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El Virus VR (48)

en Grandes Series

   Se recomienda la lectura de los episodios anteriores para una mejor comprensión de la historia.

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   Mediados de Noviembre.

   Inserto aquí para respetar el orden cronológico parte de la declaración de Ernesto Páez, de profesión zapatero y de momento único huido del monasterio de Iker Aguirre, alias “El hombre lobo” los datos de las instalaciones en forma de planos obran en mi poder, así como la descripción de defensas, alambradas y trampas, por otro lado la persona de la foto ha sido reconocida por varias personas, lo importante de esta declaración estriba, en que es la única prueba de los días como retenida forzosa de la doctora Ana, me he permitido ciertas licencias en la descripción de los personajes para una lectura más amena, pero pasemos a los hechos reales e importantes.

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   Ernesto vio llegar el todoterreno y bajarse a Iker, le acompañaban dos de sus hijos Damián y Santiago, también su inseparable Pablo el cabo de la Guardia civil, este se traía chanchullos con Iker desde hacía muchos años, cuando pasó lo del virus le falto tiempo para correr a su lado con armas y comida buscando un puesto como lugarteniente; seguidamente vio bajar a una mujer desconocida con un abrigo, parecía llevar uniforme con falda verde, era morena y delgada tenía el pelo más bien corto hasta la altura de los hombros, otros hombres también vieron la escena y comenzaron a silbarla llamándola preciosa y guapetona, a Ernesto no le parecía espectacular ni muy hermosa sino una tía de unos 30 años delgada y de rostro normalito.

El hombre lobo de entrada se mostro cordial con ella, una vez presentados en el coche tras recogerla, se interesó por su salud y por su oficio como si acabara de conocerla:

-         Soy doctora, una viróloga experta y debo volver a la base con la mayor urgencia.

-         ¿Tan pronto? Es una pena estimada Ana, acabamos de conocernos y aquí su experiencia puede sernos útil, tengo enfermos que debería atender o al menos darles un vistazo, no olvidemos que usted misma esta herida en una pierna, unos días de descanso le harán bien así que considérese mi invitada.

-         ¿Pero podría usted llamar por radio y…?

-         No puedo hacer eso, mi radio es normalita y no va bien, de hecho solo recibe y no podemos emitir nada, así que me parece que deberá aceptar mi oferta hasta que se cure, luego elegirá quedarse o que la llevemos de vuelta a Villalta.

Por la mente de Ana debió de pasar la idea de volver, pero enfrentarse a una acusación por intento de asesinato de Toni y otra por el de Cecilia (ella creía que la chica ya estaría muerta) aquello no la seducía, así que aceptó quedarse unos días, pasaria consulta a los enfermos a cambio de comida y alojamiento, mientras pensaba en una salida.

Iker le presentó formalmente a sus cuatro hijos, a Damián le había visto conducir el coche así como a Santiago que había viajado detrás con ella en el camino de vuelta, también estaban los otros dos hermanos estos eran Ricardo y Raúl, este último era el más joven y que menos se parecía a Iker, era delgado bien afeitado y rubio solo tenía 34 años, los demás hermanos eran morenos y grandotes, sus edades eran 40, 38 y 36 años, todos (barba incluida) parecían fotos de su padre a esas edades, incluso tenían el mismo mal genio.

Paradójicamente la última persona en serle presentada, era la primera a la que había visto surgir del bosque, el cabo de la guardia civil Pablo Vidal, este intentaba sonreír amistosamente pero a Ana le recordó a una víbora al acecho, instintivamente evitaba mirar a aquel hombre pues su instinto la prevenía de algo malo, su cara delgada y larga de labios finos y nariz aguileña, junto con sus pómulos pronunciados, sus dos ojillos negros apenas visibles bajo su entrecejo permanentemente fruncido, le parecían la viva imagen de la maldad, esa sensación de desagrado o algo similar también la había sentido al ver a Iker por primera vez, este era como una versión en malo del abuelito de Heidi, pelo y barba gris, ceño fruncido y duro, nariz torcida, una altura de metro noventa y aun musculoso a sus 70 años, en la cabeza de Ana una vocecilla le gritaba que saliera de allí a escape, pero era medico y eso siempre seria valorado en cualquier base o campamento mientras durase el virus, también la idea de poder curarse y reposar pudo más que la prudencia, además ella se jactaba de poder imponer su voluntad sobre cualquier tío.

