta la punta de los pies tenés un lindo territorio para que te lo alaben”…
  • “¿Le parece?, yo me veo tan descuidada”…
  • “Te ves así porque te dejás estar así y te querés ver así…  Con ropa de hombre y ni pizca de maquillaje es difícil que una mujer no se sienta descuidada…  Un par de jeans de buen calce, una remera ajustada y sandalias sin tacos o una visita a la peluquería y/o un poco de sombra en los ojos no te van a impedir trabajar…  Te voy a proponer algo, mañana temprano le digo a Fernando que ustedes tienen que cambiar sus ropas para hacer el nuevo trabajo que les di y que vos, al estar en la casa tenés que tener un look más moderno, el lunes voy al pueblo, te pido un turno para el martes en la peluquería y en la depiladora, vos lo convencés de que tenés que hacerlo para que yo te vea apta para cubrir el puesto y el martes te llevo y te regalo el servicio”…  Le brillaban los ojos de alegría…
  • “Ayy, Guillermo, gracias, acepto, yo le digo a Fernando”… y sorpresivamente me dio un beso en la mejilla, sólo me sonreí, luego me mostró la cama que ya estaba hecha y los lugares donde se guardaba la ropa…  Después se fue poco menos que cantando…  Yo caí rendido sin desvestirme…

                                                  El lunes me levanté a las ocho de la mañana junto con mi hijo y encontramos el desayuno listo, desayunamos y recorrimos la casa notando que no eran necesarios arreglos ni muebles nuevos, salvo los que yo quisiera adquirir para mi comodidad y tomé notas para comprarlos en el pueblo o trasladarme a una ciudad más grande de las inmediaciones… 

                                                  Lo que si tenía claro es que iba a necesitar una computadora e instalar el servicio de Internet…  Cuando salí, el día claro y, posiblemente, la pertenencia, saber que era mío, me hizo ver al lugar con muy buenos ojos…  Ana María me saludó con un “buenos días” y bajó la mirada, índice evidente que se sentía un tanto avergonzada…  Miguel y Fernando habían largado los animales a otro potrero distinto, ya habían revisado las maquinarias, todas en perfectas condiciones, el tractor era bastante moderno y no había reproches ni por las instalaciones ni por el funcionamiento de todo lo que se podía utilizar… 

                                                  Miguel me hizo saber que había tres caballos “potros” sin domar que sobresalían de entre los demás pero que había que comenzar a “utilizarlos” a todos porque estaban medio “salvajes” de no hacer nada…  Lo miré y, como lo conocía, le pregunté:…

  • “¿Qué pensás hacer con los tres caballos que me nombraste?”…
  • “Hay que “enseñarlos”, montarlos, caminarlos, enseñarles a usar el freno, lleva un tiempo”…
  • “¿Qué vas a hacer?, ¿te pensás quedar acá?...
  • “Me gustaría mucho pero no puedo abandonar aquello y este hombre Fernando sabe lo que hace”… 

                                                  Yo sabía que hacía rato que le tenía ganas a un campo de siete hectáreas aledaño al suyo y le “cerré el paquete”

 

  • “Cuando quieras irte me avisas con anticipación, pedimos un tráiler y te vas con esos tres caballos que te gustan, te los regalo, además vas a averiguar el precio del campo vecino al tuyo, yo te voy a dar el dinero para comprarlo…  Es mi forma de agradecer que no me pusiste ni un “pero” para ayudarme y no hace falta que me digas nada”…  Me dio un abrazo que lo decía todo…

                                                  Me dieron una lista de cosas que comprar para el mantenimiento y limpieza de la casa y de comestibles, todo se compraba en un sólo lugar y dos veces por semana mandaban una camioneta desde el Almacén del pueblo para las compras semanales, aquí también había un “muerto” que levantar pero no era una deuda muy grande…  Antes del mediodía llamé por teléfono a una de las Doctoras de la Fundación con la que tenía plena confianza… 

                                                  No estaba, la Directora, después de saludarme efusivamente, me comentó que se había tomado unos días de licencia por un problema personal y ante mi pedido me pasó el número de su teléfono personal…  La llamé y le dije que necesitaba de sus servicios, conversamos un rato, la noté mal y decaída, al rato, en su necesidad de hablar, me contó que se había separado por infidelidad y malos tratos de su marido… 

                                                  Hacía un año y medio que estaba casada, la depresión y la situación la tenían a mal traer y se había alejado de la Fundación y de su trabajo en el hospital porque estaba lidiando con los trámites y la intolerancia del tipo, decía que quería irse al África…  Carolina era una mujer muy dada con sus pacientes, tenía 33 años, inteligente, competente, segura en lo que hacía y una de las pocas profesionales a la que le hacía caso a “pie juntillas” con sus recomendaciones, además era hermosa sin bromas, enormes ojos color violeta, como nunca había visto en ninguna mujer, un físico muy similar a Gabriela, la sobrina de la Directora y más que simpática en el trato…  Decididamente, jamás entenderé a algunos hombres, bueno, con éste me “cayó la breva” más adelante…

                                                  Me agradeció que la hubiese llamado y me preguntó cómo me sentía, le contesté que estaba muy bien y allí aproveché para hacerle algunas preguntas más…

  • “¿Caro, te gusta el campo?”…
  • “Me encanta, me crié en el campo de mis abuelos, cuando murieron se vendió y no volví más…  ¿A qué viene eso?”…
  • “El tema es así, compré una estancia en el Partido de la Costa y necesito una Doctora para que me atienda con dedicación exclusiva y, eventualmente, que atienda a algún posible operario con problemas que siempre surgen”… 

                                                  En realidad, no necesitaba a una Doctora para mi problema que ya estaba superado por “algo” no precisamente medicinal pero, era un gusto, la gente estaría bien atendida, más segura y todo el “verso” de la “recuperación” ante mis hijos y mi mujer (en realidad, la única con la que, hasta ahora, me importaba no quedar mal), estaría consolidado…

 

