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El pacto. (11)

en Grandes Relatos

CADA VEZ MENOS PROBLEMAS -

PROBANDO CON SOL.

                                                  Pintaba para entretenido el viernes, a las 08.00 de la mañana ya no pude seguir durmiendo, desayuné y me fui para el lado de los corrales…  Saludé a los veterinarios del SENASA que estaban vacunando la hacienda y al herrador que ya se dedicaba a desvasar a los caballos, preparándolos para herrarlos, los primeros serían los que deberían quedar separados, la actividad era ardua pero me desentendí rápido, los papeles y el trato con ellos lo tenía Fernando y lo dejé a él con todo el lío…  Estaba entrando un auto con dos personas a bordo y eran el Gerente y el Encargado de la empresa que se ocupaba de asfaltar las calles, me presenté con ellos y diciéndole a Ana María que atendiera a los del vivero pues ya estaba viendo  a la camioneta que ingresaba, le avisé que, en principio, le mostrara dónde quería poner los robles y que preguntara cuantos necesitaría…  Yo me fui a recorrer el camino a asfaltar…

                                                  No hubo mayores problemas, la calle estaba bien y me mostraron que tipo de mejorado usarían, los cordones que pondrían y aunque eran 700 metros, les hice colocar unos 100 metros más hacia el otro lado de la entrada de la tranquera…  Para el mejorado del ingreso a la Estancia sólo eran necesarios algunos retoques…  Me hizo el presupuesto y arreglé con ellos y el Gerente del Banco la transferencia de fondos para el adelanto, empezarían el lunes asfaltando primero una mano y luego la otra, el viernes, si no llovía, tendrían todo terminado…  Me despedí y me puse a conversar con el Electricista que tenía a la gente trabajando en las perforaciones para colocar las columnas…  Esto iba rapidísimo por las perforaciones se hacían con una máquina, dejando todo a la misma profundidad, esto estaría listo para el lunes porque al ser una empresa familiar trabajaban sin problemas todo el fin de semana…

                                                  Con un hombre del personal que colocaba las columnas, un primo del dueño, hubo un accidente, se cortó en un brazo, no era grave pero ameritaba ocho o diez puntos de sutura…  Fue atendido rápida y diligentemente por Carolina, le limpió y desinfectó la herida, le practicó la sutura mejor que en una sastrería, le inyectó una vacuna antitetánica y le dio calmantes, antibióticos y lo vendó para que no tuviera inconvenientes…  Quedaron todos impresionados por la atención esmerada que le brindó y asombrados al saber que, en la Estancia, los trabajadores podían contar con una atención médica de urgencia, apuntalada además por una tecnología de primer orden y con medicamentos sin cargo…

                                                  Mientras eso sucedía con el herido, yo me dirigí a hablar con el dueño del vivero, me mostró los lugares dónde podría poner los cítricos y las hortalizas, hizo una lista con lo que le pedí y dijo que no tendría problemas con la mayoría de los árboles y plantas pero quería ir cobrando a medida que me las hiciera llegar porque no todas podían ser plantadas en esta época y no tenía sentido tenerlas tiradas en un galpón…  Me agradó que no buscara de aprovecharse de un posible cliente…  Me dio el número de teléfono y quedamos en que, a medida que los lugares estuvieran aptos para plantar me haría llegar las plantas, que lo arreglara primero con el Jardinero pero desde ya me contaba como cliente preferencial…

                                                  En vista que había más de 25 personas trabajando en la casa, le dije a Ana María que llamara al Almacén para que mandaran carne suficiente, chorizos, chinchulines o pollo si así lo estimaba, tomates para la ensalada, algo de lechuga u otro tipo de verdura verde que ella quisiera, cinco damajuanas de 5 litros cada una de vino bueno, dos cajones de gaseosas, carbón o leña y que viera si me olvidaba de algo más, tablitas para usar como platos y cubiertos sobraban…  Tardarían como una hora y que apenas llegara el pedido le avisara a Fernando para que dispusiera de dos hombres para hacer el asado y comer al mediodía…  Después me fui a tomar mate a la cocina…  Me acordé en la cocina que tendría que pasar por el Banco, lo hablé al Gerente para avisarle que estaría por allí a eso de las dos de la tarde, quizás antes, para retirar la chequera y que me preparara una remesa de dinero porque necesitaba efectivo, me preguntó si necesitaba una custodia y le dije que no era necesario, íntimamente sabía que “alguien” no dejaría que nadie se me acercara con malas intenciones…

                                                  Al tercer mate, entró Sol llegaba más tarde porque había comprado los materiales y venía con el dueño de la combi para hablar sobre los traslados, me presentó, lo hice pasar a tomar unos mates y le avisé a Gonzalo para que ayudara a Sol a descargar…  Con el dueño de la combi llegamos pronto a un acuerdo, eran dos viajes por día, los cinco días de la semana…  07,45 a más tardar toda la gente en la Estancia y luego a las 17.00 cuando terminaban éstos su horario de trabajo…  Yo le aceptaba el precio pero él me tenía que asegurar que no fallaría con la gente, me contestó que tenía dos vehículos por si alguno no podía cumplir y en caso de enfermedad, los viajes los haría su hijo…  El viaje duraba 30 minutos sin correr, así que 07,15 el saldría de la parada, quien no estuviera allí debería dar las explicaciones pertinentes al Encargado…  Empezaría el lunes y lo llamé a Fernando para que se pusiera de acuerdo con él respecto a la parada y para que le avisara a los trabajadores y a las mujeres que tenían que venir, luego me despedí del señor y los dejé conversando…

                                                  Se me acercó Sol para decirme lo que había comprado e informarme que allí también vendían escritorios y sillas para oficina, no le di mucha “bola”

  • “En un rato Sol, en un rato te atiendo, ahora quiero seguir con el mate y mi relax porque hoy me “ametrallaron” de todos lados…  Yo te llamo”…

                                                  Se fue a ordenar lo comprado acompañada de Gonzalo…  Recién allí, cuando se marchaba, pude darme cuenta que traía puesta una falda acampanada de color claro que le llegaba a medio muslo y otra remerita que también dejaba su ombligo al descubierto, lo poco que se veía de sus muslos y las pantorrillas junto a sus tobillos finos, eran dignos de admirar…

                                                  Después de terminar un termo completo, escuché que llegaba la camioneta del almacén, éste, en otra época podría denominarse “ALMACÉN DE RAMOS GENERALES”, hoy en día, en la ciudad se los conocía como SUPERMERCADOS porque comercializaban una variedad de productos con varios comercios en uno, en el pueblo todavía se lo conocía como ALMACÉN y uno sabía que allí se podría encontrar de todo…  El conductor de la camioneta me pidió que no le pagara en efectivo, para evitar algún posible problema en su regreso, el dueño le había dicho que cuando yo pudiera pasara por el Almacén…  Estuve de acuerdo y le dejé un par de billetes de propina, cosa que lo sorprendió bastante porque no era algo que se acostumbrara en los dueños de los campos…

                                                  Los dos trabajadores junto a Ana María, Carolina y Gonzalo que les daban una mano, se pusieron a preparar las ensaladas y a salar la carne para mandarla a la parrilla donde ya el fuego estaba preparado…  Yo aproveché para ir a conversar con Sol y que me contara algo más de ella…  La encontré terminando de acomodar algunas cosas y parecía hacerlo con eficiencia y alegría…

