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Horas Extra Cero: Desfloración

en Amor filial

HORAS EXTRA CERO:

DESFLORACION

Y2Kleizer

1

Los tres resoplaban ruidosamente, de manera casi animalesca. Eran meros títeres de la Diosa Lujuria. Roy Williams, de 41 años, desplazaba, incrédulo aún, sus tibias y velludas manos por el cuerpo pingüe y alabastrino de su deliciosa sobrina, totalmente desnuda, tendida a su lado, en la cama de éste.

Jimena, la poco común ama de llaves, bien "alineada" por su pervertido amo desde hace casi una década, también como Dios la trajo al mundo, se dedicaba a estimular a su joven señora, chupando ese par de rosados pezoncitos, alternando para lamer con pasión la empapada concha de la quejumbrosa Eleanor.

Roy, su tío, no le mezquinaba los más ardientes, lascivos y ruidosos besos, y tomó una blanca mano de su divina sobrinita, guiándola hacia su pene duro como una roca… Eleanor lo sujetó, apretándolo con moderación, ansiosa de sentir en su interior esa torre de carne… Roy gimió y le lamió la oreja, al tiempo que sobaba esa vagina virgen con sus gruesos dedos.

-Jimena, acércate -le pidió él. La aludida, cuyos enormes pechos opacaban su no muy esbelto talle, se acercó sonriendo, feliz de recibir un par de besos de su lujurioso amo. Luego, Roy dirigió a Jimena, por su barbilla, hacia la boca de Eleanor… se vieron a los ojos justo cuando sus labios se tocaron… entonces, las dos bajaron sus párpados y Eleanor se colgó del cuello de su sirvienta, besándola como si el mundo estuviera a punto de acabarse.

Al fondo del amplio dormitorio del Sr. Williams, una gigantesca pantalla mostraba los varios videos de seguridad que mostraban a su hermosa sobrina mamando verga de casi todo el personal masculino de la mansión… el jardinero, el hijo del cocinero, los tres choferes, los de mantenimiento de la piscina, incluso a un anciano amigo de su tío que tuvo la buena suerte de quedarse a solas con ella… pero, muchos se preguntarán, si Eleanor andaba tan cachonda, ¿por qué no se dejó follar? ¿Y por qué fue tan "descuidada" de hacer sus cositas en lugares donde había cámaras? Pues, sólo el tío Roy podía dar una respuesta a estas incógnitas… Eleanor le mandaba un mensaje… mírame y cógeme… y el buen tío no pudo aguantar más, es un hombre después de todo…

En el colmo del morbo, Roy, sentado sobre sus almohadas y con la espalda recostada contra la cabecera de ébano de la amplia cama, se daba cuenta de lo rápido que su sobrina aprendía, a medida que su suave y tibia lengua recorría su enhiesto pene, acompañando a la de Jimena… Roy suspiró, su bella sobrina y su voluptuosa y zorra ama de llaves lamiéndosela…

Las dos gatitas ronroneban, con sus labios y lenguas adheridos a ese tronco, reluciente con la saliva de ambas, que hasta se lo pasaban por sus caras, y de cuando en cuando se besaban… se habían convertido en dos muñequitas para que su tío les hiciera lo que quisiera.

Entonces, Eleanor empezó a tragarse ese pincho. Roy le puso una mano sobre la cabeza, prensando esa áurea cabellera, intentando indagar cuánto podría devorar su preciosa sobrina… Eleanor comía, succionaba y liberaba, cada vez avanzando más, aferrando con sus dos manos el miembro de su tío…

-Así es, cómetela toda, putita mía -dijo él, extasiado.

Jimena se sobresaltó un poco, creyendo que el señor había ido un poco lejos en insultar de ese modo a la señorita, pero al no ver ninguna muestra de enojo en ella -todo lo contrario, empezó a mamar con más furia-, se calmó y acarició el espléndido cuerpo de Eleanor, besando sus nalgas en pompa.