Seguidamente Ricardo y Raúl la mostraron la “enfermería” por llamarla de algún modo, esta era una celda del monasterio con una camilla, un par de armarios con pocos medicamentos y vendas, además de una mesa y tres sillas que habían conocido tiempos mejores, al lado estaba el cuartucho que sería su habitación, contenía un jergón usado a juzgar por las sabanas y manta, unos gritos insultantes al final del pasillo delataban la opinión del antiguo usuario de dicha cama, vio un armario y una mesilla ambos vacios, en la esquina un perchero de pie sirvió para que colgase su abrigo, Raúl salió de la habitación regresando momentos después con sabanas “limpias” y una amplia camisola larga para que la usara a modo de pijama, entretanto Ricardo charlaba con ella dándola los horarios de comidas y explicando que no debía salir del edificio sin uno de los hermanos o el cabo, el padre vivía en su despacho y no debía molestarle por nada.

Al quedarse sola Ana hizo la cama y tras desnudarse se puso la camisola, seguidamente se inspecciono y limpio la herida de la rodilla que parecía hinchada, tras tomar un analgésico se desplomó en la cama, el cansancio mas el malestar general hizo su efecto y la mujer dormía en pocos minutos.

La doctora paso consulta los dos días siguientes, pese a su fiebre alta y malestar general se dedico a atender a todos los enfermos del campamento, dada la escasez de medicamentos poco se podía hacer pero al menos ella lo intentaba y daba consejos a todos, Ernesto también fue a la consulta pues su brazo mutilado supuraba frecuentemente, Ana le preguntó como había ocurrido y contestó que había sido un accidente de trabajo, “El hombre lobo” tenía prohibido contar ciertas cosas a los “extraños” de fuera; el trato con ella era rígido y seco pues nadie daba ni esperaba nada más que una fría cortesía, invariablemente uno de los hijos venia a buscarla a las horas de comida y la acompañaba al salón.

Ana comía con la familia de Iker, es decir los hijos y el cabo pues los demás lo hacían aparte, tanto las esposas de aquellos hombres como sus respectivos hijos más jóvenes o nietos lo hacían más tarde, el resto de las personas que allí vivian comían fuera del edificio principal en sus tiendas de campaña o alguna de las cuatro viviendas que a modo de bunkers protegían el monasterio.

Tras atender a todos subió al salón y comieron, al finalizar “el hombre lobo” hablo con la doctora explicándola que ahora venia la parte más peliaguda de su función como médico, ella debía atender a sus “invitadas especiales” en el sótano, la conversación según Ernesto el zapatero debió ser más o menos como sigue:

-         Vera doctora este es un mundo muy cabrón y todos tenemos necesidades, mis hombres necesitan compañía femenina y aquí como ve hay pocas mujeres, naturalmente las esposas e hijas de mis hijos y alguna mas que se salvó, pero en resumen somos 45 hombres y solo 15 mujeres, así que tuvimos que improvisar sobre la marcha para aliviar a tanto tío, bueno hay cuatro que se consuelan entre sí pero el resto andan un tanto calientes permanentemente, dado que son los que trabajan las huertas y sacan el ganado además de hacer guardias, no puedo más que pagar su dedicación con comida y compañía femenina.

-         ¿Y de donde la saca?

-         ¡De los infectados naturalmente! eso nos trajo algunos problemas al principio, tras los primeros momentos de confusión y ataques conseguimos cerrar y asegurar nuestra posición, entonces éramos mas pero algunos fueron mordidos o ya llegaron enfermos, todos ellos fueron a parar al barranco y así sobrevivimos, de hecho seguimos haciéndolo esporádicamente y cada vez que alguien se contagia o causa problemas lo tiramos y santas pascuas.

-         Pero eso es cruel e inhumano, los está matando al…

-         ¡MI CASTILLO, MIS REGLAS! –gritó Iker, suavizando el tono agregó- básicamente solo les expulso y pongo en libertad, es su puto problema si no saben volar, todos saben que obedecer es obtener comida, sexo y la posibilidad de sobrevivir, la otra opción es el barranco o salir corriendo en cuyo caso si no los matan los centinelas lo harán los infectados.

-         Usted menciona sexo e infectados, ¿Qué tienen que ver las dos cosas?