  • “Bueno Sol, ahora soy todo tuyo, ¿qué era lo que querías contarme?...
  • “Quería decirle que, en el mismo lugar donde compré los materiales, venden mobiliario para oficina, vi un escritorio con silla, un armario y una silla para computadora, además, me permití decirle al dueño que a usted les gustaría verlos, no sé si hice bien”…
  • “Le pagaste lo que compraste”…
  • “No me anotó todo y también quería pedirle el dinero para pagarle hoy a la tarde o mañana”…
  • “Vamos a hacer algo, almorzamos rápido y nos vamos al pueblo para arreglar todo eso y para ver lo que te gusta y no acomodés mucho aquí porque te voy a mudar a la habitación que tiene salida a un costado de la casa para que la uses como oficina privada y atiendas al personal allí…  De paso, pará de moverte, “desensilla” un poco, sentate y contame algo de vos”…
  • “No sé Guillermo, que quiere que le cuente, usted pregunte y yo le contesto, ¿sí?”…  Se sentó muy modosita juntando las rodillas… 

                                                  Me daba la impresión que tenía una Educación estricta para el trato con sus semejantes y no dejaba traslucir “rebeldías”

  • “Dónde vivís lo voy a saber hoy cuando te lleve, ¿con quién vivís?, ¿tenés hermanos?, ¿hay relaciones de novios, novias o amigos/as con “derecho a roce”?, ¿qué carrera te gustaría seguir?, ¿Cómo fuiste como estudiante?, no sé, se me ocurren un montón de preguntas”…
  • “Usted me dijo que la relación debería ser leal y “de frente”, pues yo no tengo problemas en responderle todo lo que me quiera preguntar…  En principio vivo con mis padres, a mi papá en el pueblo se lo conoce como “El Alemán Grandote” porque mide como dos metros y es descendiente de alemanes, trabaja como Portero en la escuela primaria y secundaria, mi mamá es más chiquita y la llaman “La Alemana”, no es alemana pero como es rubia y está casada con “El Alemán” lo asocian”…
  • “He conocido parejas así, muy desparejas en lo físico pero se suelen llevar bien”…
  • “Parece que se llevan bien pero de eso no podría opinar, en casa “las cosas de los padres” son “cosas de los padres” y no demuestran ante nosotros nada de su intimidad pero creo que se llevan bien…

                                                  Se quedó callada mirándome y como esperando que diera alguna opinión al respecto, no dije nada y siguió:…

  • Tengo dos hermanas mellizas, parecidas a mí y tienen 17 años, son más de salir y juntarse con amigos y amigas…  Yo tuve un “pretendiente” con el que salí un tiempo pero nunca llegó a ser novio y resultó un “charlatán”, hay unos cuantos que tienen ganas de acercarse a charlar pero parece que mi papá los asusta, lo que no saben es que nunca pelea con nadie y nunca me prohibió que ninguno se acercara…  Tengo dos amigas de mi edad a las que les gusta salir seguido a bailar y a tomar algo pero son sólo amigas desde la primaria, no la voy con eso de que “se gusten” las mujeres, usted me entiende”…
  • “Perfectamente y como estudiante”…
  • “Yo nací y me crié en este pueblo, fui buena estudiante y buena alumna y soñaba con seguir una carrera en Económicas pero la Facultad queda muy lejos y los recursos no dan para pagar estudios y estadías…  Ahora, por lo menos puedo ayudar a mis padres y a mis hermanas, vestir mejor, darme algún gusto…  Se va a reír, en casa compramos ropa para una y nos la prestamos”…
  • “Tu papá de parabienes, tiene la casa llena de muñecas”…
  • “Mi papá es un fenómeno, trabaja desde la siete de la mañana hasta las seis de la tarde, hace cosas en casa y los fines de semana hace “changas” para tratar de mantenernos bien a todas…  Tuve que convencerlo y medio enojarme para que me permitiera trabajar aquí, hasta que lo comprendió porque yo necesito hacerme mi propio porvenir”…

                                                  Me daba cuenta que era una mentalidad cercana a la mía y que, en las ciudades grandes o no tan grandes, ya no se estilaba tanto…  Había muchas pautas de Educación que se habían perdido y la mayoría de los jóvenes, por rebeldías propias o incentivadas, no le daban mucha “bola” a la familia, a las normas de la convivencia, también entendía que no todo era culpa de los jóvenes, los padres “ayudaban” bastante a que todo esto se tergiversara, desatendiendo las necesidades y la Educación de sus hijos…

                                                  Notaba que era y se demostraba como una joven educada y ubicada, no obstante, solía tener una miradas y sonrisas que daban lugar a pensamientos masculinos “non santos”, esto sin contar con un físico, gestos coquetos y una cara que podrían abrir las tranqueras a una “manada de ratones” y yo no era inmune a esto…

  • “Me agrada mucho como pensás y como sos pero, como yo soy un “veterano” con muchas “batallas” de toda índole encima y discrepo con la idea de mandar a decir las cosas, tengo que decirte que te faltan muchas cosas todavía, la inteligencia no te asegura ser una mujer discreta que esté preparada para hacerte tu propio porvenir”… -Eso, evidentemente, no le gustó-…
  • “Yo me considero muy mujer y sé ser muy discreta, entiendo mucho más de lo que demuestro…  ¿Por qué me dice esto?”…
  • “Porque por tu Educación y aparente pocas vivencias, la ciudad y su gente te hubiesen deglutido…  Uno tiene que saber lo que quiere y como lograrlo, muchas veces también saber aceptar y callar…  De todos modos, no me hagas mucho caso, debe ser de “viejito” que hablo”…
  • “No se enoje por lo que voy a decir pero usted de “viejito” sólo parece tener los años y lo que le sobra es energía y personalidad, cosas que a muchas mujeres nos… les gustan”…

                                                  ¿Me pareció a mi o había “abierto una puerta”?  No quería apurar las cosas, tenía que andar con “pies de plomo” y, en cierto modo, “amoldarla” para que, llegado el caso supiera cual era “su lugar”, aunque tampoco iba a esperar tanto, apenas “mi amigo” y mis hormonas me lo pidieran probaría con ella pero con algo “específico” y vería si era cierto que todas respondían a lo que yo les pedía…

  • “Mejor lo dejamos así y vamos a comer, en otro momento la seguimos”…

                                                  Fuimos a ver a Ana María y le pedimos de almorzar antes que todos porque debía ir al Banco, tenía que hacer unas tramitaciones y aprovechaba para llevar a Sol a la casa…  No hubo inconvenientes y nos sentamos a un costado de la mesa a comer mientras Ana nos servía, ya en la mitad de nuestro almuerzo se sentaban todos, por ende, terminamos primero y al prepararnos para irnos le dije a Fernando que en lugar de una hora para comer se tomaran dos pero que ayudaran a Ana María y a Carolina a asear y ordenar todo…  Saludé a los veterinarios que ya casi habían terminado su labor, al Herrador y al Electricista preguntando cómo estaba su primo, dijo que muy bien y ayudaba en trabajos mínimos para que no lo retara la Doctora, subí a la camioneta y nos fuimos al pueblo…

                                                  Cuando Sol entró en la camioneta noté que se había puesto perfume, se había pintado un poco los labios y la pollera, como al descuido, dejaba ver un buen trozo de carne dura y juvenil de uno de sus muslos, tampoco tenía sujetador y los pequeños pezones de sus tetitas se hacían notar…  Estaba seguro que venía dispuesta a lo que fuere…  “Mi amigo” no remoloneó, se despertó al toque, yo sabía lo que debería hacer y qué decir, lo que no sabía es dónde y un hotel en la ruta, aunque estuviera algo apartado me delataría…  Sin darse cuenta o sí, Sol me dio la solución…

