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Mi mujer accede a probar a con el perro (2)

en Zoofilia

- Últimamente pasas más tiempo con Rody que conmigo y esto hay que cambiarlo

- Porque? – Contesto mi mujer con el ceño fruncido

- Porque soy tu marido, y aun que me parezca bien que te folles al perro no me gusta que abandones a tu marido y lo dejes de lado.

- Yo no te dejo de lado

- Sí que me dejas de lado, con Rody follas todos los días, conmigo da gracias que nos acostemos una vez a la semana-

- Eso no es verdad – Replicó con brusquedad cruzando los brazos frente al pecho.

- Sí, sí que es verdad, hace ya más de cuatro días que a mí no me tocas y me juego lo que quieras a que aún tienes pegados pelos en el culo de Rody.

- Ya está bien, deja de decir tonterías, tu eres mi marido y Rody es nuestro perro, tu empezaste todo esto, tú me dijiste que me lo follara y ahora que esperas, ¿Qué deje de hacerlo?-

Paré unos segundos, respiré hondo, no quería seguir discutiendo absurdamente por tonterías. Y en el fondo tenía algo de razón yo lo había empezado todo. Puse mis manos en sus brazos, a fin de rebajar la tensión.

- No cariño, no quiero que lo dejes, me gusta verte follar con el perro, pero sólo quiero que entiendas que también me gusta follarte yo. Quiero que participes un poco más conmigo. ¿No te estoy pidiendo nada del otro mundo no? Como si te lo quieres tirar varias veces al día, yo solo quiero que reserves un poquito de sexo conmigo. -

- Acaso esta celoso el señor?- Dijo mientras levantaba una ceja- Sí, está celoso el señor, ESTAS CELOSO DEL PERRO!- Dijo mientras me presionaba su dedo índice contra mi pecho-

- No es verdad -

-Vaya que sí, tienes celos de que tu perro me folle más que tú! – Entonces apareció una sonrisa pícara y malvada en la cara de mi mujer- Casi todas la veces que me lo tiro estas tu presente, disfrutas, tú mismo me lo has dicho, no te gusta verme a cuatro patas? ¿No es suficiente para ti?¿O acaso quieres algo más?-

Entonces puso su mano en mi entrepierna. No me lo esperaba, pero aguanté el tipo.

Rebuscó encima del pantalón y como un  robot me desató el botón de estos y metió la mano dentro.

- Vaya pero si la tienes fofa. Esperaba mucho más de ti-

- Dale unos segundos y verás lo que es capaz de hacerte. Esto no es un muelle que se activa con un botón pero crece muy rápido.-

La cosa no se hizo esperar, en un momento mi polla estaba activa, mi deseo por ella aumentaba por segundos y la entrepierna de mi mujer se humedecía tan rápido como crecía mi polla.

Nos fuimos a la cama y follamos salvajemente durante un buen rato hasta quedar rendidos. Hicimos varias posturas pero la preferida y con la que me corrí era la famosa “a cuatro patas como los perritos”.

Estábamos ya en nuestra posición de charla favorita. Desnudos los dos, abrazados y disfrutando del maravilloso momento tranquilidad que nos daba el cuerpo tras follar a gusto durante un buen rato.

La habitación olía a sexo, nuestros cuerpos olían a placer y nuestras voces hablaban a modo de susurro para no romper el momento.

Mi mano se movía lentamente mientras mis dedos acariciaban la espalda de mi Lidia, que con los ojos medio cerrados discutía conmigo sobre la nueva idea que me gustaría que hiciese.

- No voy a hacerlo cariño, tú no sabes cuánto duele y la polla que tiene es enorme, si además me quedo abotonada me puede hacer mucho daño.-

- Bueeeeeno, tampoco es para tanto, vosotras no hacéis mas que quejaros, con un poquito de práctica y lubricante no hay ningún problema, y si te preocupa la bola pues no dejes que te la meta.-

- Pero vamos a ver, no quiero que Rody me rompa el culo, no insistas.-

- Vosotras sois capaces de depilaros a la cera, de parir niños, de pasar frio en pleno invierno con pantalones cortos para “Estar monas” pero sois incapaces de aguantar un poquito de polla por el culo.-

Mi mujer se incorporó en la cama con los morros torcidos y me miró directamente.

