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El Virus VR (5)

en Confesiones

Recomiendo la lectura de los capítulos anteriores para una mejor comprensión de la historia.

   Querido diario, hoy  te contare lo que ha pasado en esta semana pasada, el lunes me desperté y salí a hacer mi horita de ejercicio, después prepare el desayuno para los dos y tras tomarme un par de tortitas con café, le baje su parte a Ceci convenientemente espolvoreada con parte de una aspirina machacada como ya empiezo a tomar por costumbre, me gusta ver como se despierta a través de los barrotes y se estira desplegando sus brazos, le hago la señal de quitarse la camisa y de inmediato cumple mi orden, pone la manta y la camisa entre los barrotes y retrocede al rincón como cada día, la hablo despacio:

- Buenos días, como esta hoy mi nena.

Naturalmente no contesta, no la pasa nada en la garganta o en la boca, simplemente es una de las cosas que produce el virus pues casi lo primero que olvidan es hablar, su cerebro no consigue coordinar las acciones necesarias para mover la lengua y las cuerdas vocales al mismo tiempo que coordinan una frase para describir sus ideas a la vez, ya dije que los volvía muy tontos.

Lo que si hace es asentir o negar con la cabeza, la he animado a imitarme y ella aun recuerda algo de como se hacía, ha sido fácil y al menos es una forma de comunicación.

- Comete el desayuno nena. –Acompaño mis palabras con un gesto de llevar la mano a la boca.

Ella me hace caso y la veo comerse las dos tortitas que la he preparado, veo que su cacharro de agua heredado del difunto gato del cuartel aun tiene liquido, recojo la camisa y la manta y subo al primer piso me quito la camisa y me pongo la que ella llevaba, lo hago simplemente para que conserve mi olor pues a ella le gusta así, la semana pasada la lavé la otra y cuando se la di limpia y oliendo a fresca no quería saber nada de ella, cuando me quite la que llevaba en ese momento y se la di se puso como loca de alegría, en fin las tías pueden ser raras hasta llevarse la palma pero las infectadas… el resto de la palmera.

Sacudo y doblo la manta dejándola dispuesta para la noche, vuelvo a bajar tras ponerme mi cinturón con la cartuchera, recojo sus trastos de paseo y me planto ante la celda con las manos a la espalda, preguntando:

- ¿Quieres dar un paseo?

Ella asiente y se pone de espaldas a los barrotes, la doy una corriente pequeña que no la duerme pero si la atonta bastante, rápidamente entro en la celda y la coloco sus guantes de boxeo, la pelota de goma cerrada en su nuca con su correílla y cuando voy a colocarla el palo-collar me detengo, lo dejo apoyado en la pared y salgo de la celda, ella se despeja enseguida y me mira con los ojos muy abiertos, sabe que falta algo y no se atreve a salir de la celda.

- Ven Ceci, no tengas miedo, -Acompaño la orden con un gesto de mis manos.

Ella obedece y me sigue inquieta, subo las escaleras de espaldas sin perderla de vista por si acaso se me alborota, salimos al patio y la noto nerviosa pero algo más alegre al no estar tan sujeta, sus ojos chispean de alegría y se pone a corretear desnuda bajo el sol, la sigo como imaginareis pero sin prisas y ella es la que va y vuelve hacia mí una y otra vez.

Naturalmente me pego el lote visual, cada vez que va y viene sus pechos grandes pero firmes oscilan y botan levemente, sus caderas y su cintura, su culo e incluso la sombra ligeramente poblada de su pubis, todo atrae mi atención y en segundos estoy cachondo perdido, cuando la tengo a medio metro de mi la paro poniéndola ambas manos en sus hombros, ella se queda quieta gruñendo levemente y yo hago lo único que se puede hacer cuando no le quieres mirar las tetas a una tía, me fijo en sus ojazos verdes y la hablo.