  • “¡Pará, pará, me estás jodiendo!, eso sería estupendo, dejó todo firmado y me alejo de los problemas con mi ex marido”…  El problema es que hago con la Fundación y el hospital”…
  • “Vas a tener que renunciar, se acaba eso de correr de un lado al otro y las guardias hospitalarias con todos los dramas de pacientes e inseguridades…  ¿Cuánto es tu ingreso mensual trabajando así?”...
  • “Más o menos 60 mil pero entre el alquiler, los gastos del auto, la ropa y la comida lo que queda se va en las pocas vacaciones”…
  • “Yo te ofrezco 200 mil por mes “en blanco”, con contrato a cinco años, casa, comida, un franco semanal y los días de vacaciones que correspondan pero, disponibilidad total…  Los “novios” o “novias” te los buscás afuera”…
  • “No jodás con eso, hoy por hoy, ni un perro quiero al lado…  ¿De verdad me estás diciendo esto?”…
  • “Sí, de verdad, actualizaciones y cursos los podrás seguir por Internet y no te digo quirófano pero podrás montar una farmacia de urgencias y un consultorio con tomógrafo y los adelantos que se te ocurran, habitaciones hay o mandamos a hacer algo nuevo…  Eso sí, si no te animás o no querés, vas a tener que recomendarme a alguien para ese puesto, alguno debe haber”… 

                                                  No se tomó demasiado tiempo para pensarlo, me contestó rapidísimo…

  • “Decididamente, debés estar borracho, ese puesto ES MÍO…  Contá conmigo, ¿cómo querés que haga?...
  • “Arreglá todo lo pendiente en los días que faltan y este fin de semana te venís con un camión de mudanzas, yo lo pago cuando llegues…  Mañana o pasado te paso la dirección y, por favor, no le digas a nadie donde te vas a instalar”…
  • “Ni por asomo, trabajo nuevo, vida nueva…  Te va a salir caro el consultorio que me gustaría instalar, ¿estás seguro?”…
  • “Segurísimo, vos pedí y yo lo compro…  ¡Ahhh!, además traé la tanga porque hay una piscina grande, junto con botas y pantalones de montar que caballos sobran.  La depresión dejala en la Capital.  Jajaja”…
  • ¿Depresión?, ¿qué es eso?, ¿de qué me hablás?...  Ya me quiero ir, ya mismo saldría para allá…
  • “Dale, agarrá el coche y vení, son como 420 kilómetros, si salís dentro de un rato, viajando tranquila, llegás a última hora de la tarde, mirás, recorrés, cenamos, descansás bien y mañana te fijás si te conviene o no…  Te mando como llegar por whatsapp”…
  • “Listo, esperame, me preparo un bolso y ya estoy saliendo”…  Se le “despertaron” las ganas, evidentemente  era una oportunidad que no quería perder…

                                                  Solucionado el tema de la médica, fui a almorzar, después recorrí los campos más cercanos con la camioneta y me fui con mi hijo al pueblo a hablar con el Abogado y encargar los pedidos, amén de solucionar unos faltantes que notaba…  No bien llegamos mandé a mi hijo a la Concesionaria a averiguar por una camioneta usada buena o una 0 Km y que, de paso averiguara por un cuatriciclo para que Fernando no recorriera el campo a pié, si encontraba lo que le gustaba, debería comprarlo con su tarjeta, ya la pagaría yo… 

                                                  Yo pedí el turno para Ana María en la peluquería de damas y me puse en contacto con el dueño de un comercio de venta de electrónica y reparación de P.C., me dio la solución para colocar Internet por medio de señales bajadas por antenas parabólicas satelitales, era de precio y mantenimiento elevado para el común de las personas pero factible de instalar y daba una señal excelente, le dejé un adelanto para comprar los materiales y pedí que me armara la mejor computadora que pudiera, adosándole un monitor LCD de 21 pulgadas…

                                                  Fui a ver al Abogado que me dio las liquidaciones de los sueldos que se adeudaban a Ana María y Fernando, luego fui al Banco con él y me presentó al Gerente, me dio la bienvenida y me permitió retirar una suma que no era común en la zona y no tenían en las cajas de atención al público pero, los fondos me avalaban y accedió a abrir el tesoro y solucionarme el inconveniente…  Además, con una transferencia, abrí una cuenta con 500 mil dólares en ese banco para operar rápido ante cualquier eventualidad…  Aboné las deudas en el almacén, hice todos los pedidos pertinentes, lo mismo que en la ferretería, todo sería enviado más tarde… 

                                                  Notaba las miradas asombradas de las personas con las cuales me cruzaba y no me disgustaba…  No era “la gran ciudad” pero era un pueblo que ya no era “Rural”, tenía 12.000 habitantes y no faltaba nada o muy poco en lo comercial, un asfalto principal de unas quince cuadras con casas, comercios y Organismos, veredas anchas y calles transversales que se extendían unas diez cuadras para cada lado, con calles de tierra o mejoradas, más los campos en sus adyacencias…

                                                  Un par de horas después creo que ya todos sabían que yo era Guillermo, el nuevo dueño de la estancia “Tranquilidad” porque me ocupé de cambiarle el nombre en los papeles por medio del Abogado, el cual también se ocupó de hacer un contrato con una empresa médica de traslados de urgencia para cualquiera que en ese momento estuviera en la propiedad… 

                                                  Éste, el Abogado, quería presentarme al Intendente y al Oficial encargado del Destacamento policial pero le pedí dejarlo para otro día, lo mismo pasó con las invitaciones para tomar “algo” en el Club Social con algunos representantes de la población pero, no dejé de notar que había muchas damiselas de muy buen ver y eso sólo en la parte “fifí del pueblo” que fui la que recorrí…

                                                  Mi hijo compró una camioneta de dos años de antigüedad en perfectísimas condiciones, a mi nombre y la entregarían, a más tardar el miércoles, la papelería tardaba más porque había que trasladarse a la ciudad a hacerla, eso sí, él se vino manejando un cuatriciclo nuevo, que le encantó y no necesitaba de mucha papelería… 

                                                  Los llamé a los Encargados a la casa, les mostré las liquidaciones, estuvieron de acuerdo y les aboné todo lo adeudado, se fueron más que contentos…  El ritmo de vida me había cambiado horrores, me daba cuenta que todo no era tan fácil como se suele entender desde afuera, no era todo “ojalá pudiera tener la que vos tenés”… 

                                                  El tema no pasaba sólo por el hecho de tener dinero y poder gastarlo “a piacere”, lo cansador y extenuante eran los detalles para lograr que todo funcionara como uno quería…  A mí no me importaba tanto “engordar el ganado” para obtener beneficios pero ahora entendía perfectamente el dicho que decía: “el ojo del amo engorda el ganado”… 