  • “Hoy hace un día hermoso y se vienen mejores, a mi me queda lejos para venir caminando pero en días como hoy me dan ganas de irme hasta el arroyo que está al otro lado de aquel bosque y tirarme a descansar y disfrutar debajo de un árbol”…
  • “Lo que son las ganas, en días como hoy, como una belleza como vos al lado, me dan ganas de ir a ese mismo arroyito y pedirte que me des una mamada y me dejes chuparte la conchita y ese culo hermoso que tenés”…  La cara de sorpresa le duró menos de un segundo…
  • “Llevame, vamos, porfi, llevame, yo te indico, no sé mucho de mamadas pero quiero que me enseñes, te quiero hacer gozar, ¡qué caliente que estoy!, me mojé toda…  Dejame practicar un poco, mostrame lo que estoy deseando”…

                                                  Tirada encima, entre el volante y mi cuerpo, aflojó mi cinturón, bajó el cierre, metió su mano pequeña, me moví para ayudarla y se sorprendió con lo que sacó…

  • “¡Ay mamita querida!...  No voy a poder con esto, ¡qué “garrote” que tenés!, lo que me metí en la boca hasta ahora era mucho más chico”…  Se arrodilló en el piso y metiendo la cabeza comenzó a tratar de meterse en la boca todo lo que más pudiera…
  • “Escondé los dientes, tené cuidado, usá la lengua, acurrúcate un poco en el asiento que quiero tocarte el culo”…  ¡Qué hija de puta calentona!, no tenía puesta ropa interior…

                                                  Yo circulaba despacio por una calle de tierra que nos llevaría al arroyito y comencé a jugar con mis dedos en torno al agujerito de su ano…  Sus gemidos y sus movimientos no se hicieron esperar, escupí en mis dedos y trasladé la saliva a su ano, así dos veces y su apretado redondel había aflojado lo suficiente como para que primera falange de mi dedo medio entrara allí…  Ya no se resistía a medio dedo y aflojó la mamada para contorsionarse y gritar de satisfacción cuando el orgasmo la alcanzó…  No la dejé descansar ahora ya el dedo entraba y salía más profundo y más rápido y haciendo fuerza en su cabeza para que su chupada se hiciera más honda, le llené la garganta de leche mientras estacionaba junto a un árbol frondoso a orillas del arroyo…

                                                  Su cara al incorporarse era un poema, colorada, desencajada, chorreando un hilillo de semen por el costado de su boca pero con una felicidad en sus ojos que te desafiaba para poder seguir…  Bajamos de la camioneta y, verdaderamente, el lugar era tranquilo, apacible y discreto porque la camioneta no se dejaba ver por ningún lado, excepto si pasabas navegando por el arroyo de unos tres metros de ancho y de aguas mansas…  Miramos ambos la orilla, se giró y me abrazó para comenzar a besarme, sin experiencias pero con muchas ganas, su cuerpo ondulaba refregándose con el mío y tomó una de mis manos para llevarla hasta sus nalgas, durísimas, paradas, firmes…

                                                  Ya estaba pensando que no me conformaría con una mamada…

  • “Tocame, apretame, te doy lo que a nadie pero haceme tuya, jamás voy a decir nada y vas a ver qué discreta soy pero CO-GE-ME, por favor cogeme, no sé cómo va a entrar semejante pija pero necesito que la metas adonde quieras, te necesito adentro, quiero que me llenes de leche…  ¡Guillermo, estoy por acabar con tu mano en mi culo, metela, ¡por Dios!, metela”…  Ya lo había decidido, le iba a dar para que pasara un fin de semana feliz…
  • “Tirate en el asiento de atrás porque de aquí no me voy sin comerme tu concha y tu culito”…  Lo hizo sin chistar y esperó…
  • “No sé cómo es pero seguro que con vos lo voy a gozar”…  Virgen de “annilingus” y cualquier otro sexo oral, a mi juego me llamaban, lo único que esperaba es que no desgarrara el tapizado con las uñas…

                                                  El culito apuntando hacia la puerta parecía llamarme y no quise perder tiempo…  Abrir sus nalgas con mis manos y lamer todo su agujerito salivándolo fue un solo movimiento, el gemido que se convirtió en un grito vino inmediatamente detrás y después con una pierna encima del asiento y una rodilla apoyada en el piso de la camioneta, se convirtió todo en una sucesión de gritos, orgasmos y movimientos convulsivos…  Entre orgasmo y orgasmo tres dedos se habían “perdido” profundamente en su culo y la dilatación respondió sin que los notara…  Cuando quedó medio laxa, apoyé el glande y comencé a forzar la entrada sin hacer mucha fuerza, lubricación sobraba porque había trasladado sus flujos al agujerito y mi glande se había “paseado” por su vagina empapándose…  El glande, que dicen que es lo más difícil, pasó y el grito espantó a los pájaros de las cercanías…

  • “Me duele Guillermo, ¡cómo me duele!...  Noooo, esperá, no lo saques, seguí despacito y hacele los honores, acaba de dejar de ser virgen…  ¿Ya entró toda?, movete, cogeme”…

                                                  Me daba cuenta que estaba rendida y sólo hablaba por inercia, ni sabía que lo que tenía adentro era una cuarta parte y comencé con movimientos tratando de entrar más que de salir…  Cuando se aflojó, supo lo que era “tenerla toda adentro”, yo hubiese jurado que el grito movió la camioneta y comenzó a llorar…  A mí me gustaba que lloraran porque ahora se imponían los movimientos suaves y los mimos que convirtieran esos llantos en placer y felicidad…

                                                     Me quedé quieto profundamente instalado en su culo y comencé a besar su cintura, su nuca y pasando una mano por debajo de su remerita acaricié sus pechitos y sus pezoncitos que demostraron ser un punto erógeno altísimo porque, sola, comenzó a moverse y a gemir, entonces me retiré un poco y la dejé que levantara su culito e hiciera los movimientos de avance y retroceso…  Al cabo de un par de minutos me pedía más fuerza y profundidad y sus movimientos se hicieron desenfrenados.  El miembro no quería más, la estrechez del conducto y los apretones del esfínter lo estaban maltratando y en un último empujón llené sus entrañas coincidiendo con su enésimo orgasmo que parecía gritar “soy el último, no puedo más”

                                                  Me deshinché rápido y salí ayudándola a levantarse, fue bastante ágil para recuperarse y salió corriendo hacia atrás de uno de los árboles, yo me limpié con un pañuelo, guardé todo y puse la camioneta en marcha, cuando volvió ya estaba bien vestida y su rostro, salvo un par de ojeras volvía a estar resplandeciente…  Nos fuimos para el pueblo…  Ella no hablaba, hasta que se decidió…

  • “Quedate tranquilo, no te voy a molestar, no te voy a perseguir y la relación seguirá siendo la misma de empleada a empleador pero, ¡por favor!...  No me digas que nunca más, hoy he sido tan feliz como nunca pensé que lo sería”…
  • “Me ha encantado, has demostrado ser una mujer fabulosa pero, yo no miento, no sos ni serás la única y no quiero problemas al respecto…  No te voy a decir “nunca más” porque han quedado cosas pendientes pero todo depende de vos”…
  • “Me quedo y quedate tranquilo, creo saber a lo que tengo que atenerme”…

                                                  Al llegar al pueblo me dirigí directamente al Banco y le pedí que me esperara en la camioneta, me dijo que era mejor, “no puedo ni moverme, dame un ratito más”…  Entré al Banco riendo y el Gerente ya me estaba esperando, me hizo pasar a un reservado y me entregó el dinero que le había pedido y la chequera…  Dijo quedar a mi disposición y le avisé que la semana entrante haría otra transferencia similar a la anterior para que no existiera ningún problema de saldos…  Me despedí más que contento y con todo el dinero en un bolso de mano…  Desde el Banco nos fuimos al comercio de computación, aquí, cuando le dije lo que buscaba, el técnico me hizo saber que tenía armado un CPU similar al que ya me había vendido pero que el monitor era de 17 pulgadas, le dije que lo llevaba y le pedí también una fotocopiadora laser que se adaptaba a todo lo que Sol necesitaría, le pagué en efectivo, cargamos todo en la camioneta y le dije a Sol que guardara las facturas…