- ¿Si dices que no duele por el culo, porque no lo haces tú? -

- Porque no, porqué yo no estoy hecho para eso, pero las mujeres sí. Estáis acostumbradas a recibir, y los hombres a dar. Es la ley de la naturaleza.-

- O venga ya! – Movió los brazos con aspavientos- Ni tú mismo te crees esa puta chorrada que acabas de decir.-

- Claro que sí, es lo normal, nosotros damos, vosotras recibís.-

- Pues no pienso hacerlo. Es más…- Se quedó dubitativa unos segundos poniendo en orden la nueva idea que le pasó por la cabeza antes de amenazar con el dedo. – Mira lo que te digo, si quieres que Rody se folle este culo, primero se tiene que follar el tuyo, cuando te vea a cuatro patas y a Rody sacándote la bola de ese culo “HETERO” que tienes entonces hablaremos, hasta entonces, mi culo, para todo el mundo en esta casa queda cerrado.-

Se tumbó en la cama, apagó las luces, se tapó con la sabana fina de verano que teníamos puesta y se dio la vuelta.

Mi mujer tenía y tiene unos cuantos “dones”. Uno de ellos es la testarudez. Si se le mete algo en la cabeza ya puedes hacer lo que quieras que ella no va a cambiar de opinión. Y dicho y hecho. Durante mucho tiempo el culo de Lidia estuvo cerrado para mí. Aun que muchas veces le pedía que se dejara dar por detrás, rara vez accedía y el sexo anal en nuestra vida era algo espontaneo. Fruto de algún exceso de calentura o era utilizado por ella para premiarme por alguna cosa. Así que el cierre de su culo permanentemente fue doloroso pero como pasa siempre lo prohibido se vuelve mucho más deseable.

Pasaron varios días y la relación mejoró. Tomó conciencia y ahora ella me involucraba más en sus encuentros amorosos.

Cabe aclarar que me encanta verla follar, sentir que se corre. Nuestro ritual anterior era simplemente eso, ella follaba con el perro en el salón o en la cama mientras yo sentado en el sofá o en una silla la miraba. Me da muchísimo morbo verla así. En multitud de ocasiones terminaba pajeandome.

Si el culo lo tiene cerrado, la boca es todo lo contrario, conmigo siempre la tiene abierta. Y no me puedo quejar. Me deja que le haga lo que quiera, y por supuesto hago algo que me fascina. Adoro correrme en su boca y disfruto viendo como saborea mi néctar para luego tragárselo.

Me corro con su boca abierta como las actrices porno, con la boca cerrada impidiendo que se le escape nada, por la cara, por el cuello, por las tetas, por el pelo.. Pero siempre si le cae algo en la boca, siempre se lo traga.

Por eso ahora nuestros encuentros amorosos con Rody siempre me hace una buena mamada. Antes, durante o después de que se folle al perro. Una gran mayoría de veces, cuando está muy excitada o tiene el coño que le pica y quiere sexo, somos los dos que nos la follamos, primero uno y después el otro.

No me puedo quejar, fueron días maravillosos, sexo casi diario, pasional, excitante, y toda esta historia ocurrió cuando por una vez el perro no estaba en nuestra habitación.

Estaba tumbado en la cama y Lidia estaba a mis pies de rodillas practicándome una buena mamada. Yo le cogía por la nuca suavemente siguiendo los movimientos de su cabeza más que guiándola. Jugaba con su pelo mientras disfrutaba su lengua recorrer todo mi glande con movimientos circulares. Era una mamada lenta, llena de amor y pasión. Una mamada exquisita.