La digo un montón de cosas que ahora no recuerdo, ella permanece quieta mientras mis manos se mueven acariciándola los hombros hacia su cara, no dejo de hablarla mientras la acaricio el cuello y las orejas ella entrecierra los ojos e inclina la cabeza ante el placer que la transmiten mis dedos, la tiemblan las piernas y no intenta irse, se inclina hacia delante y paso a acariciarla las mejillas, acepta mis caricias y se pega contra mi pecho, siento sus pezones erizados contra mi piel a través de la camisa, el calor de su cuerpo contra el mío y la doy un beso en la frente.

Permanezco un minuto abrazándola, luego la separo lentamente de mí cuerpo sus ojazos me miran con deseo, reconozco esa expresión ¡no en ella! pero la he visto anteriormente en otros ojos, pero no me fio y con mis manos la hago girar diciéndola:

- Pasea ceci, sigue andando.

Ella duda si obedecerme o no, su instinto la retiene a mi lado pues estoy seguro de que se ha calentado bastante, ya que es una reacción fisiológica básica, pero finalmente me obedece y se pone a andar de nuevo por el patio, poco a poco se va animando y corretea de nuevo de un lado a otro mirando cosas a las que antes no se podía acercar al llevarla sujeta, no hay peligro de que pise sus heces anteriores pues normalmente después de encerrarla las recojo con una pala y las tiro por encima de la muralla.

Unos minutos después desaparece tras una esquina y no vuelve a aparecer, mi camino me lleva hacia ella y al doblar la esquina me la encuentro de cuclillas aliviándose, me mira girando la cabeza y espero a que acabe voy sacando los pañuelos del bolsillo, no puedo evitar mirar su culito en esa postura es superior a mis fuerzas, cuando a acabado me mira de nuevo sin levantarse es otra cosa que por fin ha aprendido, pongo mi mano izquierda en su hombro para evitar que se levante de golpe y me agacho a limpiarla con los pañuelos en la derecha, mientras lo hago se queda quieta y ya no gruñe como otras veces, no puedo mas y una vez limpia dejo caer los papeles pero la toco la vagina con los dedos, desde esta postura detrás de ella la controlo mientras mis dedos inspeccionan al tacto sus labios vaginales, ella da un respingo cuando la palpo el clítoris e inclina la cabeza rozándose la cara contra mi mano, se cae hacia atrás contra mí y casi nos vamos al suelo pero la contengo a tiempo y solo me mancho un poco el pantalón, no importa sigo tocándola e introduzco un dedo en su vagina untuosa, que me aguarda impaciente empapada interiormente de flujo, de repente la palabra me golpea como si fuera un mazo ¡FUJOS, FLUIDOS! La voz de un célebre presentador de noticias retumba en mi cabeza:

- La enfermedad, se transmite por sangre saliva y fluidos corporales.

Soy idiota ó que me pasa, de un salto me incorporo y me alejo de ella que se cae de culo sobre sus propias heces, corro al torreón y subo al comedor para meter mis dedos en el medio vaso de ginebra que deje ayer sin tomar, saco del botiquín el frasco de alcohol y me los limpio bien, me llamo de todo interiormente pues el deseo a podido más que la prudencia, de repente mis ojos dan con la solución, al otro lado del botiquín esta una caja con 100 guantes de látex quirúrgicos casi llena, inspecciono mis dedos afortunadamente no tenía ni cortes ni arañazos, me enfundo un par de guantes y salgo a buscar a Ceci.

- ¡ven bonita, nena Ceci ven conmigo!

La llamo por el patio y la busco por todas partes, no puede estar lejos a no ser que haya usado una de las rampas de escaleras de piedra hasta lo alto de la muralla y hubiese saltado hacia fuera, desde allí solo es un salto de tres metros, pero no es así y la encuentro asustada bajo mi todo terreno, la llamo y no quiere salir mirándome con temor como si hubiera hecho algo malo, tras varios intentos la cojo de una pierna y poco a poco la convenzo para que salga de allí, la limpio con mas trozos de papel quitándola casi todas las manchas pero aun esta sucia, decido anticipar el baño que tenía previsto darla el día siguiente.