  • “Ahora vamos a ver el escritorio y un par de sillas mullidas para que no se estropeé ese culito hermoso y querendón”…
  • “Guillermoooo, la culpa no la tienen las sillas, la culpa es de ese paquete fantástico que tenés entre las piernas”…

                                                  No pude menos que reírme porque no bien terminó de decir eso bajó los ojos y se puso toda colorada…  En este comercio compramos un escritorio grande y cómodo, dos sillas de escritorio y una para la computadora junto a un armario que podía oficiar de fichero…  Lo mandarían más tarde para la Estancia, el lunes tendría oficina nueva y más facturas para la colección de Sol y su amigo el Contador…  Me quedaba pasar por el almacén y Sol me pidió si no la llevaba antes para la casa…  Hacia allá fuimos…  Quedaba a unas diez cuadras del centro del pueblo, era una casa americana, sencilla pero muy bien arreglada y pintada, con un gran jardín de flores muy bien adornado al frente…

                                                  Cuando llegamos, viéndola bajar de una camioneta desconocida salió la madre de Sol asustada, Sol le dijo que no era nada, que sintió un poco de dolores de estómago y estreñimiento pero que la había atendido la doctora y la había mandado a descansar después de inyectarle una Buscapina, que se iba a preparar un té y haría fiaca (había resultado ser una pilla de aquella Sol)…  La madre me miró y Sol pidió disculpas y nos presentó…  De nombre Gracia y no sabía cómo agradecerme que la hubiese traído, le contesté que no era nada, era mi obligación, así como haberla hecho atender…  Era Sol con 20 ó 22 años más aunque con unos pechos que abultaban bastante más que los de Sol…

                                                  No pude zafar de pasar a tomar unos mates, me dio que, de acuerdo a la mentalidad de la gente de los pueblos, rechazar su invitación podría ser considerado una descortesía y a mí tampoco me gustaba quedar como un tipo asqueroso y descortés…

  • “Le acepto con gusto pero no puedo quedarme más que un ratito, tengo que ir a pagar una deuda en el Almacén y no quiero quedar mal con esa gente”…
  • “Recién acaban de dar las tres de la tarde, ¿le quedará algo de tiempo después?”…
  • “Si, después quedo liberado y con todo el tiempo que yo quiera, doy gracias por no tener que rendirle cuenta a nadie sobre mi tiempo”…
  • Si le parece, atienda primero ese tema y luego pasa por los mates que ya voy a tener todo preparado”…
  • “Bueno, me parece muy bien, eso sí, con una condición las masas o las facturas las traigo yo, ¿cuáles les gustan más?...
  • “Y, las masas, nunca podemos comprar masas”…
  • “Mamáááá´”… -dijo Sol como reprochando-.
  • “Está bien Sol, ya sabés que yo siempre “de frente”, “por derecha” y con sencillez y me encanta que se proceda de la misma manera…  Deme unos cuarenta minutos y vuelvo, ¿sí?...  Quedaron a la espera…

                                                  Volví al centro y en la Confitería encargué dos kilos de masas secas, un kilo de masas rellenas con dulces y tres cajas de bombones suizos de medio kilo cada una para regalarle a la madre y a las hermanas de Sol, recordé también a Carolina y a Ana María y compré dos cajas más, pasaría a buscar todo en una media hora…  Desde allí al almacén donde bajé guardando en mis bolsillos un fajo grande de billetes con la franja del Banco, lo demás lo dejé en el bolso junto a la computadora y la impresora…  ¿Quién sería el intrépido que se animaría a tocar algo?…

                                                  El lugar estaba lleno de gente y no sabía a quién tenía que hablarle, me acerqué a la caja y le dije a la empleada si podía hablar con el dueño, uno de los chicos que ayudaba a embolsar los comestibles me preguntó de parte de quien lo buscaba…  Le dije que mi nombre era Guillermo y le venía a pagar una mercadería que me había enviado al mediodía y fue a buscarlo…  Al rato apareció presuroso un hombre como de cincuenta años, delgado y canoso, acompañado de una mujer un poco menor, muy bien vestida y maquillada, se notaba que era la esposa y una de las “fifi” del pueblo…

  • “Señor Guillermo, mi nombre el Joaquín, mi señora es María José, (la señaló) encantados de conocerlo, espero que la mercadería que le mandé haya sido de su agrado, me hizo correr un poco con la carne pero le mandé la mejor…  No se hubiera molestado por venir tan rápido”…
  • “Encantado Joaquín, señora, mucho gusto… y en lo sucesivo, por favor, sólo Guillermo, no es por ustedes, es que no me gusta el “Don” o “Señor”…  La mercadería estuvo de “diez” y vine lo más pronto que pude porque, ya sabe, “las cuentas claras…””…
  • “Muy bien, como usted guste, de cualquier manera estamos a su disposición”…

                                                  Le pidió a la cajera que le alcanzara una factura a nombre de “Tranquilidad” y me la entregó, saqué el dinero que conté delante de los que miraban y saldé la deuda…  Me agradeció con toda deferencia y me dijo que cuando quisiera que le mandara algún pedido sólo tenía que levantar el teléfono…  Saludé y me estaba yendo un poco contrariado porque había una mujer que no me sacaba los ojos de encima desde que empecé a hablar con el dueño del almacén, yo ni la había mirado pero notaba su mirada constantemente…  Di un par de pasos y se me puso adelante, recién allí vi quien era…

  • “¿Tío Guillermo?, me preguntó a boca de jarro…

                                                  Era una pariente política de una pariente política de no sé qué otra pariente política, casada con un pariente político, de un pariente político…  De hecho, a la parentela de “sangre” yo le daba muy poca “bola”, así que imaginen a estos “sobrinos” pero tampoco había que ser desconsiderado, aunque este caso en particular ameritaba una “refregada de Poder” en la cara y ¿por qué no?, sacarme el gusto, por joder nomás, con el culo, desmedido para su físico, de mi muy “querida sobrina”…  Tremenda asquerosa y creída la susodicha que, enarbolando sonrisas de simpatías fingidas, se sentía bien mirando a los demás desde sus imaginarios escalones superiores…  ¡Está bien!, lo reconozco, nunca me llevé bien con los “piojos resucitados”, a fin de cuentas “resucitados” o no seguían siendo “piojos”…  No era sólo con ella o el marido, me pasaba con los idiotas imbuidos de un determinado “Poder” que se creían “más” y con sus mujeres que ostentaban ante todos siempre un “grado” más que el marido…

                                                  Mi llamado “sobrino” había “echado buenas” hacía unos diez años, puso una empresa y le iba muy bien, había comprado una hermosa casa, no en un barrio privado pero si en un lindo barrio de la ciudad en que vivía antes de juntarme con Estela, mi mujer.  Éste tenía un buen coche, no de alta gama pero bueno, los hijos iban a colegios privados y pasarían a estudiar en Universidades privadas, hacían gala de un buen pasar con lancha, viajes difundidos por Facebook, perro caro, piscina, un buen jardín…  Eso no sería nada malo, era algo a los que todos debían aspirar, lo malo es que te “miraba de arriba” como si fueras “menos” por no tener sus posibilidades…

