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El pacto. (6)

en Grandes Relatos

                                                                    CAPÍTULO 06.

LA ESTANCIA - CAMPOS -TRANQUILIDAD…

                                                    La mañana del viernes se presentó nublada, me levanté, controlé los “cambios”, estaba seguro que ya estaban a un 80% en algunas cosas y en otros a un 100% y salí del baño tosiendo y un tanto encorvado acusando dolores en la cintura…  Desayunamos los dos juntos y yo haciéndole mimos a mi mujer porque se le caían las lágrimas como si fuera a pasar un largo tiempo sin verme (nunca mejor puesto el apelativo de “brujita” con que solía llamarla)… 

                                                  Me ayudó a guardar en un bolso algunos papeles, una muda de ropa, un sueter, una campera, la mayor parte del dinero local que llevaba, me recordó cambiar el chip al teléfono nuevo, la notebook con la batería a full, recordó y embaló todos y cada uno de los remedios que tomaba y nada más.  En mi billetera llevaba todo lo demás que necesitaba y habíamos quedado en que lo que faltara lo compraría allá…  Le di las indicaciones referentes a cualquier problema que tuviese para que se asesorara con el Gerente del Banco, al cual llamé por teléfono, lo puse al tanto y nos quedamos más tranquilos, después de todo, en hipótesis, era un ir y venir… 

                                                  Pedimos comida hecha, almorzamos y a las 13.00 me avisó que ya había pedido un taxi para las 13.45 por medio de una empresa de Radio-Taxi para un viaje al Aeropuerto…  Me sonreí para mis adentros entendiendo su buena voluntad, ahora tenía que abonarle al taxista un viaje de 40 kilómetros y yo lo usaría por menos de 20 cuadras…  Las recomendaciones y pedidos de cuidados abundaron…  El taxi fue puntual, se despidió “moqueando” y me fui por un largo tiempo y, extrañamente, sin ningún cargo de conciencia… 

                                                  Le pagué al taxista un poco más de lo que podría salir el viaje y nos fuimos a tomar un café para hacer un poco de tiempo…  El hombre entendió que yo me quería mandar una “pillería” un fin de semana alejado de la familia y se convirtió por un rato en mi compinche…  Luego nos saludamos, me deseó suerte y fui caminando hasta el garaje a retirar la camioneta…  Me fui tranquilo a casa de mi hijo y llegué cerca de las 16.00 con tiempo para tomar unos mates y ver el itinerario…  Ya llevaba preparado el “verso” que les haría sobre la entrada al hotel con mi camioneta…  Había caras largas… 

                                                  Yo pensé que estarían contentos o aliviados de tener una solución para el problema del mayor y éste me salió con una boludez que por poco no le respondo con un sopapo…

  • “Me podés explicar cómo fuiste capaz de cogerte a mi ex mujer, vos no tenés códigos”… 

                                                  Fue como si me hubieran dado un martillazo en los huevos, me enfurecí…

  • “¡BAJÁ EL TONO Y SENTATE IDIOTA!...  ¡TENÉS CASI CUARENTA AÑOS Y SEGUÍS SIENDO EL MISMO PELOTUDO AL QUE LE TOCARON EL CULO SIEMPRE!...  ¡YO NO TE ENSEÑÉ ASÍ, SI TE GUSTA QUE TE TOQUEN EL CULO Y LO PERMITISTE FUE PORQUE QUISISTE!... -le dije alterado y enfurecido- 
  • “Tranquilizate viejo, te va a hacer mal, te vas a ahogar”… -me dijo el menor-
  • “¡Claro que me va a hacer mal!...  Es que me saca de las casillas este boludo…  ¿Le pregunté o no le pregunté si sentía algo por Lucía?...  ¿Le dije o no le dije que iba a buscar a alguno para que se la cogiera porque ella andaba “buscando macho”?...  ¡A VOS TE HABLO TARADO!...  -me giré mirándolo-  ¿Te pregunté si te venía bien o no un video de ella haciendo de puta?...
  • “Si, está bien, todo eso me lo dijiste pero…”…
  • “Y AHORA ME SALÍS CON QUE ES TU “EX” MUJER Y QUE UNO NO SE LA PUEDE COGER POR CÓDIGOS CUANDO ELLA COGE SIN NINGÚN CÓDIGO CON QUIEN SE LE DE LA GANA…  ¡DE QUÉ CÓDIGOS ME HABLÁS?...  ¡QUÉ CÓDIGOS USARON PARA DIFAMARTE Y DEJARTE EN LA CALLE O PARA TRATAR DE QUITARTE A LA NENA!...  ¡VOS Y TU PELOTUDEZ NO SE CURAN MÁS!...  ¿ESTÁS TAN CIEGO QUE NO VISTE EN EL VIDEO QUE YO NO PUEDO TENER UNA PIJA ASÍ O MOVERME COMO SE MUEVE ESE TIPO?...  ¿LO ÚNICO QUE TE IMPORTÓ ES QUE NADIE SE COGIERA A “TU” MUJER, PELOTUDO?...  MEJOR TRATÁ DE UTILIZAR ESO QUE TE DI COMO CORRESPONDE O NO TE VUELVO A MIRAR EN LA PUTA VIDA POR IDIOTA…  AUNQUE LA PLATA AHORA SOBRE, ¿TENÉS IDEA DE LA QUE GASTÉ PARA HACER ESTO?...

