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El Virus VR (57)

en Grandes Series

   Se recomienda la lectura de los episodios anteriores para una mejor comprensión de la historia.

   Mediados de Mayo.

Ignoro el nombre de mi “inquilina” morena, he intentado ver sus reacciones al decir varios nombres de mujer pero sin resultados apreciables, (yo tampoco recuerdo muchos en mi estado) así que finalmente decido llamarla Mari por ser un nombre muy común en nuestro país, la mujer parece aceptarlo y tras algunas dudas acude cuando la llamo; por lo demás la convivencia es agradable, ella no pide apenas nada más que comida y compañía, supongo que se siente agradecida al tío que salvó su vida, yo me contengo de ir a mas con ella pues añoro mucho a Ceci, pero debo confesar que tener a otra mujer cerca me excita en ocasiones, además confieso que sentir sus pasos me proporciona una sensación de tranquilidad de la que antes carecía, naturalmente he dicho a mi chica que tengo compañía en el torreón pero que no debe preocuparse, pues es una mujer mayor que casi podría ser mi madre, Ceci se mosqueó un poco pero al final se tranquilizó pensando que alguien podría cuidarme en su ausencia, el mando también está de acuerdo en ver en que acaba esto, conmigo recuperándome y a la vez educando a otro renacido, supongo que debe haber apuestas en la base sobre la evolución de este asunto.

Volvamos a Mari, procuro que se mantenga en forma y solemos correr por el patio, también intento enseñarla a hablar sin mucho éxito, debería grabar las clases en video bajo el título: “El bobo enseñando a la tonta” a ratos me siento ridículo pues soy consciente de que apenas estoy recordando lo que intento enseñar, supongo que la buena voluntad cuenta pero no consigo demasiados progresos por parte de la mujer, por lo demás he conseguido que en la cocina recuerde cosas a base de verme cocinar, un día me sorprendió haciendo una sopa y tras apartarme de un empujón se hizo la dueña del lugar, debo reconocer que a la morena se la da muy bien eso de cocinar con las pocas cosas que tenemos, los días se estaban haciendo más largos y la primavera había traído el calor, por lo cual andábamos por el torreón con camisetas y pantalón corto a todas horas, ahora hacemos turnos para el ducharnos y usar el inodoro, pues no me parece correcto seguir viendo su cuerpo desnudo sin necesidad, por lo que supongo que el tipo tímido y respetuoso que llevo dentro ataca de nuevo, un día me corte el pelo con una máquina que encontré entre las pertenencias de los guardias fallecidos, Mari contemplaba la operación desde el sofá sin quitarme ojo, en un momento dado noté que su respiración se alteraba y sus ojos se entrecerraban, también escuche algún suspiro en voz baja, supongo que la mujer se tocó observándome.

Esa tarde recorté su pelo moreno, ella se dejaba hacer mientras largos mechones negros caían al suelo, el suplemento contra las cuchillas marcaba un cinco, el resultado la daba un aire duro pero uniforme, aquella noche también apliqué la maquinilla a su sexo mientras dormía, allí se lo recorté al dos, ignoro porque no se lo afeité del todo pero supongo que fue algo instintivo, contemple la grieta larga de labios rosados con bordes oscuros y un clítoris pequeño, incluso lo olfatee durante unos instantes, pero no me atreví a darle unos lametazos como mi instinto me pedía, no pude evitar fijarme en sus pezones que debido al manoseo en su sexo se habían erizado, pero supe mantenerme alejado de ella para evitar el deseo, eso si, al volver a tumbarme en el sofá me masturbe a conciencia pues la erección me impedía dormir.

Otra situación embarazosa era lo que me ocurría por las noches tras hablar por teléfono con Ceci, bueno casi invariablemente me empalmaba como un mico salido escuchando su voz, Mari se mantenía cerca pues no había demasiado que hacer en esas horas, así que era evidente que veía como mi paquete crecía cada noche, a veces se arrimaba demasiado y comenzó a rozarse en plan fortuito conmigo, algunas noches tras despedirnos escuchaba sonidos evidentes de masturbación tras su puerta, confesare que yo hacía lo mismo desde el sofá a fin de tranquilizarme, nunca entrabamos juntos en la habitación grande, aquello era solo de Ceci y mío, su silueta seguía marcada en las sabanas.

