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Klonicus (04)

en Grandes Series

                                                                                      Klonicus, Capitulo 4

   Hola, como recordareis por los episodios anteriores me llamo Tomás Díaz y tengo 68 años, continuo esta historia tras alistarme en el Ejercito Planetario Terrano o más conocido por sus siglas (EPT) a cambio de un cuerpo más joven.

   Base lunar Collins, aquel era el día de ocupar nuestros nuevos cuerpos, una hora después del toque de diana comenzaron a avisarnos por orden alfabético, seguíamos encerrados, pero podías escuchar gente en el pasillo y el desbloqueo de la puerta correspondiente, alguien pregunto a gritos por el desayuno y una voz desabrida le contestó que nuestro cuerpo no lo iba a necesitar más, aquello consiguió que todas las protestas acabaron de golpe, volvías a escuchar los pasos quince minutos después y como sacaban a los siguientes.

Una hora después se abrió nuestra puerta, en el dintel apareció un “Naranjito” (mote hispano para los clones) con mono azul claro y galones de cabo, tras mirarnos a los dos ocupantes del cuarto preguntó:

-      ¿Reclutas  J, Dawson y T, Díaz?

-      Si cabo, respondimos ambos al unísono. -poniéndonos más o menos firmes.

-      Bien es su turno, ¡Síganme!

Salimos al pasillo, allí había otro cabo clon pero en su versión femenina, con un físico escultural y pelo moreno rapado al cinco, esta acababa de citar a las dos mujeres de la habitación de enfrente, precedidos por el cabo y con aquel bombón a la cola, fuimos todos a una sección que habitualmente nos estaba vedada, era la zona de laboratorios y crio génesis, nos metieron en una sala y se fueron tras indicarnos que esperásemos.

Pocos minutos después la puerta se abrió de nuevo, apareciendo un médico y varios ayudantes, todos humanos normales, estos nos introdujeron en una sala estrecha con cuatro cabinas, tras asegurarse de nuestros nombres nos fueron colocando en ellas, haciendo que nos sentáramos y colocándonos unos cascos integrales, como los de los pilotos de carreras antiguas pero con una manguera en su cima, aseguraron nuestros cuerpos con dos correas y nos aplicaron un inyector en el brazo derecho, luego cerraron las puertas cristalinas de las cabinas, la voz del médico dijo por un altavoz:

-      Bien, el anestésico que han recibido les ayudara a relajarse, ahora sentirán una corriente y un ligero hormigueo, seguido de un dolor que se agudizara levemente durante un minuto, ¡no se deben alarmar! todo es normal y la transferencia a su nuevo cuerpo, se realizara sin que sufran más que una pequeña molestia, se lo garantizo, el viejo quedara hospitalizado unos días por precaución ante posibles rechazos o problemas, aunque esto es improbable.

Estábamos tan asustados que nadie dijo nada, el calmante funcionaba pues noté como se me cerraban los ojos, un instante después notaba como si me chuparan la cabeza, sentí dolor en mis sienes y… nada más, negrura, sensación de vacío como si flotase en la nada, luego de repente un violento tirón y sensación de frenazo, silencio, paz, golpecitos en la cara, abrí los ojos y quede deslumbrado por una linterna, una voz dijo:

-      Díaz... okey… abre los ojos y respira bien.

-      Vale, pasa a la otra y veamos. –la voz era distinta.

¡Alguien podía decir al elefante que se baje de mi cabeza…! ese fue mi primer pensamiento, aún dudo acerca de si lo dije en voz alta o no, nadie me hacía demasiado caso, podía ver la pared de enfrente sin dificultad e incluso las imperfecciones de su pintura, mi vista era perfecta, respiré sutiles aromas, distinguí claramente un perfume celebre, una de las ayudantes entró en mi campo de visión, tironeó de mi barbilla introduciéndome un depresor en la boca, tras dar un vistazo anotó algo en su tablilla electrónica.

Me percaté que esta habitación no era en la que nos habían introducido como viejos, antes de poder preguntar un auxiliar me ayudaba a levantarme, vi mi propia mano de color marrón-naranja, casi me caí del susto, pero comprendí que la transferencia había tenido éxito, escuche su voz en tono muy alto:

-      Bienvenido todo ha ido bien, sea paciente Díaz, no vamos a hacer carreras hoy, solo un par de pasos de momento.