                                                  De paso aproveché para sentarme y hacer un poco de “bandera” como si me faltara el aire y a darme “un toque” con el inhalador sin olvidarme de esa tos que ahoga y molesta…  Salí a sentarme un rato en el patio para hacer mis consabidos ejercicios respiratorios y los dejé que hablaran, al rato, tras simular una recuperación que notaron, salieron los dos y el mayor me pidió disculpas.

                                                  Dijo que en realidad se sentía un boludo y tenía tanta bronca encima que no sabía ni lo que decía y se la había agarrado conmigo haciendo un papel de celoso que no correspondía…

  • “Disculpame “viejo” disculpame, primero pensé que la ayudabas, después que te la cogías, parecía como que me “jugabas en contra” y me dejabas a mí de lado que soy tu hijo”…
  • “Vas a tener que aprender a escuchar y a pensar antes de abrir la boca, tu tozudez te lo impide y terminás siempre haciendo “cagadas” como cuando te casaste agradecido por la “ayuda” que te prestaba esa familia”…  Aprendé que hay gente en la que confiar y gente a la que se debe dejar de lado…  De cualquier forma, los hechos ya pasaron y no quiero volver a tener problemas con ustedes por idioteces o por no preguntar cuando no saben algo…  Vine a tomar unos mates tranquilo y me reciben a trompadas”… 

                                                  El mayor estaba alicaído y cabizbajo, como dándose cuenta que había meado feo “afuera del tarro”

 

  • “Bueno “viejo” si ya pasó todo, contá lo que sucedió en realidad, tengo una curiosidad que me mata”… -me dijo el menor mientras cebaba unos mates-…
  • “Cuando se fueron de acá y la acompañé al auto me dijo que se iba a tal confitería, que se había peleado con el marido y le daría bola al primero que se le cruzara, incluso me pareció que me hizo un “tiro” por el tema de la plata que necesita porque se puso un tanto “cariñosa”, como si el culo de ella valiera tanto…  Me fui a la confitería, la encontré y hablé con ella, le propuse, de frente, que si se encamaba con alguien y me dejaba mirar y filmarla haciendo de puta, yo le prestaba sin problemas lo que necesitaba, que mi fantasía era verla coger…  Lo pensó un rato y me dijo que aceptaba pero el tipo lo llevaba ella, que era un conocido que ya había visto en ese boliche…  Yo iba a ir como un “viejo mirón y pajero” y ella solucionaba sus problemas…  Por ese dinero cualquiera se abre “de patas”… 

                                                  Me quedé en silencio por si querían preguntar algo, no lo hicieron y seguí…

  • El tipo dijo que no tenía problemas pero pidió una “moneda” por el “trabajo”, le dije que no había inconveniente…  Yo entré manejando al hotel, con el tipo en la parte trasera de la camioneta, como en ese momento ella me jodía con cosquillas diciéndome que era un “viejo pervertido” y estaba agachada, no se le veía la cara y le tuvieron que pedir que la mostrara, yo vi las cámaras y le pedí después una copia a la chica, por una “módica” suma…  La plata que se ve en el video era para pagar las consumiciones, lo del C.D. y la tarifa del “amigo” de ella…  La verdad, la “reventó” y en algún momento me calenté y quise participar pero para no ahogarme me tuve que controlar y “darme” con el inhalador…  Salimos igual que entramos pero tuve que pagar los consoladores que el tipo se llevó y ahí retiré el C.D…  Espero que le sirva al Abogado y que tenga a alguien que “limpie” bien la filmación…
  • “Seguro que le va a servir, más claro es imposible y además, te aviso, ella llamó a las 14.30 para preguntar por tu número de teléfono, le dije que tenías uno nuevo, que no sabía el número y que no podía ubicarte…  Parecía recaliente…
  • “Eso es porque algunos se creen muy “vivos” y siempre aparece uno más “vivo” que ellos…  Te dije que no la iba a ayudar…  ¿Viste que jamás da el número de teléfono? pues acá tampoco quiso dármelo y me pidió que yo le dictara el número, me parece que le debo haber dado mal algún número o anotó mal algún número, ¿qué creen? pero, sigue siendo el que ustedes tienen…