Mari ya ha estado presente cuando me dan las crisis, la primera vez al verme caer presa de violentos temblores espasmódicos se asustó mucho huyendo para encerrarse en su habitación, salió de ella un tiempo después arropándome con una manta y permaneciendo a mi lado, la segunda crisis la sufrí una docena de días después, en esta ocasión ella permaneció a mi lado abrazándome mientras balbuceaba algunas palabras:

-      Estoy… aquí, tran…tran…quilo…Toni.

Poco más recuerdo de aquella crisis, aparte claro está de que permaneció a mi lado hasta que me dormí agotado, el amanecer siguiente nos sorprendió tumbados en el sofá arrebujados bajo la misma manta y sucedió lo que debía de pasar, uno de los dos dio un beso y el otro respondió afectuosamente.

Recordemos que durante el periodo de infectados las personas solo tienen en cuenta sus instintos básicos, cuando se tiene hambre se come, cuando estás cansado duermes y cuando estas cachondo te tiras a alguien si lo hay disponible; bueno supongo que los dos estábamos aun a medio civilizar y cachondos tras un tiempo de abstinencia, lo cierto es que una cosa llevó a la otra; al primer beso siguió un segundo y un tercero, nuestras manos parecían tener vida propia no tardando en aventurarse en el cuerpo del otro, levante su camiseta acariciando los grandes pechos donde valore sus gruesos pezones con los dedos antes de chuparlos ávidamente, Mari gemía abrazada a mi cabeza a la vez que agitaba sus caderas contra mi erección, su pantaloncito de pijama no tardo en parecer una bayeta húmeda pues la mujer prácticamente chorreaba de deseo, no tardamos los dos en desembarazarnos de estorbos, la ropa caía al suelo mientras rodábamos enzarzados en un tremendo cuerpo a cuerpo de besos abrazos y manipulaciones.

La tome sobre la alfombra del salón, entrando suavemente en su sexo empapado por el deseo, proyecté el prepucio contra su raja y una cálida sensación lo rodeó instantáneamente, su túnel vaginal se adaptaba de fábula al miembro invasor, su dueña gimió al sentirse penetrada agitándose descontroladamente buscando que entrase hasta el fondo de su ser, yo apoyado en rodillas y manos deje salir toda la pasión que había estado reservando, nuestros movimientos fueron rápidos en aquel polvo, nuestros cuerpos no tardaron en acoplarse a un ritmo rápido, urgente, fruto de la necesidad de descargarnos de tensiones y deseos, ella me apretaba jadeando y yo la penetraba una y otra vez sintiendo sus caderas oscilar, el vaivén del sexo nos llevó rápidamente al éxtasis, sentí como su entrepierna se encharcaba a la vez que Mari jadeaba con fuerza, aquello desencadenó mi corrida que anego su matriz con varios chorros potentes, pero no podíamos detenernos tal como estábamos de ansiosos, el semen rebosaba por su vagina lubricando aún más nuestros sexos, que tras unos instantes de pausa volvieron a activarse, chupe sus pezones a la vez que amasaba sus senos lo cual calentó más a la morena, consiguiendo que esta volviera a activar sus caderas dándome apretones en el miembro que aún erecto permanecía dentro de ella, el instinto me hizo empujar de nuevo y volvimos a follar como locos, Mari me gemía y suspiraba a la cara, yo hacia otro tanto y el placer arreciaba por ambas partes, no tardamos en fundirnos ambos en una larga y furiosa cabalgada que nos precipitó a otro orgasmo, esta vez fue simultaneo y muy largo, el cual nos dejó medio grogui por su intensidad ya que nos chorreamos mutuamente, el semen goteaba rebosante de la vagina cayendo al suelo tras deslizarse por la raja de su culo, acabamos agotados durmiéndonos en el suelo.