Había poca luz, pero no importaba yo tenía los ojos cerrados. Notaba sus labios rodear por completo mi polla y como se deslizaban arriba y abajo suavemente. Sus manos jugaban con mis huevos, los acariciaban, entretejía sus dedos con los pelos de mi polla. Aunque no me depilaba me los cortaba de vez en cuando. Ya tocaba, los tenía bastante largos. A Lidia no le importaba los más mínimo pero cuando me los cortaba mi polla aprecia más grande. Cuanto tenia los pelos largos jugaba con ellos liándolos y rizándolos con los dedos, igual que con los pelos del pecho.

Su mamada era muy eficaz. Mi polla muy dura y extra lubricada de saliva empezaba a mandarme señales que no aguantaría mucho más. Y así fue, en apenas unos segundos más empecé a eyacular.

Ejerciendo algo más de presión en su cabeza con mi mano le avisé de que me iba a correr. Ella lo esperó encantada. Recibió toda mi leche en su boca. Una boca que engullía media polla y que no dejaba salir ni una sola gota de semen.

Aguantó hasta que solté el ultimo chorro para simplemente deslizar sus labios hacia arriba y yendo cerrando el cerco hasta que al salir mi pene de su boca sus labios formaban un bonito asterisco cerrado. No desperdició nada.

Abrí los ojos y la miré. Ella aguardaba, sabía que me gustaba mirarla y me provocaba. Entonces tragó. Todo para dentro. Abrió la boca para mostrarme que no había desperdiciado nada.

- MMM, que rico, lástima que no tengas más. – Dijo mientras se acurrucaba a mi lado entre mis brazos.

Yo me quede medio adormilado, pero sin llegar a dormirme. El bajón del post-polvo.

- Cariño-

- Dime mi amor-

- ¿a que sabe el semen? - Pregunté

- el tuyo?-

- Si -

- Pues, es una mezcla, no sabría decirte. También depende del día, a veces es muy amargo, otras veces parece una masa sosa sin sabor, otras veces está más saladete. Creo que depende de lo que comas ese día te cambia el sabor del semen.-

- ¿De verdad?-

- Si-

- ¿Te gusta mi semen?-

- Me encanta, quieres probarlo? -

- Nonono, déjate. Puedes quedártelo todo tu.-

- Oh venga ya, no seas tonto, es tu tuyo, no pasa nada. ¿No tienes curiosidad?-

- No – Dije rotundamente

- No te creo, todos los hombres lo han probado una vez en su vida, aunque sea por curiosidad- Se puso de rodillas en la cama y acercó su boca a mi boca- Así que, dame un besito.-

- Quita anda- dije mientras movía la cabeza.

- Venga dame un besito, muack muack muacck -

- Quita, no voy a darte un besito con es boca sucia -

- Pues yo quiero que me lo des -

- Pues yo no quiero dártelo -

- Aixx de verdad que tonto eres ehh. Se me quitan las ganas de.. de.. bhaaa -

-No te enfades --

- No me enfado – murmuró con gruñidos

- Clarrroo, noo teee eeenfaaadaass – Dije en un todo burlesco.

- Pues no listillo, no estoy enfadada, solo que eres un cortarollos. -

- Yo no soy un cortarollos -

- Si lo eres, y un cagao-

- UN CAGAO YOO? Pero que dices tú ahora, yo siempre he sido muy valiente en esta vida y para que te enteres la cortarollos eres tú.-

- Cagao -

- Callate – Respondí

- Cagao – Repitió mi mujer

- Que te calles-

- Eres un cagao-

- Quieres cerrar ya la boca? -

- Eres un cagao, CA- GA-O, CA-GA-O CA-G… -

- Que yo no soy un cagao niñata infantil - Interrumpí

- Pues demuéstralo y bésame -

- Que pesadilla de mujer por dios. -

Harto ya de humillaciones decidió poner las cartas sobre la mesa, me incorporé, me acerqué a ella, la agarré por la nuca y atraje su bica hacia la mía y justo cuando iba a besarla le dije.