                                                  Santo remedio, quedó todo bien y el “verso” salió con “moño” y todo…  Limadas las asperezas, el menor cargó un bolso con algunas de sus cosas, las pocas que había traído, las que necesitaran se comprarían donde fuere…  Nos saludamos con un abrazo los tres, hubo todavía un par de recomendaciones para que el mayor insistiera en que no sabía dónde estaba yo ni donde había ido…  El menor se subió a la camioneta en el lugar del conductor para irnos a buscar al “paisano” y desde allí, las distintas provincias y el campo nos esperaban… 

                                                  Mi amigo nos esperaba impaciente en la tranquera de su campito, la casa, bastante humilde, estaba como a unos 80 metros, luego un galpón más pequeño, un molino, un corral grande y uno más chico en que tenía apartado a dos terneros, junto a él se hallaba una parejita.  Ella no más de 17 años, cabello largo de tono oscuro, altura promedio, vestía jeans recortados a la rodilla y una camisa de hombre bastante ajustada que dejaba adivinar un par de tetas enormes que no concordaban con el resto del torso… 

                                                  De caderas grandes y piernas no tan largas pero bien formadas, no era una belleza pero en su rostro sobresalía una sonrisa pícara, junto a labios gruesos en una boca llamativa…  Siempre catalogué a estas mujeres de “futuras gordas” porque, por regla general, después del primer hijo se “ensanchan” hacia los costados, mucho más con una alimentación descuidada y sin gimnasio que la ayudara a modelarse… 

                                                  No era peyorativo no las discriminaba ni las apartaba de mi trato pero estaban lejos de mí gusto particular por las mujeres…  De todas maneras, ella no se privó de mirar bien la camioneta y tratarnos con mucha deferencia y atención a mi hijo y principalmente a mí, aunque nos saludó con la mano parada al lado del muchacho…

                                                   Ambos eran pareja, el muchacho, un par de años mayor que ella, era el típico joven criado en el campo del interior de alguna Provincia, hosco, callado, de pocas palabras…  Un poco más alto que su pareja y se lo notaba musculado producto del trabajo rural y de manos grandes que apretó con ganas cuando nos saludó mirándonos a los ojos…  Era lo esperado, “jamás le des la mano con flojeras a un hombre criado en el campo”, alguna vez me lo habían dicho y era muy cierto…  El apretón de mano y la mirada es la forma que tienen para catalogarte, un citadino que da la mano floja y no te mantenga la mirada pasa a ser alguien que no se merece su atención ni su respeto… 

                                                  Con mi hijo sucedió lo mismo, ninguno de ellos daba la mano con resquemores y siempre con la vista fija en el que saludaban (yo les decía que el que daba la mano floja o escondía la mirada demostraba falsedad)…  El paisano amigo estaba apurado por salir pero le dije que yo andaba con hambre porque casi no había comido y prefería “picar” algo antes y de paso, ponernos de acuerdo para que lado íbamos a “rumbear” ya que había visto en Internet que había muy buenos campos en el interior de la Provincia de Buenos Aires y era tomar hacia el Oeste o hacia el Norte, había que decidirse antes…  Además quería hablar con él porque el fin de semana se estiraría y eso no se lo había dicho…

                                                  A fin de evitar que la chica se pusiera a cocinar o recalentar algo, le dije que como era un imprevisto era mejor que mi hijo fuera a comprar a una parrilla que funcionaba al costado de la ruta, pollo, carne asada, gaseosa y una par de “picadas” completas de fiambres y quesos…  Le di dinero y se fue con el sobrino del paisano, mientras mirábamos las opciones y él me iba diciendo cuales eran las zonas donde había mejor pasto para el ganado o más posibilidades para la siembra.

                                                  Le remarqué que yo, además, pretendía una buena casa principal con las mejores comodidades, casa para el Encargado, buenos galpones, alambradas en condiciones y que no pensaba escatimar para vivir bien, la mujer del sobrino, solícita y sonriente, nos cebaba unos ricos mates, no sé si era yo y mi mente “extraña” pero me pareció notar un movimiento de caderas que no había notado antes, a la par que un botón de su camisa se había soltado dejando ver más carne que cuando nos presentaron, traté de ignorarlo… 

                                                  La cosa se complicó un poco cuando le hablé de los días que pasaríamos afuera, él no lo esperaba y estaba comprometido para hacer unos trabajos de poda (pasto, cercos, jardinería en general) puesto que de eso subsistía…  A pesar que un principio se negó, lo convencí para que le dijera al sobrino que los trabajos más urgentes los fuera haciendo él y le dejé dinero suficiente y más para los casi diez días o menos que pasaríamos viajando…  Volvieron con la comida, le “entramos” con ganas y luego de un rato, estaban cercanas las diez de la noche, arrancamos hacía el Oeste, hacía el interior de la Provincia de Buenos Aires…