                                                  De hecho, ya era “bien” conocido en el entorno familiar, los invitaba a cumpleaños y reuniones para mostrar la casa o la piscina o para hablar de lo que ganaba, donde se iba a ir de vacaciones o cuanto gastó en el Veterinario del perro…  Se juntaba con amigos empresarios y te hacía saber sus nombres o los negocios que tenían, en fin, un “triste pelagatos” que, de pronto, se vio con dinero y algún tipo de influencia, entonces te lo pasaba por la cara, lógicamente, siempre con los que tenían menos, una “cagada” de persona, para mí desde mucho antes de tener lo que ahora tengo y, verdaderamente, yo si tenía amigos con auténtico “Poder” pero nunca cultivé estos alardes, por eso siempre escapé a sus reuniones y demostraciones de “Poder ficticio” que, a la postre, era ínfimo…

                                                  Ella no se quedaba atrás, era Médica, trabajaba en una Clínica Privada pero, aunque era más “bicha” y calculadora, tenía el mismo modo de pensar y actuar que el marido…  Alguna vez, cuando los hijos eran chicos se había mandado a mudar de la casa dejando a todos para correr detrás de otro Médico, estuvo seis o siete meses así y cuando se enteró que el tipo ya no la quería más y se había buscado a otra, volvió con el marido, “todos felices, comieron perdices” y disimulaban con plata sus desacuerdos…  Esto tampoco sería censurable porque nadie es quien para meterse en la vida sentimental de nadie pero, si portás una cara que incita el morbo, movés el culo para que te lo miren y mantenés la figura en base a gimnasio y dietas para estar mejor ante los ojos de los demás (hombres incluidos seguramente) te ponés a hablar de moral o molestarte cuando uno dice la palabra “culo” o mirás a los demás frunciendo la nariz, medio que suena a hipocresía y no va, ¿no?...

                                                  Así eran estos dos y los hijos, ya casi adultos, “pintaban” igual…  El caso es que la saludé con un abrazo y salimos a la calle porque el “sobrino” esperaba impaciente en el coche con los hijos…  Le costó reconocerme, 20 kilos más, músculos, altura y siete u ocho años de no vernos, amén de su predisposición para olvidar la cara de los “pobres”, no ayudaba en nada para esto…  Cuando se dio cuenta quien era el que tenía enfrente, ni bajó del coche y preguntó:…

  • “¿Qué hacés por acá tío?...  ¿De quién te estás fugando?...  ¿Hiciste alguna “macana”?”…  “¿Te andan persiguiendo?”  -Se reía como si fuera una gracia junto a sus hijos-…
  • “No nada que ver, me vine hace como 20 días, compré un “campito” que se llama “Tranquilidad”, me voy a dedicar a estar tranquilo y a solucionar algunos problemas para que luego venga mi mujer…  ¿Qué andan haciendo ustedes por este pueblito alejado de la capital?”…
  • “Estamos de paseo, como sabrás tengo amigos ganaderos y precisamente hay uno de ellos que tiene una hermosa casa y casi 150 hectáreas, el tipo es de “buena plata” y nos invitó a pasar unos días, con asados, animales y aire de campo…  Venite cuando quieras, estamos en “Los Nogales”, yo te presento como mi tío y te van a tratar muy bien, de paso te comés unos choricitos, que “de arriba” y para un Jubilado, nunca viene mal”.

                                                  Yo ponía mi mejor cara de “pelotudo” y notaba que la mujer por detrás de mí le hacía señas para que se callara pues ella había presenciado el trato que me daba el dueño del almacén, amén de ver el dinero que pagué por carne y otros productos, nada que ver con un “jubilado pobretón”…  El “charlatán” seguía con su “perorata de cínico sabelotodo” y lejos estaba de prestarle atención a su mujer…

  • “Querés que te acerqué a algún lado o andás con un carro o montando a caballo”…
  • “No gracias sobrino, yo me arreglo, vayan tranquilos, por ahí me doy una vuelta a “Los Nogales””…
  • “No te vengas caminando, hablame y te paso a buscar en mi auto, no siempre vas a tener la oportunidad de subirte a una máquina como ésta”.

                                                  Ella me pasó una mano por el hombro y me preguntó sonriendo cómo llegar hasta dónde vivía, le contesté que era fácil, que le preguntara al amigo de su marido como llegar hasta “Tranquilidad”, aquí se conocían todos, me acerqué para darle un beso y le dije al oído...

  • “Me encantaría cogerme ese enorme y lindo culo que tenés”

                                                  Casi en el acto me enterró las uñas de una de sus manos en mi brazo y cruzó las piernas, “nos vemos” dije en voz alta y me despedí de todos ignorando el pedido casi ruego de ella para que me quedara…  La “sobrina” entró en el auto muy excitada por lo que le había dicho y enojadísima por lo que decía el estúpido, escuché clarito cuando le decía de muy malos modos:…

  • “Cerrá la boca estúpido, te estás haciendo el “agrandado” y no sos más que un ridículo, creo que esta vez te equivocaste feo por no saber tener el culo cerrado”…

                                                  No les di más “pelota” pero tenía unas ganas enormes de decirle delante de los hijos que era un “pobre tipo”…  Subí a la camioneta (0 Km y alta gama) para ir a la Confitería y vi por el retrovisor que los cuatro miraban con la boca abierta…  Si aparecían por el campo y seguramente lo harían, aunque ella no me gustaba mucho, sin dudar, le rompería el culo…

                                                  Cuando llegué a casa de Sol, salió el padre a recibirme, era un “Alemán Grandote” sin joda, casi dos metros de ser humano y manos como garfios gruesos con las que me empeñé para devolver el apretón…  Seguramente lo habían llamado por mi presencia…  Me agradeció el gesto para con Sol y me invitó a pasar, le agradecí y le pedí que por favor no se ofendiera pero había comprado bombones para su esposa e hijas porque me habían recibido muy bien…

  • “No hay problema Guillermo y disculpe pero me dijo Sol que lo llamara así, yo soy Pedro y eso sí, no me las mal acostumbre”…  Su risa sonó clara y fresca…
  • “Quédese tranquilo Pedro, es por hoy nomás”…

                                                  Adentro me esperaban las cuatro mujeres, parecían tres clones de un original, el original Gracia, los clones Sol, Azul y Celeste, estas últimas más dadas, más juveniles, más de entrar en confianza rápido pero, un poco “atadas” por las miradas del padre…  Les di las masas y las cajas de bombones a Gracia agregando que a Sol no le correspondía nada porque estaba “malita” del estómago y había que cuidarla…  Sol me miró con picardía como diciendo “ya me las vas a pagar”…  Hablamos de todo un poco, les saqué a los padres los resquemores que tenían con su hija mayor trabajando para un desconocido (¡si supieran!) y escuché las quejas lógicas del padre por el trabajo que realizaba pero que lo hacía con gusto por la familia que tenía…

                                                  Le pregunté como al pasar  cómo andaba para el tema de la jardinería, cuidado de cítricos, huerta y todo lo que se relacionaba…  Me contestó que de eso sí sabía, pues, de recién casado había trabajado mucho tiempo con un paisano de nombre Sergio en el mantenimiento de parque de las casas de campo de la zona, eran los únicos de la zona, que éste hombre, que sabía mucho del tema, se había casado y se había ido a vivir a otro lado, que enviudó y había vuelto al pueblo pero no sabía dónde vivía y que él, más de un fin de semana lo dedicaba al cuidado de parques y jardines como “changas” para aumentar el ingreso…

                                                  No quise seguir preguntando, tendría que hablar más con Sol al respecto, luego de un rato ameno terminamos la mateada, los saludé encantado de haberlos conocido, los invité a que pasaran por la Estancia cuando quisieran para ver dónde trabajaba Sol y Azul y Celeste, previo permiso del padre, me pidieron las acercara hasta un pool del pueblo que iban a ver a unas amigas…  Diez cuadras, mil preguntas y sonrisas por respuestas, estaban muy buenas las hijas del “Alemán Grandote”, la esposa no se quedaba atrás porque ese “toque” de sumisión y madurez la hacía más interesante…  Después me fui para casa…