Naturalmente la relación entre Mari y yo cambio tras aquel polvo, ella me buscaba más activamente para tener sexo, por mi parte intentaba darla un alivio pero en mi cabeza estaba siempre Ceci, supongo que por eso cuando follábamos solía cerrar los ojos y fantaseaba con estar con mi rubia y su precioso cuerpo, en fin que las cosas estaban así tanto si quería como si no, aquello dio lugar a situaciones extrañas como las que ocurrían por la noche mientras hablaba con Cecilia por teléfono sentado en el tresillo.

En estas conversaciones apenas tocábamos el tema del sexo, realmente comentábamos como nos había ido el día y hacíamos planes para más adelante, pero la situación cambio de repente pues Mari tomó la costumbre de sentarse en el suelo al lado mío cuando hablaba con Ceci por teléfono, ella siempre espiaba mis reacciones pero como he dicho tras el polvo se volvió más lanzada y esperaba en silencio cualquier atisbo de erección.

Recuerdo una de estas ocasiones, yo había dicho a Ceci que estábamos solos pues había mandado a Mari a correr por el patio, entonces mi rubia se puso juguetona y dijo:

-      Recuerdo mucho tu polla, ojala estuvieras aquí cerca.

Su voz se había suavizado tomando un cariz insinuante, uno no es de piedra así que intenté seguirla el rollo:

-      También recuerdo tu chochete cielo, es más desearía tenerte cerca para comértelo como tú sabes.

-      Sí que recuerdo como me lo hacías Toni, pero no se si ahora te gustaría pues estoy más gorda.

-      Es normal por el embarazo cariño, pero te deseo igual que antes, si te tuviera delante lo notarias pues ya estaría lamiéndolo y no pararía de saborear tu salsa.

-      Toni me estas calentando mucho, ¿esta esa mujer cerca?

-      No cari, sigue en el patio y no puede oírnos ¿quieres tocarte?

-      ¡Siiii por favor nene! dime cositas, dime como me lo comerás cuando estés a mi lado…

-      Te lo comería así como estas rubia, sentada en el sillón abierta de piernas y con el tanga echado a un lado.

Mi voz se había vuelto más ronca y suave, dedique una mirada a Mari que sentada entre mis piernas se había quitado el pantalón, en la habitación se olía el aroma a hembra caliente, la morena movía las manos despacio acariciándome los muslos, su mirada no perdía de vista mi bragueta entreabierta donde la verga comenzaba a asomar según me empalmaba, la morena se pasaba la lengua por los labios viendo erguirse aquello que deseaba, intentó acercar la cara pero la contuve con un gesto pues aun no era el momento adecuado, ambas hembras debían calentarse un poco más.

-      Ceci nena ¿sigues mis instrucciones? mueve tu tanga a un lado y tócate la vagina suavemente.

-      Ya lo hago, siii esta mojada cielo, te deseamos- respondió con voz temblorosa mi Ceci.

-      Entonces adelante cariño, te diré como te lo voy a comer y quiero que sigas mis instrucciones- hice una señal a Mari indicándola que hiciera lo mismo, cerré los ojos concentrándome y seguí hablando.

-      Vale guapísima, cierra los ojos y siénteme… ¿ya? muy bien eso que notas no son tus dedos, es la punta de mi lengua explorándote, rozando levemente tus labios vaginales, abriéndose camino entre ellos una y otra vez hasta recorrerte entera, desde tu clítoris hasta el agujerito del culete donde aprieto un poco antes de darte un lametazo y vuelvo a subir recorriéndote los labios, los entreabro insistiendo con la lengua saboreando tu flujo y el calor que desprendes, ahora retuerzo la lengua  abriéndome paso por tus pliegues una y otra vez, te beso con lengua, eso es lo que hago una y otra vez infatigable pero no en tu boca sino en tu chochito, te siento estremecer, te noto suspirar y eso me anima a seguir dándote gusto.

-      Ohh sigue maas. –escucho suspirar a Ceci.