                                                  Pensaba y no estaba errado, que “la tranquilidad” apenas serían cosas de momentos, nunca podría solucionar todos los problemas y tirarme “panza arriba”, siempre surgirían nuevos así que me hice a la idea de aprender a “trasladar” responsabilidades y delegar, lógicamente, no en cualquiera y ejerciendo autoridad y no autoritarismo, condiciones básicas del que pretende liderar… 

                                                  Me había sentado en el porche de la casa en un cómodo sillón, divagando con todas estas cosas mientras mi hijo le enseñaba a “cabalgar, dominar y sofrenar” el cuatriciclo a Fernando cuando se acercó Ana María pidiéndome un rato para hablar conmigo y se la notaba avergonzada…

  • “Dale, sentate ahí enfrente y decime pero antes, te quiero avisar que mañana a las 09.00 de la mañana tenés que estar en el Salón de belleza para que te dejen como nueva, ¿ya lo hablaste con Fernando?...
  • “Sí y está de acuerdo…  Yo quería hablar porque me parece que anoche dije algunas cosas indebidas y puede llegar a pensar mal”…
  • “¿Me dijiste mentiras?...  ¿Me estabas engañando?”…
  • “¡Nooo, para nada!…  Es para que no se interprete mal”…
  • “Mirá, voy a ser muy sincero con vos…  Dicen que la gente de campo es sincera pero, por tabúes o auto limitaciones en su modo de pensar, muchas veces son hipócritas…  Yo tengo una mentalidad más abierta, si tengo que decirte que sos bonita o hermosa, te lo digo, el problema radica en la forma en que vos lo interpretás…  Soy muy discreto porque nadie tiene que enterarse de lo que hago o dejo de hacer y con quien y odio cuando se generan problemas con esto”…
  • “No, si, sino, es que yo, bueno, dije cosas”…
  • “Dijiste y te moviste como toda una mujer y para beneficio mío, coqueta…  A ver si entendés, cuando hablo con una persona interpreto que estoy hablando con un adulto, esa adultez te tiene que hacer saber que un piropo no es una encamada o un pedido para que esta se produzca, por eso no entiendo que, por una cosa o por otra te sientas mal…  Si yo creo que esa persona es adulta pero sale corriendo a decirle al marido o al novio que yo le dije un piropo o cualquier cosa que interprete y el marido o el novio se enoja conmigo, me genera un problema y yo los problemas me los saco rápido de encima…  En síntesis, “en boca cerrada no entran moscas” y aquí, todavía, no ha pasado nada…  ¿Soy claro?”…
  • “Perfectamente claro Guillermo y gracias por el pago de los sueldos”…
  • “No tenés por qué darlas, eso era de ustedes”…  Se levantó sonriente para irse, me apretó suavemente un hombro con su mano y se fue moviendo las caderas…  Yo sabía que, cuando se diera la oportunidad, sería absolutamente discreta y enteramente infiel… a su marido, por supuesto…

                                                  A eso de las 19.30 horas, cuando la tarde se estaba “escapando” a pasos agigantados, vimos dar la vuelta al bosquecito y aparecer la trompa de un auto que nos hacía señales de luces antes de detenerse frente a la casa…  Era la Doctora Carolina, me había olvidado de lo conversado con ella, resultó cierto lo de “hacer un bolso” y se había “mandado” para su nuevo hogar…  Me dio una alegría inmensa ver que se había decidido, bajó del auto y nos dimos un fuerte abrazo frente a las miradas interrogantes de Ana María, Fernando, Miguel y Gonzalo…  ¡Qué pedazo de mujer!... 

                                                  Vestía short de jeans recortados y aunque cubría bien sus nalgas, su dureza y forma hacían imposible no mirarlas, una remera con cuello en “V” de rayas verticales que la hacían parecer más alta y resaltaban un par de tetas en que no se notaba sujetador alguno para mantenerlas duras y paradas, muslos firmes, piernas largas, zapatillas de marca, los ojos, esos ojos cuyas miradas daban “vueltas” a cualquiera y toda una energía contagiante que denunciaba como cierto que había dejado la depresión en la gran ciudad…

  • “¡Guille, no lo puedo creer, esto es hermoso!...  Ya desde la entrada es lindo y cuando llegás a la casa, es impresionante”…
  • “¿Qué tal, ehh?...  ¿Sirve como nuevo hogar?”…
  • “¿Me preguntás si sirve?, en este lugar yo me acomodo en un galpón… 

                                                  Miraba para todos lados y aproveché para llamar a los otros y presentarlos…

 

  • “Ella es la doctora Carolina y ellos son Ana María y Fernando, los Encargados del lugar, Miguel, un amigo de los que no abundan y mi hijo menor Gonzalo…  Carolina va a vivir con nosotros, me va a atender a mí y va a instalar un moderno consultorio para atender cualquier problema de salud de la gente que trabaje aquí…  Caro, si querés “chusmear” que te acompañe Ana María y fijate dónde te gustaría poner el consultorio…  Miguel, yo me comería otro asadito, ¿podrá ser?”…
  • “A mi juego me llamaron” -dijo Miguel y se fue con Fernando y Gonzalo a preparar todo-…

                                                  Las mujeres se dieron el gusto de conversar “hasta por los codos”, aparecieron una hora después y sólo porque las llamamos…  Carolina estaba excitadísima y no cabía en sí, hablaba con todos sobre lo que hacía, las dificultades que tenía para vivir en la ciudad con los apuros, los horarios, la inseguridad, las guardias en los hospitales, no podía parar de hablar, hasta a Fernando y a Miguel le contaba cosas del campo usando las palabras adecuadas y dando fe que conocía y le apasionaba el tema… 

                                                  Le contaba a mi hijo como me había conocido, como trataba mi enfermedad y como estaba yo mejorando, a la par comía, perdón, devoraba el asado diciendo que jamás hubiese pensado en la mañana que estaría pasando una de las mejores noches de su vida, comiendo un asado que le encantaba, disfrutando del aire del campo y rodeaba de futuros nuevos amigos…  Realmente desbordante y, a todos, nos contagió un poco de su energía… 

                                                  Ya había elegido la habitación para quedarse y había ayudado a Ana María a hacer la cama pero afirmaba que se sentía tan a gusto que ni se le cruzaba por la cabeza ir a dormir…