-Me la vas a mamar todos los días, ricura…

Eleanor lanzó un mugido que podría interpretarse como un "por supuesto" y bajaba y subía su cabeza, resonando sus succiones, chapoteando esa verga en la saliva de la joven… Roy se mareaba de lujuria al ver las mejillas de su sobrina hincharse bajo la presión de su glande oculto dentro de esa quijada que pareciera diseñada para dar mamadas…

Ya casi la mitad de su virilidad desaparecía positivamente en la ávida boquita de Eleanor. Ella pajeaba lo que no podía tragar, y cuando se la sacaba de la boca, la besaba y lamía el hinchado capullo, jadeando como perra, gustándole mucho derramar hilillos de saliva sobre el mazo de su tío.

-Qué pedazo de puta, saliste, amorcito -le dijo Roy, en el cielo.

-Gracias por el cumplido, tío -respondió Eleanor, esbozando una provocativa sonrisa, para luego separar sus labios otra vez y meterse en la boca esa verga, la única que de verdad había deseado todo este tiempo.

Gimió adolorida, cuando los dedos intrusos de Jimena iniciaron su forcejeo al interior de su hasta entonces ano virgen. Jimena no dejó de lamer y chuparle el asterisco, estremeciendo de placer a su joven señorita… quien mamaba como posesa… Roy la sujetó de nuevo, para asegurarse que Eleanor tragara todo su semen, que estaba a punto de explotar…

Eleanor sintió el repentino golpe de la lefa en su garganta, y de cómo se le llenó toda la boca y el semen de su tío se derramó entre sus labios, chorreando el rígido pene, así como su fino mentón… el semen llegó hasta los testículos de Roy, y Eleanor estiró su lengua para sorberlo… pronto recibió asistencia de Jimena, y entre las dos lamieron el semen diseminado en la entrepierna y vientre del señor.

Finalmente, Jimena completó su labor limpiando el cincelado rostro de la señorita, frotando sus caras, lamiéndose y paladeando juntas la leche de su amo común. Las chicas se besaron un rato más, sin dejar de masajear el ansioso órgano que recién dejaron reluciente y limpio.

 

2

Desde el pasillo, cualquiera hubiera mojado sus pantalones creyendo que una aparición se le venía encima, con ese escándalo de quejidos y el tintineo de cadenas… pero se trataba de la joven y espléndida Eleanor esposada a la cabecera de la cama de su tío, totalmente desnuda, con sus piernas abiertas, recibiendo una comida de coño cortesía de su ama de llaves y de su querido tío.

Dos lenguas hambrientas paladeaban sin cesar esa conchita enrojecida y sensible, ansiosa de ser penetrada… Eleanor apenas era capaz de mantener sus ojos abiertos para contemplar el morboso espectáculo, y gemía de un modo que parecía estar pariendo.

Sin ningún miramiento, Jimena empezó a meterle un dedo en el trasero, y Eleanor arqueó su espalda, jadeando, a punto de perder el control sobre sí misma. Roy y Jimena se besaban de un modo asqueroso, y juntaban sus lenguas para aprisionar la trémula pepita de la señorita, causándole oleadas de indescriptible placer que la tenían sudando a cántaros, todo su bello cuerpo temblando con imparables espasmos y su voz gimiendo continuamente, todo esto con una pizca de lágrimas rezumando de sus párpados entrecerrados.

Entonces, Jimena hundió su rostro en el sexo de la joven, quien casi por reflejo la prensó con sus blancas piernas, pudiendo ver apenas a su tío, colocándose tras la mucama, que enterró sus uñas en la pingüe carne de la señorita al sentirse penetrada por su amo y señor.

-¿Esto es lo que quieres, Eli? ¿Qué te monte como a una perra? -le preguntó su tío, mientras resonaba su vientre golpeando las nalgas de la sirvienta, como un rítmico aplauso. Jimena mugía y lamía sin parar, su rostro hundiéndose en el sexo de la señorita por los empujones de su amo.

-¡Sí, sí, eso es lo que quiero! -logró balbucear Eleanor, revolviendo su cabecita para todos lados, presa del paroxismo de placer que la lengua de Jimena descargaba como choques eléctricos en su anegada fisura, así como del atrevido dedo de su empleada, aún ensartado en su recto.