Rodeo sus hombros con una mano y la empujo levemente hacia el torreón, solo se vuelve a alarmar cuando subimos a la primera planta en lugar de bajar al sótano, se resiste y en el tercer escalón ya no quiere andar así que la cojo en brazos, ella forcejea tan fuerte que casi me hace caer pero aguanto el tipo sin soltarla, ella se va poco a poco relajando al sentirse dominada y finalmente al cabo de dos minutos allí parados cede y apoya la cabeza en mi pecho dejándose llevar al baño, la dejo directamente de pie en la bañera que está en un ángulo de la pared, no es demasiado grande pero permite que una persona este tumbada, aunque sin florituras ya que es algo estrecha.

 Me coloco entre ella y la puerta y sujetándola de los hombros la hago girarse hasta que me da la espalda, suelto la correa que mantiene unidos sus guantes ella no sale de su asombro al notarse las manos libres, no la doy tiempo a pensar y la hago volver a girar entonces se las vuelvo a unir pero esta vez por delante, la empujo hacia abajo haciendo que se siente y abro el grifo del agua, aunque al principio sale fría ella no protesta ni gruñe pues está acostumbrada a la de la manguera y el agua fría, cuando se empieza a templar tapo la bañera y compruebo la mordaza, la hago apoyar los codos  a los lados para no empapar demasiado los guantes y pongo un chorro de gel en el agua, se va relajando con el agua caliente a su alrededor.

Me desnudo casi del todo quedándome en guantes de látex, deportivas y slip, mi cinturón con la pistola están en el suelo a medio metro de mi, el resto de mi ropa pringada queda formando un montón al lado de la puerta del baño, permanezco fuera de la bañera con la esponja en la mano, detengo el grifo y la enjabono lavándola bien a fondo todo el cuerpo, está entusiasmada por la novedad y la fascinan las pompas de jabón, parece una cría en su primer baño y todo la parece nuevo y se la ve feliz, lo más difícil es lavarla la cabeza pues insiste en tener los ojos abiertos y la escuecen haciendo que se encabrite gruñendo, el agua se torna rápidamente gris oscura así que quito el tapón y me deleito viendo su cuerpo reaparecer, brillante y mojado según se va el agua por el sumidero, con el teléfono de la ducha la enjuago el cuerpo, la cara y el cabello que ya no parece un mazacote sucio, sino una bonita cabellera larga y rubia, pongo de nuevo el tapón y dejo salir agua caliente hasta que tiene una cuarta de profundidad, entretanto la echo la cabeza suavemente hacia atrás para que se relaje, me mira con sus ojazos verdes.

Me pongo gel en los guantes y la acaricio pues no puedo más, necesito hacer algo con ella sea lo que sea, mis manos acarician su cuerpo y mis labios besan su cara y cuello, recorro sus pechos con mis manos y sigo recorriéndola entera, quiero que me note en sus piernas, en sus caderas, en todas partes a las que pueda llegar y proporcionarla placer, Ceci gime bajo su mordaza y frota su cara contra la mía sus movimientos son algo bruscos pero se nota que está disfrutando de mis dedos enjabonados, pues no me aparta con sus manos enguantadas aunque perfectamente podría hacerlo, me muevo un poco de lado solo lo justo para llegar con los dedos a su vagina, se deja acariciar y roza sus pechos con los guantes, mis dedos exploran su monte de Venus y sus labios entrando ligeramente en su cuerpo, ella agita las caderas bruscamente buscando una penetración más profunda, la hago caso y aumento la velocidad de mis dedos así como la profundidad de la penetración, la hago una paja soberbia y rápida, ella no tarda mucho en correrse dando saltitos en la bañera y salpicando agua, mientras aprieta su gemebunda cabeza contra mi otra mano que no ha dejado de acariciarla el cuello, supongo que estaría tan necesitada o más que yo en el tema del sexo, al sacar los dedos la acaricio el hinchado clítoris mi caricia se demora insistentemente sobre él, la rubia jadea entrecortadamente bajo la pelota que tiene en la boca, respira rápidamente por su nariz y su cara se ruboriza, separo la mano de su cuello y la acaricio los pechos tironeándola de sus pezones al tiempo que insisto en su clítoris, ella salta y se contonea de nuevo agitando la cabeza de lado a lado unos minutos, finalmente se crispa y eleva su cuerpo en éxtasis hasta derrumbarse totalmente relajada tras su segundo orgasmo.