-      ¡Podría dejar de gritarme! –mi voz era más potente, sentía la garganta distinta.

-      Nadie grita, solo es que me oye mejor. –respondió jocoso añadiendo- no se preocupe enseguida se acostumbrara de nuevo a sus sentidos, ya notara la variación entre los gastados por la edad y los mejorados de ahora.

Debía ser eso, conseguí dar varios pasos vacilantes, el dolor de cabeza se fue disipando, una nueva sensación de frescura y vigor me fue inundando, aquella primera mañana fue una sucesión de descubrimientos, mi cuerpo ya no tenía arrugas ni barriguita cervecera, ahora era firme y ¡tenía músculos definidos! Yo nunca había estado cachas ni en mi juventud, ahora poseía hasta una tableta de chocolate en el abdomen, de esas que calientan a las chavalas, apenas fui consciente de que me colocaban a un extremo de una fila de gente, el médico interrumpió mis os pensamientos diciendo:

-      Bueno los cuatro están bien, ahora seguirán al cabo de vuelta a sus habitaciones, hagan movimientos normales y sin brusquedades, su mente aún se está adaptando al clon, después de comer habrá reunión en el gimnasio, deben acudir todos sin excusas.

-      ¡Si señor! –Respondimos los cuatro al unísono.

Miré a la izquierda, un tío y dos chavalas guapas y jóvenes con cara de despistados, todos vestíamos monos de una pieza de color gris, sobre el bolsillo derecho había un nombre, vi el del otro tío J. Dawson, ¡era mi compañero de habitación! aparentaba 20 años, pelo rapado al cinco lo mismo que las dos chavalas, una de ellas rellenaba bastante el frontal de su mono, la otra algo menos pero era un poco mas alta, imagine que ellos me verían también con una mezcla de curiosidad y asombro.

Volvimos a la habitación y antes de cerrar la puerta el cabo nos dio un consejo –hagan algunas flexiones y caminen- al parecer cuanto antes ajustásemos nuestras habilidades y reflejos mejor nos irían las cosas, apenas llegar a la habitación hice lo que más tarde descubrí que habíamos hecho todos ¡mirarnos todo el cuerpo en un espejo!.

No nos llamarón para comer pero si para ir al gimnasio, imaginaos cien jóvenes intentando descubrir amigos que recordábamos pero que apenas se reconocen, todos con mono gris, piel naranja y el pelo rapado al cinco, me acerque a un grupo de chicas a tiempo para ver los ojos de una rubia abrirse como platos al verme, ambos habíamos leído el nombre en el mono gris ¡era Ingrid! la compañera de litera de Claire, vi como daba un codazo a una morena bonita de labios sensuales y nariz respingona, debía ser Claire, vi su sonrisa al mirarme y antes de darme cuenta ambas me abrazaban con afecto.

La puerta se abrió, dando paso al médico jefe y a varios militares de uniforme azul claro todos con galones en el hombro, fueron a un atril sin hacernos caso hasta que resonó por los altavoces la orden de sentarnos en unos bancos de plastiacero dándoles frente, el medico tomo un micrófono y carraspeó un par de veces hasta que se acallaron los murmullos, seguidamente dijo:

-      Buenas tardes a todos, ahora pertenecen a una nueva raza “El Homo Clonicus” aunque todos lo simplifican en “Klonicus”; como médico he de decir que todos en esta compañía han pasado a su nuevo cuerpo sin dificultadas ¡les felicito! ahora les diré algunas cosas acerca de su clon…

