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Librojuego - Melania - Capítulo 14

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Capítulo 14

« Estaba cansada lo mejor sería que se fuera a la cama » pensó Melania. Se dirigió a su habitación arrastrando los pies, y cuando toco el picaporte de su puerta, miro en dirección a la habitación de su hermano. La puerta estaba entre abierta. La penumbra no dejaba vislumbrar mucho de la habitación, aunque por el resquicio de la puerta podía verse que su hermano dormía. Retiró sus pensamientos con un ademán de cabeza y un gesto de despreocupación, pero siguió plantada en el mismo sitio, sin atreverse a acercarse, ni a definitivamente irse a la cama.

 

Cerró los ojos fuertemente para acostumbrarse a la penumbra reinante y balanceo su cuerpo hacia los lados para mejorar el ángulo de visión y poder ver más allá. No consiguió su objetivo y levemente dio unos pasos hacia atrás. Levemente, la oscuridad se hizo menos acuciante y llegó a entrever a su hermano tumbado en la cama. Dormía bocarriba con un brazo estirado y otro tapando la cara y respiraba profundamente. No llevaba ropa ninguna, solo tenía media pierna tapada por la sábana. Esa visión perturbó totalmente a Melania, que dio un respingo y se acercó de nuevo al pomo de su habitación. Le palpitaba el corazón y su respiración se había acelerado. «Lo mejor era irse a la cama» pensó, pero siguió allí plantada frente al picaporte de su habitación.

 

Por fin, consiguió abrir la puerta de su habitación, dejándola medio abierta, pero cuando iba a decidirse a entrar dio unos cuantos agiles pasos y se plantó en la puerta de su hermano, la cual empujó con cautela, al fin y al cabo no hacía daño a nadie yendo a echar un vistazo, así saldría de dudas si lo que había visto antes habían sido imaginaciones suyas o era de verdad, así que podría decirse que no era más que un comando de vigilancia. La imagen la impresinó y la cautivó a partes iguales, un gran miembro semierecto descansaba sobre el cuerpo de su hermano. En ese estado debía tener casi 18 centímetro y nunca había visto una polla tan gruesa.

 

La mejor opción era irse, ya había visto que su hermano tenía un superpollón, estaba confirmado y requeconfirmado, sin embargo Melania se negaba a abandonar aquella posición. «Quizás con la penumbra y la distancia de la cama a la puerta, hubiera algún tipo de ilusión óptica» pensaba la chica, pero en su fuero interno sabía que no era más que una excusa para acercarse más.

 

Melania se arrodillo a fin de que la oscuridad reinante se hiciera menos opresiva y fuera capaz de ver mejor en la oscuridad. Cuando se quiso dar cuenta, Melania sujetaba la polla de su hermano en la mano. La notaba cálida y palpitante. Era un espectáculo que jamás había visto. Se sentía como hipnotizada por ese gran trozo de carne, quería soltarla para volver a su cuarto pero soltarla sin despertar a su hermano podría ser complicado, así que, en lugar de eso, comenzó con un movimiento de vaivén que hizo que ese miembro que sujetaba creciera irremediablemente en pocos minutos.

 

Su corazón estaba desbocado y su cuerpo no parecía obedecer a su mente, su respiración se agitaba y en contra de lo que pudiera ser lógico, ella empezó a jadear en lugar de su durmiente hermano. Una fina película de líquido parecía lubricar ese gozo de carne que tenía entre sus manos, cuando se decidió a, con una firme sacudida tirar del prepucio hacia atrás dejando a la vista un enorme glande.

 

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