miprimita.com

Malena es un regalo de cumpleaños

en Hetero: Infidelidad

PIERÍNA 

Fue su segundo triunfo yelque consolidó su fama de buena negociadora.Sucedió tresdías después del asunto deAzcunes. 

Se la presentó Leonardodurante un almuerzoen una de las visitas que hizo a Ciudad Jardín acompañandoa Cesar, unode sus corredores de negocios,afin de asesorarlo enelcierre deltrato con su empresa: una fábrica de calzado femenino. 

Ya los ellos tres,se encontraban en el restaurante cuando Malena se les unió. 

Al finalizar el almuerzo,Pierína, se encaprichó en llevar también a Malena a la visita que le harían a la fábrica. 

Ya en ella, dejó a Leonardo y a Cesar en manos de su jefe de producción para que respondiera sus inquietudes y se llevó a Malena consigo:Quería mostrarle los modelos de zapato que confeccionaban actualmente para que le diera su opinión al respecto.  

Malena inmediatamente-con ese olfato que tenía para las cosas con mujeres-se dio cuenta de que era una excusa para estar con ella a solas. 

-Macarena nos presentó. Le espetóPierína una vez que estuvieron sentadas en los cómodos sillones de su elegante oficina. 

Malena no se sorprendió mucho porque esperaba algocomo eso… aunque no exactamenteasí.  

Sonrió y bajó la cabeza para mirarse las manos. 

-quiero hacerte una propuesta…dijoPierína. 

Malena levantó la mirada hastaencontrarse con la suya.No respondió, sólo descruzó las piernas y las volvió a cruzar al contrario. 

-¿cobras comisión por los negocios o sólo eres empleada de oficina? 

-Ambas, respondió Malena. Estaba nerviosa al sentirse cortejada nuevamente por una mujer. 

Porque a todas luces Pierína había comenzado a coquetearle con su actitud de cercanía y secretos remotos.Se había sentado en el sillón aledaño al suyo y lo había acercado lo suficiente como para que sus rodillas se rozaran. 

-sé que no puedes-por razones éticas-quedarte con mi negociopara tiademás,está tu novio…por eso no te lo ofrezco…pero hay un negocio más grande:la ampliación de la planta de plásticos de mi familia… además de la comisión que ganarás por un negocio que es cinco o seis veces mayor que el mío… te daré una recompensa adicional 

Malena estaba boquiabierta: -¡qué directa! A la yugular, me está comprando–pensó divertida. 

No contestó nada y se limitó a, nuevamente, descruzar y cruzar las piernas en la posición contraria. 

Pierína se las miraba golosa. Se le acercó más y le tomó una mano que se llevó a la boca para estamparle un beso: 

-te preguntarás ¿Cuál es la trampa? 

Malena sonrió como si estuviera cohibida. 

-Mi esposo cumple años mañana y siempre me ha pedido el mismo regalo año tras año… y no se lo he podido dar,porque… porque,nunca había conseguido a la persona idónea… pero tiene que seruna buena señalque tú… precisamente tú… la muchacha en la que siempre he pensadodesde aquellos días, hayareaparecido, precisamente hoy…además delnegocio que te daré, te pagaré lo que me pidas… si te prestas para que hoy en la noche hagamosun trio… eso es lo que él deseay… por mi partetendré la oportunidad de cumplir mi deseo contigo. Todo en estrictaconfidencialidad y tú pones las condiciones… será en nuestra casa… totalmente discreto y… 

-Acepto. Malena la interrumpió. 

Mientras ella hablaba,la había recordado 

Era la mujer que había llorado por ella cuando la descubrió con Jenny durante la fiesta de esponsales con Macarena… no podría olvidar jamás esa expresión dolorida. 

Había cambiado y no la reconoció a primera vista.Además de los cambios físicos –producto de algunaque otra operación reconstructiva- y de,estilo de peinado;ahora era más equilibrada y de mirada sojuzgadora,era difícil no sucumbir a sus pretensiones. Habían pasado como cuatro años de eso… ¡Qué tiempos aquellos! 

Las interrumpieron unos toques a la puerta. Leonardo, Cesar y el jefe de taller habían concluido su visita.En el mismo momento que ellos entraban, a su vez, fueron interrumpidos por unviejomaestro zapatero que con su delantalazul, pidió permiso, se postróa los pies de Malena y muy profesionalmente, después de tomarle sus pies entre sus callosas manos para poder tomarle susmedidas. Finalizado el asunto se inclinó ante ella y se retiró. 