Roy se aferró de los amplios y generosos glúteos de Jimena, acelerando sus embestidas, y en pocos segundos el sonido del televisor se vio opacado por los gemidos y chillidos de esas tres personas… más que todo de Eleanor, que resultó ser muy escandalosa, en especial cuando, al sentir inminente el orgasmo de la joven, Jimena empezó a frotar muy velozmente la palma de su mano sobre el tierno y tembloroso clítoris de la muchacha, haciendo que, literalmente, aullara de pura lujuria…

-¡Aaaaahh, Jesucristo, aaaahh! -gritó ella, justo cuando sus jugos bañaron la mano y la cara de la ávida Jimena, quien con la lengua de fuera, consumió cuanto pudo antes de ofuscarse ella misma por el brutal orgasmo que su amo le obsequió en ese preciso momento.

-¡Ay, señor, qué rico me coge! -suspiró ella, apoyando sin ambages, su cabeza, sobre el sonrojado sexo de la aún quejumbrosa Eleanor.

Roy, de manera frenética, sacó su pene, empapado, reluciente y sólido, de Jimena, y empujó a ésta sobre su sobrina, aproximando su verga de modo que su carga pudiera llover sobre las dos mujeres que, aún retorciéndose de placer, ya habían, como las putas que eran, extendidos sus aterciopeladas lenguas, ansiosas por recibir el semen del tío y amo común.

Roy respiraba pesadamente, pajeándose el miembro, apuntando a esas dos boquitas abiertas; el primer chorro se perdió casi de inmediato en la garganta profunda de Jimena, quien se estremeció y cerró sus labios, intentando tragarse esa lefa que se le acumuló en el esófago entorpeciendo su respiración… por lo que, el segundo y tercer chorro marcaron una equis sobre el rostro de Eleanor, en cuya boca se perdió el hinchado glande del tío, exigiendo que se le limpiara su instrumento.

-Mmmmm… mmmmm… -era todo el sonido que la jovencita emitía, mientras succionaba ese hongo como si fuera un bombón, en tanto que, su solícita criada, lamía el semen del patrón embadurnado en la cara de la adolescente.

-¡Oh, sí, par de putas! -decía Roy, sintiéndose, con justa razón, en la gloria-. Si así es el infierno, que me consuman sus llamas…

 

3

El tío Roy sonrió al ver la expresión de su promiscua sobrina, cuando Jimena extraía de su vagina ese rosario de bolas chinas… expresión inmortalizada en la foto que ahora servía de papel tapiz de su computadora portátil, y que recién había mandado por e-mail a algunos amigos que, sabía, iban a apreciar esa artística y sublime fotografía.

Jimena acercó las cuentas untadas del líquido vaginal de Eleanor, a la boca de ella, para que con su propia lengua, las limpiara y dejara como nuevas, tal y como lo ordenara su tío.

Roy se subió a la cama, gateando sobre Eleanor.

-¡Oh, sí, hazme tuya, es lo que he deseado todo este tiempo! -exclamó ella, cerrando sus ojos y saboreando el inefable cosquilleo de sentir ese ancho glande rozando su vagina, frotándose contra su sexo…- ¡Oh, qué delicia!

-¿Te gusta, putita?

-Sí, tío, sí -ronroneó ella, espasmódica, relamiendo sus labios-. ¡Aah, sí! -exclamó entonces, cuando saboreó la súbita pero gentil presión de ese glande, pujando hacia su interior- ¡Dios, sí, sí, métemela ya! -chilló Eleanor, presa de dolor y de un nuevo e inefable placer…

-Ahí te voy, querida -dijo Roy, con suavidad, acomodándose sobre ella, abrazándola y cubriendo su boquita con la de él, succionándose con recíproca furia, justo cuando la cabeza del tío se alojó por completo en la hasta entonces virgen vagina de la trémula adolescente, y las sábanas se tiñeron de sangre…