-         Vera doctora, antes cogíamos a las infectadas y las atábamos en las celdas, claro está en pelotas y de forma que sus huecos naturales fueran accesibles.

-         ¡Las violaban!

-         No lo sé, a mi no se me quejo ninguna, - Iker se reía casi a carcajadas-  y al cabo aquí presente no le llego ninguna denuncia, por lo que supongo que los muchachos solo se divertían con sus nuevas amigas.

-         Pero son ustedes unos animales, unos violadores indecentes que…

-         ¡SILENCIO! – Iker se puso en pie volcando la silla- ¡NO PUEDE USTED NI NADIE INSULTARME ASI!

-         Cálmate papa, - dijo Ricardo- ella no entiende ciertas cosas.

-         ¡Está bien, llevas razón hijo! Vera doctora continuare si no me interrumpe, tal vez así entienda como va esto pese a ser tan “civilizada” como guapa, en fin que las chicas eran usadas frecuentemente, siempre con condón y tomando precauciones, luego la gente se duchaba y a dormir, nunca tuvimos más de cinco infectadas a la vez en las celdas y todas dormían calentitas cada noche, pues solían ser visitadas al menos dos veces cada una.

-         Pero algunos se infectaron ¿a que si? se veía venir.

-         Pues si doña lista, eso es lo que paso y algunos se contagiaron, faltas de higiene y arañazos son una mala combinación si se mezclan con fluidos corporales diversos, especialmente los partidarios de las mamadas que lo tenían muy mal, hasta que fabricamos unas mordazas con un corto tubo metálico dentro por el que cabe la polla, se coloca entre los dientes de la “amiga” y se ata a su nuca, así no muerden aunque deseen hacerlo, es una buena forma de disfrutar y al acabar de paso alimentas a dicha amiga, luego un poco de agua y jabón y listos.

-         Son ustedes unos guarros pero eso no importa, supongo que al acabarse los condones se les acabaría el cachondeo.

-         Pues casi – dijo Raúl.

-         Mi hijo lleva razón, casi se nos acaba el tema al acabarse las gomas, pero los hombres se dieron cuenta y no tiraban los condones, cada una se guardo un par de ellos que lavaban después del uso, descubrimos que si los mojabas con aceite no se resecaban y los guardan en botecitos, pero lo mejor fue cuando descubrimos a los que ya no tienen la infección.

-         Las gilipollas son lo mejor que me he tirado jamás, - exclamo rotundamente el cabo – les da igual por donde se la metas, se menean, disfrutan y la comen de vicio.

-         Si pero hay que acostumbrarlas durante unos días, - dijo Damián.

Ana estaba sonrojada, escandalizada y un pelín caliente con aquella conversación, veía a sus anfitriones como los cerdos machistas y violadores que eran, su cuerpo seguía acusando fiebre y malestar pero la conversación la estaba calentando a su pesar; Iker continúo hablando:

-         Vera doctora, los Gilipollas es como nosotros llamamos a lo que en la radio dicen “renacidos o desinfectados” pues nos suena más acorde con su carácter, esa gente parecen tontos del culo pues les atacan los suyos y nosotros, van por el monte en plan despistado y son presas fáciles, de hecho son tan tontos que casi ni se defienden ni ocultan, cuando cogimos a la primera fue la hostia, ya no había que ponerse goma para tirársela y además la tía disfrutaba.

-         Desde entonces ya solo tenemos de esas, bueno esas cinco y… la cría. – dijo Damián.

-         ¡Cállate Damián, mi la mientes! esa es solo mía y lo sabes.

-         Vale padre lo que tú digas, lo siento.

-         ¿Tienen también a una cría secuestrada?

-         Digamos rescatada y a buen recaudo hasta que se cure, - intervino el cabo de la benemérita – es hija de un marqués de la zona tendrá unos doce años, la conocíamos de antes y la pillamos deambulando por el bosque, estaba infectada pero ya no la queda mucho para “reiniciarse” al menos eso espera Iker.

-         Ella es mía y solo mía, ¡lo sabéis todos de sobra! matare al que la toque. “el hombre lobo” rugía furibundo.

-         Vale papa déjalo ya, sabemos eso y se la respeta ya lo sabes. - Los hijos le tranquilizaban como podían.