  • “Estoy acelerada a mil, esto es un sueño y les juro que no tomé ni consumo ninguna droga, el campo es mi droga más sana, ni les cuento mañana cuando vea animales…  Guille, me has hecho el mejor regalo de mi vida”…
  • “Espero que no te aburras demasiado”…
  • “Jamás, eso te lo puedo prometer con testigos…  De todos modos, tuve un montón de horas para pensar mientras viajaba y tengo que hablar un rato largo con vos”…
  • “¿Cómo gustes?, podemos ir a mi escritorio o podemos pasear hasta la entrada, se ve bastante bien”...
  • “Caminamos, caminemos, que nos acompañen los perros, aunque, no he visto perros, ¿no tenés?”…
  • “Los dueños anteriores no querían perros, decían que le ensuciaban el parque”…  -contestó Ana María-…
  • “Mañana soluciono eso en el pueblo, me gustaría un casal de Border Collie y un casal de Ovejeros Alemanes, si los consigo los traigo”…  Allí saltó Fernando para decirme dónde podrían adquirirlos…

                                                   Después de un rato de sobremesa, Ana María levantó la mesa ayudada por mi hijo y Carolina y yo salimos a caminar…  Se tomó de uno de mis brazos y me miró…

  • “Carolina, ¿a qué adivino lo que viene ahora?...  Es el momento de las preguntas y respuestas…  Podés empezar y voy a ser sincero pero, cuando me toque preguntar a mi quiero la misma sinceridad, pretendo que la relación con todos sea abierta y leal…  La lealtad para mi es condición sin discusión, viví mucho y nada me asusta y aunque no tengo las respuestas para todo, no juzgo a nadie, si me gusta lo digo, si no me gusta no dudes que lo sabrás…  Todo lo que sepa se muere en mi y nadie tiene que saber lo que te cuento y aunque le cuente lo mismo a otros, vos no sabés nada…  te vas a dar cuenta que “voy de frente”, soy dado y de ayudar pero, todo tiene su contrapartida, soy exigente y medio cabrón, si a alguien no le gusta, yo no soy el que voy a salir por esa tranquera…  Preguntá lo que quieras”…  Me miró seria y preguntó…
  • “¿Vos sos extraterrestre?”… No pude evitar reír hasta que casi me saltaron las lágrimas…
  • “No, mujer, no, soy bastante “normalito”, pasa que en estos días me vi con la posibilidad de comprar “la bota más grande” pero pisarle la cabeza a los demás no me asegura nada y, lo más importante, no me hace feliz”… 

                                                  Se quedó pensando un instante como no animándose a preguntar y pareció recordar lo que le había dicho…

  • “¿Qué pasó con tu mujer y de dónde sacaste tanta “guita” de golpe?  Porque antes no la tenías, ¿no?”…
  • “Mi mujer está en nuestra casa en la Capital y yo estoy “de viaje” en EE.UU. y ahora internado en un Monasterio por seis meses para tratar de curarme…  Amerita una explicación más larga pero con ella está todo bien…  El dinero lo gané con un Loto Yanki, puse los números, compré el ticket y me “llovieron” unos cuantos millones, muchos de los cuales están invertidos allá para evitarme la inflación y que me dejen unos buenos dividendos que me giran a mi cuenta local y no necesito producir nada para hacerla crecer”…
  • “¿O sea, tenés asegurado tu porvenir y el de tus nietos?...  Dejame mirarte el culito, bahh, culazo”…
  • “Encima sos “viva” y yo no puedo decirte lo mismo porque se me cruzan todos los ratones, sos una maldita”…
  • “Jajaja…  Divorciate, nos casamos y te lo regalo…  jajaja…  Fuera de broma Guille, ¿es verdad que compraste parte de la Fundación?, apareció plata como llovida del Cielo y ahora me cierran otras cosas”...
  • “Si, es verdad, aunque todavía no hice ningún papel, espero que esté funcionando todo bien…  La Directora estaba muy apremiada por las deudas, me preguntó si conocía a alguien para pedir un préstamo y aproveché “la volada””…
  • “Anda todo muy bien, antes de salir hablé con Nora de Secretaría para que avisara que no voy a volver a ir y me dijo que no me fuera, me contó que había aparecido un “Mecenas” con el dinero y ahora andaba todo sobre ruedas…  Sabiendo que estuviste la semana pasada por ahí y ahora lo que ganaste, dos más dos cuatro”…

                                                  Me daba cuenta que al margen de querer preguntar quería contar sus cosas, como para sacarse algunos nudos que la apretaban pero, no quise preguntar nada, sola y sin presiones, hablaría hasta quedar disfónica…

  • “Ahora contame donde vas a poner el consultorio y que querés comprar para el mismo”…
  • “Tengo una lista que me pareció exagerada, la hice pensando que más de la mitad de las cosas no iban a poder ser y me parece que ahora voy a tener un consultorio mejor que en una selecta clínica privada, incluso puse unas cosas necesarias en la Medicina Veterinaria porque si hay que llamar a un Profesional, no va a necesitar nada, eso, si hay que llamarlo, porque también me doy maña con eso y con lo que me vas a pagar hasta me animo a ordeñar, jajaja…  Hay que llamar a la empresa de suministros médicos y solicitar que manden todo acá…  Vas a tener que gastar como 120 mil dólares”…
  • “Ocupate vos, lo mismo con los remedios que tenés que comprar, de última les das mi teléfono y los derivo al Banco”…
  • “Qué fácil que hacés parecer todo, hay médicos que matarían por tener todo lo que yo puedo tener”…
  • “Tampoco es para tanto, es todo “material””…
  • “Eso lo decís porque nunca tuviste que atender con un estetoscopio prestado debido a que no pudiste comprarte el propio…  Sos un sueño hecho realidad”…  Respecto al lugar, me gustó la casa de huéspedes pero me dijo Ana María que allí se alojarían las empleadas nuevas, habría que ver unas habitaciones en la casa grande”…
  • “Mañana voy temprano al pueblo y regreso con un Arquitecto, creo que al costado, a unos veinte metros de la casa de huéspedes hay un hermoso lugar con parque se puede usar para construir un chalet nuevo en que vas a vivir vos…  Eso sí, te venís “ayer” para acá, firmás todo lo que tenés que firmar y venís rápido, no quiero que tengas un solo problema más, si querés dejale a tu ex los muebles  o regalalos y vení con lo que entre en el coche, yo te compro los que quieras pero tenés que estar acá para hacer la construcción de tu casa a gusto y comodidad”…