                                                  Cuando llegué quedaban sólo cuatro personas en el lugar, Ana María, Carolina, Gonzalo y Fernando y se veía todo muy ordenado, aseado y tranquilo…  Las llamé a las dos mujeres y les dije que si me prometían no engordar les daba un regalo…  ¡Qué engordar ni engordar!, los bombones suizos jamás se desprecian…  A la Doctora se le iluminaron más los ojos y Ana María dijo que no conocía de bombones, Carolina, llevándose uno a la boca le dijo:…

  • “Comete uno y enseguida vas a aprender lo que son los bombones suizos, igual no te empaches que te pueden hacer mal, sólo tres o cuatro por día”…

                                                  Luego de probar uno de ellos, su cara acusó agradablemente el gusto y el nuevo sabor, se relamió los labios y prometió que serían sólo hasta cuatro por día…  Nadie le creyó…  Lo llamé a Gonzalo para contarle a quien me había encontrado y lo que menos dijo es “pedazo de pelotudo”…  Tenía la idea que mis “sobrinos” (ella seguro) le comentarían al amigo que había un tío con un campo llamado “Tranquilidad” y quería saber dónde quedaba y, seguramente, el amigo los acompañaría y le mostraría dónde era para hacer “amistad” conmigo ya que “Tranquilidad” era la Estancia más grande y costosa de toda la zona, aparte de, seguramente, saber ya lo que había pasado con el Intendente y la Policía…  Yo tendría que buscar un lugar dónde romperle el culo a mi “sobrina”, la tenía entre ceja y ceja y me quedaría la satisfacción de hacerlo más cornudo a mi “sobrino” y demostrarle lo idiota que era…

                                                     Los últimos días de noviembre se presentaban geniales, el verano apuntaba a ser de lo mejor y había que disfrutarlo…  Salí a caminar por el gran parque de la casa tratando de ver donde podíamos instalar una glorieta y que plantas podía poner para que sus flores me alegraran la vista, pensaba en azaleas y rosas rojas…  Me acompañaban Carolina y Gonzalo, ésta tenía puesto un short corto, remera tipo top por la que se adivinaban las hermosas, duras y firmes tetas y zapatillas deportivas, daba gusto mirarla y admirarla…

                                                  Fue ella la que eligió el lugar para hacer la glorieta y su imaginario nos la detallaba con movimientos de brazos y alegrías como si la estuviera viendo, Gonzalo y yo nos reíamos por su entusiasmo…  Mi hijo me miró y me comentó con admiración…

  • “Viejo, la “doc” está cada día mejor, es un minón infernal”…
  • “Nene, vení que te tengo que hablar y no quiero errores y equivocaciones”, -con seriedad lo tomé de un brazo, le pasé una mano sobre el hombro apartándonos de Carolina que atendía un llamado telefónico y le dije-: “Ya sos “grandecito” y me vas a entender, ninguna de las mujeres que trabaja en la Estancia puede ser hablada, conversada o deseada por nadie, ya tienen “dueño”, queda claro ¿no?, ninguna…  “A buen entendedor…” no creo que le hagan falta más explicaciones…  Buscate las amigas que quieras en el pueblo o las que ya conocés de la Costa, invitalas, pasala bien, hacé asados, disfrutá pero no te hagas de novia hasta estar muy seguro, va a haber muchas que se van a “enamorar” perdidamente de vos cuando veas lo que tenés pero de las de la casa, ninguna”…
  • “¿A todas, no vas a perdonar a ninguna?  ¡Cómo se nota que estás mejorado de todos lados!...  Con plata y con salud, no te para nadie”...
  • “A todas y a la que venga de afuera, me dé calce y me guste, también, sólo tendrán “bigote y barba” las que te gusten a vos…  Las de la casa ya saben cómo es la “historia” y ningún comentario de esto con ellas, ya tienen claro su lugar”…
  • “Ni en pedo pá, ya sabés que yo no soy de hablar boludeces pero es bueno saberlo para no hacer “cagadas”…

                                                  Volvíamos riendo y el ¡Nooooo!  En forma de alarido de Carolina, sentándose en el piso, agarrándose la cabeza y dejando a un lado el teléfono, nos alertó y nos hizo saber que había recibido “la noticia”

  • “¿Qué pasa Caro, estás bien?”…
  • “Es Gabriela, es Gabriela”… -repetía-.
  • “¿Qué le pasó a Gabi?...

                                          Como no me contestabay lloraba a “moco tendido”, tomé el teléfono y hablé

yo…

  • “Hola, ¿quién habla?”...
  • “Hola Guille, soy yo, Gabi, ¡qué ganas tenía de escucharte!...  Te extraño”…
  • “Luego hablamos Gabi, decime que pasó”…
  • “Al “ex” de Carolina parece que lo asaltaron al salir de un boliche y se ensañaron con él…  No sé que habrá dicho o hecho con quienes lo asaltaron, él no puede hablar para contar…  Le rompieron los dientes, tiene la cara hecha un “trapo”, le quebraron las piernas, los brazos, los dedos y creo que un par de costillas…  Está internado, estable pero le va a costar mucho tiempo salir de esta”…
  • “Lo lamento por el tipo aunque no era “santo de mi devoción” pero, ¿qué tiene que ver Carolina con esto?, ya está casi divorciada y muy lejos de él”…
  • “Si, yo lo sé pero los familiares de él me llamaron para saber si yo puedo ubicarla, seguro le quieren endosar la atención y el cuidado del internado aduciendo que todavía es la esposa…  La única que conozco este nuevo número de teléfono soy yo y no se lo di a nadie…  Para los demás ignoro dónde está y no tengo forma de comunicarme pero me pareció correcto avisarle”…
  • “Hiciste muy bien, estuviste fantástica, averiguá sin preocuparte mucho y tratá de tenernos al tanto, además en cuanto puedas venite a pasar unos días, yo también te extraño y con el recuerdo no me alcanza…  Quiero verte nadar y caminar con esa tanga mínima que usas”…
  • “No podéééssss, ya me hiciste mojar toda, te prometo que en cuanto pueda me voy para allá…  Besos”…

                                                  Corté la comunicación y me senté en el piso al lado de Carolina, la abracé y la dejé descargarse mientras lloraba…  Le hice una seña a Gonzalo para que se fuera y nos dejó solos…  Las caricias en su espalda, brazos y cara la fueron calmando, yo no le pedía ni le decía nada, cuando se calmó un poco, comenzó a hablar…

  • “¿Qué habrá sucedido, qué habrá dicho o hecho?...  ¿Qué hago Guille, lo dejo “tirado” en una cama de hospital?”…
  • “No sabemos nada de él, vos tampoco sabías en las compañías en que andaba y no sabemos si fue un simple robo, si volvés no vas a poder trabajar para atenderlo, ¿cómo vas a vivir?, te vas a “cagar la vida” sola, por alguien que ya te demostró que no lo merece y no sabés que peligros o “deudas” tendrás que “pagar” por él…  Ya estás separada de hecho y casi divorciada es muy de egoísta reclamarte algo ahora…  Por desgracia, es momento de evaluar lo que tenés, lo que podés perder y lo que seguirás perdiendo si volvés…  Yo no puedo decirte lo que tenés que hacer pero contá conmigo para lo que decidas”…

                                                  Nos levantamos y la llevé abrazada hasta el living, allí la dejé sentada en uno de los sillones para que pensara sola y tranquila…  En la cocina se encontraba Ana María preparando la comida y me miró interrogándome…  Le dije que le había surgido un problema a Carolina y no estaba bien, que le preparara un té de hierbas y se lo alcanzara…  Era probable que entre mujeres conversaran más libremente y daba por descontado que no se iría…  Lo miré a Gonzalo, me acerqué a él y le dije en voz baja…