La comida terminó en ese punto con los hijos tranquilizando al padre, el cabo para quitarse de su vista se ofreció a acompañar a la doctora de vuelta a su habitación, durante el trayecto la dio a entender que no solo era cariño lo que Iker daba la niña, pues solía llevar una de las mordazas para mamadas cuando la visitaba para llevarla la cena a diario.

La doctora durmió mal la segunda noche pues la fiebre aumento y su cuerpo se doblaba de dolor, ella supuso en un momento de lucidez que Toni la había infectado con el virus de Cecilia como venganza, pero confiaba en que la vacuna lo neutralizaría, a fin de cuentas según las pruebas testadas funcionaba bien, en caso de duda la elite mundial no se la hubiera puesto ni liberado el virus.

En lo que la doctora no cayó, (ni Toni) fue en que la muestra de Ceci con que había sido infectada era de la última semana, es decir que aquella muestra ya llevaba el retrovirus del doctor Wilson integrado y funcionando, el cuerpo de Ana tenia: la vacuna mas la dosis adulterada con el virus que la había inyectado para anularla, mas la muestra con la que había herido su rodilla, virus, vacuna adulterada y retrovirus luchaban dentro de su cuerpo, para colmo dormía sobre una cama sucia donde se había tirado a mas infectadas, restos resecos de la saliva de estas (seguramente provenientes de distintas cepas) estaba en el relleno de la almohada donde ella apoyaba su cara y boca, sin nada mas de por medio que la fina tela de su funda de almohada, los efectos de dicho coctel letal se mezclaban dentro del cuerpo febril y convulso de la doctora.

Al día siguiente Ana no se pudo levantar debido a la fiebre y los dolores de espalda, Raúl fue a buscarla pero al ver su estado la dejó en paz volviendo arriba e informando a su padre, este decidió no molestarla hasta después de comer pues tenía cosas que hacer.

Ricardo fue a la hora de comer a despertar a Ana, pero ella no parecía querer levantarse de la cama pues ardía de fiebre y este regreso a dar la noticia a su padre, momentos después “el hombre lobo” abría la puerta de la habitación violentamente, en dos zancadas se puso ante la asustada mujer y dijo:

-         ¡Yo no alimento zánganos, levántate golfa y a trabajar!

-         No puedo, estoy enferma… tengo fiebre y me duele… todo el cuerpo.

-         ¡Luego dormirás, ahora tienes que mirar a las cinco “amigas especiales” por si tienen algo venéreo, ya de paso le darás un vistazo a Nina la marquesita.

-         No voy a levantarme, estoy hecha polvo y me duele todo como ya he dicho… así que lo siento… pero tus golfas tendrán que esperar, mañana…

La mano del hombre se movió velozmente y pareció ocultar la cara de Ana, la cabeza de esta osciló hacia un lado por la fuerza de la bofetada, la medica se quedo muda de asombro y dolor, en su rostro se veía caramente la marca rojiza de los cinco dedos y una gota de sangre salió de su nariz, el hombre acerco su cara a tres centímetros de la mujer y gritó a pleno pulmón:

-         ¡PERRA VAGA, LEVANTATE Y NO HABLES, ZORRA ASQUEROSA!

-         Yo… yo no puedo estoy mala.

-         ¡Puta de mierda! ¿En qué parte de la frase, no hables, te has perdido? ¿me vas a salir revoltosa verdad?

-         Yo…

Iker se incorporó a la vez que se sacaba el ancho cinturón, con la hebilla en la mano lo uso como un látigo contra la mujer postrada, el sonido chasqueante de los azotes resonaba en la habitación, mientras la mujer sollozaba y lloraba intentando cubrirse del alud de correazos, Ana intentando escapar cayó al suelo donde quedo en posición fetal hecha una rosquilla, Iker siguió unos minutos más azotándola sin mostrar piedad, finalmente se detuvo mirándola, de la camisola solo quedaban jirones y el cuerpo delgado de la mujer mostraba verdugones arañazos y líneas rojizas surcándolo, algunas con regueros finos de sangre.

-         ¡Ves como si que has podido moverte! eres una embustera como todas, pero te perdonare porque en el fondo soy un cacho de pan, solo has de pedírmelo con esa boquita tuya de comepollas.

-         ¡Que te… jodan puerco! - Respondió Ana entre lloros, intentando levantarse sin mucho éxito.