- Yo no soy un cagao-

Entonces mis labios se juntaron con una boca carnosa, deseable, sensual y húmeda, con una lengua juguetona deseando disfrutar de un buen beso. La besé, ella me besó, nuestras lenguas jugaron entre sí un buen rato. Mi boca mordía ligeramente su labio inferior, lo succionaba un rato para déjalo libre otra vez.

Sus manos me envolvieron en un abrazo caliente. Su cuerpo se incorporó para sentarse encima de mí y juntar su piel desnuda contra la mía.

Pasaron minutos y mi cuerpo ardía en deseos por comerse a esa mujer. Mi boca quería más labios, más lengua, más cuerpo que comerse.

- ¿Ha sido para tanto mi vida?-

- Tu boca sabe a ti, a saliva. No sabe a semen.-

- Sí que sabe porque lo noto. Ahora ya has probado tu semen, eres un cerdete, - Arrimó su boca a mi oído y me susurró. – Y me encanta, me pone a mil.

- Desde lo de Rody te has vuelto mucho más… como decirlo… más… Guarra.

- ¿GUARRA? –

- No me malinterpretes, es que no sé cómo decirlo. Más activa, mas… nose.. Te da por decir, hacer cosas que hasta ahora no hacías. No conocía muchas facetas nuevas que estoy descubriendo de ti. Y no me quejo, me gusta mucho que seas así.

- ¿Te gusta que sea una guarrita? – Sentada encima de mí a horcajadas, con una sonrisa pícara, burlona empezó a moverse sensualmente a modo de provocarme cómo sólo una mujer provocadora sabe hacer.

- Me gusta que seas MI guarrita- Volvimos a besarnos un buen rato a fin de afianzar más la relación recién descubierta.

- ¿Te ha gustado?

- ¿El qué? – Respondí

- Pues tu semen -

- Ya te he dicho que no sabía a semen, sabía a ti a tu saliva -

- ¿De verdad? -

 - Si -

- Ajam.. – Dijo mi mujer algo dubitativa, pensando como continuar la conversación- Pues a mí me ha gustado verte probarlo -

- ¿De verdad? -

- Si, pero me has dejado un poco plof al saber que realmente no lo has probado.-

No respondí, simplemente aguardé en silencio.

- Me gustaría que lo probaras. Pero de verdad. Me gustaría ver como pruebas tu semen. Sé que es algo raro, pero me pone mucho la idea de verte hacerlo. Yo accedí a tu petición de hacerlo con Rody, y me gustaría que lo hicieras por mí. ¿Lo harías por mi amor?

Tardé un buen rato en contestar, mil ideas y situaciones pasaron por mi cabeza, no sabía que decir.

- Bueno, algún día lo haré pero no me presiones. -

Ahí quedó la conversación, aparcada hasta la eternidad. Esa era mi intención, hacer que se olvidara, pero sabía que en el fondo de esa cabecita mi mujer albergaba las esperanzas que yo un día accediera a sus deseos.

Pasaros muchos días y nuestra rutina sexual iba en aumento. Nuestra vida en general era mucho más alegre, apenas había discusiones y el amor flotaba en todas las habitaciones de nuestra casa. Las tensiones se relajaron al máximo y nuestra confianza aumentó considerablemente. Fue el inicio de los mejores momentos de mi vida junto a mi mujer.

Empezamos a aficionarnos a las excursiones por el campo, además de muchas más aficiones que empezamos a hacer juntos. Principalmente deporte.

Un fin de semana soleado, decidimos dar un fuerte paseo por la montaña y comer en la naturaleza. Lo preparamos todo, el vestuario, las botas, las mochilas la comida… todo.

Aun que vivimos cerca de una zona montañosa no vivimos lo suficientemente cerca para iniciar la marcha desde nuestra casa. Así que cogimos el coche y nos dirigimos a  un lugar que nos recomendaron.

Aparcamos en una especie de descampado y nos cargamos con todos los tratos a la espalda a fin de pasar un buen día en la naturaleza.

