miprimita.com

Esclavo sexual (10)

en Dominación

ESCLAVO SEXUAL X

Por: Horny

CONTINUACIÓN DEL RELATO ESCLAVO SEXUAL IX

Acercó su nariz al pequeño triangulo que cubría mi raja y aspiró el olor de la misma, frotando a continuación su nariz de arriba a abajo. Solté su cabeza para por primera vez no interferir en sus movimientos y coloqué mis manos en sus hombros. Su nariz rozaba deliciosamente mi clítoris y raja haciéndome humedecer. Mi pequeña tanga se mojó y esta a su vez compartió un poco de calor con su inquieta naricilla que recorría mis rincones oliéndolo todo, frotando y acariciando.

Mantuvo sus manos atrás todo el tiempo haciéndolo mas desesperante para mi, las piernas me temblaban y mas aún cuando sacó la lengua tímidamente y dibujó con ella el pequeño triángulo de la prenda para luego mezclar su saliva con mis flujos en la tela.

No se detuvo allí, su lengua subió por cada una de las delgadas tiritas de la tanga que se había convertido en su fetiche, que mas que un trozo de tela era algo en lo que deseaba convertirse, el quería ser la tanga en ese momento y perderse en mis abismos mas profundos, nadar en las cálidas aguas de mi sexo y fundirse en mi cuerpo como una segunda piel.

Al ver la aprobación en mis gemidos comenzó a subir sus manos tímidamente comenzando por mis rodillas temblorosas y luego lentamente por mis muslos deteniéndose a cada instante y regresando al punto de partida sin parar su lengua el trabajo que había comenzado.

La tanga era de esas provocativas de anudar a los lados, de esas sugerentes que parecen gritar "desátame" y así lo hizo, primero de un lado, lentamente, sin afanes y luego del otro sin soltar la prenda con sus dientes.

Su cabeza todo el tiempo estuvo bajo el picardías semi transparente pero igual no alcanzaba a ver muy bien sus movimientos, no podía adivinar que deliciosa maniobra se disponía a hacer para mi deleite y eso me desesperaba aún mas si acaso se podía. Al sacar su cara del encierro pude ver que tenía la tanga atrapada en su boca como un trofeo, la tomé de allí y se la anudé al cuello como remedando un collar.

Jugué un poco con el "collar" mientras las manos de mi esclavo seguían subiendo deteniéndose ahora en mis nalgas las cuales tocaba por primera vez. Con extrema delicadeza acarició cada una de afuera hacia adentro hasta encontrarse ambas manos en el centro. Sus dedos se entrelazaron y comenzaron a acariciar mi rajita de arriba a abajo, muy, muy suavemente.

Me incliné un poco hacia su cara apoyando mi frente en la suya y separé un poco mis piernas para que sus manos tuvieran todo el acceso posible a mis intimidades.

Ninguno de los dos podía ver que ocurría atrás pues nuestros ojos estaban fijos el uno en el otro, mientras nos dedicábamos a sentir, el con sus dedos las húmedas suavidades de mis labios vaginales, y mi vagina sus dedos tímidos al inicio rodeándola por completo. Esos dedos perdieron la timidez y comenzaron a hacerme un concienzudo reconocimiento vaginal y anal, multiplicándose en mi parte de atrás, penetrándome profundamente, acariciándome hasta donde ya no era posible acariciar mas.

Estuvimos así por espacio de unos minutos hasta que me corrí en medio de intensísimos espasmos. Me colocó entonces suavemente sobre unos cojines en el sofá, boca abajo tal y como el había estado hace tan solo unos minutos para recibir mi castigo, con la diferencia que mi culito quedó levantado gracias a los cojines bajo mi abdomen.

Me separó las piernas con suavidad y ni siquiera me había repuesto del primer orgasmo cuando comenzó a lamerme con una suavidad exquisita, como todo lo que tenía que ver con el, sin brusquedades ni afanes, sin deseos de clavarme la polla de inmediato como todos los hombres que había conocido.