-         ¿Pero que es esto? ¡la cerda gruñe de nuevo! no aprendes la lección del silencio y mírate guarra te has meado encima, anda ven que te ayudo a levantarte que se ve que no puedes.

Iker ignoró la mano medio extendida y tomo a Ana del cuello con su mano izquierda, levanto a la mujer a pulso hasta dejar la cara de esta a la altura de la suya, apretó hasta que su dedo pulgar casi toco el dedo medio, Ana era más pequeña y pataleaba en el aire, las venas de su cuello se hincharon y su cara se puso violácea, se aferraba con las manos al brazo del hombre mientras intentaba respirar sin éxito, solo pudo emitir una serie de gorgoteos inútiles mientras los ojos parecían querer salirse de sus orbitas, solo cuando las manos cayeron a los lados del cuerpo y la lengua asomo por la comisura de la boca, Iker la soltó, ella tirada en el suelo se movía débilmente y se escuchaba el sonido de su respiración fatigosa metiendo aire en sus pulmones.

-         ¡Has estado a segundos de la muerte, puta! no quiero volver a oírte hablar sin que te lo mande, ahora ven de rodillas como la perra que eres a pedirme perdón, lo harás sin palabras chupándome el rabo y te beberás mi leche.

-         Aaah cof, cof uuhh – ella recuperaba la respiración, consiguiendo arrodillarse con esfuerzo, instantes después exclamó - una mier… ¡perdón!

-         Estas mejorando, te daré mi perdón - Dijo el hombre a la vez que con su pierna daba un punterazo, que impacto a Ana en el pecho con violencia.

-         Esta botó hacia atrás por la fuerza del impacto que la mandó contra la pared y corto de nuevo su respiración, ella tosió varias veces a la vez que se encogía sobre si misma intentando mitigar el dolor y respirar de nuevo, las lagrimas escapaban de sus ojos empapaban su cara y caían hacia sus pequeños pechos.

Mientras la mujer se recuperaba “el hombre lobo” se bajaba el pantalón y el calzoncillo, su verga gruesa y de casi 20 centímetros ya estaba erecta, el castigo a sus súbditos siempre le excitaba, pero cuando lo aplicaba a mujeres se ponía a cien y debía satisfacerse con su víctima, cogió del pelo a la mujer y la atrajo hasta su regazo la verga la golpeo en los labios.

-         Ahora solo chupa putón, ¿sientes mi mano en tu nuca? Si me muerdes te romperé el cuello como si fuera una ramita, abre la boca metete mi polla en la boca y asiente si me has entendido.

Ella hizo lo ordenado y comenzó a chupar la verga, no era una mamada espectacular ni viciosa además el ritmo no era muy bueno así que Iker tiro de su pelo y tras sujetarse el erecto miembro con la otra mano, lo uso para golpear en las mejillas a la doctora y dijo:

-         ¡Esmérate y pon interés puta! te va la vida en ello, además deja de llorar pues me estas mojando las pelotas y eso me jode, anda baja con la lengua y límpiame tu rímel de las bolas, vamos no te hagas la remolona cerda holgazana, come y calla.

Ana limpio obediente las pelotas con la lengua, luego lamio el tronco y siguió por el prepucio contorneándolo con la lengua, seguidamente se introdujo todo lo que pudo del miembro y apretó suavemente con sus labios sin dejar de mover la lengua por toda la dura carne encerrada en su boca, la mano del hombre aflojándose o apretando en su nuca le mostraba lo mucho que Iker disfrutaba de sus habilidades, ella fue tomando confianza y chupaba con mas brío, incluso comenzó a emitir suspiros húmedos cada vez que se sacaba el miembro de la boca y lo chupeteaba antes de volver a meterlo dentro.

En un momento dado Iker soltó su nuca y la tomo de las orejas obligándola a permanecer quieta mientras el oscilaba las caderas follándola la boca, su verga no daba más y estaba a punto de correrse, ella solo se dejaba usar y movía la lengua alrededor del miembro que entraba y salía velozmente, por fin el hombre eyaculó a la vez que se clavaba a fondo contra la tráquea de Ana, chorros y chorros calientes entraban en ella, intentó recular pero no consiguió sacar el miembro, su lengua recibió chorretadas de semen y al intentar respirar parte de él salió por su nariz, el cuerpo de Iker se estremecía entre espasmos de placer pero no soltaba las orejas de Ana, tras varios segundos así, la verga perdió rigidez y varios chorros de esperma salieron por las comisuras de la boca de la doctora, esta al no tener más remedio había tragado todo lo que pudo y ahora con la esperanza de ablandar al macho chupeteaba golosa la verga de su nuevo amo.