Fue un día tranquilo, ni muy caluroso ni muy frio, una temperatura muy agradable. Apenas nos encontramos con gente mientras hacíamos la ruta. Al ser solo peatonal no escuchábamos más que pajaritos silvestres. Ningún automóvil podía pasar por allí, ni de 4 ruedas ni de dos. Ocasionalmente veíamos algún valiente con su mountain bike recorrer esa ruta montañosa.

Hicimos una pausa cuando llegamos al destino. Una especie de claro en medio de la nada rodeado de bosque y terreno montañoso. Aun que durante el camino divisamos algún terreno vallado privado con árboles frutales no vimos campos de cultivo.

Comimos solos, no había nadie. Esa intimidad hizo florecer en mí una atracción física sobre mi mujer. Ella estaba a mi lado, con los pelos algo amurruñados con su vestimenta de excursión, pantalones cortos y sus botas de montaña. De golpe al verla empecé a mirarla como la mujer más sexy, atractiva y sensual del planeta. Por alguna razón quería poseerla ahí mismo. Fue tal mi mirada y mi deseo que Lidia se percató de que pasaba algo

- ¿Te pasa algo?-

- No, nada, solo que estas muy sexy-

- Anda calla, si estoy toda sudada, lo que menos estoy ahora es sexy -

- Pues estas muy buena y muy sexy – Dije mientras me arrimaba a ella en la provocador (pero nunca se me ha dado bien y más que provocador parezco un salido viejo verde) pero a mi mujer le hace gracia que me ponga así de tontorrón. -¿Te has dado cuenta de que no hay nadie?-

- Ya me he dado cuenta de que no hay nadie, pero no sigas anda y no digas tonterías-

- Podríamos hacer algo ahora ya que no hay nadie- Me acerqué y le agarré una teta con la mano. -

- O podríamos no hacerlo - Dijo, pero no hizo ningún gesto de apartar mi mano de su teta.-

- Lastima que no hayamos traído Rody. ¿Te imaginas? Que morbazo ehh

- De morbazo nada wapo, que si nos pillan a la que pillan con el perro pegada es a mí y no a ti, así que es mejor que se quede en casa.-

- Venga ya, imagínate a cuatro patas en medio del bosque, follando como perros y con perros, en medio de la naturaleza y con el morbo de que nos pueden pillar. Puede ser muy divertido.-

- En la teoría todo es muy divertido hasta que te pillan.-

- No nos pillarían, hace más de 2 horas que no vemos a nadie. No hay nadie a muchos kilómetros. Si viniera alguien seguro que lo oiríamos-

- Por mucho que insistas no me vas a convencer de nada, no tenemos a Rody y menos mal que no lo hemos traído sino sería un día muy pesao todo el rato insistiéndome.-

- Pues a mí la idea me la ha puesto morcillona.- Le cogí su mano con la otra manos restante que me quedaba libre y me la llevé a la entrepierna.

- A ti se te pone morcillona con cualquier cosa.-

- A mí la única que me la pone morcillona eres tú. – Respondí

- No vamos a hacer nada aquí en medio -

- ¿Venga, porque no? – Cogí su mano otra vez y la metí por dentro de mis pantalones - No ves como la tengo? Te necesita, no puede vivir sin ti.

- Te pones muy tontito cuando mendigas un poco de sexo- Miró alrededor para comprobar que no había nadie, buscó a lo lejos entre los árboles, prestó atención a los sonidos pero no apareció nada. Aceptó entonces que estamos solos en el bosque y que nadie nos molestaría.

Entonces me sacó la polla del pantalón se arrodilló enfrente mío y se la metió en la boca. Me hizo una mamada descomunal, como nunca la había hecho. Por el morbo de la situación se ve que la excitó mucho más de lo habitual y empezaba a meterse la boca algo más adentro de lo que solía hacer.

Veía como media polla se incrustaba en su boca y como ella de vez en cuando se forzaba para meterse algún centímetro más. Aguantaba la respiración y se auto obligaba a tragar polla. Más polla de la que había tragado nunca.