-Mañana o pasado mañana, tendrás una nueva colección de zapatos, aseguróPierínamuy sonriente. 

Todos, quehabían quedado silentesa la vista de sus sensuales piesentre las manos de ese rudo hombredurante el acto de medición, reanudaron sus asuntos. 

Pierínaparecía de buen humor y ante la explicación que le dieron y la promesa de mantener las tasas que le habían dado hacía ya más de un mes, el negocio se cerró a lasatisfacción de todos.  

Malena y Leonardo estaban sentados uno al lado de la otra con sus manos agarradas por debajo de la mesa. 

Todos se quedaron un rato para brindar y celebrar el buen suceso. 

Leonardo había quedado con Malena en que esa noche la pasarían juntos. 

La situación, la atribulaba y la excitaba. Estaba entre dos fuegos. Pero ya había decidido cuál sería el fuego que esa noche la quemaría. 

Pierína quiso mostrarle personalmente las instalaciones de su reservado cuando necesitaron usarlo:Había notado las miradas de Malena que le pedía auxilio.  

Mientras orinaban y se lavaban,tramaron cómo se desharían de Leonardo sin que fuera muy traumático. 

Fue sencillo.  

Al momento de despedirse, Malena se colgó del brazo de su novio como para salir de la oficina con él, rumbo a la diversión y asexo.Pierína actuó en ese momento.  

Llevándose la mano a la cabeza como si hubiera olvidado algo, dijo con tono preocupado: -señor Cesar, disculpe que lo moleste, pero ¿podría entregarmela definitiva propuestamañana a primera hora? Había olvidado quea las diez tengo la junta con mis socios… son mis hermanos, pero son exigentes…podríamos dejarlo para la próxima reunión de nuestra directiva –dentro de un mes- pero sé que no nos conviene… a ninguno… lasbuenastasasque me están ofreciendosé que me lasmantendrán por pocos días… y no quiero perder el negocio… ustedes, me imagino que tampoco…que ahora iban a celebrar elnegociopero les juro que loscompensaréel día que firmemos… yo pagaré la celebración… díganle a Juan que asista también ese día… que estáinvitado…¡Ay,perdónenme!  

Entre caras no tan alegres como al principio y “no hay problema, señoraPierína” y “otro día celebramos, así el jefe máximo podrá asistir también” se fueron retirando… los esperaba una noche de trabajo puliendo detalles. Pero bueno, era tremendonegocio. 

Leonardo, le dio un leve beso a Malena y con caracontrita le hizo un mohín de: ¿Qué se puede hacer? 

La carita entristecidaque pusoMalena era un poema. 

Pierínale pasó la mano por el hombro y le dijodelante de Leonardo: -perdóname tú también,amiga,peroa Leonardo le convieneque el negocio se cierre lo más pronto posible...“burro amarrado, leña segura” ¿no es así Leonardo?... tiempo siempre hay para lo otro… ¿no? 

Leonardo con una risa de frustración, las besó a ambasy se fue tras Cesar que ya caminaba hacia su carro. 

En cuanto desaparecieron en la lejanía con reiterados saludos,Pierínala tomó de la mano y se la llevó a la oficina.Allí le indicó el teléfono con un gesto: 

-llama a tu jefe y dile que le tienes un gran negocio… 

Malena llamó a Gonzalo. Le explicó que los de la regional habían cerrado su negocio con éxito… pero ella…¡muérete!... Mañana, nos entrevistamoscon el presidente de una fábrica de plásticoa las tres de la tarde…el negocio es seguro… me dio la buena prosólocon lo que le expliqué… ¿qué te parece? 

El presidente de la planta era el marido dePierína. 

-ven, vámonos a la casa, quiero estar segura de llegar primero que Octavio… para tenerle preparada la sorpresa… 

-¿me vas a aponer un lazo? -Preguntó Malena cuando ya iban en el auto dePierínarumbo al apartamento- ¡coño, se me olvidaba! 

-¿qué? preguntóPierínamientras le ponía una mano en el muslo. 

-tengo que llamar a mí mamá… 

PRIMERO, VEAMOS QUÉ HAY. 