Pero aquello solo fue el principio, aquella noche Ana debió satisfacer oralmente a Damián y Santiago los hijos mayores, estos tras darla una paliza por holgazana la forzaron a mamar consecutivamente sus pollas, ambos se corrieron en su cara y boca, tras extender el semen por su rostro la obligaron a dormir con esa mascarilla facial para (según ellos) que se acostumbrase, a la mañana siguiente la despertaron Raúl y Ricardo, estos tras darla los buenos días a capones se hicieron mamar durante una hora, justo cuando uno eyaculaba en su boca y otro contra sus tetas llego el cabo a buscarlos, la excusa de los hombres fue decir que la puta era una remolona y que les había entretenido aposta.

El cabo tras sacarse la verga exigió que ella le explicase con hechos como los había entretenido, ella mamó diligentemente al uniformado y no tardo en recibir otra copiosa corrida que trago obediente, lo siguiente fue usar a la mujer por el chochete y ano, Iker se puso a ello esa tarde pero Ana no colaboraba demasiado así que llamó a Damián y Santiago que estaban libres y repuestos.

Mientras los hermanos la sujetaban Iker la penetro despacio con toda su hombría, comenzando a moverse dentro de la mujer, el coño de esta apretaba el balano en su interior pero sin demasiado entusiasmo, Damián por un lado y Santiago por otro chuparon sus tetas hasta que estas enrojecieron y sus pezones se irguieron desafiantes, aquella técnica libero a la doctora de prejuicios y la puso a tope, Iker noto el primero la excesiva lubricación de la vagina y arremetió con nuevo vigor follándola sin pausa asta sentir que se corría, momento en que sujetándose la verga por la raíz salió de la mujer y contorneando la cama acerco la polla a la jadeante boca de esta, corriéndose en plena boca de Ana, mientras Damián ocupaba su lugar entre las piernas de la mujer y la metía su verga.

Ana se sentía de nuevo rellena y usada a la vez que saboreaba el semen del viejo, sus pechos seguían siendo chupados por Santiago y su chocho se acoplaba al otro hermano que la usaba sin miramientos, no tardo este en decir que se corría y salir de ella, su lugar fue rápidamente ocupado por Santiago y al mismo tiempo que este la penetraba sintió en la boca la verga de Damián escupiendo semen contra su lengua, ella tragó y lamio cuanto pudo mientras era usada por el hermano y sus tetas eran chupadas por Iker, al rato el que la follaba salió de ella y sin mediar palabra la embutió la polla hasta la garganta corriéndose abundantemente en su interior.

Llamaron a aquella modalidad de disfrute “follada de relevos” y se convirtió en la preferida de todos, por la noche Ana fue usada nuevamente por Ricardo, Raúl y el cabo, los cuales aceptaron encantados la idea de relevarse, para follarse y de paso alimentar a su chica nueva con un cierto orden, durante varios días la mujer fue usada en exclusiva por los seis, entre alguna paliza esporádica y muchos capones y collejas, también la dieron todos por detrás, una vez noto un regusto extraño al chupar el rabo al viejo Iker, de la chaqueta de este sobresalía el extremo de una de aquellas mordazas de mamona y supuso que habría ido a visitar a la marquesita, solo esperaba que se hubiera lavado bien después de meterla en la boca de la cría, pues no necesitaba más virus de los que ya tenía en su cuerpo, pero no dijo nada al respecto pues sabia como se ponía con ese tema, solo una vez el hombre lobo estuvo a punto de estrangularla, fue el día de su primera sodomía de grupo.

Ella no quería, eso fue lo que pasó en resumen, Ana cabalgaba a Santiago, mientras Damián tironeaba de sus pezones, alternando estos con chupadas de tetas, Iker se situó detrás de ella y tras lubricar un poco su verga con un escupitajo la dirigió al ano de la mujer, el duro prepucio entro solo unos centímetros, sentía a través de la carne la polla de su hijo barrenando el chochete de la zorra y apretó con más ganas, la verga entro y la puta corcoveó quejándose y lanzando una patada hacia atrás golpeando al viejo en el muslo, este sin pensarlo aferro el cuello de la mujer en sus manos y apretó, Ana se movió tensándose y temblando mientras las pollas seguían dentro de sus agujeros, la contracción resultante de su ano y vagina estimulo a los hombres en una sensación placentera y desconocida para ellos.