Cuando mi polla llegaba a su campanilla, a la entrada de su garganta le provocaba una arcada y la obligaba a parar para escupir un montón de saliva. Lo hizo unas cuantas veces más. Los ojos empezaron a llorarle, desde su nariz hasta la barbilla la tenía recubierta de babas trasparentes, mi polla brillaba por la cantidad de fluido que la recubría pero ella seguía en su intento. En una ocasión se acomodó, cambio la postura del cuerpo en relación al mío, como intentando alinearlse con mi polla. Volvió a intentarlo. Puse mi mano en su cabeza, en la parte posterior de la cabeza en la parte de arriba de la nuca, y cuando noté que intentaba otra vez meterse hacer algo extraordinario empujé mi pelvis hacia adelante, agarré con fuerza su cabeza para que no se moviera y deslicé centímetro a centímetro toda mi polla por la garganta de mi mujer.

Cuando su barbilla tocó mis huevos la presione para que aguantara unos segundos. Ella abrió los ojos como platos y puso cara de ahogarse.  Intentaba liberarse. Sus manos colocadas en mi cadera empujaban para soltarse.

La solté y de golpe ella se echó para atrás con la boca abierta inhalando aire. Multitud de hilillos de babas conectaban su boca con mi polla.

Le vino otra arcada y soltó mucho más saliva, no fue una arcada de vómito, sino una reacción natural. No vomitó.

Me miró con el ceño fruncido pero no dijo nada. Aguardó unos segundos para recuperarse y prosiguió con la mamada.

Utilizaba las dos manos y la boca. Con una de ellas me pajeaba frenéticamente, su boca la tenía plantada en mi capullo y con la otra mano jugaba con mis huevos.

Ella notó que estaba a punto de correrme. Según ella es cuando empiezo a soltar ligeros gemiditos muy suaves y cuando tenso la polla involuntariamente. Echó la cabeza hacia atrás, abrió la boca y sacó la lengua. Pude apreciar la campanilla de mi mujer desde donde estaba. Tenía la cara recubierta de saliva, incluso había algunas gotas que le colgaban de su barbilla a modo de estalactitas. Siguió paseándome hasta que un buen chorro de leche calentita salió disparada de mi polla y cruzó el aire cayendo en medio de la cara de mi encantadora mujer. El chorro de leche cubrió desde el ojo hasta la comisura de los labios, llenándole todo el moflete de semen

Con el según chorro, ya menos intensó en cantidad ella consiguió apuntarlo a su boca y le regalé mi manjar que tanto le gustaba.

Siguió pajeandome unos segundos ordeñándome hasta soltar la última gota.

Cuando el éxtasis del orgasmo bajó pude apreciar la estampa. Tenía la cara completamente recubierta de líquido pegajoso, saliva, lagrimas y semen. Era una atentica guarra.

- Eres un cabrón, - dijo mientras me daba un pequeño puñetazo en el hombro

No dije nada, solo había una sonrisa en mi cara. No pude evitar mírala y quedarme maravillado de mi mujer. De cómo una persona puede llenarte tanto. La miraba mientras que se limpiaba con unas toallitas que había sacado de su mochila.

Cuando terminó de limpiarse, arreglarse y comprobar que estaba todo correcto recogimos e iniciamos el largo camino de regreso.

Hubo alguna reprimenda en el trayecto y me hizo jurar que no volvería a hacerle eso sin su permiso. Que sería ella que pusiera los limites.

Yo se lo juré.

Pasada una hora vimos a lo lejos una especie de campo privado vallado que contenía algunos animales.

Decidimos acercarnos a ver, ya que en la excursión no habíamos visto más que árboles y plantas.

Había un par de caballos pastando, un burro a lo lejos y en otro campo vallado y separados había unas cuantas vacas.