  • “Sin ningún tipo de comentarios, hicieron un buen trabajo, olvidate de todo”…

                                                  Asintió con la cabeza y sonrió, se levantó y fue a conectar la nueva computadora de Sol…  Salí para preguntarle algo a Fernando y vi que entraba una camioneta, traían el escritorio, las sillas y el armario, llamé a Gonzalo y le dije que acercaran la camioneta y descargaran directamente en la nueva oficina, en poco tiempo ya tenía la oficina montada, una propina al conductor y se fue más que contento…

                                                  Fernando me dijo que la hacienda completa estaba vacunada, los Veterinarios no volverían hasta dentro de tres meses y sólo había que avisarles telefónicamente…  Respecto a los caballos, habían sido desvasados y herrados diez y el Herrador volvería mañana para seguir, los tres caballos para montar “en familia” ya estaban apartados y no traerían problemas porque eran muy mansos para quien no sabía montar bien pero respondían bien a quien sabía andar en ellos, tenían buen andar y “buena boca” decía, esto para explicarme que respondían bien al freno y las riendas…  El Electricista había adelantado mucho y posiblemente para el sábado en la noche ya tendríamos la entrada iluminada, restaba ver dónde decidía yo poner las columnas sobrantes, la gente había sido avisada para venir con la combi en la mañana del lunes…  La nueva casa de huéspedes para el personal de servicio ya estaba arreglada y lista para su uso…

                                                  Decididamente el cúmulo de problemas iniciales ya estaba solucionado, los nuevos que fueran surgiendo serían de más fácil solución…  Gonzalo había terminado de instalar la computadora, el monitor y la impresora en la nueva oficina de Sol…  Restaba ir a ver como seguía Carolina y ver de “picar” algo con un aperitivo antes de cenar…  Al entrar en la cocina estaban las dos hablando y riendo, índice evidente que el tema de Carolina ya estaba bien encaminado, las miré a ambas y les dije:

  • “Me parece que ustedes tienen demasiados secretos entre las dos, ya quisiera saber yo lo que hablan”…

                                                  Las dejé mirándome y me fui a tomar algo al living y a relajarme en uno de mis sillones favoritos, al rato entró Caro a hablar conmigo, le pedí que se sirviera algo y me acompañara…

  • “Hablé con Ana María y ya me decidí, me voy… a quedar a tu lado todo el tiempo que vos quieras…  No puedo fallarte ni a vos ni a mí, si alguna vez, dentro de unos veinte años, siento que puedo vivir sin vos, veré que hago”…
  • “¿Veinte años te voy a tener que aguantar?, eso va a ser una dulce y larga tortura”…
  • “Te quiero, mi macho, mi hombre, mi amigo, mi loco, mi todo”…  Me besó rebosante de cariño y escuchamos una bocina en la puerta de la casa…
  • “¿Quién carajo viene ahora a hinchar las pelotas?...

                                                  Salí a la puerta y un torbellino rubio que venía corriendo, al grito de “ABUUU”, se arrojó a mis brazos…  Habían aparecido, mi nieta y mi hijo mayor…  Mi alegría fue mayor que la que esperaba…  Los presenté a todos y la pequeña se hizo dueña de la casa y de la voluntad de todos, de la mano de la “Doctora con shorcitos” como la llamó a Carolina y de Ana María se fueron a recorrer y a elegir las habitaciones…  Yo me quedé conversando con mis hijos, el mayor de los cuales estaba muy sorprendido porque no esperaba algo tan imponente…

  • “Es una casa tremenda pa, no pensé que sería tan grande ni que tendría esa entrada y estos muebles”…
  • “Compré a “tranquera cerrada”, hasta con los Encargados adentro, bueno, tanto como eso no, se quedaron porque conocen bien su trabajo y son gente macanuda…  Te asombrás ahora y eso que todavía no viste nada, ya mañana verás todo el panorama y todas las modificaciones que hubo que hacer”…

                                                  Nos fuimos los tres a tomar algo al bar del living y le pregunté cómo estaba la nena, me dijo que la llevaba bastante bien pero no entendía porque la madre se había ido sin avisar nada, dejándola a ella y a la hermana solas…

  • “Traté de explicarle lo mejor que pude, diciéndole que yo tampoco sabía pero que ella no dejaría de verla cuando volviera ni tampoco dejaría de ver a la hermana…  Me vino fantástico esto de venir a verte porque te extraña mucho y en el viaje se la pasó durmiendo o hablando de vos y de los animales que iba a ver, no deja de ser un “escape” para ella, ¿algunos tendrás, no?”...
  • “Si hijo, algunos hay, los comunes vacas, terneros, caballos mansos, gallinas, pollitos y si quiere le compramos una ovejita como mascota…  ¿Sabés qué pasó con Lucía, dónde está ella o la familia?”...
  • “La verdad, no sé absolutamente nada, cuando fuimos con el Abogado y el Oficial de Justicia a retirar la nena, el marido la entregó sin problemas y le hicieron firmar una declaración respecto a que ignoraba el paradero de la madre desde hacía tres días y pidió una copia porque quería iniciar un “abandono de hogar”…  Lo que si me dijo mi Abogado ayer es que se estaba profundizando el tema de la desaparición del hermano y las actividades comerciales de la familia y como yo estuve cercano a eso, posiblemente tendría que declarar pero también me dijo que era sólo un trámite pues las respuestas a dar serían: “No conozco, no sé” y similares…  Te imaginás que si los hacen “mierda” no se me va a mover un pelo”…
  • “¡Lindo sería!...  ¿Qué pasó con tus trabajos?, ¿tuviste algún problema adicional?...
  • “Renuncié a todos, lo de la escuelita de fútbol se lo dejé a un amigo, bahh, se la regalé, él la va a saber llevar bien, respecto a lo otro, con el “ropero” que me mandaste, ¿quién se animaba a decir algo?, me iba a dormir, estaba, me despertaba, estaba, salía a hacer trámites, estaba, después ya no lo vi más”…
  • “Terminó su trabajo, ¿qué querías traértelo a la Estancia?...  Aquí no vas a tener ningún problema, aparte, no te digo como me tratan en el pueblo, todo un “señor potentado” que compró de contado la Estancia más cara de la zona, me hincha un poco las pelotas pero los ignoro, si no tuviera un “mango”, ni me mirarían”…

                                                  Se miraron los dos y el más chico dijo que tenía ganas de ir un rato al pueblo a jugar al pool y ver un poco el ambiente con respecto a las mujeres y como eran los “flacos”…  Le pidió al mayor que lo acompañara…

  • “Dale, podríamos pero, un rato nomás porque estoy molido y no me hablés de mujeres, no sabés las “novias” que me aparecieron, el coche nuevo y lo “boconas” que son nuestras hermanas y mamá ayudaron bastante pero, hablando de mujeres, estaba viendo…”-miró hacia las habitaciones-…
  • “¡Ufff!, metiste el dedo en la llaga, olvidate de eso, aquí no se toca ni se mira a ninguna mujer, todas tienen “dueño” y ellas lo saben, de afuera las que quieras, de adentro, ninguna, ya me lo explicaron hoy”…
  • “¿En serio viejo?, parece que te curaste, ¿qué pasa con Estela?...
  • “No sé, ya veremos, demasiada “familia” y mucha falta de decisión en el medio, por lo pronto, “yo sigo en EE.UU. hasta cuatro o cinco meses más”, mientras tanto…  Ahora, fuera de joda, no hace falta que les diga que en el pueblo no la vayan de “agrandados”, que la plata no los cambie y estando acá hay que dar una mano en lo que se pueda…  Acá adentro comemos todos juntos un solo menú, el trato es igual para todos y lo de “patrón y empleado” cada uno lo tiene que tener asimilado, nadie da órdenes a menos que yo lo autorice”…
  • “Ni un problema viejo, contá conmigo”…
  • “Yo te quería avisar que el domingo a la tarde me voy a solucionar mis quilombos en mi casa, vender los coches y regresó el martes o miércoles” -me avisó Gonzalo-.
  • “Listo hijo, no hay problemas”…