Malena se sentía mal, se sentía traidora,desleal,mentirosa e ingrata. 

No le gustaba lo que le había hecho aLeonardo… era su amante y debía respetarlo...hacerlo quedar como un pazguato anteextraños era malo. Eso la atormentabay le dolía el estómago. 

Pierínase presentó ante ella-apenas llegaron a su casa-con un cheque que acababa de firmar. La cifra era alarmantemente alta. A Malena le tembló la voz cuando se lo agradeció. 

-Es para ti… 

Pierínatomó asiento en elprimoroso sofá y con un golpecito de su mano sobre su superficie le indicó que se sentara a su lado: 

-tenemos tiempo, aún está en la oficina. No te debo nada. Te entregué el cheque ahora,para quecambiaras esa cara deconsortecompungidapor la traición a su maridito, que… bueno lo demás no es mi problema. 

-dime lo demás -le pidió Malena. 

-esproblema si quieres saberlo…maridito me estaba echando unas miradas que me estaba quemando la entrepierna. 

-lo dices para que cambie mi actitud… 

-si lo crees así, está bien por mí. 

Pierínale pasóel brazo por sus hombros y la atrajo. Así se quedaron en silencio unos minutos. 

Malena le puso la palma de su mano sobre la rodilla: -perdóname, peroes extraño lo que sucedió, le dijo, me siento un poco incómoda por haberlo hecho…aunque después de loque me dijiste –que sé que es verdad- ya me siento mejor. 

-considéralo un negocio… que te impidió cenar con tu hombre… nada más… nada por lo queponerse mal…él es sólo una víctima más de mis encantos. 

Se carcajearon. 

-sí, pero… 

-ya te acostumbrarás… no te preocupes… sentimientos deprimerizaen eso de serinfiel frente a su pareja… aunque en aquella ocasión ¿recuerdas? No parecías conturbada por estarle siendo muy infiel y en sus narices y con su mejor amiga, a Macarena…  

Mientrasle hablabale acariciaba el cabello con suavidad-no para calmarla… sino parasatisfacer el deseo de saber cuán suave era-yse le acercó más yle olisqueó el cuello. 

Malena sintió cosquillas y serió. 

-hueles a sensualidad… le dijoPierína. 

-¿puedo beber algo? 

-¡oh, sí! Claro, disculpa. A continuación sin dejar de acariciarla, llamó a su camarera por su nombre y le pidió whisky. 

Cuando la camarera regresó,la lamida que en ese momento le aplicaba a su cuello no se detuvo. Fue Malena quien dio un respingo apenada por la actividaddePierínaen presencia de la muchacha. 

-¡vete!-Le dijoPierínaa la muchacha, apenas puso la botella y los vasos en la mesita-no vuelvas… ¿no ves que la asustas? 

La muchachase inclinó y se retiró. 

Malena no entendía. Y se lo dijo con la expresión de su rostro. 

-no te preocupespor ella,es como mianimalito,no volverá.Quiero decirte que, eldía que te vihaciéndolo con aquella mujer, sentí un gran dolor… esa noche estabas bella y había decidido enamorarte, sonsacarte y robarte… pero la expresión de tu rostro cuando ella te poseía…indicabatal entrega,que me doliómásporque pensé que nunca te tendría…¿qué ha sido de ella? 

-no lo sé. Nunca más la vi… -Malena tomó un buen tragopensativa… rememorando- hablemos del presente. 

-el trato es queeres nuestra hasta el amanecer ¿lo sabes?... y los límites que tu impongas serán aceptados… 

-eso está claro…mi único límite es larelaciónanal… no lo hago… 

Pierínavolvió a llamar a su camarera. 

-debesfabricar pronto,un lazo-le ordenó- que sea grandey dirigiéndose a Malena le preguntó: ¿quieres queellate desvista? 

-yo puedo sola. 

-quisiera darle a Lily ese pequeño obsequiopor sus desvelos conmigo… tocará el paraíso pero no entrará… 

La muchacha se mantuvo hierática 

Se acercó a Malena,le diola mano para ayudarla a ponerse de pie y sin pedirlepermiso comenzó a desvestirla delante dePierína, quien sentada en el sofá observaba atentamentela escena: -hazlo más lentamente, le indicó a Lily, pon atención…te ves muy excitada¿es quevas a acabar? 