Hare un resumen, el clon alterado media entre 1´80 y 2´10 metros de alto, (dependiendo del original) casi todos habíamos ganado 10 Cm. Era casi irrompible ya que la dermis y los huesos había sido reforzados, pero tenía un buen sentido del tacto, nuestra sangre estaba mejorada para una cicatrización rápida de heridas, el sistema gástrico y respiratorio habían sido igualmente mejorados un 70% con respecto al original, la piel Naranja nos permitía recargar energías de forma permanente con solo recibir algo de luz, (solar u artificial) contábamos con sentidos corporales perfeccionados, pero lo mejor era el microcomputador integrado en nuestros cerebros, este regulaba nuestras funciones vitales y mentales, era el responsable de minimizar o fomentar algunas facetas de la psique, por ejemplo te hacía imposible pensar en traicionar a tu raza, pero te permitía (no obligaba) ser promiscuo sexualmente, no te permitiría suicidarte por motivos personales, pero si en batalla por sacrificio hacia tus compañeros, también era útil para evitar drogas o venenos pues al detectarlos tomaba contramedidas automáticamente, el alcohol por ejemplo, lo saboreabas en la boca pero no te podías emborrachar ni bebiéndote un barril, en este ejército no habría drogadictos ni borrachos, la única droga que tomaríamos a grandes dosis era la adrenalina, pues el cuerpo durante la batalla la produciría de forma automática, en compensación seriamos sexualmente activos, a fin de generar serotonina por la mejora de moral asociada al bienestar físico del sexo.

Luego llegaron los sustos, los 2800 reclutas no podíamos tener hijos con este cuerpo clonado pues no estaba diseñado para ello, pero se nos informó que habían hecho dos clones más de cada uno (chico y chica) aunque humanos normales y sin mejoras, estos habían sido enviados a distintos planetas en la primera escala de las naves-cuna, esos clones de 7 años, llevaban los recuerdos archivados y  modificados de soldados ya fallecidos, e iban en dirección a colonias nuevas con poca población, u otras bases cuyos colonos no podían tener hijos por culpa de las radiaciones, de este modo 5600 críos adoptivos darían nuevas esperanzas a dichos asentamientos, junto a nuestra semilla genética que de este modo no se perdería, la administración respetaba que de todos modos tras cinco años de servicio, te debían pasar a un clon humano nuevo para ser licenciados según las normas del contrato.

Además se nos informó de que nuestros viejos cuerpos (actualmente en coma) serían desechados e incinerados pasado un mes, una vez que todos nos hubiéramos adaptado totalmente al nuevo cuerpo; la siguiente afirmación provoco risas: el pelo de la cabeza y las cejas era todo el que tendríamos, el resto del cuerpo seria lampiño, adiós a barbas o bigotes u otras variantes, igualmente no se nos permitían tatuajes (la piel debía respirar) ni piercing, pues el cuerpo los expulsaría al cicatrizarse de forma automática, algunos abuchearon la noticia, el medico finalizo diciendo que a la vuelta a nuestros cuartos, encontraríamos sobre la cama una PDA con toda la información acerca del cuerpo clon, se nos exigía su lectura..

El medico se sentó y un teniente ocupo su lugar ante el micrófono, entre los cabos estaban los dos que nos habían ido a buscar a las habitaciones, el oficial tras beber un vaso de agua, se dirigió a nosotros diciendo:

-      Buenas tardes, soy el oficial del Ejercito Planetario Terrano a cargo de su compañía, mi nombre es John Ryland, soy su teniente y ostento desde hoy su mando, me acompañan los jefes de sección sargentos B, Loria y H. Nell, cabos primeros Dollins y Geller, y los cabos, Anderson, Erikson, Kayibanda, Mahón, Perloff y Yakuto, todos ellos son expertos y tienen más de tres años de combates a sus espaldas, cada uno mandara al menos a nueve de ustedes y yo a todos, espero su obediencia ciega, hasta el punto de llegar a suicidarse por mí.

-      Ummm… pero…¿Qué es esto? ¡abuso de autoridad! –un murmullo general recorrió la sala.

-      Bueno esperemos no tener que llegar a eso, -continuó sonriente el oficial- ¡Vale todos…! esto ha sido solo para romper el hielo y relajar la tensión, pueden sonreír un poco pues hoy no pediré su sangre, ¡Escuchen! Bromas aparte, solo pido su fidelidad y seguir el reglamento sin tonterías, lamentablemente mis superiores no comparten mi gran sentido del humor, así que si se pasan o cometen errores nos pondrán las cosas difíciles a todos.

Pasó a definir la compañía, nueve reclutas y un cabo formaban una escuadra, dos escuadras al mando un cabo primero hacían un pelotón, dos pelotones tendrían al mando un sargento y formarían una sección, la compañía tenía dos secciones y un pelotón de mando, este último tenía una sección de especialistas (francotiradores, medico, comunicaciones y reparaciones) otra de exploradores e infiltración y por ultimo otra de armas pesadas con tres hombres por arma al mando del propio teniente, eso sumaban 110 hombres, esta formación era estándar para todas las fuerzas de infantería actuales, quedaba claro que podíamos entrenar juntos pero dado que estaríamos entrenando 20 compañías en la base, (solo de infantería) no se nos garantizaba un destino común en naves nuevas o reemplazos de bajas.