Miro a mis pies y veo a Mari con la cabeza caída y la boca abierta suspirando, no veo sus manos pero intuyo que se está divirtiendo de lo lindo, con la mano libre me tomo el miembro erecto y la golpeo con él en la mejilla, eso hace que me preste atención, sigo hablando mientras la mujer roza el miembro con su cara y cuello, ocasionalmente le da besos o lo introduce en su boca pero sin usar sus manos pues las tiene ocupadas en la vagina, cierro los ojos y sigo hablando:

-      Ahora busco tu clítoris nena, ese botoncito tenso debe estar a tope de tieso deseándome.

-      Si lo está… cari, mojado y tenso para ti, -suspira Cecilia- ¿Qué vas ahaaa hacerme?

-      Chupártelo como tú sabes, es decir poniendo una mano en tu vientre con uno los dedos sobre el pero presionando para que se descapulle y salga de su fundita, así aparecerá rojito de deseo y tieso listo para mis besos, ¿estas lista?

-      Si Toni, ya asoma, ahaaa esta grande y rojo siiii. –gime la rubia.

-      Acerco mi boca y lo aprieto con los labios para que notes bien el calor, ahora chupo y succiono con fuerza antes de rodearlo con la lengua durante unos segundos, noto como te excita e insisto con ganas rodeándolo una y otra vez.

-      Ayyy, sigue así –suspira Ceci contra el auricular- así… más fuerte cariño.

-      Si cielito más fuerte y rápido, así es como repaso una y otra vez tu botoncito con mi lengua, tus suspiros me excitan mucho, casi puedo notar tu sabor en mi boca, no pares.

De rodillas entre mis piernas Mari se masturba con la mano derecha, metiendo dos dedos en su coño donde no dejan de entrar y salir cada vez más rápido, con la mano izquierda me hace una paja algo torpe pero satisfactoria pues me tiene totalmente empalmado, de la uretra comienza a salir una gota cremosa que resalta por su color contra la roja cabezota del prepucio, la morena suspira cada vez más fuerte sin parar de pajearme, lo cual unido a los suspiros de Ceci por el auricular, me ponen tan cachondo que dudo durar demasiado sin correrme.

Para evitar que Ceci escuche los suspiros de Mari, meto los dedos de mi mano izquierda en su cabello y dirijo su cabeza contra el miembro que pajea, la morena no se resiste pues está caliente y a punto de correrse, abre la boca y chupa con ganas el miembro que dado su actual tamaño se la llena por completo, veo su cabeza moverse arriba y abajo proporcionándome un gusto tremendo, me lamo los labios y vuelvo a hablar a Ceci.

-      Rubia sujeta el teléfono entre la oreja y tu hombro, quiero que bajes tu mano y metas dos dedos en tu chochete, pero sigue con la otra mano acariciándote el clítoris como hasta ahora.

-      Ahhh, si espera un poquito, así, ya estoy Toni dime más cositas.

-      Te vuelvo a lamer cariño, cierra los ojos fuerte.

-      Ya estoy sigue.

-      A la vez que te voy lamiendo el clítoris meto un poco los dedos en tu huchita,

-      Ahhh, asi fuerte siii.

-      Si cariño pero no muy fuerte sino más lento pero profundamente, siente la longitud dentro de ti, rellenándote una y otra vez sin pausas a la vez que te como el chichi, recuerda como la tengo y piensa que meto mi polla en ti, siente mi verga follándote con pasión, su calor y su dureza dentro de tu cuerpo.

-      Sii aghhh, ¡dámela toda! –Ceci volvia a suspirar con fuerza- Si mi vidaaaa, sigueee.

-      Asi cariño te la meto con ganas, te necesito y te deseo –según hablaba daba caderazos impulsando la verga dentro de la boca de Mari- me parece sentirtee cada vez mejor empapada y cachonda aaggh.

-      Mee tienes aagh… chorreando cielo… dame maaaas –mi rubia prácticamente jadeaba en mi oreja- habla dime maaas.

Entre mis piernas Mari se crispaba envarándose durante unos instantes mientras se corría entre temblores, sentí los espasmos en la polla, chorretes de saliva me empapaban las pelotas pero ella no abandonaba el miembro, culee con mas ganas sujetando su cabeza contra mi regazo mientras hundía todo lo que podía la verga, el placer era descomunal y sentí que no tardaría en correrme, conseguí decir:

-      Agita mas las caderas y ve más rápido nena, estoy casi a punto para ti siénteme dentro y rápido hundiéndote el mango, me parece sentir tus paredes calientes rodeándome y estrujándome la polla, haz que roten un poco los dedos al salir y entrar.