                                                  A la una de la mañana llegamos a uno de los pueblos a los que nos dirigíamos, a esa hora imposible hacer nada y alquilamos dos habitaciones en un motel de ruta pidiendo que nos despertaran a las siete de la mañana…  Bañados y bien dormidos, en la mañana nos fuimos a desayunar y preguntamos la dirección de la inmobiliaria que figuraba en Internet y que tenía tres posibles lugares para vender, nos dieron las indicaciones y hacía allí nos dirigimos… 

                                                  La dueña de la inmobiliaria era una mujer que rondaba los cuarenta años, rubia, 1,65 de altura, bien vestida, cabello largo bien arreglado, blusa blanca abotonada cerrada al cuello, pollera ajustada que marcaba sus formas, rostro, tetas, culos y piernas llamativos, nos atendió con deferencia pero, un tanto distante…  A pesar de la camioneta, nuestra traza no ponía de manifiesto a personas adineradas y mucho menos a ganaderos o posibles ganaderos o agricultores para las 145, 185 ó 200 hectáreas que tenía a la venta… 

                                                  Se la notaba acostumbrada a poner de manifiesto su altivez en el trato, yo la catalogué enseguida como a alguien con una educación elitista obligada ahora, por no sé qué problemas de vida, a tener que trabajar en un rubro que conocía y que le permitía mantener algo de su ritmo de vida, también podría ser que se demostrara así por el prototipo de mujer “mal-cogida” que muchas tienen pero sería ahondar demasiado… 

                                                  Era Abogada y en la misma Inmobiliaria funcionaba su estudio…  Nos hizo pasar a su despacho, que se notaba que no era el que oficiaba de Estudio Legal y comenzó con las preguntas y las indicaciones y especificaciones de los dueños para vender las propiedades…  Más que especificaciones e indicaciones eran trabas para no vender y no estaba tan seguro que éstas las pusieran los dueños… 

                                                  Hacía hincapié en que los campos deberían ser utilizados para la cría de ganado vacuno o equino de raza…

  • “Para eso habría que ver la calidad de los pastos, como están divididos los potreros para apartar la hacienda y las instalaciones, corrales, galpones, la casa…”… -dijo el paisano amigo-…
  • “Para tener una mejor idea al respecto, es necesario que nos muestre los lugares”… -agregué yo-
  • “Primero no le dije los precios, que el pago es 50% de anticipo y 50 % a la escrituración y ahora yo no puedo ir a mostrarles nada, no estoy vestida ni calzada para ir al campo y mi marido que hace las visitas con los interesados está en los Juzgados de la ciudad vecina hasta el mediodía atendiendo un caso judicial porque él también es Abogado”…

                                                  Algo que nadie le preguntó y dicho todo con un tono de soberbia…  Decididamente, estaba perdiendo el tiempo y me molestaba su actitud y modos altaneros, entonces pedí a mi amigo y a mi hijo que se fueran a dar una vuelta por el pueblo que yo tenía que hablar con la señora sobre precios y formas de pago… 

                                                  Mi hijo me miró entendió que me estaba enojando, me apretó un hombro como pidiendo calma y me dijo que estarían por la plaza tomando un café…  Cuando salieron me volví hacía la “Doctora” y le dije:…

  • “Mire “señora”, en tren de sinceridad le diré que, ya, en este acto, puedo adquirir los tres campos de contado pero no me gustan que me digan lo que debo o no hacer con algo de mi propiedad, por otro lado, es una pena que usted no me pueda llevar a verlos porque me hubiese gustado echarle un regio polvo en alguna de las habitaciones de una de esas casas pero, visto las posibilidades no podremos hacer negocios ni coger tranquilos, tenga usted muy buenos días”… 

                                                  Mientras terminaba de hablar, ya le había cambiado la cara y de reflejar estupor pasó enseguida a mirar con un gesto lujurioso, a pasar la lengua por sus labios y a desabrochar los botones de su blusa, se dirigió rápido hacia la puerta para impedir que saliera y me dijo poniendo las dos manos sobre mi pecho y su cara a dos centímetros de la mía…

  • “No se vaya, por favor, lo de los negocios no me importa tanto como las ganas que tengo de tenerlo adentro”… 