Malena se dejó hacer. Era suya por una noche.  

Mientras la muchacha se divertía un poco,Pierínase desnudaba sin dejar de mirar. 

Lily se veía excitada y no perdía ocasión para rasar sus dedos por las partes más excitantes del repertorio de Malena. Ella no la detuvo cuando sintió sus dedos entre sus nalgas. 

-¿verdad que es un rabo fabuloso? ¿Acaso tú habías visto algo así?– PreguntóPierínaa Lily- pero no te pases… no metas los dedos allí… la vas a excitar más de lo necesario… 

La mucamase detuvo. Le quitó el último trapito a Malena y se paró a su lado. Respiraba con fuerza. 

-¿la quieres? 

La muchacha no contestó. 

-vete, ya es suficiente.Ocúpate del lazo y tráelo de inmediato. 

Semarchó con las prendas que ellas se habían quitado. 

-¿Por qué no la usaste a ella en el asunto del trio?Preguntó Malena mientras seocupaba de aderezar su trago para disimular su turbación y su nerviosismo. 

-¿Estás loca…? ¿Esa zafia mujer meterse en mi cama?¿Con nosotros?Siempre he buscado la más alta calidadpara todas mis cosas… no niego que a veces la uso para alguna emergencia… tú sabes: está bonita y sabe… como para cuando pensaba en ti… me hace sus cosas y me calma… ¡pero nada más!Contigo es diferente, eres calidad al máximo – le dijo mientras se le acercaba y ponía su mano sobre sus senos: -eres un bocado de Cardenal. 

-quiero bañarme… 

-¡NO! ¿Estás loca? Y perder el sabor y el aroma que ahora tienes… sírvete otro trago… Octavio, no tarda. 

Se sentaron bien pegaditas.La mucama Lily regresó con un enorme lazo. 

Pierínade poco más decincuenta años-que no representaba-erauna morena alta, gruesa, fuerte, de medianos senosy de piel mate. Bella como hija de italiano con criolla que era. No tenía hijos. Susposaderas eran amplias al igual que suvulva. En ese detalle se asemejaba a Malena. Se notaba que se cuidaba en gimnasios ycondietas… además de en el cirujano plástico…pues estaba muy comestible aún.  

Mientras esperaban –paraentretenerse,puesPierínano quería cansar al regalo de su marido… y suyo- comenzó a recorrerla con sus manos y a comérsela con los ojos en una especie de reconocimiento de la mercancía:  

-eres perfecta…¿te vendes a menudo? 

-es mi primera vez… creo. 

-¿si te necesito estarías dispuesta para mí? El preciolo discutimos… no soy tacaña con mis placeres… 

-ya veremos… depende de…. 

Un ruido en la puerta indicó que Octavio, estaba llegando. 

-rápido,ponte el lazo yescóndete tras el sofá… 

¡CUMPLEAÑOS FELIZ…! 

Octavio había llegado yPierínalo recibió en carne viva.Malena escondida tras el sofá no pudo verlo…¡otro viejo para la cuenta! Se decía. 

Los oía conversando acerca del cumpleaños… y que ella lo recibiera así era parte del regalo que lehabía comprado… él la besaba… se oía su risa incrédula… las voces se acercaban al sofá… se sentaron en él mientras se sentía el chasquido de los besos y se oían las emocionadas palabras que se decían. 

De prontoPierínadijo en voz alta:  

-Malena… sal de allí. 

Malena temblaba de la emoción y de la angustia cuando se puso de pie a sus espaldas. Rectificó el lazo y salió.  

Octaviono presintió en dónde estaba la tal “Malena”–la sorpresa fue perfecta… sin aviso-por un momento pensó que estaba tras una cortina, no esperaba que surgiera a sus espaldas. 

Cuando apareció delantede él su sorpresa fue mayúscula.Malena también se sorprendió.  

Pierínadejó que el momento apoteósico fluyera durante unos segundos, ellos se miraban electrizados por la sorpresa: 

-te presento aMalena… ¡feliz cumpleaños!... ¿Te gustael regalo? 

-deliciosa sorpresa, dijo él mirándola extasiado. 

Malena sostenía elenorme lazo con sus manoscolocado frente a subajo vientrey nopudo evitarno poder quitar sus ojos de la figura deOctavio. 