- Que caballo más bonito – Le dije

- Sí, es precioso, y enorme-  contestó

- Mira allí hay otro- Señalé con el dedo un caballo aunque estaba algo mas alejado y que apenas se veía debido a algunos árboles que había en el campo. –Alguna vez has montado algún caballo? -

- No, nunca. Bueno si, de pequeña en el cole creo que nos llevaron a una granja escuela de esas y nos montaron en unos ponis o algo así. -

- To creo que igual que tú, no tengo recuerdos de haber montado uno de estos pero quien sabe si de pequeño…-

Estuvimos un buen rato en silencio, admirando la majestuosidad de esos animales. Disfrutando la compañía del uno del otro. En plena naturaleza. Nosotros dos solos. Pero tuve que romper el momento.

- Tengo que mear. – Miré alrededor para comprobar si había alguien, y por supuesto estábamos solos. Me saqué la polla allí mismo y mee encima de una planta. Mi mujer que estaba al lado bajó la vista uy me miró la polla. – Es que no puedes evitarlo ehh- le dije al comprobar que miraba mi polla

Simplemente re respondió con una sonrisa muy tierna.

Antes de empezar a sacudírmela al terminar de mear ella hizo lo mismo, se bajó los pantalones y las bragas, se puso de cuclillas y soltó un buen chorro de orina.

- Yo también tenía que mear.-

Uno de los caballos que estaba algo lejos de nuestra posición apareció de la nada a nuestro lado, justo al lado de la verja metálica. Nos miraba con curiosidad.

- Joder que susto me ha dado – casi tropecé hacia atrás al encontrármelo.

Lidia se acercó a la valla e intentó acariciarlo con cautela.

Al mírala con el animal me vino a la mente una cerderia impresionante. Me la imaginé a cuatro patas mientras el caballo la sodomizaba con toda su polla. Solo fue una idea fugaz.

- Cariño-

- Dime – Respondió con un susurro para no asustar al caballo.

- Tu.. a ver cómo te lo digo…, te atreverías a hacerlo con un caballo como lo haces  con Rody?-

Se giró lentamente para mirarme directamente a los ojos. Pero no dijo nada, simplemente aguantó la mirada.

- Ya sabes… a montártelo con uno de estos. -

- ¿Te gustaría?- respondió tras unos breves segundos de pausa.

- Mucho, contesté sin vacilar.-

-¿A si? ¿Y qué te gustaría exactamente? –entornó sus ojos y puso sus manos en sus caderas en jarras.

- Que le hicieras de todo, que te lo follaras por todos lados, que dejaras que ÉL – dije señalándolo con un dedo- Sea el que te folle salvajemente, que te pongas dejaba del caballo y se la chupes hasta que se corra-

- Vaya vaya, pero hay un pequeñito problema, a lo mejor no has caído pero yo te lo digo. No puedo follarme una bestia de estas, me destrozaría. Su polla no me cabria entera, solo la puntita.

- Bueno, si te dejaras por detrás seguro que te cabe mucho más. Hay un montón de videos en internet de gente que se deja dar por detrás y se meten casi toda la polla- Tras decir estas palabras vi la cara de mi mujer, acababa de desvelar un secreto que ella no savia.

- No sabía que vieras porno en internet. -

- Bueno, no es que vea porno en internet, es que.. bueno.. navegas y aparece publicidad y eso.. y sin querer pulsas. Y…-

- Nada nada, escusas. ¿No te vale con lo que tienes delante que encima tienes que ver a otras? -

- Claro que me vales, pero es que... a veces,.. bueno.. es un estímulo visual no es..-

- Así que te gusta ver a otras mujeres desnudas follando aparte de tu mujer. ¿Te masturbas mientras las miras?-

Un sudor frio empezó a recorrer todo mi cuerpo. Me puse muy nervioso y las palabras empezaros trabarse en mi oca, solo tartamudeaba y balbuceaba consas sin sentido. Claro que me masturbaba viendo porno, para eso está. El problema es que siempre me ha gustado el porno, desde siempre, y nunca he dejado de verlo. Pero como se puede reconocer algo así delante de tu mujer después de mucho tiempo de relación.