                                                  Me besó con furia, con desespero, con lengua y gemidos que crecían, luego me tomó de la mano y me llevó a un despacho con una enorme biblioteca y un escritorio de madera maciza ante el que se paró mirándome y sacándose la ropa a tirones, quedó con un sujetador que apenas tapaba sus pechos medianos pero duros y parados, una tanga que cubría poco y nada dejaba apreciar la plenitud y buena conformación de sus caderas…  Después se pegó a mí, me sacó la remera y aflojando el cinturón y el cierre bajó de un tirón pantalón y bóxer… 

                                                  Tomó mi miembro con su mano como sopesándolo y lo miraba fijamente…

  • “No voy a poder con esto pero lo necesito,-repetía-¡qué ganas que le tengo!, saque a la puta, saque a la puta y hágala mierda, deme pija aunque me atore, por favor”…

                                                  De seguido se arrodilló y no hubo besitos que valieran, se mandó glande y tronco de un envión y por la mitad, comenzó con las arcadas, me miraba lagrimeando y sin hablar porque la boca ocupada se lo impedía pero sus ojos rogaban por recibir más…

  

  • “No puedo, no puedo” -decía, babeando su boca, pera y torso-.

                                                  A punto del vómito, no la dejé proseguir y la saqué…

  • “Deme, deme, métala en algún lado, me estoy prendiendo fuego, cójame sobre el escritorio, rápido, no se pare, empuje y métala”… 

                                                  Apoyada con el culo al aire me pareció mejor y me reafirmé en la idea que hay culos que se ven más lindos desnudos…  Apenas una mano en su rajita que noté muy mojada y que ella mojó más con un orgasmo repentino y la quise enfundar de un golpe…

                                                  No pude, la noté estrecha y el agujerito se resistió y ella no podía evitar gritar…

  • “Me duele señor, me duele, que no le importe, no pare, empuje, tiene que entrar, es sólo al principio, empuje”… 

                                                  El glande calzó y comencé a penetrarla como pidiendo permiso, notando como se ensanchaban las paredes para amoldarse al grueso tronco que la perforaba…  La mujer gritaba sin que nada le importara, el dolor se le notaba pero, a la vez, movía el culo como una culebra pidiendo más…

  • “Es un parto, es un parto, meta más, tiene que entrar toda, hasta el fondo, ahhhhh”, exclamó de alivio y gozo cuando toqué sus nalgas con mi pelvis… 

                                                  Después de un pequeño rato en que la esperé, comenzó a moverse con ganas, ¡Bahh, para que escribir otra cosa!, empezó a cogerme en un impetuoso avance y retroceso acompañado de gritos, gemidos y orgasmos encadenados… 

                                                  Atiné a frenarla un poco introduciendo mi pulgar derecho en su ano e imité sus movimientos de forma acompasada…  Como no pareció disgustarle, algo que tampoco me importaba mucho, introduje el otro pulgar y la dilatación respondió rápido a los dedos…

  • “Pare, pare, no puedo más, quiero seguir pero no puedo más”, -dijo después de su enésimo orgasmo-... 

                                                  Quedó tirada boca abajo sobre el escritorio con el cabello desparramado que le cubría el rostro…  ¡Qué me importaba a mí que no quisiera más, yo no había terminado!...  Saqué los dedos de su ano y los reemplacé con mi “renovado y crecido amigo”, quiso moverse como para negarse y dos chirlos en cada nalga la “amansaron”, después entré como “pancho por su casa” y el grito amortiguado por su mano no fue impedimento para que mis huevos chocaran contra los labios de su vagina… 

                                                  El ritmo fue cada vez más fuerte y ella se acopló enseguida a los envites…

  • “Rómpalo a ese también que el fuego lo siento ahí como en mi “pussy”, apáguelo, apáguelo y dele duro hasta el fondo”… 

                                                  Apagarlo no sé pero que lo iba a empapar estaba seguro y de un último empujón, me derramé rebalsándolo de leche junto al grito de satisfacción y el orgasmo que ella no pudo ni quiso evitar…  En un bañó anexo me limpié con una toalla húmeda, me lavé en un bidet, me sequé y me vestí para irme…  Ella continuaba tirada desnuda sobre el escritorio que estaba impregnado de flujos y semen, estaba derrengada y no podía ni moverse, le dije que me llevaba una de sus tarjetas y asintió con un gruñido y levantando la mano…

                                                  Salía de la Inmobiliaria-Estudio Jurídico y caminé hacia el lado de la plaza del pueblo, no había caminado 30 metros cuando vi estacionar un auto de alta gama a las puertas de la Inmobiliaria y descender del mismo a un hombre trajeado de unos 45 años que entró con seguridad y paso firme al local…  ¡Qué te cure Lola!, ni siquiera temí por denuncias legales, sabía que “me protegían” y hasta que pasara el despelote allí adentro tenía tiempo de almorzar… 