Movía su lengua como un remolino, era insaciable recorriéndome, hurgándome las entrañas de una forma deliciosa y desesperante que me hacía jadear, sudar y aferrarme con las uñas a donde podía. Fue inevitable explotar de nuevo…

Con un cosquilleo delicioso que recorría todo mi cuerpo me incorporé. No podía creer lo que veía, Alex efectivamente se había corrido en seco o se la había meneado mientras me lamía pues estaba tan concentrada que se hubiera podido caer la casa entera y no me habría dado cuenta. Al lado de su verga aún tiesa, en el sofá azul oscuro estaba la mancha delatora e inconfundible. El, avergonzado, bajó la cabeza y limpió el sofá con su ropa interior. Yo lo miré con comprensión y ternura, después de todo era un buen elemento y no era de palo; su corrida había sido inevitable después de tan extensos minutos de goce que me había prodigado.

Acaricié su cabeza y me fui a mi cuarto a descansar. El llegó minutos después y se acostó desnudo junto a mi cama como ya era costumbre. Para mis adentros pensaba que era increíble que todo esto estuviera pasando, tener a un hombre como Alex, para mi sola, pensando solo en satisfacerme y lo que era mejor, acostado a mis pies, dispuesto a todo, completamente mío…

Se acercaba el día en que mi dicha terminaría pues mi esposo casi estaba de regreso y aunque mi relación con Alex no tenía porque acabar ya no sería tan fácil estar solos, desnudos por la casa, jugando en cualquier rincón.

Para la noche anterior al regreso de mi esposo decidí preparar algo especial, quería que esa noche fuera inolvidable tanto para Alex como para mí.

CONTINUARÁ…

Mas de Horny

Los Pecados de Victoria

Novicia

Cinco sentidos

Comiéndome su culito

Mi reputa… ción

En el instante justo en el sitio inapropiado

Orgasmo anal

Como se bañan los hombres y las mujeres?

No tengo novio

Lo que cuesta el amor verdadero

Secretos de alcoba (2)

El Closet

Secretos de alcoba

Lo que mi cuerpo dice

Arrodíllate y chúpamela

El profe de música

Sexo, amor y lágrimas

Un largo beso de buenas noches

No eres mi tipo

Más preguntas y respuestas

Doble infidelidad

Perra obsesión (5)

Naufragios: amantes en potencia

Nunca es tarde para ser infiel

La puta y el cliente

Perra obsesión (4)

Perlas de placer

Algo más que sexo

Juegos adolescentes (2)

Durmiendo con el enemigo (3)

La cobra y el tigre

Leche y chocolate

Durmiendo con el enemigo (2)

Durmiendo con el enemigo

Ama de casa infiel

Juegos adolescentes

Leer, escribir, valorar y comentar

Perra obsesión (3)

Doble Placer

Preguntas más frecuentes

Tormenta de lava

Camino a la perdición (3)

Camino a la perdición (1)

Camino a la perdición (2)

Buscando la mujer 10: las usadas

Explorando mis orificios

La leona de dos mundos

Perra obsesión (2)

40 grados bajo las sábanas

Tantrismo: sexo y espiritualidad

Del placer al orgasmo

Prostituta sentimental

Juegos infantiles

La perla de la Polinesia

Las etapas de un novio

Perra obsesión (1)

Mi mente vuela hacia tí

Esclavo sexual (11)

El amargo sabor de la venganza

Mi pastel se ha hecho un bollo (1)

Festival de cine erótico

Sus 9 botones de placer

Chantaje

Callejón sin salida

Culona, tetona y labiona

DULCE DESPERTAR

Sea un buen animal

Cesar de nuevo...

Tríos de amor: ¿la nueva moda?

Sábanas rojas de satín

Esclavo sexual (9)

Paloma mensajera

Reten ilegal

Cesar

Esclavo sexual (8)

Amigas y amantes

Una tarde húmeda

Esclavo sexual (7)

Mi reencuentro con diego

Reglamento de mamadas

Esclavo sexual (6)

Esclavo sexual (5)

Por partida doble

Esclavo sexual (4)

Jugando con fuego

Esclavo sexual (3)

Esclavo sexual (2)

A bordo del placer

Esclavo sexual (1)

Perdidos en el Amazonas

Dolor de concha (02)

Dolor de concha (01)

Mis experiencias en el mundo gay

La última vez con Diego

Su rica verga curva

Nueve lunes por camila

Mi primer trio

Las mieles de la lluvia

Mi primera vez por el culo

La Mecedora