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Mi amigo del alma

en Confesiones

Soy una chica de una ciudad de España, que vive independiente en un pisito pequeño, pero muy agradable. No me considero nada espectacular, aunque se que puedo tener cosas que le gustan a muchos tíos. Mido 1’68, no estoy delgada, aunque tampoco gorda. Tengo unos senos grandes, y se que es lo que llama la atención de mi, pues uso una talla 105, y puedo ir perfectamente sin sujetador de las firmes que las tengo. De cara no soy una belleza, pero si resultona, y mas cuando me arreglo. Mi culo creo que es más bien pequeño. La cintura no es de avispa, pues se puede “sobar” a gusto, pero tengo mis curvas bien marcadas.  Soy lo que algunos hombres dicen una “hembra”, por lo maciza que estoy. Y no lo digo yo, son palabras que le oí a un grupo de hombre en el metro no hace mucho.

Pero bueno voy con lo que me sucedió no hace mucho. Yo tengo un amigo en otra ciudad que nos llevamos muy bien, desde hace un porrón de años. Siempre nos hemos contado todo y nos apoyábamos mucho la una en el otro y viceversa. Llevábamos un tiempo chateando de vez en cuando, y claro, como cuando no tienes a la otra persona delante, sueltas más burradas de lo normal. Nuestras conversaciones muchas veces derivaban a cometarios obscenos, frases subidas de tono, relatos eróticos o cometarios de nuestras relaciones sexuales de cada uno por su lado.

Normalmente nos visitábamos dos veces al año. Una en verano que iba yo a su ciudad, y otra en invierno que venia el a la mía. Este año me decía que tenía ganas de que habláramos por que había dejado una relación hacia unos meses. Yo llevaba mas de un año sin estar con nadie, aunque mis escarceos sexuales, últimamente eran semanales. Además había conocido a dos personas en el Chat con las que “me lo pasaba muy bien”.

El caso es que llegó a la ciudad. Fui a recogerlo y nos fuimos a mi casa. Nuestra relación era muy buena, como siempre, nos reíamos, charlábamos, nos íbamos de copas, hicimos alguna excursión por fuera de la ciudad, me ayudaba a hacer cosas en casa. Así transcurrieron los 3 primeros días. Se quedaba una semana entera.

Nunca se me había pasado por la cabeza tener nada con él. No lo veía en plan sexual. No por que no estuviera bien, pues era un chico normal, -que nos puede gustar a cualquiera, perlo castaño, ojos bonitos, anchas espaldas, buen culito, de cara normal, de buena conversación-, sino por que lo veía como un amigo en al mas amplio sentido de la palabra. Y yo se que al revés era exactamente igual.

Pero todo esto cambio un día. Por las noches, cuando no salíamos, nos quedábamos a ver la tele, hasta que me cansaba y me iba a verla a mi cama. Yo le invitaba a venir. No pasaba nada por ello. La primera noche no quiso, por cansancio o por vergüenza. Pero las otras sí se animó. Yo como siempre me ponía mi pijama sentada en la cama. Nos habíamos visto mil veces en biquini y bañador, incluso una vez en top less, y no nos importaba vernos así. Me quitaba la camiseta, y con el sujetador y los pantalones puestos me ponía la batita de dormir. Reconozco que es muy fina, negra y algo se trasparenta, sobre todo al trasluz, pero no era un escándalo. Una vez puesta me quitaba el sujetador y los pantalones. El no podía ver nada, y aunque viera no me daba vergüenza ni pudor. El al verme con el pijama me dijo que iba a por el suyo a la otra habitación y así ya lo tenia puesto. Así lo hizo. El con mas descaro la verdad, pues se lo puso todo encima de la cama, por lo que puede contemplar los bonitos calzoncillos que llevaba.

El caso es que la primera y la segunda noche que vimos la tele en mi cama, yo me quedé dormida y él se fue a su habitación. En la tercera no se si le pudo el sueño, pero cuando desperté me lo encontré en mi cama. Estaba tendido sobre la cama. Con la parte de arriba del pijama subida hasta los pectorales, por lo que se le notaba aún mas la impresionante empalmada bajo el pijama que tenía. No se le veía una polla de25 cmni nada parecido como se puede leer en la mayoría de historias que contáis. Tenía un aparato normal. Unos15 cmcalculo, pero un grosor muy muy bueno. Y la forma era preciosas la verdad. En ese momento me cambió la forma de verlo. Estuve contemplándolo un rato, y después me fui al baño a ducharme. Mientras me enjabonaba no hacía otra cosa que pensar en esa polla, en su cuerpo, en sus manos enganchándome por detrás mientras me la clavaba. Me llevé la ducha a mi depilado sexo, que a esas alturas estaba ya humedecido, y solamente con la historia que me había montado, el calor de agua y la fuerza de la misma sobre mi sexo me vino un tremendo orgasmo, el cual no pude contener aliviando un par de gemidos mas o menos sonoros.