-¡Mmmmuurrgg! -gimoteó la recién hecha mujer, con sus labios prensados en la boca de su tío; las cadenas retumbaron, sus tiernos y blancos brazos intentaron, en vano, librarse, esa sensación de ser invadida paulatinamente… de estar fusionándose con ese hombre encima de ella… la estaba matando… la estaba convirtiendo en una bestia…

Jimena se limitó a acariciar y besuquear los cuerpos desnudos de sus amos, disfrutando el desvirgue de la señorita. Eleanor se quedó tiesa entonces, con su boca abierta, sin emitir sonido alguno, cuando tuvo esa barra de carne toda dentro de ella… Roy soltó sus labios y empezó un delicado y lento mete y saca.

Entonces, Eleanor despertó de su efímero letargo, con sus ojitos azules lacrimosos:

-¡Oh, sí, sí, ya me cogiste, tío, dale, dale, que soy tuya!

Tío y sobrina se besaban de modo casi repugnante, casi al estilo de las películas para adultos, a veces, la lengua de Jimena también quería su tajada y los tres salivosos apéndices se entrelazaban en un lascivo ósculo que era un homenaje a la antigua ciudad de Sodoma… mientras tanto, Roy aumentaba sus metidas, su carne curtida chocando contra el pingüe vientre de la hasta entonces doncella, ahora una puta escandalosa.

-¿Te gusta, ah, te gusta, ah? -le decía Roy, ebrio de tanto placer, arremetiendo ya, sin piedad, contra las suaves caderas de la joven.

-¡Sí, ssssssííí… cógeme, cógeme! -gritaba ella, mera bestia para dar y recibir placer.

Eran escandalosos, el sudor de Roy caía a raudales sobre Eleanor, bañándola, empapada de su transpiración y la de su amante, casi en trance, gimiendo, mordiéndose los labios… era demasiado… en ese instante, supo que para ella no habría nada más exquisito que el sexo y fue consciente de que, siendo mujer, podría procurárselo cuando se le antojara…

Eleanor profirió un atropellado alarido cuando, casi de repente, le vino su primer orgasmos causado por una verga en su interior, algo cataclísmico incomparable a cualquier sensación que hubiese experimentado antes… algunos opinan que este preciso momento es el punto en que la Eleanor normal muere y nace la Eleanor licenciosa, guarra, etc… Su cuerpo tembló descontrolado, casi en shock… muy lejos, le pareció escuchar unos gruñidos, parecía la voz de su tío… haciendo un esfuerzo, porque estaba exhausta y ofuscada, abrió sus párpados, apenas una rendija, justo a tiempo de ver a su querido tío pajeándose con su pija apuntada a su cara, Eleanor pareció volver a la vida cuando el primer chorro le cruzó los labios, perdiéndose algunas gotas en su siempre hambrienta garganta… la adolescente cerró sus ojos, relamiendo el semen de su tío, mientras sentía su rostro arder bajo el calor de esa leche que era su justo premio…

Roy posó su mano sobre el rostro suspirante de Eleanor, untando sus dedos, recolectando su semilla, para luego forzar su entrada en la estrecha boca de su bella sobrina.

-Trágatelo, pendeja -le dijo él, en tanto, Jimena limpiaba con su lengua la palanca del amo.

Eleanor temblaba y gimoteaba como un animal herido, impactada y aún retumbando y vibrando en su interior, toda esa energía, esa sensación, el cielo y la gloria en la tranca de un hombre bien insertada…

Roy soltó las esposas de Eleanor hasta el amanecer siguiente… después de haberla follado en repetidas ocasiones… el cambio de ella, a una loba obsesionada con joder, todavía se debate si fue un trauma luego de esta noche de sexo desenfrenado e incestuoso… ¿ustedes qué opinan?

FIN

 

 

EN EL SIGUIENTE EPISODIO: Eleanor conocerá a un chico delgado y muy introvertido, no por eso carente de atractivo, además de que es el heredero de un adinerada familia, su nombre, Charles Sedgwick Thomas… hasta pronto.

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