                                                  Fue “la guinda del postre”, se abrazó a mí y comenzó a llorar de manera compulsiva e ininterrumpida, no me quedó más que acariciar su cabello y dejarla que se descargara…  Habíamos llegado hasta la tranquera e hicimos lo que hacen todos ante una tranquera, primero nos apoyamos en ella y cuando se calmó un poco, nos sentamos ambos en la parte superior…  Yo me sostenía de la cadena que la mantenía derecha y ella pasaba sus brazos por sobre mi cuello y lloraba apoyando su rostro en mi pecho… 

                                                  Situación sin discusión para cualquier hombre que tenga a una mujer en sus brazos descargando broncas o penas, hay que dejarla llorar, debe desahogarse, hay que tomarla de las manos o acariciarla en la cara o el cabello, nunca nada sexual…  Una vez que se calma y comienza a hablar puede que se vuelque al sexo por agradecimiento o por venganza o por recibir lo que le falta, de cualquiera de las formas, se entrega, por una, por otra o por todas juntas… 

                                                  Aquí no fue distinto, luego de calmarse, comenzó a contar…

  • “Guille, ¿vos creés que soy una mujer fea”…
  • “Carolina, si yo dijera eso sería el mentiroso más grande del mundo, vos sos una belleza de mujer, sos digna de admirar y como diría un amigo, “capaz de excitar a los muertos”, ¿de dónde sacás que sos fea?...
  • “¿Sabés porque me separé?...  Me golpeó y me pateó porque descubrí que desde antes de casarnos mantenía una relación con otro tipo, ¿te imaginás como le cae eso a una mujer?...  Le fui fiel, trabajaba todo el día en mi profesión para que estuviésemos bien, el ganaba muy poco como empleado administrativo y vivía y vestía bien…  Yo no sabía qué hacer para hacerlo sentir cómodo…  Me siento absolutamente menospreciada como mujer”…
  • “Y bastante boluda también por sentirte así, no, no me mires feo, no sos una pendeja del secundario, tenés estudios, tenés inteligencia y seguramente tenés espejos, ¿cómo te podés poner mal por un tipo que vivió equivocado? y no digo que esté equivocado por su elección sexual, es un pobre tipo porque no tuvo las pelotas para blanquear su situación y te engañó a vos y más que seguro a la familia…  No vale la pena que pienses siquiera en él…  O reventás llorando en los rincones o demostrás que sos una verdadera mujer, con los ovarios bien puestos y dispuesta a enfrentar la vida…  Si te empeñas en restar no me servís ni a mí ni a nadie, ni siquiera a vos misma, si querés sumar te presto una “puntita” de la soga que te ayude a salir a flote…  Vos decidís”… 

                                                  Me miraba con los ojos abiertos como el dos de oro…

 

  • “Guille, es la primera vez que me la “cantan” clara, las amigas que lo sabían lo reputeaban, me decían que era una “mierda, que le pagara con la misma moneda y no faltó un compañero que me hizo el “tiro” hablando de lo bien que él me trataría pero nadie me dio una mano…  ¿No sé qué ángel te mandó?”…
  • “Seguramente un ángel caído o debe ser porque soy un viejo “gagá” y lo único que puedo dar es algún consejo sin palmear la espalda con hipocresías”…
  • “Consejos y una vida nueva y eso te lo voy a valorar mientras viva y jamás te voy a fallar…  Me siento como toda tuya”…
  • “Ahora no jodás con boludeces, ya sabés que si me entusiasmo, me agarran los ahogos”…
  • “Ya hablaremos más adelante más íntimamente sobre esto…  Hablando de ahogos, no he notado que tosieras ni que te agitaras, ¿estás tomando algún remedio nuevo?”…
  • “¡Cagamos!, me descubriste…  Estoy tomando un brebaje que me prepara un curandero con hierbas de no sé qué plantas y parece estar funcionando, además me hace masajes linfáticos de los pies a la cabeza para estirar músculos y tendones, lo cual me ayuda a crecer un poco más y de paciente a médico te diré que me ha crecido hasta el miembro”…
  • “¡No jodas!, mostrame, mostrame, dale, de médico a paciente”…
  • “¡Minga! te voy a mostrar, vos hace rato que no la ves y vas a terminar violándome”…  No señora, en otra oportunidad y hágame caso que soy el “patrón””…  Su carcajada alejada definitivamente de cualquier lágrima, nos contagió a los dos…

                                                  Cuando volvimos para la casa eran cerca de las dos de la madrugada y el silencio de la noche se hacía notar con toda la belleza del campo y sus habitantes nocturnos…  En la puerta de la habitación me dio un beso en la mejilla, me pidió que la llamara porque quería ir al pueblo con nosotros y un chispazo de deseo se instaló en sus hermosos ojos, se humedeció los labios para decir algo pero no la dejé…  “Mañana te llamo” le dije y me metí en mi habitación… 

                                                  Ya habría tiempo para gozar tomándose todos los tiempos…  A la mañana nos despertó Ana María, le pedí que le avisara a Carolina porque íbamos a ir todos al pueblo, desayunamos con un café y nos fuimos a poner linda a la Encargada…  En el viaje hablaron de lo que se les ocurría y ante la duda de Ana María, Carolina le dijo que ella se iba a encargar de hablar con la peluquera y la depiladora…  Así lo hicieron, yo me quedé en la puerta esperando, cuando Caro salió nos fuimos a desayunar bien en una confitería…  “Pueblo Chico”, nos atendieron como si nos conocieran de toda la vida... 