-         ¡Para papa que la vas a matar! – dijo Damián.

El hombretón soltó el cuello y siguió metiéndosela en el culo hasta la raíz, Ana respiraba de nuevo pero algo fallaba, la contracción no se repetía y escuchó a Santiago debajo de la mujer diciendo:

-         Házselo otra vez papa, no veas que gustazo da cuando se ahoga esta cerda.

-         Ya voy hijo aguanta un poco.

“El hombre lobo” volvió a estrangular a Ana, conto mentalmente hasta veinte caderazos embutiéndola la verga profundamente, durante aquellos segundos la sensación de temblor y presión se repitió gozosamente, volvió a soltar el cuello y la mujer respiró entre toses con la cara enrojecida intentando protestar, pero Damián se puso en pie ante ella y la metió la polla en la boca, se creó una rutina consistente en estrangularla durante medio minuto para dejarla respirar durante un minuto entero y vuelta a repetir el proceso, la sensación de placer supremo que experimentaban los hombres no era comparable a nada vivido antes, no tardaron mucho Iker y Santiago en rellenar de esperma el culo y la vagina de la morena, esta se desvaneció en el ultimo apretón y Damián la follo la boca hasta correrse dentro, cuando salieron de allí Ana seguía dormida y de sus labios coño y ano resbalaban hilillos de leche.

Tras la primera semana, la doctora fue ascendida a putón oficial y paso de “uso familiar” a “uso público” eso quería decir que todos tenían permiso para usarla una vez a la semana siempre de manera humillante, la pesadilla de Ana duro casi 20 días entre abusos y violaciones diarias, fue en ese momento cuando Ernesto el zapatero entablo mas amistad con Ana, un día después de usarla este la contó que pretendía fugarse y se ofreció a llevarla con él, pero la mujer estaba muy mal ya que la fiebre iba y venía, la rodilla se había infectado y su cuerpo estaba más delgado, debía pesar entonces unos 40 kilos, Ernesto se compadecía de ella y siempre la traía algo de comida, tanto los días que venía a follar como cuando le tocaba fregar las celdas, un día fue a verla pero le dijeron que había muerto a consecuencia de una paliza del cabo, otro hombre le dijo que no fue una paliza, sino que al cabo se le había ido la mano y la estrangulo más de la cuenta mientras se corría enculándola, Ernesto la buscó y vio su cuerpo menudo desnudo sobre la nieve cerca del barranco, así que pensó que la tirarían al vacio por la noche como era costumbre, miró alrededor y al no ver a nadie se agacho sobre el cuerpo, apenas había comenzado a considerar amiga a aquella mujer y dio un beso a aquellos labios muertos, encontró raro que no estuvieran fríos pero recordó que ella siempre tenía fiebre, así que pensó que sin duda seria porque llevaría poco tiempo muerta y aún no se había enfriado del todo.

Aquella noche Ernesto recogió sus cosas, robo algunos planos y una foto de Nina la marquesita, así como unos documentos acerca del trafico de drogas que se traían “el Hombre lobo” con el cabo de la guardia civil, metió todo en un morral así como una botella de agua y un par de bocadillos, conocía la zona y no tardaría en llegar a Villalta a fin de cuentas solo estaba a 20 kilómetros, seguidamente fue al cuarto del generador y abrió el depósito de combustible donde vertió medio paquete de azúcar, sabía que aquello haría fallar la maquina, dejándoles sin luz en la vivienda y en las alambradas electrificadas, seguidamente tras abrocharse su abrigo se dirigió a uno de los puestos de guardia con uno de sus tres cuchillos preparado aunque oculto, desde que le cortaron el brazo se había estado ejercitando en lanzarlos y dominaba perfectamente la técnica tras meses de prácticas.