                                                  En una confitería frente a la plaza encontré a mi hijo y al paisano, les comenté que no había forma de hacer negocios con esa gente que mejor era que comiéramos algo y nos fuésemos para otros lugares…  Es lo que hicimos pero retomamos, fuimos para el lado de la Costa Argentina, mi hijo había visto un par de estancias en venta en una zona de tierras muy valoradas y con una edificación e instalaciones muy acordes a lo que yo pretendía, eso sin contar que a él le convenía por la proximidad de la zona en que se movía habitualmente…  Me pareció buena idea, al paisano le gustó también porque era una zona agrícola-ganadera por excelencia y hacía allí nos dirigimos después de los postres y los café…

                                                  Sin excedernos en la velocidad y parando cuando se nos ocurría, llegamos a los alrededores de la ciudad de Balcarce como a las nueve de la noche, alquilamos un par de habitaciones en un hotel bastante “acomodado”, nos dimos un buen baño y nos fuimos a cenar, después nos podríamos ir a tomar algo en alguna confitería y, si se daba, hacer algunas “amistades”… 

                                                  A la mañana siguiente no necesitábamos levantarnos temprano, una porque “manejábamos” nuestros propios tiempos y otra porque era domingo y no habría Inmobiliarias abiertas…  El viaje, el baño y la cena abundante, medio que “nos volteó” pero mi hijo, amante de la noche, nos insistió para ir a tomar algo en una confitería céntrica…  El paisano estuvo de acuerdo con un razonamiento que no admitía reproches, “no salgo nunca, una noche más o menos, me vendría bárbara”… 

                                                  Nos fuimos a tomar algo en una confitería, ésta tenía un ambiente bastante juvenil y no tan juvenil pero no era para nada “familiar”…  Yo estaba desactualizado con eso de salir de noche pero, lo había hecho por mucho tiempo y me di cuenta que, los modos, los movimientos, las actitudes y la “fauna” no cambia, cambian las edades y aún hay algunos “nostálgicos” que permanecen pero, todo lo demás es igual, quizás con menos inhibiciones y más drogas que te ayudan a las estupideces pero, todo igual o muy parecido… 

                                                  Champan, el mejor que había, una “picadita” pedida en la barra y una botella de la mejor cerveza importada que tenían (para el paisano) y el dinero contante y sonante al abonar, nos “habilitó” una mesa bastante reservada…  Mi hijo se puso a charlar en la barra con un muchacho joven que resultó ser el dueño y, al rato, lo teníamos sentado junto a nosotros… 

                                                  En la charla surgió que veníamos a ver unos campos en la zona para comprar y luego de un rato, las tres jovencitas, casi adolescentes que se acercaron, se unieron a la conversación sin decir agua va…  Las tres eran unas bellezas y si no las “manejaba” el dueño del local o algún tipo mayor que no valiera, lo busqué y lo encontré sentado en una mesa, hablaba con otra chica jovencita y no nos perdía de vista…  Luego de otra vuelta de bebidas en que ellas se sumaron, me disculpé para ir al baño y le dije al paisano que quería hablar con él… 

                                                  Me siguió y le dije que si se quería ir con alguna de las chicas, que me lo dijera, que no había problemas, que lo que pasaba en el viaje se quedaba en el viaje, me dijo que le gustaría pero si había que pagar, él no podía…

  • “Que no se hable más, elegí de las tres la que más te guste, las chicas son “trabajadoras” y no les vamos a hacer perder la noche de trabajo, ¿no?”, se rió y me dijo que ya había elegido… 

                                                  Volvimos a la mesa, luego me acerqué a la barra y le pregunté al dueño con quien tenía que hablar por las “chicas”…  Le hizo una seña y el hombre de la mesa se levantó y vino a la barra a hablar conmigo…  Dos con mi hijo, una con el paisano, hasta las diez de la mañana pero, eso sí, él las llevaba al hotel y las iba a buscar…  El pago fue un anticipo y el resto a las chicas…

  • “¿Usted no necesita nada, jefe?”…-preguntó-
  • “No mi amigo, yo no estoy para esos trotes, voy a aprovechar para dormir”…  No insistió… 

                                                  En el hotel tuve que alquilar otra habitación para mi hijo, el “encargado” de las chicas las llevó hasta la puerta de cada habitación…  Ellos no pudieron casi dormir, según dijeron, las chicas no se negaron a nada y la pasaron muy bien,  yo, aunque en un principio estuve tentado de participar, dormí como un “pasha” a “pata suelta” hasta las nueve de la mañana…