                                                  Pasé a ver al Abogado, le presenté a la Doctora y le expliqué cuales iban a ser sus funciones en la estancia y el tipo medio que “metió la pata”

  • “Al pueblo le vendría bien un Doctor que atendiera a precios módicos a los más humildes”…
  • “¿Cómo es eso?”, preguntó Caro interesada…
  • “El pueblo tiene un 70 u 80% de gente de clase media baja o clase baja, no tiene industrias y la gran mayoría se dedica al trabajo en los campos…  Hay una sola Sala de Primeros Auxilio, muy precaria y la atiende un sólo Médico y una Enfermera que lo ayuda, no dan abasto, de remedios ni hablar, otro modo es trasladarse a Clínicas o al Hospital de la ciudad”… 

                                                  Carolina me miró como rogando…

  • “No, definitivamente, no porque te metés de cabeza en esto y me abandonás a mí y al personal de la Estancia”…
  • “Porfa Guille, podríamos ver de atender un par de días a la semana y cualquier problema en la Estancia, me avisás y salgo disparando para allá…  Necesito brindar atención a esta gente, está en mi esencia”…
  • “No, porque cuando no te alcance aquí, vas a atenderlos a domicilio y/o llevarlos al hospital en la ciudad…  No va a haber tiempo que te alcance y no me extrañaría que me llenaras el campo de gente para ser  atendida o me trajeras problemas de discusiones o desacuerdos a mi casa…  No viste como se llama, “Tranquilidad” y vos estás a punto de romperla”…
  • “Tenés razón, disculpame, me tomé atribuciones que no me competen”…  Quedó callada y bastante compungida, tenía mucho que perder y yo, que debería ser “el malo de la película” al que los demás le tendrían que importar “tres mierdas”, quedé hecho “pelotas”…

                                                  Antes de pasar a buscar a Ana María, fui a ver qué pasaba con la PC, ya tenía los componentes y estaba armándola, me hizo saber que en más o menos dos horas la tendría lista, además me dijo que en un par de días pasarían los técnicos de la empresa para montar las antenas y habilitar la Internet satelital…  Carolina no decía ni palabra y eso también me ponía mal, se me mezclaba todo, uno podía ser bueno, escuchar, ayudar pero, en definitiva, las decisiones eran mías y merecía que, por lo menos, si se quería hacer algo, se me consultara antes…

                                                  Pensaba que si quería “cortarse” sola no se lo impediría pero que viviera en el pueblo y que otro le pagara el sueldo, igualmente, por otro lado, comprendía la necesidad de ayudar con sus conocimientos a los más necesitados, después de todo era parte del Juramento Hipocrático…  Ahora el “matete” en la cabeza lo tenía yo y le pedí de ir a tomar un café porque quería hablar seriamente con ella… 

                                                  Me miró como si se le hubiera venido la noche encima y nos sentamos en un barcito…

  • “Carolina, me parece que de lo que te dije anoche, entendiste sólo lo que te convenía, entre otras cosas te dije que bueno si pero era exigente también y esa exigencia implica que el sueldo te lo pago yo, ergo: si tenés que tomar una decisión que me joda en lo más mínimo primero me la consultás…  ¿Vamos bien?...
  • “Si pero…”…
  • “Pero, nada, te largaste a decir que podrías atender dos días a la semana y me dejaste como el hijo de puta que tuvo que decir que no…  Ese tipo de cosas no me gustan, con vos está todo bien y te voy a ayudar de afuera pero si vas a decidir las cosas como se te “canten los ovarios” tendrás que hacerlo en otro lado, yo no “transo” con eso, no digo que esté bien o mal, sos adulta y sabrás que es lo que te conviene…  Jamás te voy a decir cómo poner una venda pero no me digas vos cuales son mis conveniencias. ¿Te queda claro esto?...
  • “Tenés razón y sí, me queda claro, ¿querés que me vaya?”…
  • “Aprendé a conocerme, si quisiera que te fueras, ya te lo habría pedido…  Quiero que me digas como repartirías tu tiempo para venir dos días a la semana a la Salita”… 

                                                  Los ojos se le iluminaron, sólo le faltó ponerse a saltar…

  • “Podrían ser lunes y miércoles de 13.00 a 19.00, yo voy y vengo con mi auto”…
  • “Bueno pero, tengo un par de condiciones o más, si incumplís alguna de ellas se rompe nuestro trato y no me importa lo que pienses después, no doy segundas oportunidades y se termina la amistad…  Necesito que todo esto te quede claro porque luego no atiendo reclamos”…

1 - No quiero historias de celos profesionales o puteríos con el otro Médico o la Enfermera, si te rompen las pelotas en lo más mínimo, lo mandás a la mierda y ponemos un consultorio en otro lado…

 

2 - Si alguien se lastima un dedo en la estancia y vos estás atendiendo a uno que se desangra, lo “emparchás” y te venís para la Estancia, esa condición debe quedar explícita con los otros Médicos y Enfermeras…

 

3 - No quiero novios o novias en la Estancia, ya bastante tengo con compartir tu tiempo con otros y para salir de joda utilizarás tu tiempo del día franco…

 

4 - En la Estancia no se atiende más que el dueño y los empleados de la misma y/o algún familiar de estos, lo cual deben saber todos los pacientes eventualmente algún dueño de campo puede traer un accidentado pero se tomará con pinzas…

 

5 - Jamás se te ocurra no atender el teléfono cuando yo te llamo…

 

6 - No va a haber suplemento de sueldo, es el mismo para todo, vas a atender gratuitamente a todos sin siquiera cobrarles un Bono Contribución…  Me estás jodiendo con algo y no te la vas a llevar de arriba…

 

7 - Tu atención es para todos pero no hay preferencias para nadie, lleve uniforme o sea Político, incluso el Intendente o parientes, salvo casos de suma urgencia, sino que esperen como cualquier hijo de vecino…  Creo que la Salita es Municipal y van a querer usufructuar tu trabajo para que le redunde en votos…

                                                  Se quedó pensando pero no se animó a decir nada, era cierto, las exigencias existían pero le dejaba realizar lo que ella quería y además le daba la posibilidad de poner un consultorio particular si no se hallaba cómoda en la Sala de Primeros Auxilios…  Me miraba a los ojos, luego la boca y me dijo:…

  • “Te comería a besos, sos un ángel, quizás tengas las alas negras pero seguís siendo un ángel”…
  • “Menos adulaciones que hay que ir a buscar a la “nueva” Encargada y hay que ir a la Sala a ver cuáles son sus necesidades, ya me veo gastando en equipos y medicamentos por tus caprichos”… 

                                                  Salió aferrada a mi brazo casi como con ganas de saltar de la alegría y fuimos a buscar a Ana María, le faltaba muy poquito, aboné y las dejé a las dos para pedirle al Abogado que me acompañara a la Salita…  Éste no tuvo ningún inconveniente y nos juntamos todos allí, cuando entramos los cuatro a la Salita, no había casi gente, el Abogado nos presentó y el Médico, como todo Médico municipal burócrata comenzó a poner “peros”, que el Intendente, que los nombramientos, que no había lugar, que tenía que evaluar la capacidad y conocimientos de la Doctora… 