Estoy tan excitado arrodillado junto a ella, que si me quitase el slip seria un trípode perfecto, ¡no aguanto más! Me bajo el slip y comienzo a masturbarme ante ella mirando su atractivo cuerpo desnudo, Ceci abre los ojos y ve lo que hago, se incorpora curiosa y algo asombrada sentándose en la bañera, sus pechos quedan a centímetros de mi verga y yo no dudo un momento, me incorporo y se las cojo con mis manos meto el miembro entre ellas y mi cuerpo toma el control, la sensación de estar metido entre sus cálidos pechos aun embadurnados de gel es maravillosa, me agito rápido sumiendo mi verga entre ellos cada vez más rápido, ella me mira desde abajo con sus ojos de gata chispeantes de deseo, no duro mucho pues estoy excitadísimo y eyaculo en largos chorros de esperma que la impactan en la barbilla salpicándola cuello y pechos, mi orgasmo a sido tan fuerte que casi me caigo hacia atrás y suelto sus pechos para mantener el equilibrio, consigo mantenerme en pie de milagro.

Ceci se roza contra mi verga, yo había cerrado los ojos debido al placer que sentía, los abro viendo como la chica menea sus hombros para que sus pechos rocen mi rabo menguante, acerca su cara y lo huele interesada no tarda en rozarle con la cara y el cuello se embadurna con mi leche y respira agitadamente, tiene sus enguantadas manos entre sus piernas y tanto estas como su vientre se agitan rápidamente, no tarda en crisparse de nuevo gimiendo la cojo la cara con mis manos me agacho ligeramente, la beso en la cara repetidamente mientras se corre.

Una hora después y tras limpiar a Ceci la he bajado a su celda se la veía contenta, yo estoy bien y me he tomado una ducha después de poner mi ropa a lavar, ahora estoy sentado en uno de los sillones mirando el circuito cerrado de vigilancia, no estoy atento a las pantallas que muestran el exterior sino en la que muestra la zona de celdas, ella se ha tumbado y parece dormir relajada.

Yo en cambio pienso que soy un cabronazo por hacer lo que hecho, nunca he forzado o atado mis parejas de hecho en el tema sexual participaban gustosa y muy activamente, ahora en cambio he abusado de esta chica atada y eso choca con mi carácter, cierto es que no la he violado ni penetrado pero lo hare estoy convencido pues en el botiquín hay varias cajitas de condones, nunca me cayeron bien los violadores y ahora que el mundo se va a la mierda me convierto en uno de ellos, por no mencionar que he desertado de la policía y he robado en tiendas, además de convertirme en un asesino de masas, menudo epitafio voy a tener.

Preparo la comida y acuden como siempre varios infectados, subo muy cabreado y disparo a tres en el vientre pero no los remato, gritan durante hora y media atrayendo a mas por el jaleo que arman hasta que el resto se los zampan, mas tarde paseo a Ceci que parece feliz de caminar sin correa en el cuello, sus juegos me hacen casi olvidar que lo que he hecho no estaría bien en una sociedad normal.