                                                  Luego de almorzar, averigüé en un destacamento policial como llegar al pueblo vecino y, si sabían, como llegar a una Estancia que estaba en venta, les mostré las fotos de Internet y nos dieron los datos precisos…  Al llegar la tranquera principal estaba abierta y encaré la camioneta por todo un camino mejorado y abovedado por árboles que formaban prácticamente un túnel, los palos de las alambradas parejos y pintados, las alambradas firmes, las tranqueras de las separaciones en el campo o potreros pintadas y encuadradas… 

                                                  El camino te llevaba a bordear un pequeño bosquecito de paraísos muy tupido y así hasta la casa principal que, con un gran parque, se  te aparecía como de sorpresa al girar una pequeña curva del camino, el casco propiamente dicho era una belleza, una casa enorme de grandes ventanales, el parque era inmenso, jardines, estacionamiento cubierto con un sobre-techo demarcado por columnas y hacia uno de los costados otras instalaciones separadas con un cercado de madera y tranqueras chicas y campo por los cuatro costados porque por detrás uno se imaginaba más instalaciones, galpones, casa de caseros o encargados y más campo ya que el aviso hablaba de 400 hectáreas… 

                                                  De uno de los costados de la casa, nos salió a recibir una pareja que bordeaba los cuarenta años, vestidos casi iguales, con camisas y las típicas “bombachas” de campo (pantalones con botón y ojal en los tobillos, el de ella, relleno y ajustado en sus nalgas, remarcaba buenas, muy buenas asentaderas) indudables mujer y hombre de campo…  Habló el hombre y le dijimos que veníamos por el aviso y aunque era domingo, aprovechando que parábamos en el pueblo vecino, nos habíamos acercado para ver algo del lugar y tratar que nos dieran alguna información… 

                                                  Resultó ser el Encargado, fue amable pero bastante reticente, sólo nos dijo que la información debíamos recabarla en el Estudio Jurídico de tal Abogado que era quien llevaba todos los papeles de la venta…

  • “Si el Doctor no está, lo que pueden ver es lo que ven”, nos dijo de buenas maneras pero cortante y parco… 

                                                  Ya me hacía a la idea de retirarme cuando el paisano le preguntó por una maquinaría y por un tractor que se hallaba al costado de un galpón, le habló de modelo, tipo de trabajo que hacía y otras cosas que no entendí…  Allí se trenzaron los dos a hablar cosas propias de maquinarias, animales, caballerizas, corrales, ya fueron “como chanchos” y se alejaron conversando, dejándonos a mi hijo y a mí junto a la mujer que era su esposa…

  • “Estos tienen para un rato”… -nos dijo-  

                                                  Nos convidó amablemente y con sonrisa simpática con unos mates que aceptamos encantados y pasamos al fondo de la casa grande.  Allí se apreciaban mejor otras instalaciones, maquinarias, garaje para cuatro autos, la casa de los caseros muy bien arreglada y pintoresca, una casa de huéspedes, pileta de natación grande de 18 x 6 metros con una isla de vegetación tupida al costado, quincho grande con parrilla, cancha de tenis y de fútbol, corrales, tres galpones más, todo parquizado con césped cortado muy parejo y campo hasta donde te daba la vista, en algunas partes animales… 

                                                  Al fondo de la casa, como a cien metros se divisaba una edificación y al preguntar, la mujer me dijo que encerraban a tres enormes tanques de gas que se llenaban cada tres o cuatro meses por medio de camiones de la empresa de gas y que éstos abastecían las casas… 

                                                  Al rato regresaron los dos hombres e, informado de mi interés por comprar por la charla con mi amigo, el Encargado me preguntó qué sería de ellos dos si yo compraba la Estancia, le pregunté al paisano que opinaba de su nuevo amigo y me contestó que reunía todas las condiciones y conocimientos para seguir en el puesto pero que estaba viendo que para que esto caminara mejor había que traer más personal… 

                                                  Les contesté que por mí no habría inconvenientes, que le garantizaba el lugar y el sueldo y que sobre mejoras hablaríamos más adelante, que yo lo quería más para elegir y dirigir gente que para cortar los pastos o pintar palos…  La mujer sonrió satisfecha imaginando otro panorama pues ella sola, hasta ahora se ocupaba del mantenimiento de la casa y para más, nos dijo con vergüenza que hacía tres meses que no cobraban sus sueldos…

                                                  Sin ir más lejos o hablar de más, delante nuestro llamó por teléfono al Abogado que vivía en el pueblo y lo puso al tanto de mi interés haciendo hincapié en que al interesado le urgía saber precio, condiciones papelerío y demás porque tenía otra estancia en vista y se había llegado al lugar, sólo “de pasada”…  El Abogado pidió hablar conmigo y nos pusimos de acuerdo para esperarlo, que en unos 45 minutos estaría por el lugar, dado que era también el Apoderado y podría disponer por si, en nombre de los dueños… 