-      Ayy siii que placer, te necesito Toni me voyyy a coreeer, si asiii.

-      Y yo mi cieloooo me correré en tu boc.. coñoo quiero decir, así mi vidaaa.

-      Me corrooo Toniiii ahora siiiii.

-      Y yo ceciii, asi nenaaa tomalooo todooo.

Mis chorretones fueron a parar a la garganta y boca de Mari, dada la postura resbalaron por la verga y algunos salieron por la comisura de los labios de mi feladora, Cecilia debió chorrear el sillón a base de bien pues sus suspiros tardaron un poco en apagarse, la propia Mari se había corrido una vez y había iniciado una segunda paja, sentir mi semen en la garganta la había puesto más cachonda aún, por lo que apenas despedirme de Cecilia y colgar el teléfono la tenía encima de nuevo.

Estaba erecto como un verraco, aquella tía tan mayor me excitaba con su madurez como poca gente lo había hecho, la di un par de besos y la apoyé contra el tresillo dejando su culo en pompa, no tardé en entrar en su empantanado chocho que me aguardaba ansioso por las manipulaciones de su dueña, la verga entraba y salía siendo acogida con un auténtico escándalo de jadeos y gemidos, estaba tan encharcada de flujos que en uno de los empujones se me salió y por suerte se metió en su culo, Mari dio un grito –agg ¡sácala! no… por ahí no, dijo.

Naturalmente no hice caso y seguí a lo mío, ella escandalizo unos instantes pero pronto el placer tomo el control de sus sensaciones, sus gemidos aumentaron así como mis acometidas en tan estrecho canal, la verga se acomodaba a tan prieto esfínter según era masajeada en toda su longitud y grosor con cada estocada, Mari era todo jadeos y boca abierta de la que salían grititos entrecortados, tome sus pechos con mis manos desde atrás apretando sus gruesos pezones, la hembra se contonea empujando hacia atrás como deseando ser más empalada aun de lo que ya estaba, estaba a punto de correrme cuando ella alcanzo el orgasmo, temblando y gritando cayó contra el respaldo sin fuerzas, atiné a dar varas arremetidas más antes de sentir que me corría consiguiendo salir de su culo para correrme en sus nalgas, los chorros de esperma saltaron empapándola el culo y subieron hasta media espalda antes de deslizarse en distintos regueros hasta el asiento del tresillo.

Aquella noche dormimos juntos en el tresillo arropados con una manta, algo ocurría con aquella mujer y en mis condiciones tardé en darme cuenta de era, tardé unos días pero al final llegué a una conclusión, mi método educativo era erróneo, es decir que la trataba como si fuera Ceci cuando realmente ellas no tenían apenas nada en común, cuando conocí a mi rubia estaba infectada y por tanto su cerebro solo pensaba en morder y poco mas, todo lo conseguido durante meses había sido fruto del amor y del cariño, desde sacarla a hacer sus necesidades a los sentimientos y desde estos a las acciones y maneras de ser de la gente normal, Mari en cambio era una “renacida” su cerebro era como una esponja y asimilaba las nuevas enseñanzas rápidamente, recordé súbitamente lo que me habían dicho acerca de los “renacidos” había pocas cosas que los motivaran excepto el sexo, esa recompensa rápida y satisfactoria los motivaba más que ninguna otra cosa, si exceptuamos el comer y dormir, la naturaleza básica primaba en su comportamiento así que decidí dar un nuevo enfoque a su educación.

Continuara…

   Bien amigos espero que esta sobredosis de sexo os guste, originalmente Mari no aparecía en mis proyectos dejando a Toni solo durante meses, pero creo que la lectura seria tediosa y aburrida así que decidí meter a este personaje provisionalmente.

Siento las demoras pero el trabajo manda, por desgracia creo que en breve tendré más tiempo libre para escribir.

Sed felices.

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