-quítate eso de allí,mija-ordenóPierína-deja que te veadate una vueltecita. 

Malena había recaído en su angustia. 

-deja, déjala –dijo Octaviocon una sonrisa que la desarmó y la calmó- para que entre en confianza. 

Malena dejó caer el lazo sin dejar de mirarlo… y luego dio un giro completo… lentamente… muy lentamente. 

APierínaen ese momento le pasó por la mente que había cometido un error. 

Mientras giraba,Malena pensaba que era la primera vez en sus veinticinco años de vida… bueno, había perdido la virginidad a los diecinueve… que iba a hacer el amor conun joven como ella. 

Octavio,no podía tener más deveintiseis, era bello como el arcángel concupiscente, fornido,alto,con una boca sensual que disparaba los malos pensamientos deMalena, unos ojos… una sonrisa…una simpatía…  

-buena adquisiciónPierína-se dijo para sus adentrosMalena- ¿cuánto te habrá costado, mi amor?¿y los desvelos para mantenerlo?¡Ay dios! Pobrecita.Por mi parte creo que todos los que he tenido en mi vida han sidopura… hoy me resarciré, concluyó. 

Al detener su giro y abrir sus ojos. Ellos se estaban besando. 

-¿más calmada? Preguntó Octavioal verla detenerse.Se le notaba que tenía la boca vuelta agua y el pene a punto de reventar. 

-sí,Respondió ella 

Debía dejar queél buscara la manera de actuar sin parecer muy desesperado. Imaginó que cualquier paso suyo en falso podría ofender a susproveedora.No podía mostrarse muy ansioso. Decidió colaborar. 

Sonrió y preguntó muy modosita: ¿me puedo sentar? Estoy nerviosa, como comprenderán. 

Pierínaobservaba sonriente la escena. Malena sabía lo que pasaba por su cabeza… ¿quién la manda, pues? 

Ellos se separaron para que ella entendieraque podía sentarse entre ambos, ya que la iban a compartir.  

Perono. Ella se sentó en el extremo, al lado dePierína. Esta, sonriente y a sabiendas de que Malena con ese gesto le entregaba el mando, le colocó la mano sobre el muslo y marcando su territorio, se lo sobó desde la rodilla hastala cintura en ademán posesivoy preguntóa Octavio: ¿qué te parece? 

Octavio con un golpe de vista le había agradecido a Malena que lo hubiera sacado de ese problema. 

Malena sonrió complacida: “los tengo en mis manos” 

-¿cómo empezamos? Preguntó Malena, me parece quePierínaque es la que me compró diga qué prefiere… yo por ahora quiero un whisky, doble o triple. 

Se rieronforzadamente, pero ya estaban entrando en confianza. 

-¿cómo lo tendrá? Se preguntó Malena y un escalofrío de deseo recorrió su columna y se metió entre sus nalgas. 

TRIO 

-¿Qué te parecería que nuestro galán nos hiciera unstriptease? 

Malena aplaudió. Se había tomado la mitadde su triple trago de un solo sorbo. Estaba excitada y quería calmarse. El tipo era bello… un bombón. 

Cuandocomenzó con su baile(tenía que preguntarle aPierínasi el hombre había sido stripper, porque lo hacía muy bien) Malena se tomó el resto de su bebida y se inclinó hacia la mesita para tomar la botella, momento y circunstancia que fue aprovechado porPierínapara meter su mano entre sus nalgasy su dedo en su rajita.Y allí losdejó. 

Malena se apoyó en su hombro: el tipo estaba buenísimo, pero ella era la del billete. 

Sesirvió sin medidaytambién aPierína, bebieronangustiadas –cada una por una razón diferente-  

El momento de conocersu peneestaba cerca. Ellas lo incitaban conel alborozo y la algarabía de sus expresiones alegrespara que acentuara sus movimientos sensuales. Ambas estaban bebidas y lo demostraban.YaPierínano escondía el deseo que la embargaba. 

La duda de Malena era que si el deseo quePierínasentía por ella era igual al que sentía por su marido. 

La duda pronto se despejó: -tú con ella, ella conmigo –dijoPierínacon voz enredada. 

No entendieron bien pero harían lo que pudieran. 

En esemomento otra duda se despejó para Malena:el miembro de Octavio:era grande y perversamente bello.  