- Cariño, no pasa nada – Se acercó a mí, me puso una mando en el pecho tranquilamente par que me tranquilizara. – De verdad, no pasa nada, yo también lo hago.-

Todo el nerviosismo desapareció de inmediato, mi mujer también lo hace? Esto abre otras nuevas oportunidades y vías en nuestra relación. Entonces Lidia me interrumpió mis pensamientos

- Pero tú sabes perfectamente que mi culo está cerrado. Si no soy capaz de meterme una polla de perro no sería capaz de meterme una polla de caballo.

- El culo se puede entrenar, con paciencia y dedicación se puede dilatar lo suficiente para que puedas meterte una buena polla de caballo, además es mucho más profundo que un chocho y te podrás meter mucha más polla dentro. Seguro que te dará mucho gustito.-

-Pues aplícate el cuento, ya sabes lo que tienes que hacer.-

- ¿También con el caballo?-

- Sí, también con el caballo, primero vas tú y luego iré yo. Tú hablas mucho de que no duele, que es muy fácil y todo eso pero no lo haces. Será que no cuentas toda la verdad. -

- Ya sabes lo que pienso al respecto. En los videos de internet se ve claramente como las tías se meten pollas enormes de caballo y no les pasa nada. -

- Las tías de internet están entrenadas, yo no. -

- Es una lástima porque con tanta polla seguro que disfrutarías -

- Puedo disfrutar de una polla de caballo de formas diferentes no por eso me la tengo que meter por el culo. -

- ¿A si? Y que le harías tú al caballo?-

- Que le haría yo…que te gustaría que le hiciese amorcito? -

- Se la chuparías?-

Giró la cabeza y miró al caballo. Volvió a mirarme con una sonrisa en la boca.

- Sep-

- ¿Y dejarías que se te corriera encima?

- ¿Te gustaría que hiciera eso ehh?

Entonces extendió las brazos hacia arriba e hizo el gesto de sujetar una polla de caballo en toda su extensión. Con sus dedos en forma de C muy abiertas simulaban coger el miembro equino y los movía acercándolos y alejándolos de su boca abierta a mas no poder simulando pajeando al caballo y con su miembro en l boca.

- ¿Te gustaría ehh?  Ohh si mi amor dame tu polla, dame toda tu leche – simuló que el caballo se le corría en la boca y extendiendo sus dejos y separándolos los movió desde su boca a sus pechos. Simulando un torrente de semen que brotaba de su boca llena y que recorría su cuerpo. Cuando terminó no paró de reírse a carcajada limpia cuando descubrió mi cara de salido tras observar tal espectáculo.

- Ojalá lo hicieras- Logre balbucear de morbo-

-Sé que te gustaría, pero es algo imposible. Es muy peligroso. -

- ¿Porque no saltamos la valla y lo intentamos con este caballo?-

-Peeero que dices – Logró decir Lidia –No vamos a saltar una valla, es propiedad privada, esté caballo no nos conoce y si se pone nervioso?-

- Yo le calmo-

- Que vas a calmar tú, si no has visto un caballo en tu vida. Quieres que me meta debajo de uno de estos y que sin motivo aparente le coma la polla. ¿Y si nos da una coz o algo que hacemos? Estamos a horas de un hospital, y si nos pasa algo puede ser muy grave. Vete haciendo a la idea de que esto no va a ser posible. -

Discutimos un buen rato pero no llegamos a ningún término, no la convencí para que se animara. El trayecto a casa fue largo y tenso. Hubo pocas conversaciones y de las que hubo los temas fueron banales y sin mencionar lo ocurrido.

Pero yo no había acabado. Esta nueva idea se fijó en mi mente y deseaba con toda mi alma que se hiciese realizad. Haría lo que hiciera necesario, pagaría un fortunón pero quería ver a mi mujer con un caballo. Tenía algunas ideas en mente y necesitaba desarrollarlas con tiempo.