Me vestí y salí a mi habitación. Él ya estaba despierto. Intentó disculparse por haberse quedado dormido. A lo que le dije que no importaba, que así me hacía compañía, y que si quería podía repetir. El aceptó encantado.

Pasó un día mas hasta la noche. Salimos un rato, pero a la 1 ya estábamos en casa. Sin decir nada, como si fuera lo más habitual del mundo, nos lavamos los dientes y nos dirigimos a mi cama, para ver la tele. Con el mismo ritual de los pijamas que las otras noches. Pero yo esta vez me fijé bien en su paquete. Lo que creo que hizo ruborizarse un poco a él. Se quedó dormido antes que yo. Me quedé a su lado observándolo. Yo estaba de lado y el boca arriba. Como tenía calefacción casi dormíamos sin la sábana. Le volví a ver ese aparato empalmado nuevamente. En ese momento se giró hacia mi. De tal forma que su pierna izquierda la subió sobre mi cadera, mi mano quedó de tal forma que su polla se apoyaba totalmente sobre ella, y una de sus manos abarcaba perfectamente uno de mis senos. Automáticamente éste empezó a ponerse duro el pezón como una roca. Tenía la piel erizada. Hice un pequeño gesto con la mano y le cogí totalmente la polla. Era increíble la situación. No pude mas que reírme. Entonces pensé en que si él estaba dormido, yo también podía hacerme la dormiday aprovechar lasituación. Le pasé la mano que me quedaba libre por encima de su cuerpo, hasta su espalda, pues ahora estábamos los dos cara a cara de lado. Apoyé mi cara en su mejilla, de forma que se mezclaban nuestras respiraciones. Empecé a acariciarle lentamente la espalda. Bajaba hasta su culo sin sobarlo notoriamente. Entonces noté como con su mano estaba palpando mi teta, y tras unos segundos estaba dando círculos con el dedo a mi pezón. Dudé si estaba despierto o no. Pero por su respiración intuí que dormía todavía. Animada por la situación empecé a tocarle mas claramente la polla. Se la tocaba en toda su longitud, hasta que notaba los huevos y volvía a subir. Mi sexo para entonces ya parecía un riachuelo húmedo de placer y expectación. En un momento dado, se giró, se puso boca arriba, se llevó la mano a su bajo vientre para rascarse y luego se la metió en sus partes para cambiársela de posición, de tal forma que se quedó la punta de su polla fuera del pantalón del pijama. Notaba como latía. Tenía la mitad de su glande al descubierto, y se le notaba en la punta un poco de líquido preseminal. Eso me hizo suponer que le estaba gustando el juego.

Yo estaba como loca para entonces. Me quité mi tanga, pues estaban ya mas que húmedas. Iba a hacer una locura, pero no pude parar. Me situé a escasos centímetros de su polla, le pasé un dedo, luego dos, y entonces empecé a chuparle el trozo de glande que estaba al descubierto. Le hacía círculos con mi lengua. Entonces empezó a moverse acompasadamente, lo que hizo que saliera todo su grande al exterior. La cogí con los dedosy me laintroduje toda la punta en mi boca. Al hacer ese gesto, detrás apareció el resto de polla, por lo que pude empezar a masajear también los huevos.

En ese instante intuí que estaba ya despierto, pues con su mano estaba acariciándome mis nalgas e intentando tocar mi sexo. Yo me puse encima de él, en un 69 perfecto. Me cogíó con las dos manos, e introdujo su lengua en mi sexo. Solo con el contacto húmedo de su lengua me vino un impresionante orgasmo que acallé como pude con su polla en mi boca. Me estaba chupando mis labios vaginales con una maestría asombros, mi clítoris estaba palpitante mientras recibía esa dosis de placer infinito que me hacia subir al séptimo cielo. Además metió sus manos entre mi batita y empezó a sobarme mis  tetas, a tocármelas dulcemente, a cogerme los pezones con sus dedos a acariciarme el aura. Sentía un placer cada vez mayor.

Por el sonido que había, tenía que tener toda su cara empañada de mis líquidos, pero él seguía afanoso en tu tarea. Ya llevaba 8 o 9 orgasmos seguro. El sabía por conversaciones que habíamos tenido que era multiorgásmica, pero que solo lo fui con una de mis relaciones anteriores. Seguro que le estaba encantando que también lo fuera con él. Pero más me estaba encantando a mi. Fue impresionante. Cuando noté su palpitación en su polla, típica de una tremenda corrida, me vino otra corrida más. Yo solo trataba de tragar la cantidad de semen que salía por esa polla, mientras mis piernas se quedaban sin fuerza dejándose llevar por el placer que me estaba dando esa sabia boca.

Y el resto del día…… el resto del día os lo contaré en otro relato.

PLACER