Malena pensó-cómo había pensado Florenciocuando la dejó desnuda en manos deAzcunes-: “esta noche morirás, Malenita” 

Octavio se acercó a Malena y le puso el miembro cerca de su boca. Ellalo tomó con una mano y mirando a su dueño a los ojos… lo engulló.Sabía a gloria.Pierínase separóen el asiento para darles espacio. 

Malena estaba desesperada por ser empalada.La gata se lo pedía a gritos.Mientras: chupaba y succionaba. 

Se separaron y sin bochorno ante la presencia dePierínase besaron vivamente- 

A continuación,él metió su cara entre sus muslos y Malena comenzó a morir.  

Pierínala ayudó aacomodarse cómodamenteen el sofá. No cabían los tres:se cambiaron al piso. 

Él le mordisqueaba suavemente toda su vulva consuavidad, como comiéndose un manjar. Ella se retorcía y le acariciaba su cabello con ternura y le dirigía palabrasdelicadas para que supiera que se le entregaba de verdad. 

Pierína,observaba sentada tras la cabeza de Malena con sus muslosabiertos colocados a cada lado de sus orejas.  Le acariciaba las mejillas conexquisito miramiento. Malena no veía su cara puesla tenía detrás, pero sentía elinflujo sensual que manaba de su entrepierna y leentraba a su cabeza directamente. 

En el momento que sintió que el orgasmo se acercaba, Octavionotóel temblor recrecido de sus entrañas, dejó lo que estabahaciendo con su boca y se irguió, colocó la cabeza de su tranca en la entrada de Malenay se la zampóde sopetón.  

Malena abrió los ojos y vio sus bellos ojos mirándola, sonrió y los volvió a cerrar. Ya estaba cerca del cielo. 

Pierínaahora le acariciaba los senos. Malenaacarició esas manos que tan sabiamente lahacían gozar de una forma diferente a la que Octavio le aplicaba.  

Él se enterraba completo y luego salía casi hasta sacarlo, de allí se enterraba nuevamente  pero despacio. Malena estaba perdiendo el control. Abrió los ojos llorosos y miró aPierínaque estaba inclinada sobre ella. 

Su mirada se lo dijo todo: estaban gozando de ella. Ambos estaban deleitándose con su cuerpo portentoso. Ella era su placer:el placer era para ellos.Supropiogozo eraun asunto que no habían discutidocomo parte del trato. 

Cerró los ojos nuevamente y sintió los labios dePierínasobre los suyos. Abrió la boca para que su lengua la penetrara. 

Octavio estaba acelerando sus movimientos. Ella sentía su dureza llenando su canal con buena carne. No quería irseaún, quería sentirlo más… sentía su calor, su sudor, el roce de su pubis y cómo sus ninfas se abríanpara tragarlo y se estremecían cuando casi las abandonaba.  

Era un maravilloso suplicio… pero todo tiene fin, el orgasmo emergía trepidante de sus tripas que latían como queriendo expulsarlo.Pierínalo presintió primero que Octavioy dejó de besarla pero mantuvo su cara cerca de la suya…para tragarse su hálito cuando lo sintiera salir. 

Malena extrañamente estaba silenciosa. Sólo resoplabay respiraba por la boca, apretaba los ojos y las piernas,pero no se quejaba. 

El orgasmo llegóy se manifestó en forma de un quejido grueso que salía de su matriz, enforma de un estremecimiento espasmódico que recorría todas sus fibras. Su cola se levantaba del suelo sin ella proponérselo, sus manos enterraban sus dedos en los brazos del macho y su boca suplicaba a la hembra quela besara.  

Así se fueron juntos: Octavio y Malena. 

Apenas él terminó,Pierínaprestamente lo apartó y sumió su cabeza en el vientre de Malena.  

Comenzó a chupar el semen de su marido y la vulva de Malena, era una sensación exótica, diferente,la que Malena ahora sentía. La lengua era más suave, la caricia más experta… 

Octavio permanecía a su lado observándola con su bella sonrisa, ella lo tomó por un brazo con el objeto de apoyarse en el para aguantar lo que se avecinaba.Le sonrió agradecida. 

Pierínaera una estrella con su lengua y Octavio era un rayo para recuperarse a pesar de que con Malena había perdido mucha energía por el deseo tan fuerte que le inspiraba.  