Al día siguiente me levanto de un humor de perros, he tenido una pesadilla por culpa de los tres que herí pero no remate el día anterior, solo me cambia el humor cuando saco a pasear a mi rubia, aun atada se las ingenia para jugar conmigo a esconderse por el patio, me mira de forma distinta y su herida en la pierna ha cicatrizado bien gracias al sol y al aire libre, me hago ilusiones  e intento cuando está en la celda y sin ataduras que diga mi nombre señalándola a ella digo Ce-ci, ella sonríe y asiente, me señalo y digo To-ni ella se fija mucho asiente sonriente y lo intenta, sabe lo que ha de hacer pero no recuerda como, se lo noto porque boquea y hasta se pone roja por el esfuerzo pero…no lo consigue.

El resto del día sigue monótonamente normal y salvo los paseos me aburro bastante, empiezo a pensar hacer una pequeña celda u acondicionar algo para tener a mi rubia cerca de mí, cada vez estoy más tiempo y agusto en su compañía, creo que estoy bajando la guardia y me preocupa.

El jueves hay una novedad, a Ceci le ha venido la regla, no sabía que estas tías seguían sangrando una vez infectadas ¿o tal vez es que se está curando? Es bien sabido que la menstruación ayuda a limpiar interiormente el cuerpo de las mujeres, yo suponía que allí fuera una mujer infectada de rabia y sangrando duraría menos que un chupacups a la puerta de un colegio, por lo que deduje que al enfermar se les retiraba el mes, pero la mía si sangra así que ya veremos que está pasando.

Afortunadamente la difunta guardia Macías tenía sus cosas de higiene íntima en su taquilla, la pongo un tampón pues he hallado varias cajas de estos en la habitación, pero Ceci no está conforme y gruñe durante el paseo, cuando la suelto en su celda lo primero que hace es quitárselo y tirarlo lejos, pruebo a ponerla compresas y las aguanta un poco mejor sobre todo cuando la dejo puestos los guantes, la pongo bragas y un pantalón largo de hombre atado con un trozo de cuerda para que no se lo quite, le cambio la compresa tres veces al día después de los paseos pero no hay muchas, así que para dentro de unos días si no se ha detenido tendré que ponerla toallitas de bidet, manda coj… voy a tener que salir a por compresas para ella.

Además la deben de estar doliendo los riñones, es decir que tiene las mismas molestias que una mujer normal por no mencionar sus cambios de humor, ante ella me muestro bueno y amable ella parece contener sus ataques de furia en mi presencia, pero la cámara me muestra lo que hace cuando no estoy, es una furia retorciéndose y gimiendo de dolor así que busco tranquilizantes en el botiquín, su cena convenientemente aderezada con dos de ellos la hace dormir como un ángel.

Yo reviso el almacén y hago la lista de la compra para mi siguiente salida: Combustible y agua potable, antibióticos inyectables, compresas y calmantes para “esos días” y guantes de látex aunque aún quedan dos cajas, etc. Parece que mi siguiente salida será a la farmacia y a la gasolinera.

Durante los restantes días de esta semana sigue manchando pero ya he cogido la costumbre de ponerla medio tranquilizante en el desayuno y comida, dos en la cena la hacen dormir feliz, su sangre es bastante oscura naturalmente evito tocarla sin guantes de látex cuando la cambio, siempre que la paso la esponja por la vagina me mira intensamente como pidiéndome más de lo del otro día, yo dudo pero sus ojazos de gata me tienen loquito por ella, ya veremos.

CONTINUARA…

Ante todo gracias a todos por vuestros comentarios y sugerencias.

Bueno amigos, como veréis Toni y Ceci han tenido un desahogo momentáneo, ¿habrá más sexo? o se conformaran con eso y que pasara con los escrúpulos morales de nuestro protagonista, vosotros decidís.

En el siguiente capítulo nuestro protagonista volverá a salir, ¿encontrara más gente normal cuando vaya a la farmacia? Si es así ¿que pasara?

Por último y a título personal os hare una pregunta ¿sangran las zombis? Mientras lo pensais…

¡Sed felices!  

     

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