                                                  Volvió la nena alborotando todo con su felicidad y energía y diciéndonos que tenía una habitación de princesa y sola, que para el padre había elegido otra…  El padre le avisó que luego de comer se iría con el tío hasta el pueblo y ni problemas que se hizo, estaba chocha con la “Doctora con shorcitos” y con “Ani-Mary”  Cenamos bien, tranquilos, contándonos cosas y preguntando sobre nosotros, particularmente de y hacia mi hijo Lucas…  Luego que terminamos el café, Fernando se retiró, Carolina y Ana María retiraron las cosas de la mesa y ordenaron todo ayudadas por mi nieta Moira…  Mis hijos también se despidieron yéndose un rato al pueblo y Ana María daba vueltas sin decidirse a irse para su casa…

                                                  Notaba que quería algo más que sólo despedirse pero ninguno de los dos podía hablar, pasó muy cerca para despedirse y no pude resistir la tentación de apretar una de sus nalgas sin que la nena viera porque Carolina sí que lo vio y tuvo el buen tino de llevarse a la nena para enseñarle dónde acomodar su ropita…

  • “Seguí tocándome “patroncito” ¡no sabés como te extraña mi culito! y lo demás, ni te cuento, no voy a ganar para comprar bombachas, viven “mojadas””…
  • “Mi “paisanita santa, bueno, ex santa, me dan ganas de estar adentro tuyo tocándote la conchita con los huevos pero no se puede…  Hacé una cosa, “agotalo” a tu marido para que se duerma bien y media hora después de que regresen mis hijos andá para la casa donde antes vivías vos y ya veremos”…
  • “Hecho, voy a estar atenta”…

                                                  Se despidió de Carolina y mi nieta con un grito y se fue moviendo el “culito”, ¡otra que “culito”!, era un “culazo” espectacular y debía estar latiendo…  Al ratito regresó Caro con la nena portando una sonrisa cómplice y bastante lujuriosa…  La nena se despidió con un beso y un abrazo y se fue a dormir, seguramente lo haría profundamente…  Creo que no se había dormido todavía cuando Caro me abrazó y me besó apasionadamente pegando todo su cuerpo al mío…

  • “Nos quedamos solos Guillermo, ¿no te dan ganas de pegarle unos “chirlos” a un culito?”…

                                                  Le dije que ahora no porque la nena podría despertarse y asustarse al estar en un sitio extraño pero, como “mi amigo” estaba dominando a mis neuronas y mis “ratones” se desbocaban a un ritmo vertiginoso, le dije lo mismo que a Ana, que fuera para la otra casa después de que regresaran mis hijos, aclararía mis dudas con respecto a ellas dos y las de Ana María y era más que posible que lo pasáramos muy bien…  Luego de un ratito, a esperar que regresaran mis hijos…

Continuará.

 

Si les gusta, por favor, valorar y comentar.

 

Gracias.

 

GUILLEOS 1

 

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Me hicieron creer que era afeminado. (26)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (3)

Me hicieron creer que era afeminado. (25)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (2)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (1)

El pacto. (12)

Me hicieron creer que era afeminado. (24)

El pacto. (10)

El pacto. (09)

Me hicieron creer que era afeminado. (23)

El pacto. (08)

Me hicieron creer que era afeminado. (22)

El pacto. (7)

Me hicieron creer que era afeminado. (21)

El pacto. (6)

El pacto. (5)

Me hicieron creer que era afeminado. (20)

El pacto.(4)

El pacto.3

El pacto (1)

El pacto. (2)

Me hicieron creer que era afeminado. (19)

Me hicieron creer que era afeminado. (18)

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Me hicieron creer que era afeminado (1)

Viaje de un jubilado a La Argentina (50) FINAL

Viaje de un jubilado a La Argentina (49)

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Viaje de un jubilado a La Argentina (42)

Cada vez me encanta más la Navidad

Mi vecina de ático y sus habilidades.

Viaje de un jubilado a La Argentina (41)

Viaje de un jubilado a La Argentina (40)

El divorcio de mis padres me hizo feliz

Viaje de un jubilado a La Argentina (39)

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Viaje de un jubilado a La Argentina (34) completo

Viaje de un jubilado a La Argentina (34)

Una Nochebuena especial

Viaje de un jubilado a La Argentina (33)

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La conversión de mi hijo Eduardo

Viaje de un jubilado a La Argentina (27)

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Viaje de un jubilado a Argentina (1)

Mis primas de la capital (30) y FINAL

Mis primas de la capital (29)

Mis primas de la capital (28)

Mi timidez y mis tías (50) y FINAL

Mi timidez y mis tías (49)

Mi timidez y mis tías (48)

Mi timidez y mis tías (47)

Mis primas de la capital (27)Estaba muy agradecido

Mi timidez y mis tías (46)

Mis primas de la capital (26)

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Mi timidez y mis tías (45)

Mis primas de la capital (24)

Mi timidez y mis tías (44)

Mi timidez y mis tías (43)

Mis primas de la capital (23)

Mis primas de la capital (22)

Mi timidez y mis tías (42)

El tío Culebra me quitó el miedo a los reptiles 1

El tío culebra me quitó el miedo. (2)

Mi timidez y mis tías (41)

Mis primas de la capital (21)

Un jubilado en el cine

Mi timidez y mis tías (40)

Mis primas de la capital (20)

Un pastor en el camino de Santiago

Mis primas de la capital (19)

Mi timidez y mis tías (39)

Memorias de un abuelo (2)

Mi timidez y mis tías (38)

Memorias de un abuelo (1)

Mi timidez y mis tías (37)

Mi timidez y mis tías (36)

Mi timidez y mis tías (35)

Mi timidez y mis tías (349

Mis timidez y mis tías (33)

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Mitimidez y mis tías (17)

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Mis primas de la capital (16)

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Mis primas de la capital 14

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Mi timidez y mis tías 9

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Mi timidez y mis tías 7

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Mi timidez y mis tías 5

Mi timidez y mis tías 4

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Mi timidez y mis tías 2

Mi timidez y mis tías 1

Mi coño conquistó New York. (2)

Mis primas de la capital (13)

Mi coño conquistó New York.Cuando decidí labrarme

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (3)

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Mis primas de la capital (11)

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Mellizos y gemelas, de gavilán a paloma.

Mis primas de la capitál (10)

Para un concierto lo mejor es un trío, o más.

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mis tetas decidieron mi destino por mí.

Entre mi padre y mi tía me quitaron mis complejos.

Mis primas de la capital (9)

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Ayudando a mi mamá

Mis primas de la capitál (7)

Mis primas de la capital (6)

Mis primas de la capital (4)

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Mis primas de la capital (2)

Mis primas de la capital

Dos que valen por tres.

Al conocer mi adopción encontré la felicidad

El chat me ayudó con mi sobrina (Continuación 2)

El chat me ayudó con mi sobrina (continuación)

Mi gran desgracia mi polla Final

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Mi padre y mi tio tienen los mismos gustos

He tenido mas corridas que km. en mi carrera

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Me casé con una miss

Me gusta ser chófer (TOMO II)

Me gusta ser chófer (TOMO I)

Bienvenida mi jubilación

Tengo una familia atipica pero con mucha memoriT

Bienvenida mi jubilacion tomo 2

Mi primer viaje en avión

Desde el balnerario con amor

El chat me ayudo con mi sobrina