                                                  Todas trabas, hasta que me cansó, le dije al Abogado que lo llamara al Intendente, que yo quería conversar con él para ver de remodelar y equipar la Sala de Primeros Auxilios…  Un llamado telefónico y tardó menos de quince minutos, vino acompañado de su “compinche”, el Secretario de Gobierno…  Nos presentamos, le expliqué las ganas de la Doctora de atender gratuitamente, dos días a la semana a la gente del pueblo, sin nombramientos porque el sueldo se lo pagaba yo, lo único que le pedía era la prescindencia de favoritismos para nadie y que en sus días de trabajo nadie le rompiera las pelotas con pedidos fuera de hora o de lugar… 

                                                  Ella era personal de la Estancia con título de la Universidad de Buenos Aires con especialización en Clínica Médica y Neumonología y esto lo quería hacer sólo por la gente, no haría visitas a domicilio…  El Intendente me miraba evaluando y se largó a decir que esto era algo que se debería decidir en el Concejo Deliberante previo informe de la Secretaría de Salud y ver los cupos disponibles y/o se podría ver de hacerlo tipo “bajo cuerda”… 

                                                  Aquí lo interrumpí de plano…

  • “Disculpe Intendente, con todo respeto, no me tome de boludo, me está “sanateando”, trabajé mucho tiempo al lado de un Intendente de la 1° Sección Electoral (la más importante y con más densidad poblacional de la Pcia. De Buenos Aires) y según la Ley Orgánica Provincial para las Intendencias Municipales este tipo de nombramiento o autorizaciones le corresponde al Intendente, a los Secretarios o a los Directores de Áreas, nada tiene que ver el Concejo Deliberante, ergo: usted no tiene ganas o no le interesa y yo no voy a perder tiempo aquí… 
  • Doctor, -me dirigí al Abogado- es una pena, yo quería donar un nuevo consultorio, mandar a pintar todo el predio, comprar los equipos nuevos necesarios y proveer de medicamentos gratuitos a la gente pero veo que me equivoque o usted me engañó porque me dijo que era gente muy predispuesta…  Ya veremos cómo me arreglo para hacer realidad las ganas de ayudar a la gente que tiene mi amiga y dije amiga, que no se equivoque nadie, de última Doctor consiga una casa o local grande para comprar y poner el consultorio gratuito para los que, en definitiva, votan…  Gracias, buenos días y perdonen el tiempo que les hice perder… 

                                                  Salí del lugar recaliente y “echando chispas”, el Abogado salió detrás de mí…

  • “Espere señor Guillermo, no se enoje, no lo tome a mal”…
  • “No se equivoque, no lo tomo a mal pero no hay peor cosa que traten de tomarme de pelotudo por más investidura que tenga, además esta investidura no lo aparta de la idiotez…  Si usted está en condiciones de hacerlo, consiga una casa para convertirla en consultorio para que atiendan gratuitamente dos profesionales médicos, sino, me dice quien puede hacerlo y espero que no me ponga nadie la mínima traba porque vamos a ver cómo le explica a los medios nacionales y a los votantes que se niega a que sean atendidas gratuitamente los ciudadanos menos pudientes”...
  • “Yo también creo que mi amigo se equivocó”…
  • “Para serle franco, no me interesa que sea su amigo, yo tengo mucho dinero legal que puedo justificar, no sé si él pueda decir lo mismo, será SU amigo, mío no lo será nunca y que ruegue porque yo no me convierta en enemigo porque me ha tratado de boludo y de infradotado y eso no se lo permito a nadie, ahora, si me disculpa, tengo que pasar por el Estudio del Arquitecto…  Me jugaba la cabeza que iría corriendo a putear al Intendente por su estupidez…

                                                  El Arquitecto nos atendió rápido y cuando le explicamos lo que queríamos le mostró a Caro unos planos ya confeccionados y la maqueta terminada de un chalet precioso…  Me dijo que ese le encantaba y allí mismo cerramos el trato, antes le dije:…

  • “Previo a cerrar el trato con usted, necesito saber si tiene alguna relación personal o partidaria con el Intendente”…  Seguía como “envenenado” por el proceder de ese idiota…
  • “En absoluto, salvo para la aprobación de planos y obras pero para eso trato con los empleados…  Ese hombre no es “santo de mi devoción””…
  • “Bien, opinamos igual, vayamos a los números y cuando los cerremos necesito que hoy mismo se haga una escapada al lugar y ya empiece a encargar los materiales para comenzar urgente la construcción, es más, si hay que hacer dos turnos de trabajadores tampoco sería problemas, los detalles se los irá marcando la Doctora en plena construcción… 

                                                  Le dejé un sustancioso adelanto y nos volvimos a la estancia silbando bajito…  No bien comencé a manejar la miré por el espejo a Ana María y le dije:…

 

  • “Ahora soy todo de ustedes pero me gustaría que me explicaran dónde quedó la Ana María que salió de la Estancia esta mañana…  llevé al pueblo a una hermosa mujer y vuelvo con una preciosura que merece salir en las tapas de las mejores revistas…  ¡Estás bellísima Ana María!”...
  • “Gracias Guillermo, me siento rarísima, le hice caso en todo a Carolina”…
  • “El que va a estar contentísimo hoy va a ser Fernando”… -dijo Caro riendo-…

                                                  Yo tenía ganas de “hablarles” a las dos y echarme un regio “polvo” en trío a la sombra de algún eucaliptus pero me aguanté, las quería disfrutar una por una a solas para dejarlas destruidas de cansancio y placer, para colmo o me parecía a mí o la “calentura” de los tres flotaba en la cabina de la camioneta…  Preferí hablar de otra cosa…