Se colocó trasPierínay la penetróen posición de perrito.Pierínase sacudió, levantó unpoco su cabeza y Malena oyócuándo le dijo: “déjalo para ella, a mí me va bien así” 

Volvió a la gata de Malena y esta vez sulenguala penetró, Malenasintió que la espuma la llenaba de nuevo, aspiró, cerró losojos, apretó sus manos alrededor de lanucadePierínay se fueron juntas las dos.  

El orgasmo dePierínanofue fruto de lamasturbación, fuela expresión espontáneadetanto placer que había acumuladoalpoderposeerlaal fin 

Se tendió asu lado. La abrazó, la besó con ternura y ledijo “gracias, eres inolvidable”acto seguido se quedó acurrucada a su lado hasta que se durmió. 

Octavio la miraba con supene entre sus dedos: -descansa-le dijo en voz baja-tiempo queda, ella no se despertará hasta mañana. 

Malena no sonrió. Iba a morir. 

LA MUERTE PEQUEÑA. 

Octavio levantó el gran cuerpo dePierínacomo si no le pesara nada y lo llevóa lahabitación. Cuando regresó, Malena estaba sentada en el sofá con un trago en la mano. No se había tenido que limpiar su semen puesPierínase lo había limpiado con su lengua. 

-quiero orinar,dijo. 

La condujo a un reservado que estaba en un salón cercano y entrócon ella. 

Se sentó en el váter y él se acuclilló a su lado. Ella le pasó la mano por el cabello con una sonrisa de cómpliceintimidadycomenzó a orinar, el metió la mano entre sus piernas y se llenó sus dedos con su orina.  

Ella se echó a reír: -¡deja, chico! 

Él metió su cara entresus muslos y les pasó su lengua; -no te limpies, quiero probar todo de ti. 

-¡cochino! Le dijo en broma, pero no se limpió 

La tomó entre sus brazosy la cargóhastauna habitación secundariay la colocó sobrela cama con cuidado.Se trenzaron en un beso que duró una eternidad. 

-quiero tragarme tu semen… 

El la complació.Se acostó boca arriba y cerró los ojos. Ella era mala mamando,pero esa noche se acordó de todas las clases que había recibido y en menos de media hora había llenado su boca con su semen. Todo en él era divino para ella. Quería seguir jugueteando. Apenas eran las tres de la madrugada:-¡feliz cumpleaños! Le dijo cuando supo la hora.Ya era el día de su cumpleaños. 

-¿Cuántos cumples? 

-veintinueve. 

-puedes hacérmelo veintinueve veces. 

Se carcajearon y se volvieron a enredar en un beso que era como agua de manantial para sus cuerpos y sus almas. 

-lo haremos sólo una vez, debo estarconPierínacuando despierte. 

-entonces, mátame de una vez. 

Casi lo logró.Ella se sentía débil por tanto goce.Fue tanto su placer que por efecto de la hiperventilaciónse desvaneció después del “n” orgasmo.  

Era una hembrarica,como nuncahabía conocido a otra, pensaba él mientras ella descansaba dormida a su lado.Lo dejó seco y sinmásganas. Nunca más,hacerlo,sería lo mismo. Le había dejado su sello. Ya entendía aPierína 

La cubrió con una manta y se retiró en silencio. 

AMANECER 

Pierínavelaba cuando ella despertó.  

Le dio un tierno beso y se acurrucaron desnudasen el sofá. 

-¿tienes ganas? Le preguntó Malena. 

-claro, pero el trasnocho, los tragos y lo que hicimos me dejaron para la urna. 

-quedemos en paz entonces. El exceso es malo. 

-¿Qué te pareció mi hombre? 

-Casi me mata… es divino,pero no convieneque me vuelva a tocar…  

-te entiendo… gracias por la sinceridad… 

-por cierto te felicito… ¿qué tal se porta?Preguntó Malena. 

-es un regalo de dios para una lesbiana retirada… 

Se carcajearon. 

-menos mal que “retirada”… me ibas a sacar el útero y los ovarios… 

Volvieron a carcajearse.Se besaron. 

Pierínallamó a Lily. 

-prepara desayuno, le ordenó secamente. 

Lamucama se retiró. 

-¿quieres que Lily te saque la músicaque te queda? 