El puesto de guardia junto al camino lo ocupaban dos hombres encogidos por el frio, Ernesto les saludó y dijo que venía a relevarles para ir a cenar, uno de ellos se fue y el otro cometió el error de su vida al darle la espalda, momentos después la luz se apago en todo el complejo, el centinela se desplomó emitiendo un breve gruñido con un cuchillo clavado entre sus omoplatos, Ernesto recupero su cuchillo y rajó la garganta del caído, rápidamente se giro para dar el último vistazo antes de irse, le pareció ver a lo lejos en la oscuridad la silueta de Ana desnuda bajando hacia la carretera caminando sobre la nieve, pero aquello era imposible y la visión fue muy fugaz, así que sin pensárselo mas salto el parapeto y corto la alambrada con sus cizallas, repitió el corte en dos sitios más para que los infectados pudieran entrar, antes de irse tomo el fusil del muerto efectuando varios disparos al aire para atraer a los enfermos que hubiera en el bosque, tras tirar el fusil salió corriendo a toda velocidad por el camino.

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La declaración continúa con el encuentro de Mara y su acompañante Jonás, así como la posterior huida de la granja y llegada al pueblo, me centre en los hechos acontecidos a la doctora y envié el informe al coronel Palacios, este se puso en contacto conmigo y tuvimos una charla acerca de las posibilidades de supervivencia de la doctora Ana, pues según el relato de los hechos el testigo afirma haberla visto caminar antes de huir el mismo, tampoco se pasa por alto el indeterminado número de personas que sirven como esclavos y soldados forzosos en el monasterio, sojuzgados por el “hombre lobo” y sus secuaces, aprovecho para hacer hincapié en la conveniencia de liberar a Nina la hermanita de Cecilia, en caso de que se prevea alguna acción en ese sentido.

El coronel me da largas y explicaciones nada concretas, me da la impresión de que solo está perdiendo tiempo mientras comprueba si nuestra transmisión está siendo interceptada, bien sea por los jefes o los cómplices de la doctora.

Pasa el tiempo y nuestros nuevos “invitados” se han ido acostumbrando a las rutinas del torreón, después de los primeros días he devuelto a los milicianos de guardia a los bloques, Ernesto durante el interrogatorio ha puesto a mi disposición planos y detalles de las casas, instalaciones y fortificaciones del monasterio, además de hacer un listado de personas y si son más o menos fieles a sus captores, naturalmente toda la información y planos son enviados vía fax a la comandancia en “punto seguro 4” así como a “base tranquilidad” por si el comandante González los precisase, la información acerca de los chanchullos de Iker Aguirre con respecto al tráfico de drogas, con la complicidad del cabo de la guardia civil Pablo Vidal, le ha parecido a dicho comandante bastante interesante, de hecho ha procedido a detener a varias personas en su propia base, pues al parecer tenían algo que ver en la distribución del producto, supongo que dicha gente no tardara en contraer el virus y serán reseteadas posteriormente como buenos ciudadanos.

Respecto a Mara y Jonás, bueno… ehmm hacen buena pareja, se llevan bien y el aprende rápido, a veces entrenamos juntos y aprendemos cosas el uno del otro, he aprendido a usar el cuchillo de maneras que ni sospechaba, me pregunto cómo recordara eso si no recuerda ni su nombre, deben ser cosas del resetéo y los flases mentales, me gustaría contar con este tío para la defensa y añadirlo a la milicia, pero ya se verá a su tiempo, con Ceci se muestra distante pero tranquilo.

Por poner un pero, diré que como pareja son bastante escandalosos, por la noche joden como conejos, ella escandaliza algo más de la cuenta y el no para de llamarla, estoy deseando que pasen los 15 días de cuarentena que ha ordenado el médico de “B.A.4”, así podre mandarlos con mis bendiciones a uno de los apartamentos de los bloques, pues me tienen a la Ceci alborotada permanentemente con tanto jadeo conjunto y el diciendo Maa… raaa sin parar.

Continuara…

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Bien amigos el relato es fuertecillo, pero supongo que a los “fans” de la doctora les habrá gustado el castigo, la verdad es que Ana se lo ha ganado a pulso por sus hechos e ideas, incluso pensé en matarla más de una vez.

El siguiente capítulo está en el horno, tendremos más acción sorpresas e incluso tiros, conoceremos de pasada el destino de los topos de “Base Avanzada 4” y las andanzas de un grupo del GOES.

Amigos y lectores se siguen aceptando ideas y sugerencias, pues animan y dan nuevas perspectivas a este humilde autor, gracias de antemano, mientras llega el siguiente relato no lo olvidéis…

¡Sed felices!  

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