La reunión acabó tras dos horas de charla, donde se nos hizo un retrato muy acertado aunque poco prometedor de nuestros deberes y obligaciones, así como nuestras perspectivas de futuro, las noticias decían que estábamos perdiendo contra los Doopit más allá de Aldebarán, al parecer nos habían destruido más de diez naves de una vez, el teniente mostro una reproducción holográfica de uno de aquellos bichos; imaginad la parte inferior de un canguro con el cuerpo y cabeza de un cerdo sin orejas, todo ello en dos metros y medio de cuerpo, (talla media) añadidle dos brazos a cada lado, con sus correspondientes codos y manos de tres dedos largos, no tenían pelo y su imagen los presentaba uniformados en colores chillones; la parte buena era que apenas se habían extendido fuera de su sistema solar, la mala era que dominaban las armas de energía tipo laser, al parecer les gustaban grandes y usaban tanto las patas como la cola a modo de trípode.

Naturalmente había más razas y especies en el universo, algunas eran amistosas y otras hostiles, “persuadir” a estas últimas era nuestra misión, -dijo el teniente- les llevaremos el concepto de “Pax Humana” a sus planetas, podían aceptarlo por las buenas o a tiros.

Con esto la reunión se daba por finalizada, pero antes de retirarse el medico dio una última orden, ¡Nada de sexo en cuarenta y ocho horas! ya que nuestros cerebros y sentidos debían adaptarse totalmente, podíamos relacionarnos y charlar, incluso quedar para esa fecha, pero nada físico hasta entonces; eso nos dejó a todos algo frustrados y fuimos hacia la cantina, algunos bebieron o comieron en demasía y otros comenzaron a planear sus conquistas, mi amigo Erik incluso llegó a confeccionar una lista de espera con otros dos colegas, horas después ya había diecisiete chicas apuntadas para esos tres afortunados.

Naturalmente una vez solos y en la cama, cada uno comenzó a experimentar con el tacto y las sensaciones, explorar su nueva piel visualmente era inevitable, pero la cosa no fue a mas que algunos intentos fallidos de masturbación, -la causa- el microcomputador no nos lo permitía hasta pasado el tiempo de ajuste, supongo que todos nos frustramos hasta quedar dormidos.

Continuara

Bien amigos ya con cuerpos jóvenes la historia ira algo más rápida, el proceso de cambio de cuerpo fue inspirado en “La vieja guardia” aunque he realizado cambios por el tema de los derechos de autor, en ese libro los cuerpos nuevos se dedican casi desde el momento del cambio a todo tipo de excesos, aquí el cambio es algo más pausado a fin de darle credibilidad, lo mismo pasa con los detalles del microprocesador cerebral y el resto de datos corporales, no pretendía aburriros con detalles técnicos ficticios.

Espero que la explicación acerca los 5600 críos, no haya resultado confusa o tediosa, pero está demostrado que el problema de las radiaciones reales existe, (atmosfera tenue, como en Marte) esto podría dejar estériles a muchos colonizadores de planetas en el universo, esta es solo una solución imaginativa y abierta a debate.

La presentación de mandos y descripción de la compañía, me pareció adecuada para haceros entrar en ambiente, ahora sabéis lo que tendrá que vivir Tomás y con cuánta gente cuenta a su alrededor; los Doopit solo son una de las razas a quienes se enfrentara, espero que su descripción no haya sido confusa, los más perspicaces habrán captado que cambié el concepto de “Pax Romana” por “Humana” efectivamente cambia el nombre pero no su significado, el EPT es el brazo armado de la Federación Terrestre, esta llevara al hombre a todo el universo, con su civilización, cultura y derechos universales, (añadid música patriótica).

Ya sé que no ha habido sexo, lo compensare en el siguiente episodio ¡prometido!

Podéis dejar opiniones e ideas en la sección comentarios o en mi Email pues esta visible en el encabezamiento, gracias.

¡Sed felices!

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