-no es necesario, gracias. Es el frío lo que tiene a mis pezones así, respondió Malena burlona. 

Lily vino a informar que el desayuno en cinco minutos estaría listo. Informó aMalena, además,que su baño estaba preparado y sus ropas listas. 

-báñala Lily, yo voy a vestirme en mi cuarto.RefunfuñóPierínaponiéndose de pies. 

Malena se dejó llevar por la sirvienta hasta su baño. Una tina cálidala esperaba, depositó su cuerpoestragadoen el reservorio de agua y se quedó tranquila respirando su aroma a hierbas.  

Abriólos ojos y vioa Lily allí de pie, expectante.Entendió su reclamo. 

-está bien, hazlo. 

Lily sonrió,se acuclilló, se despojódela bata, se bajó lapantaletaycomenzó a frotarle elcuerpo con una suave esponja enjabonada. Cuando la sintió bien relajadita:con una mano se ocupódel placer encerrado en el cofre de Malena y con la otra,del propio. 

Fue vaciando la tina sin sacar a Malena del placentero momento que le proporcionaba con sus dedos 

Entró en la bañeray colocó su vagina cubierta de suave pelaje cuidadosamente sobre la boca de Malena,mientras,bajaba su cara hasta que sus labios encontraron la sonrosada raja de lacatiritade nombre extraño.Abrió la boca… mordió la fruta y al compás de su lengua fue extrayendo su zumo. 

Media hora después ambas bebieron sus flujos entre aspavientos, temblores y susurros. 

Cuando Malena estuvo vestida pasó al comedor. Desayunó solapues Octavio yPierínaya se habían marchado a sus labores. 

Lily, la acompañó a tomar un taxi:Gonzalo la esperaba en su oficina. 

Finde: Trato HechoyPierína. 

By:leroyal 

Mas de leroyal

Tercero. amor dolor sufrimiento: gozo

Segundo. acepto la proposición

Primero. todo empezó como una venganza

Amistad 1: una relación sadomasoquista

Amistad: una relación sadomasoquista

La historia de malena 14- sexo con felipe

Malena 12-el hombre de las feromonas.

Malena 10-

Malena 11

Malena y drácula

Malena y el profe

Malena y el gringo

La historia de Malena 7; Nuevos Comienzos 4

La historia de Malena 6; Nuevos Comienzos 3

La historia de malena 5; trato hecho y pierína

La historia de Malena; Nuevos Comienzos1: el profe

La historia de Malena: Primeros Tiempos: 2°trozo.

La historia de Malena; Primeros Tiempos: 3° trozo.

La historia de Malena: Primeros Tiempos: 1er trozo

La historia de malena: la catira y el vendedor.

¡que dios te perdone!

Desfloración anal

La estrella del porno.

La nueva.

La gordita

Vecinas.

Que dios nos perdone.

Marta, carmela y ámbar 5

Marta y carmela 4

Marta y carmela 3

Marta y carmela 2

Marta y carmela 1

LA SEÑORA SOLITARIA:Jorge

Antonio y yo.

María 9- las milk y una

María 8- el jeque

María 7- yo soy la apuesta

María 2- me descubrieron

Maria 6-gaetano

María 5-el debut

MARIA 3-Amigas Ïntimas

MARÍA 4-El evangelio segun Lucas

MARÍA 1-Mi primer resbalón

El preñador de cabritas.

Mi nuevo empleo.

Mi suculenta mamacita

Vecinas. nina cuenta su parte (1: karen)

VECINAS. Nina cuenta su parte(2da. parte: Zoráida)

Vecinas y ...2

Vecinas

Vecinos

FIN DE SEMANA DE SEXO EXTREMO.El Domingo.

Fin de semana de sexo extremo. el sábado.

Un fin de semana de sexo extremo.El viernes.

La catira. primera parte-Me lo tire.

Putito 7: la despedida

Alegre historia de una flaca abandonada.3:violadas

Putito 6. el burdel2.¿si o no?

La alegre historia de una flaca abandonada.2parte

La vida es asi.1. Camaron que se duerme...

PUTITO.El burdel.Primera parte.

La alegre historia de una flaca abandonada.

PUTITO.La transicion.

PUTITO:Ego te absolvo.

PUTITO.A trabajar.

PUTITO.Comienza la historia.