  • “Caro, te voy a explicar porqué reaccioné así con esos idiotas…  Primero porque con ese Médico estúpido que quería evaluarte no ibas a durar dos días…  Es el típico Médico burócrata municipal que se conforma con su “trabajito” y su “sueldito”, no aprende nada y no permite que los demás aprendan, para él todo profesional nuevo le viene a “mover el piso” porque conoce de su propia mediocridad…  Cuando me comenzó a poner excusas lo mandé a llamar al Intendente para pedirle que lo “echara a la mierda” por incompetente y resultó que el tipo era más bruto que el Médico y tan mal Político que ni siquiera me dejó explicar lo que quería hacer, típico del que “se las sabe todas” y después tiene que andar pidiendo la escupidera… 
  • Lo del consultorio gratuito se puede hacer, habrá que esperar un poco más pero no van a poner trabas y cuando el Abogado le cuente va a venir con el “caballo cansado” a pedir disculpas y, lógicamente, no lo voy a atender…  Conozco mucho a estos tipos y es cierto que trabajé mucho tiempo de Asesor de un Intendente muy importante de su Partido Político y si lo llamo y le cuento, veremos de qué se “disfraza” este idiota, porque lo hunde políticamente”…
  • “Nunca pensé que tenías ese carácter, aunque reconozco que no perdiste los estribos, te hacía más calladito pero no te callás nada, ni mandás a decir las cosas” -me dijo Carolina-…
  • “Siempre fui así, te imaginás ahora con un poco más de Poder que te da el dinero…  Creo que el otro debe saber qué lugar ocupa y vos hacerle saber qué lugar ocupás”…
  • “Hablando de lugares, Ana María, hablá con Fernando y vean la posibilidad de mudarse a la casa de huéspedes, una belleza como vos merece una casa mejor…  Vamos a arreglar y a pintar la casa de los caseros para convertirla en la casa del personal femenino”…  Asentía con la cabeza y no podía decir nada, lo que generó las risas de Carolina, luego me sumé yo y entramos en la estancia riendo los tres como locos…

Continuará.

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Gracias.

GUILLEOS 1

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Me hicieron creer que era afeminado. (16)

Me hicieron creer que era afeminado. (15)

Me hicieron creer que era afeminado. (14)

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Me hicieron creer que era afeminado (1)

Viaje de un jubilado a La Argentina (50) FINAL

Viaje de un jubilado a La Argentina (49)

Viaje de un jubilado a La Argentina (48)

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Viaje de un jubilado a La Argentina (44)

Viaje de un jubilado a La Argentina (43)

Viaje de un jubilado a La Argentina (42)

Cada vez me encanta más la Navidad

Mi vecina de ático y sus habilidades.

Viaje de un jubilado a La Argentina (41)

Viaje de un jubilado a La Argentina (40)

El divorcio de mis padres me hizo feliz

Viaje de un jubilado a La Argentina (39)

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Viaje de un jubilado a La Argentina (34) completo

Viaje de un jubilado a La Argentina (34)

Una Nochebuena especial

Viaje de un jubilado a La Argentina (33)

Viaje de un jubilado a La Argentina (32)

Viaje de un jubilado a La Argentina (31)

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Viaje de un jubilado a La Argentina (29)

Viaje de un jubilado a La Argentina (28)

La conversión de mi hijo Eduardo

Viaje de un jubilado a La Argentina (27)

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Viaje de un jubilado a Argentina (2)

Viaje de un jubilado a Argentina (1)

Mis primas de la capital (30) y FINAL

Mis primas de la capital (29)

Mis primas de la capital (28)

Mi timidez y mis tías (50) y FINAL

Mi timidez y mis tías (49)

Mi timidez y mis tías (48)

Mi timidez y mis tías (47)

Mis primas de la capital (27)Estaba muy agradecido

Mi timidez y mis tías (46)

Mis primas de la capital (26)

Mis primas de la capital (25)

Mi timidez y mis tías (45)

Mis primas de la capital (24)

Mi timidez y mis tías (44)

Mi timidez y mis tías (43)

Mis primas de la capital (23)

Mis primas de la capital (22)

Mi timidez y mis tías (42)

El tío Culebra me quitó el miedo a los reptiles 1

El tío culebra me quitó el miedo. (2)

Mi timidez y mis tías (41)

Mis primas de la capital (21)

Un jubilado en el cine

Mi timidez y mis tías (40)

Mis primas de la capital (20)

Un pastor en el camino de Santiago

Mis primas de la capital (19)

Mi timidez y mis tías (39)

Memorias de un abuelo (2)

Mi timidez y mis tías (38)

Memorias de un abuelo (1)

Mi timidez y mis tías (37)

Mi timidez y mis tías (36)

Mi timidez y mis tías (35)

Mi timidez y mis tías (349

Mis timidez y mis tías (33)

Mi timidez y mis tías (32)

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Mi timidez y mis tías (27)

Mis primas de la capital (18)

Mi timidez y mis tías (26)

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Mis primas de la capital (17)

Mitimidez y mis tías (17)

Mi timidez y mis tías (16)

Mis primas de la capital (16)

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Mi timidez y mis tías (13)

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Mis primas de la capital 14

Mi timidez y mis tías 11

Mi timidez y mis tías 10

Mi timidez y mis tías 9

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Mi timidez y mis tías 7

Mi timidez y mis tías 6

Mi timidez y mis tías 5

Mi timidez y mis tías 4

Mi timidez y mis tías (3)

Mi timidez y mis tías 2

Mi timidez y mis tías 1

Mi coño conquistó New York. (2)

Mis primas de la capital (13)

Mi coño conquistó New York.Cuando decidí labrarme

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (3)

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (2)

Mis primas de la capital (11)

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Mellizos y gemelas, de gavilán a paloma.

Mis primas de la capitál (10)

Para un concierto lo mejor es un trío, o más.

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mis tetas decidieron mi destino por mí.

Entre mi padre y mi tía me quitaron mis complejos.

Mis primas de la capital (9)

Mis primas de la capital (8)

Ayudando a mi mamá

Mis primas de la capitál (7)

Mis primas de la capital (6)

Mis primas de la capital (4)

Mis primas de la capital (5)

Mis primas de la capital (3)

Mis primas de la capital (2)

Mis primas de la capital

Dos que valen por tres.

Al conocer mi adopción encontré la felicidad

El chat me ayudó con mi sobrina (Continuación 2)

El chat me ayudó con mi sobrina (continuación)

Mi gran desgracia mi polla Final

Mi gran desgracia mi polla continuación

Mi padre y mi tio tienen los mismos gustos

He tenido mas corridas que km. en mi carrera

Mi gran desgracia .. mi polla

Me casé con una miss

Me gusta ser chófer (TOMO II)

Me gusta ser chófer (TOMO I)

Bienvenida mi jubilación

Tengo una familia atipica pero con mucha memoriT

Bienvenida mi jubilacion tomo 2

Mi primer viaje en avión

Desde el balnerario con amor

El chat me ayudo con mi sobrina