Me despiertas (y germino)
sorprendida de temblarme entre las brumas del sueño
(¿o eres tu?)
quebrándome en estertores de un ansia imperiosa y roja.
Me desvelo (floreciendo)
latiéndote entre labios ondulada,
desangrándome de vientos imposibles
(tráfago de vientos imposibles
escapando entre los dientes y silbando).
Y me afano una vez más en deshacerme,
en dejarme entretejer en tu contacto
(tus labios son el centro y yo,
que me derramo,
girando alrededor,
prendida de alfileres
y temblando).