                                                  Nos pidió un poco de paciencia y que fuéramos viendo la propiedad, para lo cual le di el teléfono al Encargado, quien recibió la orden de mostrarnos todo…  Mi amigo en un aparte me dijo que, si el precio me cuadraba, era una buena tierra, con buenos pastos y era difícil conseguir unas instalaciones similares… 

                                                  Con esas premisas esperamos al Abogado-Apoderado recorriendo el lugar con la pareja y tomando unos ricos mates que la señora nos cebaba portando el termo de agua caliente…  El lugar nos encantó e incluso nos enteramos que había 250 cabezas de ganado, por lo menos 100 para su pronta venta y treinta caballos, además de aves de corral, había luz eléctrica con señal trifásica, buena señal de celular, tres tanques Australianos grandes como bebederos para los animales y tres perforaciones más con extractores de motores diesel para los bebederos en distintas partes del campo… 

                                                  Eso sin contar con aperos, herramientas manuales, podadoras, tractores chicos para cortar el pasto en síntesis, un lugar muy completo, ahora sólo restaba “afinar el lápiz” con el Abogado y ver las posibles deudas a cubrir…  En lo interno, sabía que quería ese lugar para mí y el dinero no sería un impedimento…

                                                  Antes que se cumpliera la hora llegó el Abogado-Apoderado del lugar…  Se presentó y pasamos al interior de la casa que estaba completamente amueblada, salvo un par de cuadros y dos muebles que se llevarían los dueños (o él), lo demás permanecía todo en la casa…

                                                  Nos sentamos y de entrada me dijo que él era el único autorizado para vender la propiedad y realizar las escrituraciones a nombre de él o los futuros compradores, los dueños de la propiedad eran una pareja de ancianos daneses que vivían en el sur del país en otra estancia similar, no había descendencia y ya no se encontraban en condiciones de atender ésta, la que venía teniendo problemas desde hacía un par de años… 

                                                  Me mostró todos los papeles que lo acreditaban como tal y las autorizaciones para vender, más las deudas de impuestos municipales y estatales…  Respecto al precio, era a “tranquera cerrada”, es decir, con todo lo que estaba adentro, pedía una cantidad determinada y el comprador debía hacerse cargo de los impuestos y sueldos atrasados del personal, además de los honorarios de los profesionales intervinientes…  Se abonaba un 60% a la firma del boleto y el 40% restante a los 30 días en la firma de la escrituración…  

                                                  Sabiendo que estaban pasando algunos problemas de deudas de sueldos, impuestos y mantenimiento, sumado a la urgencia por vender hice una contraoferta que, seguramente, estaba esperando…  Pedían, en Dólares, 5 millones, ofrecí 4 millones de contado con transferencia bancaria inmediata, ocupación en el acto y la escrituración con todos los impuestos pagos en un plazo de siete días, no me hacía cargo de ninguna otra deuda u honorario, ni impuesto de venta… 

                                                  El Abogado se sonrió y me dijo:…

  • “Aunque yo dijera que si y la cantidad no me disgusta, no creo que tenga ese dinero en la camioneta”…
  • “Si usted tiene las llaves de la casa y los papeles para cerrar la operación ya, debidamente registrado en el boleto de compra venta y un Escribano que certifique para que después no aparezca ningún “martes 13”, yo la plata la tengo en mi bolsillo”…
  • “¿Cómo que la tiene en el bolsillo?”…
  • “La tengo en esta tarjeta Doctor y la puedo usar para mover fondos cualquier día y horario de la semana…  Si usted cobra con tarjeta de crédito las consultas en su Estudio debería saber lo que es”…  Le mostré la “Dorada” que cada día me gustaba más y abrió grandes los ojos…

                                                  Inmediatamente se puso al habla con un Escribano de su amistad, le pidió venir al lugar con el libro de Registro de Firmas.  El problema era la falta de Internet y de computadora para hacer todos los papeles y quedamos en que me iría con él al pueblo…  Me fui con mi hijo que estaba enloquecido con la posibilidad de comprar esa propiedad y le dije al paisano que fuera hablando y conversando con el Encargado y su mujer para buscar un lugar donde quedarnos y que le dijeran cuales eran las necesidades más urgentes… 

                                                  Fuimos al pueblo, hicimos la papelería con los compromisos correspondientes, se firmó el Libro de Registros de firmas del Escribano y me dieron las llaves después de la transferencia exitosa…  Al final pagué 4 millones cien mil, para que el mismo Abogado y el Escribano cobraran y se ocuparan de toda la urgencia de la papelería…  Volvimos a la Estancia, con las llaves, con las carpetas que me acreditaban como nuevo dueño y con una alegría inmensa plagada de futura tranquilidad…

Continuará.

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Gracias.

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